Loada y misericordiosa señora, permitidme que interrumpa a este felón, que parece que no duda en burlarse de vuestra excelencia.
Claro que había gente jugando en la tienda y desde luego había un "cuervo", nosotros yá habíamos hablado con él, nos iba a dar acceso a Umbría y nos iba a indicar donde escondían los frikipuntos, de hecho también nos iba a dar acceso al carisma y nos permitiría cambiar algo que se llama positivos por negativos. Sin embargo posíblemente él mismo acabó con la vida del pobre desdichado con un trozo de pan reseso. Y no contento con eso, este germen verde diréctamente decidió tomarse un descanso y tomarse una limonada cómodamente apoyado en un chiriguito al tiempo que exclamaba... Yo ya estoy "cansao", que la señora oscura se preocupe de los frikipuntos, a ver si alguna vez mueve un poco el trasero, que ya está bien de enviar a otros a hacer el trabajo, seguro que del culo que se le ha "quedao" ya no puede separarse del trono la muy foca... Literalmente, palabrita del niño Jesus!
[Interrupción] Un momento de descanso.
Groon también tomó la palabra para explicarle mejor las cosas a la señora oscura.
- Mi señora, Gumblich ha omitido la parte en la que se sentó a jugar en la tienda a un juego llamado "Si señor oscuro". Al parecer lo único que tuvieron que decirle para que se sentará a jugar ignorando sus órdenes fue algo así como: "NO HAY HUEVOS". Y claro, allí nos tuvo un buen rato jugando la partidita de cartas a algo que parecía un mus francés sin francés... pero con francés. Vamos, que al final se enfadó porque perdió la partida y se cargó al cuervo que era nuestro contacto. Pero eso si, luego si que tuvo tiempo de parar a descansar y hablarnos de ústed. Pero de mala manera, ya sabe mi ama a lo que nos referimos. El muy gañán...
Interrupción: [Nos quedamos sin huevos]
Las palabras de Gumblich me habían dejado casi igual que como estaba. Me había contado algo, pero tampoco se había esforzado demasiado por decir algo útil o medio útil, aunque bueno, tampoco es que tuviera mucho tiempo para pensar en ello, pues tanto Bonni como Groon saltaron en seguida y comenzaron a hablar rápidamente.
Lo primero que hice fue entrecerrar los ojos con odio cuando escuché a Bonni decir aquello de cambiar positivos por negativos...
- Si es que es normal que no cumplan la misión! No se enteran de nada!
- ¿ CÓMO QUE CAMBIAR LOS POSITIVOS POR NEGATIVOS? ¿ NO HAN SIDO CLARAS MIS ÓRDENES? - Ya me daba un poco igual lo que hubiera contado, pues a estas alturas. - TE RECUERDO QUE POR LO QUE TENÍAIS QUE CAMBIAR ESOS POSITIVOS ERA POR CALABAZAS Y LOS FRIKIPUNTOS, POR CROMOS DE LOS OSOS AMOROSOS! COÑO QUE ERAN DOS FRASES, TAMPOCO TENÍAIS QUE ACORDAROS DE TODO LO QUE PONE EN EL NECRONOMICON!
Groon dijo algo de unos huevos o de que no los había, pero vamos, que ahora mismo a lo único que prestaba atención era al latido de mi propia sangre en la vena que tenía totalmente hinchada en el cuello.
Tras hacer un gesto con la mano, unos enormes golems de piedra de dos metros y medio cada uno, eso sólo de alto, aparecieron en la sala. Uno de ellos cogió a Bonni de los pies y el otro, hizo otro tanto con Groon. Lo divertido fue cuando empezaron a golpear el uno con el otro y empezó a salpicar la sangre y a sonar huesos rotos en cada golpe!
Cuando los cuerpos quedaron demasiado blandurrios para poder seguir con aquello, los golems desaparecieron, llevándose lo que quedaba de sus cadáveres que no estaba esparcido por el suelo.
Tras aquel interesante reparto de golpes en los que mi grupo de esbirros había quedado reducido a tres, volví a mirar a Gumblich.
- ¿ Qué estabas diciendo?
Bonni pierde una vida y muere. La Señora Oscura no ha llevado bien ese descuido xD
Groon... no se puede interrumpir si no te quedan cartas para hacerlo. Pierde una vida y muere.
Turno para Gumblich quien tiene hasta mañana a estas horas para responder.
El otrora (nadie sabe cuando) legendario goblin, parecía caído en desgracia tras las calamitosas atrocidades que sus compañeros servidores habían contado que hizo, todo apuntaba a que aquello había de terminar tan mal o peor aún que los sesudos chivatos cuya pulpa aún se afanaban por intentar arrancar del suelo.
Procedió con su calma habitual precedida de un intenso temblor al más fino estilo, para dar más copete al solemne momento -: Extremada malignidad de supurantes ambiciones y planes maestros tan grandiosos como malévolos, me permito rogaros mesura y algo de tiempo para explicarme, pues si bien todo cuanto han contado esos infelices es cierto, al mismo tiempo no es lo que parece.
Tras semejante preludio tomó aire, arrugando un poco el ceño por si un rayo caído del cielo le peinaba la raya en medio, pero no, aún podía decir algo más -: El misterio del asesinato del pan no era más que una pantomima para cogerme desprevenido, el dichoso cuervo jugó una carta de magic: "El dopplenganger" y automáticamente un sirviente con mi mismo gesto adusto y ese verde resultón que me caracteriza, apareció de la nada y comenzó a hacer los disparates que han contado sobre mí. Yo, mientras mis compañeros me confundían con mi copia, luché con una barra de pan láser con el cuervo a muerte mortal; ¡Chiusss! luego ¡Ñiaaaauuu! después ¡Zasssspuigh! y conseguí cercenarle el dedo con el que portaba el anillo único, de rodillas ante mí tuvo que darme la llave con la que abrir las puertas de Moira, o Umbria en lengua común.
El goblin cambió el semblante, su alegría tornóse triste y compungida afectación -: Mas quiso la fortuna adversa que de nada sirviera, pues en cuanto me reuní con mis compañeros, resbalé sobre el montón de huevos rotos y la llave cayó sobre Oculus al que no se le ocurrió otra cosa que tragársela.
Se encogió de hombros entristecido -: Ni que decir tiene que la digirió antes de que pudiésemos desenfundar nuestras barras de pan láser.
[Paso el marrón a Oculus]
Había que reconocer que este tío verde tenía una forma de hablar la mar de peculiar y bueno, era probable que si le dejaba hablar mucho más, tuviera que arrancarle la lengua o quizás alguna cosa más divertida que se me ocurriera, pero por el momento, lo mejor sería fijar mi atención en el que supuestamente tenía aquella llave.
- Guisante! - Ya no me acordaba de su nombre y si me acordaba, me daba un poco igual, pues a partir de esta visita a mi sala del trono sería oficialmente llamado así. - ¿ Conseguisteis usar esa llave para entrar en Umbría?
Miedo me daban. Cada vez que estaban cerca de hacer algo útil se les iba la " galleta " y les pasaban cosas que no sabía si las recogerían en el libro guinness de las estupideces.
Eso sí, ahora los tres gatos que me quedaban delante tenían pocas posibilidades de que les pasara por algo. Seguro que eso lo tenía más asustaditos todavía, con lo que me gustaba...
Turno para Oculus. Tienes hasta mañana a estas horas.
Era curioso cuanto menos darte cuenta de que a pesar de que acabaras de matar a dos de los esbirros presentes de una manera bastante cruel, aún había alguno por ahí que decidiera que no quería abrir la boca cuando le estaban preguntando a él directamente.
De todas formas, no iba a esperar demasiado por una respuesta, por lo que al ver lo que había, decidí pensar una manera de darle una lección. En fin, ya que era un guisante, lo mejor sería cocinar con él.
Un lacayo vestido de chef apareció delante de Oculus y directamente, lo echó en una sartén gigante llena de aceite hirviendo para darle en él un par de vueltas. Eso sí, chillaba como un cerdo en plena matanza.
Así, para cuando salió de la sartén, Oculus parecía más una pasa que un guisante.
- Espero que con esto hayáis aprendido todos a no quedaros callados! - Me parecía que estos no iban a aprender nada aunque se lo tatuara, pero yo seguía intentándolo.
Eché un vistazo al resto de esbirros, pero a estas alturas ya me daba igual que hablara uno u otro.
- Mucoso! ¿ Entrasteis en Umbría o no?
Oculus pierde una vida.
Turno para Mucoso, quien tiene hasta mañana a estas horas.
Definitivamente, estos esbirros debían ser un poco lerdos, como poco, pues a pesar de que estaba preguntándoles y de que habían visto las consecuencias por ellos mismos, no eran capaces de responder cuando se les preguntaba.
- Tenía que haberlos pedido en otro catálogo, estos esbirros no valen para nada...
En fin, de nuevo necesitaba escarmentar a mis esbirros, así que lo primero que hice fue hacer aparecer una montaña de insectos encima de mucoso, que no tardaron en mezclarse con sus mucosidades, haciendo que su aspecto fuera realmente asqueroso, por no decir que dejaron el suficiente veneno encima suyo como para hacer que se cayera al suelo entre convulsiones, gritando dolorosamente hasta que al fin dejó de moverse.
Desde luego lo que estaba haciendo era toda una limpieza en aquella sala.
Volví la vista hacia el único que me había respondido últimamente.
- Entonces ¿ qué? - Pregunté sin añadir nada más, porque ya tenía un mosqueo que no era ni medio normal.
Mucoso pierde una vida y muere.
Turno para Gumblich quien tiene hasta el lunes a estas horas.
Sempiterna oscuridad de inefable grandeza, acudo presto y solícito a vuestro requerimiento, sabed que en el camino a Umbría ya habíamos dado grandes pasos, abatido a uno de los cuervos y visto la forma que tenía la mítica llave, la razón y la lógica parecían demandarnos que, simplemente, acudiésemos a un buen cerrajero para que, con nuestra exacta descripción, nos proveyera de una copia útil.
El plan sin resquicios había sido descrito, sin embargo no tuvo éxito ¿cómo pudo fallar? Se preguntaban todos los presentes, la respuesta no se hizo esperar:
Otro de esos llamados grajos, o cuervos, nos siguió sin percatarnos de ello, tal vez avisado y guiado por mi doppelganger que aún seguía dando la lata; cuando estaban a punto de entregarnos la llave, cuando mis dedos ya acariciaban el preciado objeto, en un momento que habríamos de recordar siempre como precursor de nuestro triunfo, de repente, de la nada, apareció aquel desalmado golpeándola, alejándola de mis manos con cruel acierto.
Excusa: [ Karate Kid]
Turno para las interrupciones. Tenéis hasta el lunes a estas horas.
Desde luego había que ser un poco despistado para que te hagan perder la llave de una mano, pero bueno, esto ya era lo que menos me podía sorprender de mis esbirros, que siempre eran casos únicos en cuanto a nulidad se trataba.
- Así que se te cayó la llave... - Puse cara de circunstancia al escuchar aquello, pero quizás la hubiera podido coger después, por lo que por el momento, traté de sosegar mis instintos. Además el único compañero que le quedaba, guardaba un sepulcral silencio todavía, por lo que debía estar en lo cierto...
- ¿ Conseguiste recuperar esa llave? ¿ Qué hicisteis con el tipo ese?
Eso era, tenía que hacer preguntas simples para que todos los esbirros pudieran entenderla, aunque este hablara como si se hubiera tragado un diccionario.
Turno para Gumblich, quien tiene hasta mañana a estas horas para responder.
¿La llave?, sí, sí, mi señora oscura enseguida expli... ¿el tipo? sí, sí, nunca suficientemente bien ponderada malignidad, permitir que aproveche esta ocasión para manifestaros toda mi admiración, respeto y más admiración y respeto aún.
De la frente del goblin, a un milímetro del enlosado, se desprendían grandes gotas de sudor, parecía que se estaba quedando ya sin excusas y que su pobre capacidad para el discernimiento había tocado techo. Tomó aire al erguirse lo justo para comprobar que el otro servidor que quedaba seguía inmerso en un mutismo de lo más conveniente y arriesgó una teoría a lo que había sucedido, ya que en su memoria los acontecimientos eran de lo más confusos.
Recuerdo con claridad diáfana como la llave rebotó contra la pared, luego contra el suelo, después contra el piano de cola y por fin cayó por la taza del váter que, desafortunadamente, alguien había dejado abierta -Al decir "alguien" miró con intención al silencioso Oculus- lo que nos obligó a viajar a las alcantarillas, seguidos de cerca por el cuervo y mi doble benigno.
En aquel inframundo vivían criaturas perturbadas, con ansias carnívoras y buenas dentaduras, lo que hice fue cabrear bien a la jefa de todas ellas, para ello me vi obligado a hacerle un calvo, sí, lo sé, no era apropiado ni honorable, pero sí tremendamente eficaz. Luego salí corriendo y me oculté en la misma esquina por la que venían corriendo nuestros perseguidores que se dieron de bruces con mi otro perseguidor teniendo lugar una vorágine de sangre, dientes, cercenamientos, más sangre, dos o tres vísceras, un colon, todo ello aderezado con sonidos de huesos rotos y tendones masticados.
Ocultos en las sombras, después de aquello, nos acercamos a la llave que descansaba en un callejón sin salida emitiendo una pequeña luz, de repente Oculus se lanzó hacia ella como embargado por una furia inusitada y una voluntad nueva diciendo a grandes voces -: ¡La llave será mía, Umbría será mía, yo conquistaré y seré el rey del mundo Muajajajajaja!
Aquello atrajo la atención nuevamente del colmilludo y por su culpa, tuvimos que salir corriendo de las alcantarillas, ignoro que fue de la llave, solo él lo sabe.
Miró entonces acusatoriamente a Oculus mientras lo señalaba sin el menor rubor con su dedo índice extendido.
Empezaba a creer que el guisante siempre la estaba jodiendo, pero claro, también cabía la posibilidad de que su compañero la hubiera tomado con él y se las estuviera comiendo con patatas. De todas maneras, si algo tenía claro era que si el río sonaba era porque llevaba agua, así que casi estaba segura de quién la había liado allí.
- ¿ Querías ser el rey del mundo? - Eso me recordaba a ¿ Titanic ? - ¿ Desobedeciste mis órdenes?
Empezaba a pensar cuántas recetas con guisantes conocía, pues iba a aprovecharlo para una de ellas no tardando demasiado. De todas formas, como me gustaba torturar un poco a mis esbirros, le dejé un tiempo para que se excusara, aunque muy buena tenía que ser su excusa para poder salvar el pellejo.
- Espero que tengas una buena explicación para tu actuación, pero QUE MUY BUENA!
Turno para Oculus, quien tiene hasta mañana a estas horas.
Nada. De nuevo silencio y esa vez ya no pensaba soportarlo más. Estaba hasta las narices de preguntar las cosas a estos estúpidos esbirros y que no me respondieran absolutamente nada y eso, me frustraba mucho, por lo cuando la impaciencia me pudo, que fue más bien en seguida, solté un rugido que incluso hizo temblar el salón del trono.
Las puertas del salón se abrieron y por ellas entraron las bestias que tenía como animales de compañía, aunque entraron para liarse a garrazos con el guisante, jugando con él como si fuera un ovillo de lana.
En cuanto los cachos de guisante comenzaron a salpicar por aquí y por allá, Gumblich miró hacia la puerta y seguía abierta, lo cual, debía ser una señal o algo.
- NO SÉ DE DÓNDE SALEN ESTOS ESBIRROS! UNA COSA ES QUE NO PUEDAN TERMINAR UNA MISIÓN, PERO QUE ENCIMA NO QUIERAN CONTARTE LO QUE HICIERON...!!! - Eso era algo que como señora oscura me llevaba a los demonios.
Era el momento de largarse de allí. Ya nadie prestaba ninguna atención al único esbirro que quedaba en pie, así que aquello era un sálvese quien pueda.
Oculus pierde la vida que le queda y muere.
Gumblich finalista del primero de los grupos. Para jugar la final deberás esperar a que terminen los otros dos grupos. Enhorabuena!