Partida Rol por web

-¿Cubano? Eso suena a forastero.- Roberto se cruzo de brazos, él tenia claro quienes no eran de fiar y sus palabras eran mas ciertas que las de cualquiera y ahora se ponían a hablar de otras personas. -Marranos. -Susurro por lo bajo un tanto enrabietado.

 - Tengo mi dinero contado hasta el siguiente pago, pero creo que puedo sumarme a la colecta de Isabel - comentaría, revisando sus bolsillos para sacar el dinero correspondiente y entregarlo a la asiática, antes de enarcar una ceja visiblemente ofendida por la declaración de Roberto. -. ¿¡Acabas de decir que huelo mal!? - obviamente se lo había tomado mal, pero tras respirar y calmarse un poco le restaría importancia.

 - Belén, querida, ¿significa eso que puedes investigar la identidad del demonio? Por fin alguien que dice algo de utilidad - escuchar eso dibujaría una sonrisa de calma en el rostro de la mujer. -. Sí es cierto lo que dices, entonces deberíamos evitar votar por ti, a menos que alguien demuestre lo contrario.

 - En todo caso, ya empieza a acercarse la noche, y es mejor empezar a organizarnos... Todo es muy ambiguo, pero de mi parte seguiré votando por Andrés. Tengo mis dudas sobre Alma, pero espero que una vez logremos reunir el dinero pueda darnos información útil.

Fernando no daba crédito a lo que estaba viendo.

Cada vez que muere alguien, quiere sacar provecho económico de ello. Dice que sabe quién es un villano y en vez de dar esa información también quiere venderla, sabiendo que después podría acusar a quien sea sin dar pruebas ¿soy el único que ve esta locura?

Negaba con la cabeza.

No voy a darle ni un céntimo a la única persona que está sacando provecho de estas muertes. Para mi es lo más cercano a un demonio, como ya dije, mientras nadie diga lo contrario.

Miró a la oriental. Y después a Andrés.

No sé qué quieres decir con que un forastero no puede ser culpable, pero me gustan los forasteros, al menos los que trabajan para la comunidad.

Lo que peor sentó a Alma Yin no fuera que Fernando no diera crédito, fue que Fernando no diera crédito (dinero), por lo que esta, tan osada como siempre por ganar su buen dinero aprovechándose de cualquier forma posible para obtener las dulces regalías de su trabajo, habló.

-¿Este es el monto?. -Inquirió la mujer a  Isabel Ruiz, que parecía que tenía la cartera demasiado ancha para su propio bien- Polque con los comentalios de Felnando me dan ganas de ascendel-lo un tleinta y tles pol ciento de su plecio oliginal.

Parecía evidente que no le caía en gracia a Fernando Navarro, pero a pesar de ello no iba a decir nada que no fuera a traerle un beneficio económico directo.

-No os lo toméis a mal que haga negocio con los mueltos, -dijo al resto del pueblo- si fuel-la pol mi, vendelía mi vilginidad también, solo que aún no he encontlado el plecio adecuado pala ella... Pelo lo dicho... ¡Felnando Naval-lo no es como la mayolía de nosotlos!. Y pol sus comentalios, tampoco cleo que sea un angelito de la gual-da... ¡Además es un agal-lado!. Que ese es el peol climen que hay...

—Emilio, Fernando, por favor, ¿podéis explicar cuál de los dos sois el forastero?

Me giré hacia Andrés de nuevo, lanzándole una mirada suspicaz.

—Andrés, ¿puedes explicar cuál es la profesión del forastero que has visto? ¿Por qué no lo has dicho?

Fernando negaba con desconcierto.

¿Tengo que recordarte, Alma, que fui el primero que pagó cuatro veces el precio por una escalera desvencijada para bajar a nuestro adorado máster, EbaN, mientras tú sólo pensabas en cómo llenarte los bolsillos?

La mirada hacia la oriental era una mezcla de odio y asco. Aunque enseguida miró a Belén, un poco más calmado.

No te entiendo, Belén, yo no soy un forastero. Mi abuelo fue cabrero, mi padre consiguió unos terrenos con esas cabras y yo contrato a gente en la uva y la aceituna para que trabajen a cambio de una parte. Estoy pensando en abrir una venta para comer con el vino con la uva que se hace y algo casero y barato, o no sé. Lo que sé es que no soy ningún ser infernal y que nadie parece fijarse en que la mujer esta en vez de tratar de ayudar y cazar al mal que nos acecha, pretende lucrarse con nuestras desgracias, como si no tuviese miedo de morir. Y yo quiero saber el por qué.

-MMMMMmmm... Mal, mal no, como esos cocidos que se queman al prepararlo y atufa toda la casa. -Se sincero el chico con una amplia sonrisa. -Pero vale, primero Andres y luego tu, a mi me da igual el orden. -Comento contento con las manos en la nuca.

-¡Retruecanos esto sera digno de oler! -Repitió las ultimas palabras de su abuelo, sin tener muy claro si significado, pero tenia muchas r-es y le gustaba como sonaba.

-Polque si molimos aquí todos no hablá nadie que me pague, os aviso que Felnando Naval-lo es uno de los culpables. -Indicó la muchacha mientras contaba el dinero que le habían dado- Pol cielto, antes de que le apliquemos justicia puebelina... ¿Me puedo lleval las cosas de sus bolsillos?.

El sol se va poniendo en el horizonte, pronto caerá la noche y será hora de recogerse a dormir.

Paloma se acerca a tu oído. Sientes una gelida brisa cuando habla.

Yo quería investigar los cuerpos de las ejecuciones mientras los enterraba, pero gracias a Dios las votaciones no nos permitieron cometer pecado.

- Este pueblo es de lo más exótico. - pensó Emilio mientras miraba a sus habitantes mientras sopesaba la situación - La verdad es que después de la muerte del Señorito Eban, no parecía haber demanda de servicio.

- Creo que tienen un problema grave de plaga de demonio - dijo concluyendo - mal asunto.

No hay consenso en la votación, no habrá linchamiento.