En una mañana tormentosa, encontráis un cuerpo clavado en las agujas del reloj, con las manos clavadas con un par de clavos a la boca (como si se la estuviese tapando) y una escritura con su sangre sobre la frente: II.
Sus ojos permanecen abiertos, pero vacíos al haber perdido la vida en su cuerpo.
El cuerpo sin vida pertenece a Maria Luisa Benito.
Maria Luis Benito sigue jugando la partida como personaje muerto, no puede ser nominado en las votaciones y tiene un único voto para lo que queda de partida.
Con la presencia de aquella nueva víctima, Alma Yin volvió a ver la oportunidad de negocio, por lo que esta regresaría a la zona donde Maria Luisa Benito se encontraba muerta llevando consigo un perfecto martillo de encofrador, con su etiqueta aún colgando del mango y todo.
-¡Oh, no!. -Exclamó, ahora sí, al ver el cuerpo- ¿Quien selía capaz de hacel algo así?. ¡Tiene las manos clavadas a la boca!. ¡Ojalá hubiela una folma de desclaval los clavos que tiene clavados a la boca!. -La mujer zarandeó levemente el martillo- ¡A plecios lazonables!.
Había salido de buena mañana a comprar algo de desayuno, la maldita nevera siempre vacía, a ver que tiene la china que no esté remarcado por caducidad próxima y que se pueda comer...
Qué raro, no está en la tienda, algo ha tenido que pasar para que esta aprendiz de Bill Gates no esté en el mostrador sonriendo al teclear los precios.
Saliendo de su bazar veo que está plantada frente a la torre del reloj con un martillo en la mano...
¿Cómo es posible?, hay otro cuerpo en el campanario, parece que volvemos a repetir el horror de ayer con EbaN. Veo que Alma Yin está muy tranquila ante una escena escalofriante...
No estamos seguros en este sitio, voy a tener que pensar seriamente en mudarme...si no fuera por la maldita hipoteca...la maldita hipoteca...dónde voy a poder irme si no vendo antes mi triste apartamento y sobre todo...¿quién va a comprarme ahora una casa en un sitio donde hay ya dos asesinatos sin resolver?
Mi vida es una broma...
¡No, otra vez no! ¿Ha sido el demonio?
Hoy no lloró. María Luisa Benito siempre fue muy callada y nunca tuvieron una relación firme. Entonces miró inquisitivamente al grupo que se había reunido.
¡Uno de nosotros está haciendo este mal! Alguien ha tenido que ver algo durante la noche...
El día había llegado a su fin sin que nadie hubiese aportado ninguna pista. Belén regresó a su casa y fue a dormir, preguntándose si ella misma sería la siguiente en ser víctima del demonio.
A la mañana siguiente, como ya preveía, encontraron una nueva víctima. Al igual que la anterior, se encontraba ensartada en la torre del reloj, formando un grotesco espectáculo. Era como si quisiera mandarnos un mensaje: que íbamos a caer todos uno a uno.
—¿Quién eras, Maria Luisa? ¿Qué hacías en vida? —susurró, como si albergara la esperanza de que siguiese comunicándose con ellos después de la muerte.
Se giró hacia el resto de los habitantes del pueblo, observando a cada uno con suspicacia. Su mirada acabó por detenerse en Paloma Hurtado, a quien asintió.
—Es cierto. Alguien tiene que haber sido capaz de averiguar algo. Tiene que haber alguien con algo de información sobre nosotros. Un bibliotecario, un chef, una lavandera… Si estáis ahí, y ya tenéis toda la información que podéis descubrir, no hay motivo para que os ocultéis. Es mejor que digáis lo que sabéis cuanto antes.
«El demonio no tendrá motivo para atacaros, porque vuestra muerte no cambiará nada» pensé.
Aquella vez no pilló a Fernando desprevenido, que estaba con ropas para salir y preparado para lo que pudiese pasar. Fue rápidamente a por la escalera defectuosa y un martillo que sí tenía en su casa. Mientras la colocaba para bajar el cuerpo le lanzó una mirada furibunda.
Aprovechas las desgracias para hacer negocio, te compro la escalera para ayudar a los demás, y tienes la desfachatez de acusarme -miraba directamente a Yi-. Eres una desalmada, y por ello hasta que nadie me demuestre lo contrario pensaré que eres el demonio extranjero que se ha infiltrado para matarnos.
Y sin más hizo lo posible para liberar el cuerpo de María Luisa, teniendo que hacer serios esfuerzos por mantener el contenido de su estómago donde le correspondía y no fuera de sí. Miró a Belén mientras subía.
No tengo información, si la consigo la compartiré.
Con un nuevo libro bajo el brazo, Andrés salió de su casa para quedarse boquiabierto y horrorizado a partes iguales.
-¡No! ¿Otra ves? ¡Esto se pasa sien pueblos! -No es que tuviera a la mujer mucho cariño, las cosas como son, pero tampoco quería verla colgar así del campanario. -¡Le han claveteao la boca! ¡Hay que ser malvao!
Se dirigió a ayudar a Fernando con la desagradable tarea, y también asintió a lo que decían Paloma y Belén.
-Sierto, alguien puede que ya haya averiguao algo. ¡Que lo diga! Yo no sé nada con sertesa, si me entero, descuida que lo voy a desí.
Robertito que paseaba por allí con una tarro y varias hormigas dentro del mismo, llego a donde estaban todos reunidos, pensaba hacerle alguna perreria que otra a los pobres bichos pero alguien parecía que hacia maldades de verdad al colgar una segunda persona del campanario.
-¡Rayos y maldiciones! -Grito no sin antes mirar a un lado y al otro, en busca de su madre o una zapatilla voladora. -¿No os estáis pasando con los muñecos? -Señalo a la segunda victima, que como no sabia esa palabra usaba la dicha, que era mas familiar.
-¿Y no sera el Sr.Guerra que tiene envidia de la gente que habla bien? es veZ no veS y Cierto no Sierto. -Se jactaba de las clases que le daba la profesora. -Y se llama Desire no Desí.... -Hay si callo y parpadeo confundido, no conocía a ninguna Desire.
Esto es...
Esto es...
"Esto es" era lo único que atinaba a decir. A balbucear... impactada ante el nuevo y macabro descubrimiento. Una lamentable sorpresa la que nos había dado el "buenos días".
Debemos, debemos poner sobre el tapete todo lo que sepamos, nuestras sensaciones... nuestros presentimientos o, como quieran llamarlos. Es la única forma de parar este devenir. De no hacerlo...
Todos moriremos...
Me llama la atención - comencé a decir, ahora que parecía que me prestaban oídos - los votos que coincidentes. A María Luisa, que dios la acoja en su seno, la votaron Roberto y Andrés. Esto no quiere decir nada, aparentemente, tan solo que, sumaron sus votos. Lo mismo con Paloma Hurtado, que acumuló los votos de Mariano y Belén. Al igual que ocurrió con Fernando, a quien votaron Paloma y Alma Yin. Curiosamente, a Alma Yin la votó el propio Fernando... y yo.
Es una extraña coincidencia.
Si, por decirlo de algún modo, si o bien Alma o bien Mariano tienen algo que ocultar, cosa que sospecho, podría ser un punto de partida.
Alma, querida - dije ahora, mirando directamente a la mencionada - ¿por qué votaste a Fernando? Más allá de tu lamentable manía de sacar beneficio de cualquier desgracia. Y, Mariano, misma pregunta, ¿por qué elegiste a Paloma?
Si bien era amante del tiempo nublado y lluvioso, con lo sucedido el día anterior incluso para ella le fue difícil conciliar el sueño, y encontrar aquella escena por la mañana solo le confirmaría que pasaría varias noches de mal dormir...
- Esto es... desagradable... ¿Acaso el reloj simboliza algo para el responsable de estos actos...? Tal vez... Corría con prisas y se le escapaba el tiempo para actuar - comentaría en voz baja, nuevamente reprimiendo una de sus leves risas con la mano para no incomodar al resto.
Por otro lado, ya nadie parecía tener dudas de que había algo metido entre los presentes, y algunas ya empezaban a demostrar sus sospechas hacia algunos abiertamente, mientras otros preferían exigir respuestas que pudiesen despejar las dudas.
- No se yo si revelarse abiertamente sea lo más inteligente... ¿Y si eso es lo que quiere el demonio? Saber quienes pueden ser o no un problema y así organizarse... Diría que lo mejor es guardar la información personal por unos días: tal vez eso haga que no podamos salvarnos algunos, pero... Tal vez permita a quien tenga la capacidad de hacer algo poner en jaque al responsable al final - opinaría, prestando atención a las acusaciones de unos y las preguntas de otros. Lo tendrían difícil si ya en el segundo día había tanta sospecha...
¿ Un demonio entre nosotros ? - dijo en voz alta Emilio de manera pensativa mientras buscaba cuernos entre el resto de habitantes del pueblo reunidos delante de la torre del reloj. - ¿ Cómo es posible ?
La verdad es que el Sr.Eban nunca le había caído especialmente bien, su mala educación y aires altivos no lo hacían una persona agradable. Pero con Maria Luisa la cosa era diferente, era entrañable y siempre le había ayudado cuando lo había necesitado para los extraños raros encargos del Sr.Eban.
¿ Alguien sabe o ha visto algo más ? - Preguntó mientras miraba con sospechas a Isabel, que parecía estar desviando la atención del grupo intentando buscar culpables.
No hay linchamiento.
El recuento de votos no es suficiente para eliminar a nadie. Empieza el turno nocturno, pero podéis seguir usando esta escena.