Partida Rol por web

Ciertamente conducía asustado. Si.

Aún recuerdo cómo quedó el coche de Troy cuando aquel tipo, o... quien diantres fuera nos colocara esa manta de pinchos... -pensaba Steve mientras avanzaba por la carretera y se acercaban cada vez más a la frontera de Texas. ¿Y si volviera a sucedernos?

Vosotros notábais cómo vuestro guía iba deprisa, no tan pausadamente como hasta ahora lo había hecho: ya no os señalaba el paisaje con su dedo; parecía como si le costara esperaros tras bajar alguna serpenteante carretera y parecía mucho otear a un lado y hacia otro, como si buscara algo. En esos momentos, en un tramo de carretera, apareció una señal, similar a la que antes habíais visto.

Entonces Troy si que hizo gestos con su brazo estirado y su dedo apuntando a la señal: parecía que habían llegado al destino. Al fin podrían pedir ayuda.

Seguísteis unos metros hacia delante y la carretera se desviaba a la derecha, por un camino campestre, pero bien dotado de un buen acceso. Al tomarlo, inmediatamente vísteis una cabaña a unos setenta metros (a través de ese camino) del punto de desvío. Steve se introdujo por el, aminoró la marcha y todos le seguístes.

En cuestión de unos segundos se os presentó ante vosotros una cabaña bien construida, aunque tampoco era demasiado grande. Al lado de la puerta había un pequeño jeep verde oscuro aparcado. La casa se componía de la vivienda (o estructura) principal y un pequeño almacén exterior, un cobertizo. Cuando Steve estuvo al lado del jeep (en la zona amplia donde se podía aparcar), paró su moto, se quitó el casco dejándolo sobre el asiento y se fue hacia vosotros, esperando que detuviérais vuestros motores. Luego os habló.

Ésta debe ser la cabaña del guardabosques -en efecto: había una placa con el símbolo y bandera de Oklahoma, y también ponía "Forest Ranger"-. A ver Troy... -dijo acercándose en primer lugar a el-: ¿estás muy herido? ¿Te has quemado?

Steve no había reparado aún en el grupo, ni por supuesto en Troy hasta este mismo momento.

Phil no había mirado hacia atrás ni una sola vez desde que habían dejado la gasolinera. Había conducido como un verdadero demonio y aun le había costado seguir a Steve que parecía más asustado aún que él mismo. Cuando llegaron a la cabaña detuvo la Fat Bob con un derrape sobre la gravilla. Puso la pata de cabra y se giró para ayudar a Troy. 

Las palabaras de steve le llegaron débiles a través del casco. Troy no tenía buena pinta. Olía a hamburguesa.

Sale despedido por los aires tras recibir de lleno la explosión producida por la camioneta.Cae al suelo, rodando un par de metros hasta detenerse al fin.Se levanta costosamente y de manera torpe, sacudiendo sus ropas para quitarse el polvo adherido a esta.Sentía que su piel ardía.Visibles eran algunas heridas de su cuerpo, sobre todo las de su cabeza, brazos y piernas.No obstante, el dolor que sentía no llegaba a superior al coraje y la rabia por la humillación producida al no haber podido salir ileso de aquella situación.

Se monta como puede en la moto del guía y salen de allí a toda velocidad.Corto se le hace el camino, pues no puede evitar cerrar sus ojos y descansar un poco tras todo aquel ajetreo.Le resultaba agradable sentir la brisa choca contra su cuerpo humeante, relajándole considerablemente.Cuando nota que la moto comienza a bribrar, abre sus ojos, percatándose de que se habían introducido bosque a traves en dirección a la casa del guardabosques, señalando acto seguido la señal.

Finalmente, tras aquel vertiginoso viaje desde la explosión, llegan a la cada del guardabosques.Se baja de la moto tambaleándose durante unos instantes, pero gracias ala ayuda y apoyo de sus amigos logra mantenerse sobre sus pies.Sacudía su cabeza intentando espabilarse.Aún estaba aturdido por lo sucedido.Sus manos iban a parar a su cabeza, frotándola y resbalándose por su sucio rostro intenando mantenerse despierto.Escuchaba las voces de sus compañeros, pero sus oidos aún le pitaban tras la explosión.

Negaba confundido, sus ojos se cerraban y abrían, recibiendo distintas imágenes del paisaje, como la casa de madera, después las motos, después algunas piernas de sus compañeros.Todo le daba vueltas y le resultaba duro estar consciente, pero era un tipo duro y había estado en peores situaciones que esa y sin ayuda.

-B..bien- alguna de sus herida sangraba, pero no era nada gave-.N...no es nada...- hace un amago de desplomarse pero logra mantenerse de pie-.N..nada que no se p...pueda solucionar con bend...s- le costaba hablar, era apreciable al ver su estado.Ahora sólo tenía ganas de echarse sobre alguna cosa blanda, o incluso en el suelo y descansar algo.

A medida que se alejaban a toda velocidad de la gasolinera, por la mente de Samantha aparecía cada una de las imágenes desde que habían llegado a aquel fatídico lugar. Lo que en un principio iba a ser unas fantásticas vacaciones se estaba convirtiendo en una pesadilla propia de una película de terror adolescente de serie B. Los disparos, la explosión, ver a Troy salir casi de entre las llamas y el miedo a tener de nuevo un percance en la carretera, todo aquello era demasiado para ella.

Cuando vio a Steve hacerles señas dudó unos segundos en volver a dejar la aparente seguridad de la carretera principal, pero siguió tras ellos hasta llegar a lo que parecía el hogar del guarda forestal. Frenó la moto y, quitándose el casco, se bajó rápidamente para comprobar cómo Troy no ofrecía el mejor de los aspectos.

- El todoterreno está aquí así que el guarda no debe andar muy lejos. Voy a mirar si está dentro.  –Comentó mientras se va acercando a la entrada de la casa.- Troy necesita ayuda urgentemente, hay que limpiarle esas heridas.

- Hola... ¿hay alguien aquí? Necesitamos ayuda. -Grita al acercarse a la puerta mientras la golpea.

Tras uno segundos aguardando en la puerda de madera, Samantha escuchó unos pasos acercarse. Acto seguido, la puerta se abrió. En esos momentos apareció un tipo de piel blanca, de aspecto jovial y de unos casi cuarenta años. Era un hombre muy alto. Estaba ataviado con el traje de forestal (incluida su placa), un sombrero a juego y unas gafas de sol.

Buenos días -dijo al ver a Samantha-, soy el guar... ¡Oh Dios Santo! - y se sorprendió al ver a Troy en aquel estado. ¿Qué ha pasado? -le preguntó rápidamente a Samantha mientras salía de su cabaña para ayudar al herido.

Si, si, tranquilo Troy -dijo Steve mientras le cogía de un brazo y se rodeaba su propio cuello para aguantar el peso de éste. Vamos, te ayudaré a caminar. Se que puedes, pero por precaución. Hola... -saludó al ver al guardia- ¿esta es la cabaña forestal, verdad? Hemos sufrido un accidente... bueno... y muchas otras cosas más... ¿Podemos pasar, tiene vendas?

Vi que el guardia accedió diciendo "sí" con la cabeza, y en seguida tendio la mano hacia el interior de la casa, invitándonoos a pasar. Subí las escaleras de la entrada con Troy y todos accedimos al interior.

Era un sitio peculiar, como una de esas cabañas rurales con pocos muebles y aún menos facilidades: al entrar podría verse un salón que prácticamente era todo el espacio de la vivienda. Tenia, en un lateral tres puertas. Una de ellas estaba abiera y se veía que era una cocina (se veía un poco una cafetera). Aquel salón tenía un sillón de dos plazas, tres sillas y una mesa. Contaba con una pequeña chimenea, un televisor de pocas pulgadas, un aparato de radio con muchos cables y algunas estanterías con libros: atlas, mapas, etc.

Échese jóven -dijo sujetando con cuidado a Troy mientras intentaba tumbarle en el sillón. Ahora mismo traeré el botiquín de emergencia... ¿Porqué no van contándome? ¿Qué les ha ocurrido? No he recibido aviso alguno de accidente o furtivos... -entonces se marchó a la cocina unos instantes, luego apareció de nuevo con la puerta con un maletín de curas-. Luego el guardabosques miró de arriba a abajo a sus invitados, sobre todo a Steve.

Por cierto, mi nombre es Tim ¿Están haciendo la ruta 66, señores?

Troy se queda practicamente inmóvil en aquel sillón tras haber sido llevado realmente casi a rastras hasta allí.Parecía aún echar humo de su piel si te fijabas detenidamente.No tenía muchas energías para hablar, ni tan siquiera de abrir los ojos.Simplemente se queda a la espera de que le trajeran las medicinas pertinentes, esucuchando costosamente la conversación que lograban mantener sus compañeros y el guarda forestal.

Troy intenta asentir vagamente ante la pregunta del guarda sin la intención de decir nada a menos que fuera altamente necesario, pues debía guardar sus energías.

- Sí, sí... íbamos tranquilamente por la carretera cuando encontramos el cadáver en el coche... y después nos echaron de la carretera con aquellos pinchos. Fue cuando nos dirigimos a la gasolinera y entonces... oímos los disparos y aquel loco... -Los nervios y la tensión acumulada hacía que la explicación que intentaba dar Samantha sonara bastante caótica- aquel loco estaba saboreando la sangre de... de aquella mujer muerta y... nos apuntó y escapó. Le seguimos pero mató al dependiente y voló la camioneta... y alcanzó a Troy.

Dejó de hablar desplomándose en una de las sillas, apoyó los codos en la mesa y ocultó su rostro entre las manos sin fuerzas siquiera para llorar, intentando olvidar lo vivido las últimas horas.

- ¿Lo ve muy mal? -preguntó al guarda mientras señalaba a Troy, temblándole todavía la voz.- Habrá que llevarle con urgencia a un hospital.

Y salir de aquí pitando de una puta vez.

Phil sabía lo que le pasaba. Lo había visto en algunos casos. Estaba en estado de shock. Era innegable. Aún así, no podía evitar la sensación de que algo más iba a pasar, que aquel guardabosques también estaba pirado y que iba a intentar matarlos de nuevo.

Phil lo miraba con clara desconfianza, evaluando sus actos y sus palabras, tratando de encontrar un patrón que hiciera saltar su "alarma de pirados".

Estamos algo...alterados...Disculpe. Han intentado matarnos en la gasolinera de la que habla mi compañera. Y, si, estábamos haciendo la ruta 66.

Si, será mejor llevarle. Iremos a Erick -dijo el guarda-, en la frontera con Texas, es un pueblo pequeñito, pero cuenta con hospital. Con que un loco, ¿eh?

Luego se percató de la gravedad entre lo que contó Samantha y Phil... ¿un loco? ¿intentar mataros? Madre mia... Habrá que avisar a la patrulla local.

Luego se acercó al aparato de radio, ese que tenía muchos cables. Acto seguido tomó el micro apretándo uno de sus botones.

¿Comisaría de Sayre? Aquí el guardia forestal Tim Rogers, ha habido un altercado con amenaza de arma y una explosión, repito un altercado con amenaza de arma y una explosion, en las estribaciones entre Sayre y la frontera de Texas. Vegan... al lugar. Cambio.

Recibido, vamos para allá. Cambio y corto. -dijo una voz.

No Phil, no percibes nada. De todas formas, prefiero yo pediros la tirada. Ahora si:

Tirad todos por percepción. La dificultad es de un éxito de 7 o más.

Samantha, tira tu otra tirada extra de percepción (hazlo en PRIVADO). Para esta, tu dificultad es de 6.

Levantó la cabeza de entre sus manos cuando oyó al guarda hablar por la radio. Al fin saldremos de ésta. Pensó aliviada, pero de repente algo hizo que un resorte en su cabeza se activara. Un pueblo pequeñito ¿con hospital? Bueno... y por qué no. Me estoy volviendo paranoica.

Pero...

No sabía si se estaba recuperando, o veía alucinaciones.Quizás estuviera soñando, pero lo que si estaba claro, es que su aspecto desde afuera no parecía andar muy acorde a los sentidos que lograba mantener alerta.Sus ojos casi entrecerrados, parecían recorrer toda la habitación, escudriñando cada rincón de la sala.

Sin duda, parecía que Troy era un superviviente nato, y aún así estando en esas circunstancias lograba quizás de manera inconsciente percatarse de cosas que incluso estando totalmente despierto y despejado no podría.

Phil se tranquilizó con el comentario del guarda y abandono su estado de paranoia para recostarse en una butaca. Estaba hecho polvo.

A ver muchacho... -dijo el guardia Tim al acercarse a un aparente y momentáneamente obnubilado Troy y mirarle las heridas-. Luego miró en el maletín que había traído y sacó unas gasas plastificadas, sin abrilas aún. Hizo lo propio con unos guantes de látex, los cuáles se puso estirándo bien sus dedos.

El guardia cogió una de las sillas, la acercó hasta el sillón, colocándola al lado del herido, y comenzó a examinarle el brazo, donde tenía parte de sus quemaduras. Te ha pillado bien, aunque no lo suficiente, por suerte... Debió ser un fuego enorme. Eh, espera, voy a por suero médico -pues buscó en el maletín y no había.

Entonces se levantó. Mientras iba a la cocina habló.

Nos iremos en cuanto venga la patrulla. A ver si incluso nos escoltan, pues si decís que hay alguien armado.

Luego accedió a la cocina. Parecía estar mirando en un cajón, pues se oía un abrir y cerrar de puertas. Luego pareció como si un grifo se abriera, como si estuviera tomando agua del fregadero.

¿Puede alguno ayudarme con esto? -dijo desde la cocina.