Mientras te agachas a tranquilizar a la niña ella te mira bien tranquila y con una sonrisa maliciosa te dice: -esos sucios orcos me querían dar gachas para cenar! Gachas!! Ha hecho bien noble caballero en espantarlos!
Miras extrañado a tu "rescatada" por su comentario y cuando crees que nada podía ser más confuso, de todos los rincones del pueblucho ves salir a docenas de enanos y orcos JUNTOS portando hoces, picas, gachas,...
Ese! Ese ha sido! Casi nos mata con un can del infierno que ha conjurado! No le habíamos hecho nada! Solo intentábamos que Alakarda se comiera la cena!! dice uno de los orcos que parece uno al que le has lanzado a tu can infernal.
A por él! Corgadle! Venganza! Gritos contrarios a tu supervivencia empiezan a surgir por igual entre orcos y enanos. La situación es crítica, son demasiados, unos 30 rodeándote. Dónde está el alcalde? Él debe indicar el castigo! Si! Dónde está? Hace días que no sabemos nada de él!?
Cuando crees que esa muchedumbre te va a linchar, uno de los enanos da un paso al frente y trata de calmar a la gente.
-Vecinos! Vecinos! Vecinos! Vecinos! Tranquilicemonos! Quizás haya una explicación! No debemos ajusticiar al primer viajero en meses que para en nuestro bonito pueblo!. Diga extranjero porque ha atacado a nuestros vecinos Olong, Dable y Expupovic sin motivo alguno! Se rápido o estás perdido.
Empezando a comprender su error, Godofredo enfundó su maza como muestra de buena voluntad ante aquel grupo de extraños.
-Buenas gentes-Alzó la voz, mostrando las palmas de sus manos
-Creo que he sufrido una inexcusable equivocación, puesto que al parecer, aquestos orcos aquí presentes no se encontraban atacando a esta joven villana, más por creer eso yo mesmo los ahuyenté.-declaró-Pese a que mis intenciones eran eran legítimas, ahora veo con claridad mi error de juicio.
-Más si me lo permitís, querría enmendar mi equivocación rezando penitencia en el templo, pues como dice Sant Cuthberg nuestro señor, "sólo se castigará al injusto, y aquél que aplica castigo sobre el justo, ¿No se converte acaso en injusto?"
Vecinos! Vecinas! Buenas gentes de Rastor! Debido a que el alcalde no se encuentra presente para imponer el justo castigo a este odiaorcos, yo mismo le impondré uno acordé a la afrenta, si vuelve el alcalde Jom y estima que es insuficiente ya lo discutiremos, no haberse ido!.
La gente parece muy contenta con el cambio político y aplaude la iniciativa .
Bueno extranjero, aunque tus motivos fueran puros has atacado a 3 inocentes! Te impongo una multa pecuniaria de 3 veces el salario semanal de los ofendidos, es decir 3 piezas de oro, acepta la pena ?
La gente traga saliva, cogen fuerte sus improvisadas armas y esperan el desenlace.
Godofredo contempló extrañado aquella situación. Parecía algún tipo de treta para sacarle piezas de oro a los forasteros, pero de lo que no había duda era de que casi había atacado a dos personas aparentemente inocentes, por lo que decidió pagar su penitencia como le fué requerida.
-Está bien. Reconozco mi error y como tal, debo pagarlo. Aquí tenéis.
Sin demasiada ceremonia extrajo tres monedas de oro y las arrojó a aquel enano que parecía llevar la voz cantante.
Si aquello fuesen sus tierras,sin lugar a dudas pasaría por la picota a muchos de aquellos villanos miserables, pero ni estaba en sus tierras ni tenía tiempo que perder en nimiedades.
Por eso mismo decidió no cruzar palabra alguna con la turba de hideputas y proseguir su camino.
La turba se dispersa dando agradecimientos al enano por evitar la pelea que sin duda iba a darse, los orcos que habías atacado se van con la niña quien solloza por tener que comerse las gachas de la discordia.
El enano que te ha salvado la vida se te acerca interesado en ti.
-Buenas noches forastero! disculpe lo ocurrido, pero no suelen venir caballeros de flamante armadura a este lugar y montar alboroto, lo que asusta a las turbas; para compensarle le invito a pasar la noche en mi humilde morada, tenemos un establo para que descanse su jamelgo a resguardo de la fría noche, mañana con la primera luz del alba podrá partir a donde sea que quiera ir, pero habiendo probado la reputadísima hospitalidad Rastoriana! Te dice apuntando en dirección a una mansión que destaca entre las casas de medio pelo que pueblan este lugar.
Godofredo no parece especialmente entusiasmado con la idea de pasar la noche bajo techo de la morada de un plebello de aquel extraño lugar, pero lo cierto era que el atardecer empezaba a adueñarse del cielo, por lo que cualquier sitio era mejor que pasar la noche al raso.
-Está bien, villano. Acepto tu ofrecimiento, más partiré con el alba.
Godofredo hizo bien en descansar esa noche, pues iba falto de provisiones, tanto para él como para su caballo y el clima era bastante mas frío de lo que acostumbraba; además ya no se encontraba nada cerca de casa, no disponía de aliados ni amigos cerca y le convenía no ser descortés pues era presa fácil él solo.
Entras en la gran casa, grande comparada con el resto de viviendas, para tí no deja de ser la casucha de un plebello. antes dejas reposar a tu caballo en la cuadra, junto a un burro que come tranquilamente en su establo, tu fiel corcel queda a su lado, compartiendo el heno y demás vegetales colocados a postas.
-La mezcla de los animales es una receta de Rastor, cultivamos aquí un heno de gran calidad que se exporta a algunas villas cercanas, como Hommlet, es quizás nuestro mejor mercado, el pueblo mas rico de las cercanías, y usted noble Señor de donde viene? no parece de tierras cercanas.
Os sentáis en una mesa grande pero quizás mas baja de lo normal, las rodillas te tocan por debajo, sin duda no está pensada para gente tan alta como tú.
-Ahora mi mujer nos traerá algo de carne y vegetales, no somos una casa rica, nadie lo es en este pueblo, eso ha hecho que la juventud empiece a partir de aquí, mi hija misma partió hace unos días en busca de la aventura, espero que esté bien, pero la desaparición del alcalde y dos de sus hombres de confianza me aterra, quizás le haya pasado algo y nunca lo sepa. Dice con cara de preocupación.
Aparece la esposa, una enana de grandes proporciones, sin duda come bien, trae platos que sin ser grandes delicias comparados con los que prepara tu chef, ahora mismo, tras semanas de viaje, te parecen una ricura.
-Amado Rocknath, bienvenido seas a esta casa, gracias por los alimentos que tomamos y por la vida que nos distes, Hágase tu voluntad en la tierra y en la mina. Los dos enanos profieren al unisono un rezo a su Dios antes de empezar a comer, tu les miras extrañado ya que únicamente has oído rezos a San Cuthberto en tu vida.
-Cuéntenos Señor si le parece que está haciendo por nuestro bonito pueblo, viene a habituallarse para el viaje?
-Nosotros somos gente humilde, mi padre si que era un Gran Aventurero, luchó en las grandes guerras contra el Templo del Mal hace décadas, allí amasó su fortuna, por desgracia lo que viene se va y ahora somos una familia humilde.
De forma cortés y bastante humilte, teniendo en cuenta de que se trata de un noble, Godofredo da buena cuenta de los platos, elogiando los dotes de cocinera de la esposa de su anfitrión.
El conde de miramonte siguió la conversación que le daba Gromwik con gusto, tratándolo casi como si de un igual se tratase, pues al fin y al cabo a ojos del justo castigador, riquezas y títulos de nada valen cuando es hora de castigar al injusto.
-Sois buenas gentes. En mi condado sin duda podríais prosperar, pues quien es justo encuentra buena vida en mis tierras. Me has ofrecido buena pitanza y buen cobijo sin pedir nada a cambio y ese gesto quedará en mi memoria, villano. Si alguna vez deseas buscarte el pan en otras tierras, en el condado de Miramonte te espera un buen terreno de tierra buena para la labranza y el cultivo.
Con la hogaza de pan rebañó los jugos del estofado que quedaban en su plato mientras seguían hablando.
-Verás mi buen Gromwik, mis pasos los guía una santa cruzada de nuestro señor el Castigador. más la villa llamada Homlet es el destino que fijó Sant Cuthberto para mi viaje, si bien no se muy bien que es lo que me depara allí.
Muchas gracias por el ofrecimiento Sr. Godofredo, pero mi sitio es Rastor, esta gente se mataría, pues orcos y enanos no son buenos vecinos, si no hay alguien que ponga paz, y desde que desapareció el alcalde Jom, el puesto está vacante y es muy necesario.
Tras sus palabras, cogió una copa, la levantó y brindó: por el justo castigo a los malignos! Y que tenga usted una buena cruzada! No dude en visitarnos si necesita algo! Tendrá amigos en Rastor.
Pero está seguro que Hommlet es su destino? Hace décadas que no pasa nada allí! Lo se de buena mano pues mi padre, que en paz descanse, junto a sus compañeros Boromik, que en paz descanse y Merrin, que en paz descanse, lucharon en las guerras contra el mal elemental, allí en Hommlet, me contó cómo los seres malignos huyeron o murieron y como su aldea, Nulb, cayó en desuso. Hace tanto que esas tierras no conocen el peligro que ahora la zona es rica y próspera, no cómo está.
Cuando tiene pensado marchar? piense en avituallarse antes de irse de aquí, no hay pueblos ni granjas entre Rastor y Hommlet, si no tiene raciones para el viaje le recomiendo el pequeño puesto comercial que hay a 3 chabolas de aquí, es el único sitio para comprar algo ya que el Gremio de Comercio no se ha querido establecer en nuestra villa. Te dice apenado.
Has gastado todas tus reservas alimenticias tanto tuyas como de tu jamelgo en lo que llevas de viaje y sabes que nunca te has dedicado a cazar para comer, la única cosa parecida que has hecho han sido las partidas de caza por diversión con el Rey Luis el Gordo, con docenas de caballeros y perros de caza para divertir a tu majestad, por lo que no sabes si serás capaz de cazar conejos o liebres ni nada que te alimente.
-Mañana mismo al romper el alba- dijo con determinación.- Más antes de partir llenaré mi petate, puesto que ya está vacío de víveres.
Miró solemnemente al enano.- Tu buen padre, Nuestro señor lo guarde en su glória, podía ser un avezado aventurero, eso no lo pongo en duda... pero ha sido el mismísimo San Cuthberto quien me reveló mi destino, y si me atreviese a dudar de su palabra, cometería terrible heregía... Buen Gromwik, se que vuestras intenciones son nobles, más os ruego que no dudéis de la palabra del altísimo en mi presencia-Declaró seriamente
El enano no quiere improperiarte mas, tras unos sorbos de buena cerveza enana te acompaña a tu estancia, con una buena y cómoda CAMA, descansas como hacía tiempo que no descansabas sabiendo que al día siguiente tu marcha continua.
Fin del capitulo introductorio, pasamos al capitulo 1 comienza la aventura.
La batalla ha sido dura, lo último que recuerdas es el sabor metálico de la hoja de acero entrando en tu garganta.
Te llevas la mano instintivamente al cuello pero no tienes ninguna herida, es más, no te duele nada, ni el cuello ni la media docena de cortes que te habían provocado los trasgos.
Es imposible! Piensas. De pronto te da por echar un vistazo a tu alrededor y te das cuenta que no estás en el templo del mal, es más! Te suena el sitio. Estás en la parte trasera de la iglesia de tus dominios. Has vuelto a casa!
Corres hacia la plaza del pueblo, quieres ver a tus vasallos, a tu obispo Heahmund, a tu fiel Delcojon...
Al llegar a la entrada de la plaza los ves a todos, riendo, comprando en el puesto de lechugas,... Ves como tu siervo coge una manzana sin que nadie le vea. Es un vil ladronzuelo! Piensas.
Intentas dar un paso más pero no puedes, algo te lo impide, gritas y haces gestos a tus hombres pero no te ven ni te escuchan.
De pronto una gran explosión lejos de ahí, pero que hace retumbar los edificios, la campana de la iglesia cae aplastando a varios villanos.
No sabes que ocurre, la gente está alborotada, corren de un lado a otro. Miras detrás de ti y ves una pared de fuego que se está acercando desde la lejanía, quema todo lo que toca, bosques, molinos,...
Cuando llega al pueblo la gente empieza a arder, su carne desaparece y sus huesos en llamas explotan. Todo el mundo es abrasado y tú villa son cascotes humeantes...
De pronto el escenario cambias, ahora estás en un lugar cerrado, un Templo. Reconoces los signos del Castigador... Estás en la casa del Castigador!
Un ser de luz se acerca hacia ti. Su presencia te llena de júbilo pero a la vez te acobarda por la gran presencia que transmite.
Has muerto hijo mío, tratando de seguir mis deseos para impedir la destrucción del mundo que te acabo de mostrar! las palabras no parecen reproches, todo lo contrario, te habla como un padre a un hijo tras caerse del caballo en su primer día de entrenamiento.
-Perdí la vida cumpliendo tu voluntad, por lo que no tengo nada de lo que arrepentirme-manifestó con la voz llena de confianza.
-Los caminos del Castigador son inescrutables, más si aquesta es tu voluntad no puedo sinó comprenderla y aceptarla
Dudó por un momento antes de atreverse a hacer su última súplica.
-Solo te pido que acojas a las almas de mis siervos una vez les llegue el final. Son buenos y se han mostrado siempre fieles a tus creencias... no merecen la condenación eterna.
Veo que no lo has entendido Conde Godofredo, eres mi elegido para evitar esta catástrofe, y una vida es lo que puedo darte, mas allá de eso, deberás volver a mi lado, como ha hecho el hijo del Dios Oli.
Por tus conocimientos de clérigo sabes que está hablando de Olimamdara, dios creador de los hobbits, por lo que debe de referirse a Jack, quien, según os contó, ya había muerto tiempo atrás antes de conoceros.
Mi mandato es que vuelvas con tus compañeros, busquéis a los otros héroes y sigáis averiguando quien es el que quiere destruir el plano, y tras ello Castigarlo!! debéis luchar como uno solo, hijo, y respetar las creencias de todos, pues ellos no siguen al Castigador, pero siguen a un aliado mío. El enemigo de mi enemigo, es mi amigo.
Tras este último comentario no te da tiempo a contestarle, una luz muy brillante te ciega y notas que te llevan mágicamente a otro lugar.