Partida Rol por web

El soporte de Bergan demuestra ser de gran ayuda durante el invierno. Gracias a un aporte seguro de provisiones no es necesario recurrir a los almacenes y en vez de forrajear los esclavos huidos pueden dedicarse a convertirse en soldados. Una vez más la instrucción, las marchas y las formaciones ocupan el día de día de los esclavos.

Solo los gladiadores permanecen aparte, entrenando sus temibles habilidades en el combate singular, preparándose para ser un nuevo tipo de fuerza de choque.

La principal preocupación de Cavar parece haberse movido de los suministros a mantener a la tropa activa. Siempre encuentra un nuevo ejercicio que hacer, un trinchera que levantar o una caravana que proteger, cualquier cosa para evitar que sus hombres estén ociosos.

En el caso de Flogdegnurt, el ayudar en el transporte de provisiones desde las tierras de Bergan al campamento de Cavar, se le ofrecía como un trabajo mucho más llevadero que el de quedarse a hacer cualquier tarea que le quisieran endosar.

¿Quién se lo iba a decir? Guardián de caravanas. Tantas veces que se había dedicado a asaltarlas en los viejos tiempos, junto a Zakarak y Dubik y el resto de la banda. Eran jóvenes e impetuosos y la suerte les sonreía. En cada incursión siempre perdían a la mitad de la cuadrilla, pero los goblins tienen una capacidad para reproducirse asombrosa. Fuera como fuera, los tres goblins parecía que se iban librando y siempre había goblins jóvenes e impetuosos para llenar los huecos.

Un día tuvieron suerte y consiguieron capturar un tesoro considerable. Se trataba de un comerciante que había escapado por los pelos de un grupo de bandidos. Ya es mala suerte, que te hagan dos emboscadas seguidas pero para la cuadrilla, era una ocasión que no podían dejar pasar.

Volvieron a la aldea inventándose una gesta de proporciones épicas y fueron a presentar sus respetos al jefe de la tribu a quienes entregaron una tercera parte como tributo. Pero el jefe decidió que eran demasiado jóvenes para merecer dos terceras partes y decidió que sería al revés. Él se quedaría las dos terceras partes y ellos se quedarían la parte restante.

Los goblins se fueron llenos de rabia e impotencia. Pero para Flogdegnurt la necesidad e vengarse era perentoria.

Esa noche el jefe se corrió una juerga a la salud de la cuadrilla que le había proporcionado semejante tesoro y como resultado se pilló la kurda del siglo.

Flogdegnurt aprovechó la ocasión y se coló en sus aposentos. Todo lo que tuvo que hacer es esperarlo. Cuando el jefe llegó a su habitación y se tumbó en su jergón, sin advertir su presencia, Flogdegnurt salió de entre las sombras y le rebanó el pescuezo. Sobre su pecho dejó dos plumas; una negra y una verde. Su marca personal. No le llegaba con vengarse. Quería que se supiera que había sido él.

Luego se marchó de allí para no volver. Como para hacerlo.

Lord Bergan habia hecho un regalo a cada uno de los exploradores antes de que partiesen de vuelta a las montañas con Cavar. A Varag le habia dado un libro relativamente voluminoso, hecho con pergamino y con filigranas en las tapas exteriores. Varag no dudaba de que era valioso. El orco agradeció el gesto pero lo guardó rapidamente, antes de que Norm pudiese verlo y sacar conclusiones equivocadas. Tampoco entendió demasiado porque el noble le habia regalado un libro precisamente a él. Quizas le habia tomado por un erudito simplemente por haber sido el unico que no se habia dedicado a insultar y apalear a sus otros invitados.

Ya con más tiempo de vuelta en el campamento, descubrió que el libro versaba sobre el Culto Imperial a Ceynara y el estudio especifico de las diferentes y mostruosas criaturas de Norcan Darr asi como diversos detalles e ilustraciones de otros demonios o criaturas demoniacas que existian y podrian invadir Shaintar. El orco reconoció rápidamente la raza de M'Gog, a los ratkins y otras criaturas a las que habian vencido. Habia otras, sin embargo, absolutamente terribles. Varag dedicó muchas noches a leerlo e intentar memorizar detalles sobre el enemigo, mientras otros descansaban y gozaban de la hospitalidad de Cavar. El orco no era, al fin y al cabo, un gran estudioso y la lectura iba despacio. Tener que esconder el volumen cuando oia a Norm acercarse, tampoco ayudaba a tener la concentracion necesaria aunque alguna cosa aprendió. Si volvian a enfrentarse a los siervos de Ceynara, el guerrero estaría más preparado.

Norm dedicó mucho tiempo a ayudar a Cavar a convertir a sus hombres en Soldados. Después de todo, él había recibido instrucción en Galea y era a lo que se había dedicado toda su vida, así que le resultaba tan natural como nadar. Los hombres acababan obedeciéndole, así salvarían sus vidas, no eran como el Orco que siempre hacía lo contrario que dictaba la disciplina militar, para conseguir que mataran a más de sus compañeros. 

Un ejército se movía sobre su estómago, pero eso estaba cubierto, así que el tiempo que le dejaban libres sus actividades, practicó sin parar con su arco y flechas. Una idea anidó en su mente y practicó cerca de donde estaban las mujeres y los no combatientes, los que le habían entregado como pago por dejar libre al noble. 

Al poco, tenía a muchas de las mujeres y niños y niñas de todas las razas y edades preguntándole por el arco. Enseñó a tirar a algunos y al día siguiente se trajo unos cuantos arcos. Animó a unos y otras a aprender, enseñándoles lo básico... y pronto tuvo un pequeño regimiento de arqueros dispuestos.

Hasta el último de los esclavos lucharía por su libertad, sólo había que dar a una mujer un arco y se convertía en otro arma contra los demonios y sus seguidores. No necesitaban llevar armadura, una que el ejército ni tenía ni podrían con su peso.  Aquellas mujeres eran duras y pronto pudieron entrenar sin Norm, durante el día haciendo los movimientos con los brazos y sólo tensando los arcos y, al caer la tarde, con flechas de prácticas, más robustas. 

Los imperiales se iban a llevar una gran sorpresa. 

- ¡Bueno! Pues al final, después de todo sacamos adelante la "negociación". Volvemos a casa con un aliado más para la causa de Cavar. Tengo serias dudas de la fidelidad de las alianzas como esta y no sé cuánto puede tardar el Imperio en anularla, pero sin duda es un aliado importante, en una zona estratégica. 

Abot caminaba con Varag de regreso a la mina tras la excursión al norte. Desde donde estaba podía ver el bulto de la cabeza del demonio en la mochila de Norm. No sabía para qué la quería fuera de los dominios de Bergam, pero con Norm nunca se sabía, quizá la usara como molde para una rodela. Ragnar había estado tentado de quitársela un par de veces, pero el humano había sido tajante.

- Me da igual quién lo matara al final o al principio. Es mía. Y no es negociable - dos veces esa palabra en un minuto, ¿qué les pasaba? - ya no te servirá para amedrentar nobluchos y demostrar que un brinchie no es un guerrero de segunda y aunque te sirviera, leería antes la contabilidad de Bergam que dejar que te la quedaras.

El hechicero volvió la atención a su compañero, que le estaba contestando

... no es que hayamos negociado mucho precisamente. - estaba diciendo Varag

- La verdad es que no. No se nos da muy bien. Lo que sí sabemos hacer es meternos en jaleos y salir indemnes de ellos, aunque ahora que lo pienso... no veo al noble como un gran diplomático tampoco. Parecía más alguien acostumbrado sólo a respetar la fuerza... o a doblegarse ante alguien más fuerte que él.

Caminaron unos instantes en silencio

- ¿Crees que Cavar lo sabía y por eso precisamente nos mandó a nosotros? ¿No podía habérnoslo dicho directamente, hubiera mejorado mucho nuestra estrateg....? Esto... estrategia nosotros... - miró de reojo a Norm que parecía haber casi girado la cabeza, como si tuviera un sexto sentido para eso y de vuelta a Varag que había bajado la mirada - ... Oye, no me refería al duel... a nada en concreto... quiero decir, sólo a que somos un poco caóticos y no siempre tomamos la mejor decisi.... - jodeeeeer, se estaba metiendo en un pantano - ¡Que somos un equipo y tenemos que usar lo positivo y aceptar que no somos tan buenos en otras cosas! ¡Estoy seguro que pronto podrás entrar en combate sin acordarte de Braz... - ¡Mierda! ¿Por qué no me callo? - ¿Oye, tú tenías esa bolsa de terciopelo cuadrada cuando vinimos? ¿Qué llevas en ella?

La lucha contra los demonios y demás acontecimientos habian echo a Ragnar reconocer que a veces no era suficientemente poderoso ... habia acabado y destrozado a demonios, pero imaginarse a enfrentarse a grupos enormes de ellos le hizo pensar que necesitaba mas poder ... mas conocimiento ancestrales .... y decidio iniciar un corto viaje a una de los Chi del monasterio que no estaba lejos de alli, el del fuego, un lugar secreto que solo los alumnos del monasterio podrian saber ... desaparecio durante 3 semanas ... y cuando volvió estaba lleno de heridas, magulladoras y las zarpas y todo su pelaje recubiertos de sangre, propia y ajena ... 

Los guardias dicen que al verlo no sabían si era un animal salvaje o un brinchie , veian unos ojos rojos y sanguinarios, una imagen que los acojono, y solo cuando pudieron ver el rostro de Ragnar , aunque muy destrozado, era claro que era el que lo dejaron pasar sin dar muchas palabras, preguntando todo tipo de cosas pero Ragnar no respondio, solo entro a su alojamiento inicial y descanso durante 3 dias ...

Ragnar no ha contado mucho donde fue ... es receloso y durante dos dias permanece encerrado en un pozo profundo, a solas ..., pero dicen que cuando esta alli se escuchen sonidos salvajes, rugidos que hielan la sangre y en las paredes profundas marcas de zarpas y sangre cubriendo todas las paredes ...

Bastia regresó al campamento con el resto del grupo y, lejos de jactarse de haber sido quien derrotó a aquella aberración de la Llama, se ofreció voluntaria para cualquier tarea que hiciera falta.

Aún se sentía avergonzada por cómo había caído derrotada en aquella batalla ya lejana y el honor de una Guerrera de las Arenas era algo que tardaba en sanar.

Se le juntaba con la ausencia de congéneres, si quitaba a aquella especie de cachorro siempre dispuesto a meterse en una pelea, y hacía que añorara su desierto.

Hasta que un día, mientras ayudaba a Norm a transportar atillos de pesadas flechas de entrenamiento para las prácticas de los nuevos libertos, vio como varios de los niños le miraban con una mezcla de temor y admiración, seguramente una criatura propia de los cuentos a sus ojos.

Ocultando una sonrisa, aprovechó al pasar tras unos arbustos para desaparecer de su vista y dejarse ver varios metros más adelante, actuando como si no hubiera pasado nada. El coro de exclamaciones y risas infantiles inundó aquel claro.

Con los días, los niños parecían estar esperándola, listos para tratar de descubrir dónde se escondería o si eran capaces de acertar su posición y Norm decidió que aquel juego podía ser útil para el ejercito, pues siempre eran necesarios oteadores que localizaran el avance del enemigo.

Comenzaron entonces entrenamientos, que Abot bautizó como del gato y el ratón del revés, en el que Bastia llegaba a tener que esconderse de una docena de muchachos que trataban de localizarle en una zona acotada.

Ellos le superaban en número pero ella les ganaba en experiencia y todos parecían mejorar con el paso de las semanas.