Partida Rol por web

Al intentar pasar por entre los orcos con sus espadones preparados, eres capaz de esquivar uno de ellos, pero no así el siguiente, que te causa un gran daño en las costillas.

Como puedes intentar refugiarte entre la maleza pero te es imposible, los Grandes trasgos vas tras de ti y te lanzan redes, en las cuales caes como si fueras una trucha que remonta el río para acabar en la pescaderia.

Apresado, sin capacidad de huir, lo último que vez es al humano que se acerca sobre ti y preparando su cachiporra te dice "Ya te advertí que te rindieras" dándote un golpe en la cabeza que te deja sin sentido.

Pasas varias horas inconsciente, al despertar notas un dolor de cabeza brutal, que junto al dolor en tus costillas te hace estar terriblemente dolorido.

Tus captores te han dejado con vida, y en ese momento se están dado un festín con tu pobre poni.

Te notas mas ligero, te han quitado todo tu equipamiento, solo portas las ropas, echas en falta principalmente tus armas y tu armadura, tus ganzúas también te han sido arrebatadas, pero tu colgante sigue en tu pecho por suerte. Por tu parte decides hacerte el dormido para escuchar que hablan tus captores.

-No podemos volver al templo con un solo sacrificio, lo usaremos para atraer mas, entendido? Dice uno.

-No parece gran cosa este mediano, solo es feo con avaricia. Dice otro

-AJAJAJA ríen todos

-Hicimos bien en irnos de las Ruinas para unirnos a la Orden, nos alimentamos mejor, solo debemos atrapar a pardillos para que hagan lo que quieran con ellos.

Pasan varios días, a duras penas te has repuesto de las heridas, casi no has descansado, te alimentan muy poco, te nutren aun menos, sin duda los Grandes Trasgos son una raza que para ti debería ser erradicada.

Notas que el que manda es el humano, ahora porta una capa de color ocre y parece ser el que manda.

En las siguientes semanas te llevan de un lugar a otro, por desgracia para ti te usan para atraer a otras personas a las que secuestrar, el modus operandi es siempre el mismo, te atan a la rueda del carro, te amordazan y atacan al que va a ayudarte pensando que estás arreglando el carro.

De esa manera han conseguido secuestrar a una docena de humanos, hombres, mujeres y niños incluidos, el carro ya va bastante lleno de esclavos sin contar a los que han muerto negándose a ser reducidos, los cuales eran desvalijados y abandonados en mitad del bosque.

En ese tiempo algún esclavo ha muerto, fruto del hambre, la tortura, la sed o la edad

-Bueno esclavos! vuestro destino está decidido! Ya partimos hacía el Templo donde os entregaremos para que hagan lo que quieran con vosotros y a nosotros nos paguen un buen precio! Que nadie se muera hasta llegar allí! Os grita el humano que dirige a los Grandes trasgos.

-Eso no quita que si encontramos un par de gilipollas a los que meter al carro lo hagamos claro está! En Marcha!

Te encuentras frustrado, has fallado nuevamente a tu Dios, te llevan a algún Templo a hacer algún rito satánico contigo y con la gente a la que sin querer has ayudado a secuestrar. Debes intentar algo.

Notas como poco a poco la vida se te escapa del cuerpo, aún así decides gastar las pocas energías que te quedan atacando al líder de los trasgos.

El ataque le pilla de imprevisto, clavas tu arma en el cuerpo del enemigo y eso provoca que tus heridas se agraven y mueras en el acto.

Tu alma abandona tu cuerpo mientras una sonrisa queda grabada en tu rostro.

Pero no queda ahí tu cuerpo, se esfuma a la vez que se esfuman las nieblas que habías convocado.

De pronto dejas de tener dolor, vuelves a estar de pie y lleno de vitalidad, pero ya no estás en el Templo del mal, sino en la casa de tu Dios.

Del fondo de la sala donde te encuentras, una luz se te acerca, notas júbilo y respeto.

Has sido valiente y desinteresado hijo mío, has cumplido mi voluntad hasta donde has podido, por ello los dioses hemos decidido que mandaremos a otros héroes y tú quedarás aquí entrenando para ser de ayuda más adelante a tus amigos. Y dicho esto hijo mío, necesitas algo durante este tiempo?

-Ahora mismo lo único que pesa sobre mi alma es haber dejado atrás a mis compañeros y que mi madre y el Maestro no vayan a saber más de mi.- Lamentó el Mediano.

-Quizá...- Dijo el Mediano a la luz divina -¿Podría hacerles llegar un mensaje a mis compañeros?, querría que supieran que estoy bien y que pronto nos volveremos a ver, que no lloren por mi, pues no he muerto, solo he transcendido para volver con ellos cuando este listo para la tarea que me fue encomendada.-

Al menos si ellos supieran eso el Mediano podría calmar el pesar de su alma.

No te preocupes hijo mío, podrás decírselo tu mismo pues ahora eres mi legado, te he hecho trascender a un estado superior de existencia y puedes ir donde quieras, cuando quieras, aunque sólo cuando yo te lo marque podrás entrar en contacto con los vivos, ahora es ese momento, te despedirás de los tuyos empezando por lo héroes, animándoles a continuar con su lucha! Después podrás comunicar con tu madre.

Dicho esto se iluminó una sala a tu derecha. Ahí es donde aprenderás para tu próxima misión cuando no marches por el mundo a investigar cómo el espía invisible que ahora eres. Aceptas la misión divina que te encomiendo?

Al oír las palabras de la entidad brillante, el joven Mediano se golpea el pecho con su diestra mientras pronuncia con tono valeroso -Si con ello puedo salvar a los seres que aprecio, acepto con gusto el destino que me ha de ser encomendado; dime que he de hacer, aceptaré lo que sea-

El Mediano estaba listo para lo que fuera, no sabia que podría ser, pero el por qué y por quien lo realizará hace que valga la pena correr el riesgo que podría conllevar.

Pues dicho y hecho, solo piensa en un lugar o en una persona y serás transportado.

Dicho esto, tu Dios desapareció para seguir con sus cosas de dioses.