Partida Rol por web

 Ramón mantiene su silencio mientras piensa en todo lo que ha pasado desde que decicio marcharse de casa... lo que empezó como una vida normal y sencilla, se estaba combirtiendo en una lucha contra el propio infierno por sobrevivir... cuando de pronto ve interrumpida su línea dep ensamientos por la voz de su compañero Alarico. Ramón escucha atentamente y sigue sin decir anda, al cabo de un rato se pone en pie, intentando que el hombro se le mueva lo menos posible, intentando aparentar dureza.

- Creo que ya no podemos retroceder, estamos hundidos en este lodazal hasta el cuello y la única forma de salir de él, es sumergiéndonos y aceptando que la realidad no es exáctamente como la conocíamos... en mi opinión, lo mejor sería ir primero a Zamora, ya que está mucho más lejos, y volver, habrá que volver a Peñíscola, por lo tanto siempre será mejor tratar de hacer lo más largo cuando aun tenenos tiempo por delante... anuque no por ello debamos hacerlo despacio. ¿Qué opinais?

Teodoro estaba ensimismado, por su cabeza pasaba la imagen de su hijo, creciendo sin él y solo, en un mundo que le había mostrado su cara más perversa hacía solo unos minutos. Pensaba que no iba a poder salir de todo esto en lo que se había metido y no podía culpar a nadie salvo a su ciega fidelidad a un señor que le había puesto de cebo para conseguir sus sucios objetivos...

- Yo viajaría primero a Zamora, ... al menos nunca he estado allí y me gustaría verla antes de morir...

Paró un segundo y añadió:

- Disculpadme, en la cueva he visto la muerte demasiado cerca...os seguiré a donde marcheis pero no pienso morir sin pisarla cabeza de la persona que nos metió aquí...

Han doce días desde que partisteis hacia Zamora. Algunas noches habéis podido dormir bajo techo en posadas, y otras, como esta noche, no ha habido más remedio que dormir al raso. Estáis tanto física como moralmente destrozados y por ello el viaje esta siendo muy largo. Tanto Rámon como Alarico deben guardar reposo y curar su heridas con frecuencia, así que habéis aprovechado para recuperar fuerzas en cada aldea que os habéis cruzado.

Los ánimos están muy bajos, pero día a día mejoran. 

Efectivamente, cuando os acostasteis la noche era clara, pero ahora la niebla rodea el campamento y del lugar que señaló Roderic vienen sonidos apagados entre los que distinguís lamentos, aullidos y carcajadas.

Intentáis recoger todo y esconderos, pero es imposible. Eso avanza a una velocidad infernal.

En un instante hace aparición un grotesco carruaje cubierto, pero en lugar de estar tirado por caballos o mulas lo esta por un enjambre de esqueletos encapuchados. El único ocupante es una cabeza humana arrancada de su cuerpo y ensartada en una lanza clavada al suelo del carruaje. Esta abre los ojos y lanza por su boca un vómito de gusanos y podredumbre.

—¡Vaya, por fin os encuentro! —dice la cabeza con una voz tan cascada y vieja como el tiempo—. ¡No sabéis lo difícil que es dar con vosotros!

 Alarico, nada mas ve toda la parafernalia que aparece delante de ellos, cae al suelo de rodillas, y empieza a rezar en latín:

San Miguel de la esperanza, dame suerte para salir de este apuro. Samael, ayúdanos en caso necesario. San Gabriel, protégeme...- hace una pausa- ...protégenos como bien puedas. 

Teodoro, presa del pánico tarda unos segundos en actuar, pero sin pensarlo saca alcanza su arco que descansaba en una piedra y carga una felcha en él apuntando a la cabeza....sin saber muy bien si servirá de algo y dice:

- Por Dios vendito...¿Que quereis de nosotros engendro del infierno? (el miedo se refleja claramente en su voz)

Ramón, que sigue con el cuerpor totalmente destrozado por las luchas pasadas, solo consigue no caerse ante la aparición y permanecer en silencio, intentando no morir ni perderse lo que pase... sabe que si tiene que combatir ahora, lo tendrá muy difícil para salir con vida...

El... bueno, la cosa se presenta como Nisroc, pero dice que podéis llamarle Nemo. Afirma que es un enviado de Lucifer y visto lo visto, no dudáis de su palabra en absoluto.

—Vengo únicamente a avisaros, hombres, de que hay división de opiniones tanto en el Cielo como en el Infierno en cuanto a lo que estáis removiendo. Aunque la cosa no desembocará en guerra civil, al menos no en el Cielo, las cosas andan lo bastante calientes como para que se llegue a la violencia —la cabeza tose pesadamente—, pues ni todos los ángeles ni todos los demonios están de acuerdo en que Lucifer se entreviste con Dios. Algunos ángeles afirman que no se trata más que de una treta del Enemigo, una traición más, un intento de llegar mediante astucias has las Puertas del Cielo. En cambio, muchos demonios, por su parte, tienen miedo de que si Lucifer hace las paces con Dios se clausure el Infierno... ¿y qué sería entonces de ellos?. Por esto las cosas van a empezar a ponerse difíciles para vosotros a partir de ahora... Por suerte contáis con algo de ayuda, tanto de Arriba como de Abajo.

Del interior del carruaje cae y rueda hasta vosotros una redoma de cristal con un líquido oscuro en su interior.

—Está destilado a partir de un trozo de un fruto del Árbol de la Vida —os explica pausadamente—. Aquéllos que lo beban sanarán en el acto cualquier herida. No obstante, os recomiendo que no lo malgastéis, pues no creo que pueda conseguir más.

Una vez entregado su presente, Nisroc se desvanece.

***

La luz del sol, que ya esta sobre vuestras cabezas, os despierta. Habéis dormido mucho más de la cuenta y habéis tenido un extraño sueño, o eso pensáis, hasta el momento en el que veis la redoma colocada sobre una roca, en un lugar bien visible...

 Alarico se despierta abrumado, pero pensando que todo había sido un sueño, se tranquiliza, respira tranquilo, se despereza y se levanta tranquilamente a mear, mientras se estira un poco y se quita las legañas de los ojos. Al hacer esto último se fija en la redoma que está en lo alto de una roca y de la sorpresa cae de suelo al culo.

-Santa Teresa madre de Dios!!!!, pensaba que todo había sido un sueño. Chicos, ei, chicos, vosotros también recibisteis la visita de un tal Nisroc o es solo cosa mía?

Ramón se levanta rápidamente, sobresaltado por los gritos de Alarico.... no ha sido una buena idea. Cae al suelo dolorido, sangrando otra vez...

- ¡¿Se puede saber qu... - Dice cuando su vista se posa en la redoma sobre la piedra. - Es imposible...¿cómo pue... cuándo? ¿Hemos visto todos lo mismo? el carro, los muertos, la cabeza empalada... Dios mio.. cada vez estoy más seguro de que esta empresa nos queda, no grande... inmensa!

 Alarico se acerca a la piedra, y con cautela coge la redoma. Luego se acerca a Ramón y se la da.

-En caso de que sea verdad lo que nos dijo esa calavera, tu serás quien la necesite mas. Guárdatela.

 Ramón mira la redoma con ojos de duda, tal vez algo de curiosidad y algo de miedo. Luego mira a sus compañeros y, sin provar una gota, la guarda en su alforja.

- Vamos, aun nos queda camino hasta zamora y quiero terminar cuanto antes con esto...

Teodoro, que había experimentado cosas que jamás podía ahber imaginado decidió no pronunciarse, pero el jamás tomaría nada que viniera de manos del demonio...aún que visto lo visto a largo plazo todo era posible.

- Vamos compañeros, nos espera un largo viaje y quiero terminarlo cuanto antes para volver a mi vida y despertar de esta pesadilla.