Amy se lanzó contra un fomor, pero éste interpuso el rifle entre los dientes de ella y su cuerpo y consiguió salir indemne. Voz de Ptah se transformó en un Crinos albino un poco más allá, pero lo más sorprendente de todo era el enorme oso prehistórico que los acompañaba. Soltando un bramido terrible, cargó contra dos fomori. Al primero de ellos no pudo alcanzarlo, pero al segundo lo partió por la mitad con un espantoso crujido.
Los tres fomori restantes levantaron las armas de fuego y dispararon.
Los fusiles escupieron fuego y plata. Una de las balas alcanzó a Voz de Ptah en el pecho de Crinos, tiñiendo el blanco de rojo. Otra dio a Lyuben en un ojo, llenándole la vista de sangre antes de salir por arriba. La última dio al oso enorme, pero tan no le hizo ningún daño.
Tirada: 1d5
Motivo: ¿Quien?1
Resultado: 4
Tirada: 1d5
Motivo: ¿Quien?2
Resultado: 3
Tirada: 1d5
Motivo: ¿Quien?3
Resultado: 5
Tirada: 1d10(+6)
Motivo: atq a devon
Dificultad: 6+
Resultado: 9(+6)=15 (Exito)
Tirada: 6d10
Motivo: atq a devon
Dificultad: 6+
Resultados: 7, 10, 9, 5, 5, 8
Exitos: 4
Tirada: 6d10
Motivo: atq a lyuben
Dificultad: 6+
Resultados: 4, 3, 6, 8, 10, 2
Exitos: 3
Tirada: 6d10
Motivo: atq a bill
Dificultad: 6+
Resultados: 8, 8, 10, 5, 3, 6
Exitos: 4
Tirada: 8d10
Motivo: daño a voz
Dificultad: 6+
Resultados: 1, 6, 4, 9, 9, 9, 5, 3
Exitos: 4
Tirada: 7d10
Motivo: daño a lyuben
Dificultad: 6+
Resultados: 7, 7, 9, 4, 9, 7, 5
Exitos: 5
Tirada: 8d10
Motivo: daño a bill
Dificultad: 6+
Resultados: 5, 6, 8, 5, 1, 7, 4, 4
Exitos: 3
Tirada: 10d10
Motivo: res bill
Dificultad: 6+
Resultados: 7, 8, 6, 5, 9, 10, 4, 7, 9, 9
Exitos: 8
Voz de Ptah 4 agravados, Lyuben 5. No podeis resistir por ser plata.
Lyuben no era consciente de lo que había pasado, ni siquiera le dolió en un principio, pero cuando vio la borrosa cara del danzante al que se aferraba manchada con lo que parecía ser su propia sangre, las piernas le flaquearon y se desplomó entre sus grarras. El dolor era tan fuerte que parecía irreal y desconcertaba al garou, que ahora solo hacía los mínimos esfuerzos necesarios para separarse lo suficiente de las garras de su enemigo mientras miraba a su alrededor aleatoriamente con el ojo que le quedaba. Solo unos segundos después fue consciente de lo que había sucedido aunque seguía sin conocer la gravedad de sus heridas, así que cerró los ojos e intentó alejar el dolor. Sin embargo solo consiguió entrar en frenesí.
Tirada: 2d10
Motivo: Sana sana culito de rana
Dificultad: 6+
Resultados: 7, 3
Exitos: 1
La Rabia volvía a perderle como aquella vez, en su primera transformación. El Hijo de Gaia ya no pensaba si lo que hacía estaba moralmente bien o mal, simplemente estaba obsesionado en ayudar y salvar a sus compañeros. Y con esa gente viva no había posibilidades de conseguirlo.
Si aquel Garou había caido con un misero zarpazo los fomori no serían más duros, pero tenían armas peores, así que el Alfa en Crinos se lanzó contra aquellos engendros y descargó sus garras contra ellos.
Tirada: 4d10
Motivo: Ataque
Dificultad: 6+
Resultados: 9, 4, 5, 2
Exitos: 1
Tirada: 5d10
Motivo: Daño
Dificultad: 6+
Resultados: 4, 7, 4, 2, 8
Exitos: 2
Tirada: 2d10
Motivo: No sumé el +2 de Garras
Dificultad: 6+
Resultados: 10, 5
Exitos: 1
El fomor tardó en darse cuenta de que había perdido un brazo y que ahora yacía sobre la nieve como un pescado muerto. Éste, junto al que el oso había destrozado, eran ya dos fuera de juego, pero quedaban tres más y el Danzante en Crinos, además del moribundo en el suelo. Y lo peor era que no tenían garantías de que fuesen los únicos. Podía haber todavía más fomori y más balas de plata, y teniendo en cuenta el destrozo que causaban, debían evitar alargar la lucha más de lo necesario.
Voz de Ptah se arrastró unos cuantos metros gimiendo como un perrito, llevando su cuerpo hacia el fomor contra el que luchaba Amy. El Danzante, que tras la herida a Lyuben había quedado libre, se acercó a él como un león rampante. A pesar de estar herido, el Caminante Silencioso pudo esquivar su ataque y acometer con otro. Las garras del Metis se hincaron en el pecho del Danzante, pero no de manera muy profunda.
El peligro venía ahora de Lyuben. Ahora en frenesí era incapaz de controlar sus impulsos. Se lanzó sobre el fomor más cercano y le arrancó el cuello de un mordisco. La piltrafa de ser se derrumbó desangrándose a marchas forzadas. Al menos les estaba librando de fomori... hasta que la tomase con ellos.
La Galliard cargó de nuevo contra aquellos seres infames que habían disparado a sus compañeros. No tenía tiempo de saber si estaban bien o no, lo principal era matarlos antes de que les acribillasen a balazos de plata. Intentó volver a morder al mismo fomori, pero el rifle se interponía entre ambos, impidiéndole cerrar su mandíbula entorno a su cuello. Así que la lobezna intentó derribarle con su peso, ida por la Rabia.
La herida del cráneo de Donny se cerró y logró recobrar la conciencia. Dos Danzantes lo estaban arrastrando por la nieve hacia el interior del complejo. El Ahroun cambió a Crinos automáticamente y saltó sobre el primero de sus enemigos con las garras por delante. Ofuscado por la Rabia, no tuvo en cuenta sus propias patas y se tropezó consigo mismo. Entonces, el otro Danzante intentó clavarle su propio klaive, pero también falló y alcanzó a su compañero en el pecho. Donny, aprovechándose de la ventaja, le arrancó el cuello al Crinos ya herido. Con el morro ensangrentado se volvió al otro y le clavó una garra en el costado. Como respuesta al ataque, el Danzante intentó morderlo tal y como había hecho con su compañero. Donny se encontraba demasiado herido para poder defenderse. Los dientes de su enemigo le desgarraron el cuello y Donny cayó sobre la nieve, cambiando a Homínido mientras su cuerpo moría entre espasmos sanguinolentos.
Los dos fomori dispararon a los que más peligro tenían. A Lyuben le dieron en el pecho y lo dejaron tirado en el suelo, muy herido. A duras penas se levantó para seguir acometiendo. A Bill también le acertaron, pero su ira no parecía tener fin. El Danzante siguió acosando a Voz de Ptah. Su mordisco en el cuello hizo que el Caminante perdiese pie. Al igual que Lyuben, parecía al borde de la muerte. Aquello podía ser una batalla a favor de los Garou de Gaia, pero si la ganaban, ¿a qué precio sería?
Voz de Ptah intentó alcanzar a su adversario, pero estaba tan cansado que no consiguió acertar. Lyuben tuvo igual suerte cuando se enfrentó al fomor que tenía delante. Bill mató a otro fomor. Ya sólo quedaba uno y el Danzante, y parecían dispuestos a morir con tal de llevarse a alguien más por delante.
Amy, tras varios intentos logró derribar al fomori y fue directa al cuello para acabar con la vida de aquel ser despreciable. Entonces fue consciente más o menos de la situación en la que estaba el grupo, y de como el Danzante acosaba a Voz que evitaba como podía sus golpes, así que fue a ayudarle interponiéndose entre su amigo y su agresor, mostrando sus dientes.
El Alfa dejó sus garras para lanzar un fiero mordisco contra el fomor que quedaba pretendiendo partirlo en dos si era necesario. Aquellos rifles estaban haciendo demasiados daños en sus filas. ¿Y quién era aquel terrible oso? Era un amigo, lo único que importaba en ese momento.
Sin embargo no continuó su racha y no alcanzó a su objetivo, queriendo soltar un bufido de rabia. No iban a aguantar mucho más si les dejaban vivir.
El fomor al que atacó Amy se derrumbó destripado. Era el último que quedaba. Ante esa situación, el Danzante aulló y emprendió la retirada. El Danzante que yacía en el suelo se imitó a su compañero cojeando, con la mitad de sus heridas sanadas, pero el plantígrado aliado le cortó el paso y lo destrozó.
El oso encaró a Lyuben, que intentaba atacarle. Le sujetó con las garras y le miró a los ojos fijamente. Lyuben sintió que el frenesí lo abandonaba lentamente, al apagarse la Rabia en sus venas. Pudo tomar el control de sí mismo otra vez y actuar normalmente. Cuando puso su mano sobre la cabeza del Señor de la Sombra sus heridas sanaron automáticamente, incluso haciendo que el ojo herido volviese a crecer y se cerrase la herida de su cráneo.
Hizo lo mismo con Voz de Ptah, que recuperó su vitalidad natural, aunque la sangre siguió manchando su pelaje blanco.
-¿Quién es el alfa? -preguntó el oso en Garou.
Devon, ahora más tranquilo al sentir que los suyos estaban a salvo (por ahora), se acongojó inicialmente ante la visión de aquel que prácticamente les había salvado la vida. Sin embargo sacó fuerzas de flaqueza, mantuvo como pudo la mirada en sus ojos y dió un paso al frente.
- Yo, yo soy su Alfa pese a que lo ocurrido hoy me haga cuestionarme mi posición... - dos. Habían perdidos a dos amigos suyos por aventurarse donde no tenían que haberse aventurado. Sólo había que esperar a que vinieran a recogerlos y todo seguiría su curso, pero no. Se la habían jugado y habían perdido, por partida doble.
Por un momento deseó estar de nuevo en aquella gélida montaña.
Coño, que tío más molón.
-La lucha contra el Wyrm es dura, y habeis venido a batallar contra un enemigo muy poderoso. Me consta que hay más fomori y una colmena entera de Danzantes. ¿Por qué habéis venido tan pocos a luchar?
Miró al horizonte y olfateó. Se acercaban más fomori. El oso se levantó sobre sus patas traseras, agresivo.
-Vienen más. ¿Estáis preparados para continuar o preferís luchar otro día?
Devon bufó. Habían hecho algo, pero a la vez no habían hecho nada. No merecía la pena perder a dos amigos para eso. Sólo para eso.
- No. Esta es nuestra batalla, amigo, pero no es hoy el día que la viviremos. - dijo el Alfa, negando con la cabeza. - Necesitamos descansar... sobretodo psicológicamente. Hemos perdido a dos de los nuestros, no podemos permitirnos más fallos. -
-Entonces venid conmigo a mi refugio. Vuestras heridas sanarán y recuperareis el valor.
El nuevo aliado de la manada se transformó en lo que para un hombre oso sería un Glabro. Su altura decreció, pero aparecieron en él rasgos humanos, como manos y un rostro babudo y con colmillos. Echó a correr camino abajo, seguido de la manada. Las balas comenzaron a silbar junto a sus oídos, pero estaba demasiado oscuro como para que los alcanzasen.
Los cuerpos de sus enemigos, llenos de sangre humeante, quedaron como únicos testigos de la victoria pírrica de la joven manada.