—Cargar con esos dos va a ser un engorro, pero mientras tengamos suerte y no nos tropecemos con enemigos quizá lo logremos. si nos retrasan mucho o nos vemos en peligro podemos abandonarlos y que los dioses juzguen si se convierten en engendros tenebrosos o escapan con vida. Nuestro objetivo principal es devolver a los niños y aclarar este entuerto.
.-Sin ellos dos para confesar sus intenciones será nuestra palabra contra la suya y no creo que el arl nos crea al ser mercenarios.-respondió Lurick ante la idea de dejar a Alenka y Ser Blaker, mientras guardaba la espada:-Si aun te queda algo de maná podrías hacerle una cura básica para que deje de sangrar.-añadió pidiéndole al elfo que sane las heridas de Alenka:-Sé que quieres a estos niños, si no no habrías organizado este lío pero volveremos con el arl, es cuestión vuestra si volveremos todos o sólo nosotros con los niños.-comentó el guerrero ofreciendole la oportunidad de hacer algo correcto.
La cabeza de Alenka y ser Blaker permanecieron bajas, como reconociendo su culpa y acatando el seguro castigo al que tendrán que enfrentarse al llegar al arlingo.
- El arl nos hará matar si nos entregáis, lo sabéis ¿cierto? Me parece justo castigo para vosotros cargar con nuestras muertes - escupe al suelo frente a vuestros pies con una mezcla de saliva y sangre provocada por las heridas del combate - al fin y al cabo no sois mejores que nosotros... ¡pero sí más inocentes! - grita antes de lanzarse puñal en mano, que seguramente tuviera escondido, contra uno de vosotros.
Pero su ataque nunca llega, pues es la propia ser Bridget quien golpea con la parte plana de su hoja sobre la nuca del hombre, dejándolo inconsciente en el suelo. La mirada de la caballero es fría y dura, pero también apreciáis lástima en ella.
- Os acompañaré y veré a los niños sanos y salvos en manos de sus padres - os dice - Prometí que es lo que haría, y cumpliré con mi palabra hasta el final. Allí corroboraré vuestra versión y confío en que el Hacedor conceda al arl la suficiente sabiduría para juzgar los actos de estos dos traidores y compensaros por vuestro trabajo.
Alenka, la otrora orgullosa maga del Círculo que conocisteis, permanece cabizbaja, pues sabe que aunque es prácticamente intocable por el arl, su castigo terminará llegando contundentemente a manos del Círculo de Hechiceros de Ferelden.
Dwalin observó con una mueca de desprecio las palabras de Alenka y Ser Blaker, reconociendo la desesperación y la inevitabilidad de su destino. A pesar de sus crímenes, no podía evitar sentir una chispa de lástima por ellos, sabiendo que el arl Neruda sería implacable en su juicio.
-Agradezco tu valentía y tu lealtad, Ser Bridget- dijo Dwalin, su voz grave y llena de respeto. -Juntos nos aseguraremos de que los niños lleguen a salvo y de que estos traidores enfrenten las consecuencias de sus acciones.-
Volviendo su atención a Alenka, se acercó a ella, su expresión dura. -Alenka, has traicionado la confianza de aquellos que te rodeaban y has puesto en peligro la vida de inocentes- dijo con voz firme, pero no añadió nada más.
Ser Corbin intentó amedrentar a los guerreros diciéndoles que tanto Alenka como él mismo acabarían muertos si volvían:-Eso debistéis pensarlo antes siquiera pensar en secuestrar a los niños.-comebtó a modo de respuesta al caballero pero éste sacó un cuchillo para intentar atacar pero Ser Bridget le detuvo con un golpe plano de su espadapara dejarlo inconsciente:-Es de agradecer, Ser Bridget.-dijo Lurick ante de volver a ver a Alenka, el ama de llaves no decía nada:-Volveremos al carromato para ver si podemos salvar algo antes de ir a algún lugar más seguro para descansar antes de volver. Ser Bridget, usted conoce más a los niños, puede decirles que volvemos a casa. Tendrá una mayor recepción que por parte de unos extraños como nosotros.-añadió el guerrero de Risco Rojo antes de pedirle a Colban que le ayudara a cargar al caballero inconsciente.
Eru se preparó para el viaje. Le alegraba cumplir con la promesa hecha a la madre de los niños. Aunque el padre fuese un autentico zopenco, ellos no lo habían elegido. Otra historá era la suerte que les esperaba con una ruina de por medio pero eso era otra aventura.
Los hijos del arl están a salvo pero vuestra misión no terminará hasta que los dejéis a salvo junto a sus padres. Antes de partir de regreso a Stenhold, Ser Bridget insiste en enterrar apropiadamente a los cuerpos del campamento, y os sugiere que la ayudéis a cavar las tumbas. Con vuestra ayuda o sin ella, terminará haciéndolo mientras algunos de vosotros trata de aprovechar para reparar el carro dañado, todo lo cual os lleva algo más de una hora. En todo momento dejáis a Alenka y ser Blaker bajo vigilancia, desarmados y maniatados para evitar que cometan alguna imprudencia.
El viaje de vuelta transcurre afortunadamente sin sobresaltos, incluso cuando vuestros pasos os llevan hasta el lugar en el que tuvisteis que tumbar un árbol para pasar a través de la sima, pero con cuidado y ayudas lo sobrepasáis sin daños.
El volver a ver la fortaleza de Stenhold os aporta satisfacción, al fin y al cabo habéis cumplido con vuestro deber, pero al volver a ver a los soldados entrenando en el patio de armas no podéis dejar que una cierta sensación de inseguridad se adueñe momentáneamente de vosotros. Sin duda una nueva Ruina parece estar en camino y todo Ferelden se estará preparando para ella.
El arl y su esposa os reciben en el gran salón, y ambos niños corren a abrazar a su madre y su padre, aunque ciertamente el arl no lo hace ni con la mitad de entusiasmo que lady Marcia. El gesto se le endurece al conocer las noticias que traéis acerca de la conspiración de su ama de llaves y el caballero y, con ser Bridget avalando vuestra versión, los hace apresar y encarcelar inmediatamente a la espera de su castigo.
Tal y como prometió, todos recibís vuestra merecido pago por los servicios, aunque en ningún momento os ofrece ningún pago adicional ya que por lo que a él respecta "habéis hecho exactamente aquello por lo que fuisteis contratados" y no hay razón por la que debiera pagar más de lo acordado. Mientras que el arl posiblemente os acabe olvidando, al cruzar vuestras miradas con Lady Marcia sabéis que podríais tener en ella una más que agradecida aliada en el futuro.
A la salida de la fortaleza algunos toman caminos separados mientras que otros decidís seguir viajando juntos, al menos por ahora. Y dejando atrás Stenhold mientras el sol anaranjado ilumina sus murallas vuestra aventura llega a su fin... ¿o acaso sólo acaba de comenzar?
Fin de la Aventura