Partida Rol por web

Cuando entramos en el vagón criogénico me quedé parado como el resto mirando esa especies de cápsulas en las que había seres de sexo inespecífico en suspensión criogénica, deformados y sin apenas facciones reconocibles-¿Pero qué coño es esto?-miré asqueado los cuerpos inanimados-Parecen que están a medio hacer..-puse cara de asco acercándome con cautela a una de las cápsula mirando al medio rostro del cuerpo que había ante mí.

Pero de repente ese ser abrió los ojos-¡Joder!-exclamé dando un paso hacia atrás asustado, mirada era extraña, pero había clavado sus ojos en los míos y no eran nada tranquilizadores-Echaos atrás y no os acerquéis, estos ataúdes de hielo podrían...-mi frase fue interrumpida, por el sonido de apertura de la puerta de cristal, dejando que aquella criatura se avalanzase sobre mí.

Intenté esquivarla, pero me fue imposible, reaccioné un segundo tarde lo que me hizo perder el equilibrio y tirándome al suelo-¡Mierda!-mascullé intentando alzar el arma y apuntar al cuerpo de ese ser. Me tenía literalmente atrapado, Apliqué toda la fuerza que me fue posible contra la criatura rezando porque fuera suficiente para acribillarla sin morir en el intento.

Las palabras de Jake me reconfortan, pero creo que ha malinterpretado el motivo de mis náuseas. En cualquier caso, ahora no es importante. Palmeo la mano que ha dejado sobre mi hombro, asintiendo, y le sigo hacia el siguiente bloque de vagones.

Entramos lentamente pero con cierta falta de sigilo dentro de una especie de compartimento helado. Hace incluso más frío que en tercera, pero a lo mejor es por el ambiente que se respira, con tanta quietud y tan... blanco y pulcro todo. Hay un montón de cámaras de cristal por las paredes, donde, con un respingo, reconozco dentro un montón de seres que... que podrían ser humanos. 

-¿Están... están muertos? -Murmuro, mirando uno de ellos con curiosidad científica. 

Hasta que abre los ojos.

-Su puta madre -exclamo, con un sobresalto, y es el grito de Roland a mi espalda lo que me salva de que el bicho que estaba observando me arranque la cabeza de un bocado, pues de puro susto doy un salto hacia atrás en el momento en el que este se inclina hacia mí. Así pues, el hombre congelado pierde el equilibrio y se acaba abalanzando casi a peso muerto sobre mí, haciéndome resbalar sobre el suelo y caer.

En un enredo de miembros congelados y capas de ropa, pingüino humano y yo nos precipitamos hacia el suelo, y en la caída me golpeo la parte posterior de la cabeza contra este. El golpe me aturde durante unos instantes, mientras por pura supervivencia mis brazos continúan protegiéndome el rostro y de las arremetidas del monstruo sobre mí. 

Aun no había digerido la muerte de Henry, tal vez nunca pudiera pero había que continuar avanzando. Los codigos de seguridad funcionaban y pasaban sin problemas de uno a otro vagón. Esta situación tensaba cada vez más a John. En parte por necesitar descargar su ira contra algo y en parte por ser jodidamente raro que supieran de su avance pero no se hubiera tomado medidas para evitarlo aparte de soltarles a dos pobres desgraciados que cayeron junto a Henry.

Vio de reojo a Olya con cara de querer vomitar.- Pierde niños.... ¿No estaras preñada?.- pregunto a la chica, sólo por tocarle las narices mientras pasaban delante de aquellos cadaveres envasados al frío. 

Esas cosas tenian algo raro, no comprendía que personas quisieran ser despertadas en el futuro con carne de menos en el cuerpo, aunque los ricos eran gente rara de todas formas.

Entonces esos hombres comenzaron a despertar, a abrir las capsulas de improvisto y a tirarse sobre sus compañeros. John estaba entrenado, pudo hacer una finta y esquivar al que estaba a punto de caerle encima. Aquello era una trampa, se dio cuenta y toda la ira de su enorme cuerpo se descargo a patadas en la cabeza del medio-hombre que se le había tirado encima.

Había pasado un momento de Shock por el sacrificio de Henry. No era un mal tipo, pero tampoco debía sacrificarse a lo loco por los demás... Sin duda era un heroe... pero ahora me sentía culpable por ello. Simplemente, no debía dejar que nadie más se sacrificara.

Al llegar a la sala de criogenización aquellas cosas eran simplemente monstruosas. ¿Era aquí donde Roger había pasado un tiempo? ¿Donde? No pensé que Roger fuera uno de esos pero sin duda... lo que estaban haciendo era horrible y probablemente era contra nosotros.

Sin embargo estabamos un tanto distraidos y no vimos que se abalanzaron sobre nosotros algunas de esas criaturas. Al ver que uno derribaba un poco a Jake me preocupé - Jake... - Pero quien de verdad me preocupaba era... - ¡Olya! - Sobre todo cuando la ví caer al suelo con uno de esos bichos. Entonces fuí a intentar quitarselo de encima, pero uno de ellos me atacó dandome de lleno en la pierna haciendo que me cayera al suelo antes de llegar a ella.

Los pasajeros o lo que fueran que estaban en los tubos criogénicos salieron de donde estaban confinados tomándonos por sorpresa. No sabía nada del sistema de criogenización, Gilliam nunca me había enseñado nada de esto.

Solo me di cuenta cuando fue demasiado tarde. Una de esas cosas se abalanzó sobre mi dándome un zarpazo o lo que fuera a traición en la espalda. La garra desgarró tejido y carne, haciéndome caer al suelo, dolorida y magullada. Sobre todo asustada.

La sangre empapaba el suelo y yo resbalaba en mi intento por quitar de mis piernas a ese ser que había caído conmigo al suelo impidiéndome seguir arrastrándome hasta la puerta de entrada de salida. Un vano intento de escapar, al menos.

- John!!- grité pidiendo ayuda al ver que el guardia gigantesco se había librado de su atacante, espachurrándole los sesos, por el suelo.

A los demás no les salió mejor la jugada.

A Roland se le encaramó uno en la espalda, como si fuera un saco agarrado con correas a la espalda y le arrancó de cuajo la oreja mientras él gritaba Y se tiraba hacía la pared mas próxima, intentando aplastarlo contra ella. Ese bicho estaba demasiado pegado a el para  quitárselo de esa forma. Ahora había sido la oreja, pero su cuello estaba peligrosamente cerca.

La asiática Ha recibió un mordisco en el cuello, por detrás de la espalda que la hizo caer al suelo agarrándose asustada la zona afectada. Una vez en él, varios bichos fueron a atracarla, haciendo piña como si fueran hienas hambrientas.

En la marabunta que se formaba, a Olya la empujaron, haciendo que tropezase y cayendo al suelo. Y tan pronto estuvo en el, aturdida, uno de los bichos le saltó encima, tratando de morderla, dando mordiscos al aire mientras ella le sujetaba con fuerza, como pedía los brazos al monstruo. Era una lucha en la que el congelado no la alcanzaba por poco, pero si no hacían nada, al final, lo haría.

Alan se dió cuenta de que Olya estaba en peligro, y cuando fue a ayudarla uno de los desechos humanos se tiró a por él, agarrándolo por la pierna y tirando de él. De esta manera a Alan le era imposible llegar a ayudar a Olya. Ahora necesitaba preocuparse de él ya que el bicho le mordió en la pierna, agarrando carne y dejando una fea herida. EL bicho escalaba hacia Alan, peligrosamente, arañando cada centímetro de su cuerpo según avanzaba.

Jake también estaba en problemas. Era hábil, pero cuando quiso alzar el arma contra los bichos, uno se le interpuso girando su arma. Jake la puso entre medias como medio de protección. Y ambos luchaban, uno por intentar sobrepasar el fusil y el otro por poder girarlo lo suficiente como para poder disparar. Una lucha sin cuartel en la que el ser, no se detendría.

Roger era, al igual que John, uno de los pocos que quedó libre. Esquivó a uno y consiguió dispararle a tiempo justo de que se abalanzase sobre él. Cuando vio a Ha, su amor, con los bichos encima, disparó un par de cargas contra ellos y mató a algunos, pero aún había un mas sobre ella. Se quedó paralizado en el momento que se dio cuenta de que, si disparaba, podía darla a ella.

¿Que hacer?

En ese momento, en medio de todo el caos, la puerta del vagón se abrió de improviso

Un ser deforme salió de las puertas gritando como un loco.

Era enorme, y tenía un delantal de carnicero, cubierto de sangre. Tenia un cuchillo en la bocha y cuando abrió las puertas de golpe, se lo quito con la mano gritando como un loco y entrando dentro.

-... COMIDAAAA!!!-

la sorpresa fue demasiado, siento como me golpea en la espalda, y un frio espeluznante lo siento en mi espalda .... pero anda comparable cuando siento como algo muerde mi oreja, como si deseara arrancarmela

- Joder puta,criatura .... - veo a la helada criatura y me lanzo contra la pared, tya que soy incapaz de darle con el arma, y mucho menos quitarmela de encima, ya que me tenia sijeta de forma fuerte y poderosa 

Con todas mis fuerzas me tiro contra la pared intentando que se desenganche, sabiendo que la oreja terminaria destrozada por sus sucias mandibulas, pero al menos podria serguir hacia delante y estar con Elaine

-¡CAROL!.-Grito John viendo que estaba herida, por un momento no vio nada más, nisiquiera le importo que le comieran la oreja a uno o se quisieran merendar al resto. John fue directo a por ese engendro y le sacudio una patada brutal en la cabeza para que soltara a la mujer.

Despues iria a ayudar al resto, cuando estuviera seguro de que Carol estaba segura, al menos tan segura como podía estarlo en aquella situación.

Era una trampa,todo aquello era una trampa pero a John ya no le importaba nada. Habian hecho daño a Carol y lo pagarian.

Con los ojos inyectados en una ira homicida John escucho al engendro del cuchillo clamar por alimento.- ¡LA POLLA ME VAS A COMER, SACO DE MIERDA!.- grito furioso a aquella cosa.

Con ese cabrón encima no podía fijarme en los demás tan solo escuchar varios gritos mientras luchaba por zafarme de aquella bestia a medio hacer, el rifle estaba atrapado entre mi pecho y el suyo, pero al menos me servía de ligera protección manteniendo una ligera distancia de seguridad evitando que me diese un bocado.

-¡Hijo de puta, lo que te vas a comer es un buen puñado de plomo!-exclamé luchando con todas mis fuerzas evitando que me mordiese.

Consegui doblar mi rodilla para intentar echarlo a un lado, liberarme y acribillarle, el cabrón era pesado y se resistían, era él o yo y yo debía ganar esa batalla porque necesitaba verla, tenía que verla de nuevo, no podía morir ahora, sería injusto, cruel y todo aquel sacrificio no había servido para nada.

-¡Cabrón muere, AHHH!-exclamé con toda mi furia.

Sin prestar atención a todo lo que sucede a mi alrededor, me concentro en quitarme al monstruo congelado de encima. El cabrón pesa como si John se hubiese comido a Jake, apesta como las taquillas de los guardias y se parece a lo que acabo de vomitar allá atrás, pero ignoro todo eso mientras repto por el suelo con el objetivo de alejarme lo suficiente de su boca para alcanzar la pistola que llevo oculta en la cintura del pantalón. Todo sucede muy deprisa, nunca había usado ninguna, pero no hay que ser un genio para coger una semiautomática, apuntar y disparar.
Trocitos de carne helada estallan en todas direcciones, haciéndome cerrar los ojos y desear también poder cerrar los oídos. Joder con los decibelios de las pistolas. Las próximas, con silenciador.

Me retiro los restos humanos de la cara frotándomela con rabia, y cuando al fin consigo parpadear sin verlo todo rojo, es cuando descubro al carnicero.
Vale, ¿recordáis todo lo que había dicho del tío que me estaba atacando? Lo retiro. Este hijoputa sí que parece que le hayan cagado en lugar de parirle.

Me daría lástima si no tuviera pinta de que nos quiere como guarnición de su próxima cena.

Aquel ser me había agarrado y además para bien con sus colmillo. Lo que salió de mi boca fue un grito de dolor al notarme presa de sus fauces. Intenté aferrar bien el arma para tratar de dispararle a la cabeza.

Tenía que librarme de esa cosa y salvar a Olya, si o si. Por suerte Olya se las estaba apañando contra ese bicho. Jake por otro lado parecía también tener severos problemas. Tenía que pensar en todos como me habían dicho miles y miles de veces... pero era mi responsabilidad hacer que todos llegaran vivos a la cabeza del tren. Era mi responsabilidad hacer que todos vivieran si había una posibilidad de sobrevivir

Tenía que pensar en la integridad de todos, incluidos los no presentes. Por ello comencé a disparar a la cabeza de ese bicho y después trataría de matar a los que estuvieran en más problemas, en especial con aquella cosa que había entrado ahora en escena. - ¡Olya! ¡Jake! MUERE BICHO DEL INFIERNO

Situacion para Kaidan.

Al abrir Rafaello la puerta te encuentras con que dentro del vagón criogénico, tus compañeros están siendo atacados por unos " hombres" que parece que han salido del los tubos criogénicos.

Todos, de una manera u otra están en serio peligro.

John está libre y machacando sesos por ahí, y acaba de percatarse de Rafaello. Olya y Jake tienen, cada uno, a un Bicho encima, forcejeando. Roland tiene un bicho en su espalda "comiéndole" literalmente la oreja XD. Cj esta con una herida en al espalda, tirada en el suelo arrastrándose, con uno de los bichos escalando por sus piernas hacia ella ( John la salvará, no te preocupes por ella) Y Ha tiene como 2 o 3 bichos encima suya. Roger está libre apuntando hacia los bichos de Ha pero no tiene un blanco claro y la puede dar.

Se colocó en posición con el carrito lleno de barritas de proteinas y esperó a que Raffaello abriera la puerta con su descompensada fuerza. Finalmente lo consiguió y el gigantón saltó hacia el siguiente vagón. Si lo que había visto en el vagón de suministro de porteinas ya le parecía horroroso, lo que vio al entrar en el que a todas luces era el de criogenia, parecía directamente sacado de una pesadilla.

Como había supuesto, los que provocaban los ruidos que había oído a través de la puerta, eran sus compañeros... atacados por unas criaturas humanoides de piel de escarcha que salían de los diversos congeladores. Le vinieron a la mente unos seres similares de los que le habló Gilian en su día, y que salían en una serie de moda de gran éxito cuya calidad fue descendiendo con el tiempo. Aunque joder, qué bien estaban hechos los efectos especiales, era una frase que repetía a menudo el anciano.

Pero aquello poco tenía de fantasioso, sus amigos estaban en peligro real y tenía que ayudarlos - ¡Raffaello, ayúdalos! ¡Ayúdalos y te llevaremos a ver las luces! - le gritó al hombretón, su sobredimensionada fuerza y el enorme cuchillo que llevaba consigo sin duda supondrían una gran ventaja contra aquellas cosas, pero no sabía si le haría caso, así que no se limitó a esperar. Empujando todavía el carrito de las barras, cogió toda la carrerilla que pudo y lo estampó contra la criatura que tenía arrinconado a Alan. Sin perder un segundo, sacó el pedazo de tubería que llevaba encima y lo descargó con todas sus fuerzas contra la cabeza del que estaba atacando a Roland.

Jadeo, al librarme de el cadáver congelado que tenía encima, y es entonces cuando veo a Kaidan. Haciendo migas con... con eso. 

Joder con el chatarrero.

John había conseguido librar a Carol del agarre de su propio zombie particular, mientras que Jake se dedicaba a convertir uno en un colador, al igual que Alan, quien parecía sentirse tan responsable de todos nosotros que no dejaba de repetir nuestros nombres. 
Una oleada de sudor frío me sobreviene en el momento menos esperado, pero ya que no tengo nada más que vomitar, consigo contenerlo, mientras me llevo una mano al vientre.

Tranquila, si duele es que está curando.

Echo un vistazo en derredor. Kaidan se ha precipitado para ayudar a Alan, y sólo queda Roland, arrinconado contra la pared como un preso guapo elegido por un guardia poco escrupuloso. Avanzo un par de pasos, prácticamente a trompicones, y disparo contra ese monstruo, deseando muy fuerte no atravesar su cuerpo y acabar alcanzando a Roland.

Golpeo con violencia a la criatura contra la pared ..., sabia que mi vida dependia de aquello, asi que me lance con gran violencia, y en el primero no, pero en el segundo siento como suelta mi cuerpo y su boca me arranca un trozo de oreja ( no entera ), consiguiendose apartar en el justo momento que con los ojos cerrados dispara la profesora ... parecia que no estaba acostumbrada, pero la verdad es que no me habia matado asi ... que no podia quejarme

- JODER MUERE PUTO POLO - la criatura grita llena de dolor, mientras salpica una sagre espera y helada asi como iun fluido azul parecido al liquido criogenico, lo cual podria explicar sus pintas y temperatura.

Consigo volver en mi, y intento ayudar a todo el que estaban en problemas ... pateando y disparando si fuera posible ...

- Joder esto es peor de lo que jamas podria imaginar esta gente son unos locos avancemos YAAAA - la verda es que viendo estos zombis solo podioa pensar como estaria mi amor, estaria bien, espo esperaba porque si estuviera herida o muerta, croe que enloqueceria y acabaria con todos sin piedad ...

Para Rafaello aquellos bichos solo eran polos de carne poco hechos.

Después de pasarse media vida despellejando cosas, ver las cámaras abiertas, y esos humanos fuera solo podía significar una cosa: La comida congelada estaba viva! Eso no era buena señal. ¿Como te sentirías tu si al abrir la nevera un tomate te habla?

La voz de John asustó al gigante deforme, que le hizo dar un par de pasos hacia atrás. Por su actitud y su forma de vestir tenía la pinta de ser uno de los guardas. Y los guardas eran malos con Rafaello. Cuando iban a por la comida para los de 3ª se reían de el, le tiraban de las orejas puntiagudas y le hacían otro tipo de bromas pesadas. Casi todas relacionadas con comer cosas que le salían del culo. Eso cuando por algún descuido Rafaello no estaban tan pendiente y entonces la emprendían con él a palos.

Tan solo la voz de Kaidan, su nuevo amigo, le sacó de aquel medio miedo que sentía, miró a su alrededor y comenzó a dar cuchilladas a todos los seres que veía. Intentó llegar hasta Ha-Neul, poco a poco, y los frigodedos se dieron cuenta, en su escasa inteligencia, que se unieron y se le subieron a Rafaello como ratas gigantes por todos sitios. El se los quitaba de encima de un manotazo, epachurrándolos, literalmente contra los mamparos, pisándoles la cabeza o cogiendo a alguno y abriéndolo en canal, para tirar luego de ambos brazos y separarlo como si fuera la cascara de la pulpa del plátano.

Pero fue tarde.

Para cuando llegó hasta la asiática, esta estaba medio devorada, con las tipas por fuera y la cabeza casi arracada, pendiente de un hilo.

Rafaello se volvió hacia Kaidan con cara de tonto ( mas aún)

- Lo...lo he intentado, Kaidan. Lo juro.- Luego miró a John, con cara de asustado- Lo juro por el Niño Jesus. No me pegué, señor. Lo he intentado...-

-Arg- Se quejó Cj.- Coge el Botiquín, hay vendas.- Dijo dolorida mientras se intentaba reincorporar en los brazos de John.

Tenia una fea herida y si no hubiera sido por John no lo habría contado.

El resto se libró matando a sus contrincantes, unos de una manera mejor que otra. Alan estaba herido en la pierna y a Roland le faltaba media oreja. El resto estaba solo magullados y con la mala impresión de que las cosas iban de mal en peor. Las esperanzas estaban por los suelos, así como muchos cuerpos de compañeros de 3 que no pudieron sobrevivir. Los cuerpos solo se distinguían en que unos iban vestido y otros estaban desnudos completamente.

Una pequeña carnicería en el frigorífico del tren.

- T-tengo que mirar a los heridos John, llévame a un sitio donde me pueda sentar. - Cj miro a los ojos a John con algo de pena.- No esperaba que ocurriera algo así.