De repente, el pesar se apodera de mí como un visitante no invitado. Jamás imaginé que me vería en la tesitura de tener que decidir qué ceremonia fúnebre aplicar a un cadáver, y mucho menos al de un hombre con quien he estado hablando y recorriendo los caminos hace apenas unas horas. Ahora es tan inerte como la piedra y la tierra, su alma perdida entre este reino y el venidero.
Y ni siquiera sé cuál es su fe.
En completo silencio, aunque con la expresión visiblemente afectada por la consternación, reviso el cadáver y sus pertenencias en busca de algún indicio de su credo. Mòr tiene razón. Lo importante no es en qué creamos nosotros, sino lo que Gowan habría deseado.
Motivo: Erudición
Tirada: 1d10
Resultado: 9(+2)=11
Hago una tirada de Erudición y no de buscar, ya que entiendo que si Gowan portaba alguna clase de símbolo sagrado, no lo llevaría muy escondido. No sé qué dificultad asignar a la tirada, así que tiro a ciegas, pero imagino que si era soustrainita, la dificultad para reconocer los símbolos de mi fe debería ser menor...
No ves que el soldado lleve ningún tipo de símbolo religioso, ni en la conversación que mantuviste con él dio muestras de seguir unas creencias u otras. Sabes que en Taol-kaer los seguidores del Templo no son habituales y, por los libros que habéis encontrado, nadie se ha unido a tu fe desde antes de la Guerra, así que parece improbable que Gowan fuera soustrainita.
Te contesto sólo a ti, para que puedas actuar según te parezca.
Ean estaba sentado junto al fuego hablando con Yldiane cuando Urvan dice de enterrar al cadáver. El arquero está a punto de levantarse para ayudarlo en el momento en que Mòr se ofrece.
El arquero se encoje de hombros, luego se estira bostezando y recoge el arco que reposaba junto a él.
-Está bien, yo haré la segunda guardia- Dice mientras acompaña a los dos hombres a la salida.
-No tardéis amigos.
Y sin más, arco en mano, se queda en la entrada vigilando mientras espera el regreso de los dos.
—No… No sé en qué creía Gowan. No hablamos de ese tema. —Mi mirada se hunde en el suelo a medida que hablo—. Aunque aquí, los fieles del Dios Único no somos muy numerosos. Tal vez tengas razón en lo de incinerar su cuerpo… No lo sé. Solo quiero dejar esto atrás. —El cansancio se hace patente en mis palabras. Con Gowan muerto y ningún modo de averiguar cuál habría sido su última voluntad, las disputas religiosas carecen de sentido. Un cuerpo enterrado atraería alimañas hambrientas, «o quién sabe qué», pero el fuego ahuyenta a las bestias. Supongo que mi fe no es tan fuerte.
Cuando oigo a Ean ofrecerse para el segundo turno de guardia, alzo tímidamente la mano, reservando el tercero para mí. A fin de cuentas, no creo que vaya a dormir mucho esta noche.
Me dispongo rápidamente a ayudar a Urvan con el cuerpo, para que no tenga que arrastrarlo.
- Estoy de acuerdo con Mòr. Sería mejor incinerarlo. No sé cuáles serían sus creencias, pero seguro que ser carroña de bestias salvajes no entra en los planes de ninguna religión.
- Si se le entierra adecuadamente no debería haber problema con las bestias salvajes. No con las grandes, claro.- Indicó Liam que se había acercado a cotillear el libro con interés.
- El problema en todo caso sería el tiempo que nos costaría cavar a la profundidad suficiente ¿Alguien tiene alguna pala?
- La cremación por su lado tiene su propia problemática. No se si no sería más fácil llevarlo hasta el pueblo.
Liam es una vez más la voz de la razón. Carecéis de los materiales necesarios para icinerar el cuerpo del soldado. Sin embargo, tampoco parece prudente llevarse el cuerpo en una improvisada camilla como la que utilizó Urvan, sobre todo teniendo en cuenta la urgencia de vuestro viaje. Decidís enterrarlo a poca profundiad, esperando que los animales salvajes respeten el cadaver y avisar a la gente de la aldea para que venga a recogerlo en cuanto puedan.
Tras una hora de trabajo, organizáis las guardias y os preparáis para descansar, sabiendo que a la mañana siguiente tendréis que madrugar para llegar a la aldea lo antes posible.
Continuamos en la siguiente escena:
La Aldea de Varn