Partida Rol por web

Abot se retiró dentro de la mina. Estaba hambriento, y sediento. Muy sediento. Rellenó sus cuatro odres. Tomó una sopa caliente y cogió una buena ración de pollo que alguien había asado no hace tanto.

Volvió a salir para ver cómo seguían discutiendo. Como si aquello les fuera a permitir rellenar pelotas negras en un papel. ¡Cuánta angustia contenida! ¡Cuánto sentimiento! Lo había visto alguna vez, a un hombre que hacía de mujer en una obra en la fiesta del verano en su isla natal...

Permaneció callado mientras repartían los méritos también.

- ¡Eh, que y... "_{que yo he matado imperiales como si no hubiera un mañana",} iba a decir pero calló, no fueran a preguntarle alguno de los brinchies dónde estaba en la primera batalla mientras a ellos les curtían el pelaje...

Así que esto es una rebelión. Casi morir muchas veces, luchar contra un enemigo superior y con el único objetivo de sobrevivir un día más, con cuantos más compañeros al lado, mejor... Vamos, como en las misiones de los Exploradores en el Sur.

Pues esta noche, al menos, lo habrían logrado y con un buen botín en equipamiento imperial y en comida que los esclavos podrían utilizar.

Flogdegnurt no daba crédito a lo que estaba oyendo. ¿Mandar a Varag a las minas?¿Para qué?¿Para hacer un trabajo que podría hacer cualquiera mientras los Exploradores perdían a su mejor luchador? Y lo peor es que Varag parecía conforme. Tan grande debía ser la carga que llevaba sobre su conciencia. Tanto contacto con los humanos, parecía que comenzaba a pasarle factura. 

-Tú loco zi mandaz Varag a laz minaz para otra coza que no zea liberar ezclavoz-dijo finalmente, incapaz de quedarse callado-Loco y tonto. Zi Varag zabe luchar, Varag debe luchar. Exploradorez luchan juntoz. Azí ayudan.

Cavar mira detenidamente hacia Flog.

- Creo que podemos prescindir de Varag durante dos semanas - contesta - Pero  la verdad es que si quieres sobrevivir es mucho más importante mantener la disciplina que tener grandes luchadores. Las guerras las ganan los ejércitos, no los grandes guerreros - añade mirando no hacia Varag sino hacia Jarrik que acaba de unirse al grupo.

Y esto es lo que pasa cuando no te callas las cosas. Pedazo idiota, cabeza de madera... ahora Flog se enfada con el líder de estas gentes y le cuestiona en público. Al menos Cavar había sido pragmático y había "castigado" a Varag a una estupidez simbólica.  

Norm se acercó al bueno de Flog. —Tienes razón... y Cavar lo sabe. Varag está mejor luchando. Pero si te has fijado se ha arrodillado para suplicarle un castigo. Yo le he visto antes y parecía que si no le castigaban así se arrojaría sobre su espada por vergüenza. El puñetero orco está convencido de que hizo todo muy mal y tiene que pagar por ello. Estas semanas le valdrán curarse las heridas y con suerte en la mina se dará con una piedra en la cabeza y entrará en razón.

—Mucha suerte hará falta para eso. 

—Además, si está en las minas, saldrá a luchar en cuanto haga falta. Estamos todos heridos y tenemos mucho trabajo por hacer aquí durante estas dos semanas. 

Recoger los campamentos enemigos, las empalizadas, las armaduras y armas, las provisiones y preparar defensas les iba a hacer trabajar muchos días. 

Una vez había hablado con Flog, se acercó a Abot. 

—Bravo por los conjuros. Si no es por tí no lo contamos. A partir de ahora, cuando haya una batalla, debemos conseguir que la lucha vaya de esta manera, te sitúes detrás nuestro, con nosotros entre el enemigo y tú. Podemos protegerte mientras lanzas el conjuro de área. Si nos separamos, estamos muertos... muy muertos. 

—Y tengo la impresión de que nos quedan muchas batallas por delante. 

Norm se giró para irse pero, de pronto, se volvió a mirar al mago. —Mejor... quédate detrás de mí. Bastia y Varag son capaces de irse a coger mariposas en mitad de un combate.