Y otro más...
Si la piel de Ala Rota ya se mostraba blanquecina, ahora estaba empezando a tomar un color amarillento muy poco saludable. Intentando controlar el temblor de sus finísimos dedos, ya que sus alas ya habían dejado de poder volar, el hada pudo retomar su compostura, no sin esfuerzo.
Para empezar, negó con la cabeza, cansada de tener que explicarlo siempre todo. ¿Cuándo aprenderá la víbora peor camuflada del mundo esta a contar las cosas como ocurrieron, y no como le da la gana? Reprimiendo un bufido de desprecio, muy poco digno de un mágico ser como ella, no tuvo más remedio que disentir con la quimera.
-No no no - dijo cotraponiéndose a los ridículos "chi" de su "compañero" - Deja de confundir las cosas, Esclavo. Vale que las serpientes, o al menos familiares muy...lejanos como tú no sepáis distinguir los colores, pero de ahí a confundirme con un cordelito andante...No, no digas tonterías, y déjame contar las cosas como pasaron. Para empezar, la única razón de mi retraso es que estaba asegurándome de que habían puesto los explosivos correctamente. Porque, empezando a conocer a esta panda de rufianes, no me quedaba otra que intentar que las cosas no se desmadraran mucho. Así que comprobé que todos los cables estuvieran bien colocados, para no tener sorpresas, ¡pero ya había una esperándonos! Según parece, el hombre ese de la barba por ojos, creaba los cables con sus propios pelos. Que, espero, fueran de la cabeza, lo que sería una explicación de su extraña calvicie. Y me enteré, porque un trozo del cable rojo empezó a andar, ¡sin ninguna explicación! Vi como conseguía desengancharse del resto convirtiéndose en un nudo con patitas y todo, ¡y ale, empezó a escapar a toda prisa! Y claro, una ya sabía que el asqueroso mechón pelirrojo formaba parte de la importante bomba, así que, sin miramientos, cogí el nudo corredero con mis dos manitas, y me acerqué volando hasta mis "compañeros". Y aquí es donde la quimera empezó a confundir la realidad, efecto de lo que acababa de fumarse, el muy porreta.
¡Claro que me acerqué hasta ellos volando, a toda prisa, pero no estaba riendo como una desquiciada, estaba gritando, señalándoles el mechón de pelo, ¡que ni siquiera eran alicates! Ya sabe usted que los porros producen alucinaciones, pero se ve que en las serpientes-chimpancé alcanzan su mayor paranoia. Y paso a explicar el resto de cosas que dije: ¡No podemos volar Umbría, ni acabar con el borracho Chemo, porque hay un gran problema! Si pudiera, transformaría el mechón y lo volvería a colocar en el cable, pero sólo se me da bien la transformación en calabazas, y así no hay quien trabaje! ¿Se os ocurre algo para acabar con el problema, y poder realizar al fin la misión de la Eternamente Malvada Señora?
Entonces el mechón de pelo empezó a luchar por escaparse de mis manos, gritando una especie de: "¡¡¡quiero volver con mi papá!!!", así que lancé un rayo muy cerca para amenazarlo y que se estuviera quieto si no quería ser pasto de las llamas.
Así que ya ve, mi señora, cómo el efecto de las drogas puede nublar la mente. Le diría que preguntara al Lord Edmundicia o al moco, pero me temo que ya no están disponibles, mi señora.
Con una reverencia, Ala Rota terminó su explicación, atenta por si la Señora Oscura le pedía algo más.
[ Excusa: El nudo corredero ]
Turno para las interrupciones. Hasta el lunes a estas horas.
-¿¿¿Ah sí??? ¿¿¿Ah siiiiii???- Esclavo no cabía en sí de la indignación. Ahora resultaba que el hada rastrera quería zafarse de su culpa echándole en cara el sacrificio que había hecho para no arruinar los nuevos planes de destruir Umbría. Podría ser que la percepción del esbirro hubiera estado un poco alterada por el porro de códigos que había tenido que fumarse, pero estaba seguro de que la polilla había intentado traicionar a su Señora Oscura. Si no... ¿como es que el hada iba a justificar sus actos siguientes?
-Si no traicionaste a la Señora Oscura, cosa de la que no estoy tan seguro que no haya sido así... ¿Por qué fue que negociaste con Chemo para entregarnos? ¿Acaso crees que no veríamos el sillón tan "mullido" que te obsequió a cambio de entregarle nuestra ubicación? [Interrupción: El sofá de los huevos]- Esclavo estaba enojadísimo por la desfachatez de la mosca con varita.
-Verá Señora, cuando esta traicionera esbirra salió, según ella, persiguiendo al cable...- y después el fumado soy yo... ésta parece haber aprendido de Blackadder a "ver" la realidad -... y nosotros nos aseguramos que no volvía a tirarnos un rayo, comenzamos a seguirla para impedir que consiguiera su objetivo de derrocarla. Además, todavía no habíamos podido destruir Umbría, así que no teníamos mucho tiempo que perder. Al ir tras ella, la vimos llegar nuevamente a la feria donde se encontraba Chemo y el resto de sus amigos borrachos. Allí se pusieron a hablar a voz en cuello porque estaban todos ebrios, así que escuchamos como Ala Rota le contaba a Chemo el plan de volar Umbría con C4, le decía como encontrarnos convertidos en calabazas (ella creía que nos había dado con el rayo) y se ofrecía como voluntaria para liderar la expedición para acabar con Usted. A cambio, Chemo le dio unas palmaditas en la espalda, la invitó a brindar con una cerveza para sellar el pacto y le regaló un sofá que había ganado en un puesto del tiro al blanco- enojado, el simiesco esbirro se cruzó de brazos esperando a ver qué explicación coherente se le ocurría a Ala Rota para justificar sus abominables actos.
[El sofá de los huevos]
Aquello empezaba a perecer un tema de corrupción política tanto " que si se vendió a aquel ", " que si pactó con el otro ", aunque siempre era mejor escuchar aquello que no los culebrones que solían montarse pues en otras muchas ocasiones la mujer ya había tenido que escuchar cosas sobre " montas " poco agradables y lo político era menos desagradable de imaginar, aunque seguía poniendo a la polilla en muy mala posición.
- Así que... ¿ en qué quedamos entonces? ¿ Engañándole o ayudándole? - La culpa era de ella por mandar a sus esbirros más tontos a hacer el trabajo de alguien medio normal.
Por unos instantes pensó en esperar a que Ala Rota hablara, pero antes de ello dio uno de los avisos que no solía dar demasiadas veces.
- Me estoy cansando de vuestras tonterías... y como sabéis no habrá más aviso... que para perder el tiempo me voy a un SPA.
Turno para Ala Rota quien tiene para responder hasta mañana a estas horas y puede pasar el marrón en su respuesta si lo desea y tiene cartas para ello.
-Señora, pasaré por alto el hecho de que este pérfido ser, de nuevo, está ignorando mis palabras, reiterando la estúpida idea de que les iba a convertir en calabazas. Lo único que tengo que admitir, es que el nudo corredero era más listo de lo que parecía, y, aprovechando un momento de despiste, en el que me tocó descender al suelo para acallar los gritos y chillidos de pavor de mis tres "compañeros", se escurrió entre mis manos, y saltó hacia delante, intentando huir a toda prisa. Cómo no, Esclavo, que tiene una gran tendencia a fumarse lo importante, y a estropear las cosas, al verlo correr lo pisoteó de tal forma que acabó desmenuzado, inmóvil. Por una parte, podríamos haberlo recogido, pero claro...¡había quedado tan desmenuzado que ya ni cable ni leches, no valía para nada!
Así que, con el corazón encogido por un nuevo fracaso, un plan alternativo tomó forma en mi mente. Y siguiendo el ejemplo que me dieron, de no comentar nada al resto de compañeros, porque visto lo visto, no serviría de nada, me lancé en busca de Chemo and company. Sabía dónde se encontraban, y volando no sería nada difícil encontrarlos, y así fue.
Y le explico lo que paso: Tantos planes que habíamos hecho, y todos fracasados. En el de la granja de Pepito, al menos pude hacer que algunos umbrianos escaparan de Umbría, pero no era suficiente. Ni torturas, ni intentar ganarse la confianza de los umbrianos. Ni siquiera el plan de volar umbría había funcionado. Así que, ¿por qué no hablar directamente con Chemo? Y eso hice. Si hablamos a gritos fue precisamente, porque les conté lo del C4, y les dije que o salían todos de Umbría, a toda velocidad, o íbamos a explotar toda esa casa de locos, de una sentada. Chemo al principio no se lo creyó, pero, viendo los extraños acontecimientos de las últimas horas, terminó accediendo a evacuar toda Umbría, por el bien de los que allí estaban, y sellamos el trato, por supuesto. Pero aquí de nuevo las cosas se complican, mi Señora, y no precisamente por mí. Cuando amablemente el Demiurgo me indicó que podía esperar en el sofá, mientras terminaban de arreglar la evacuación, la quimera andante apareció. En ese momento supe que algo iba a salir mal, ¡como siempre que aparece tal estúpido esbirro!. Alarmada, volé rápidamente hacia él y los otros, que venían detrás, pero la quimera me pegó tal coletazo que salía despedida por los aires unos cuantos metros, y cuando llegué era demasiado tarde. Con andares zigzagueantes, Esclavo fue directa hasta Chemo, y le pegó un cabezazo que lo tiró al suelo, inconsciente. ¡Pregúntale a santo de qué venía eso, porque yo no lo sé!
Indignada, y harta de que todos sus planes acaben mal, Ala Rota se cruza de brazos, furibunda.
Vuestra ama no es que fuera de esas mujeres que gozaban de demasiada paciencia, como bien sabíais, pero estaba empezando a molestarse un poco no por eso, sino porque ya no soportaba más el que aquel hada se pasara el día haciendo " pataletas " y encima, mareando la perdiz de un sitio a otro, como si al final, nunca se supiera demasiado bien lo que estaba haciendo.
- Se acabo, no lo aguanto más!
Aquellas palabras hicieron que el suelo bajo vuestros pies temblara y así, supisteis que el final estaba más bien muy cerca.
El suelo comenzó a resquebrajarse bajo vuestros pies, por todas partes menos en la zona donde estaba vuestra ama, que seguía quieta y tranquila como si aquello fuera una isla a parte.
Pronto notasteis el característico olor del azufre y para cuando el hada miró hacia abajo para ver qué era lo que había, fue consciente de que la lava estaba subiendo a un paso vertiginoso por aquellas grietas, pero... no pudo ver nada más puesto que un chorro de lava salió disparado, dejando tan solo el esqueleto chamuscado de la esbirro, quien se ahorraría así de tener que seguir hablando de Umbría y de todo el tinglado que se había montado.
Esclavo se dio cuenta de que podía salvar el pellejo, quizás porque cuando la mujer lo miró y le señaló a la puerta, intuyó que si no salía de allí en aquel momento no lo haría nunca... Fue un visto y no visto lo que Esclavo tardó en desaparecer de aquel lugar, aunque seguro que no era la última vez que tendría que exponer cosas delante de su señora.
Ala Rota pierde la vida que le queda y muere.
Esclavo pasa a la final.