Partida Rol por web

Las flechas caían sobre los imperiales como una lluvia, matando o hiriendo a muchos. Sin embargo, sabían que solo necesitaban romper la defensa de la muralla para ganar la batalla y siguieron empujando. Norm había entrenado bien a sus arqueros e hicieron estragos. Pero el enemigo eran muchos y los arqueros pocos. Pronto, varias escalas consiguieron apuntalarse a la muralla y los imperiales saltaron de ellas, dispuestos a acabar con la resistencia de los esclavos.

Allí, cuando la línea defensiva flaqueaba ante el embate imperial, llegó Varag. Plantando los pies, dejó que pasasen los esclavos que huían y, sin dar un paso atrás, empezó a acabar con los imperiales que venían. Uno, dos, tres muertos. Paso alante. Cuatro, cinco. Paso. Seis, siete, ocho, flecha en el yelmo. Pausa. Malditos arqueros. Nueve. Paso alante. 

El resto de los defensores, inspirados por su valor, volvieron a sus puestos para repeler al enemigo.

Desde su posición ventajosa, Flogdegnurt dirigía otra de las formaciones de arqueros.

Confiados en los efectos que las saetas tenían sobre el enemigo, que hasta ahora habían conseguido desorganizarlos en varios puntos, siguió dando órdenes de disparar. En este caso, sobre las tropas de avanzadilla, intentando con ello entorpecer la cabeza del ejército. Las andanadas de flechas caían sobre el enemigo con efecto dispar; atravesando en algunos casos a algún soldado y en otros, apenas mellando su armadura. Pero causando en todo caso una presión difícilmente soportable. 

Bastia continuaba corriendo sin parar, yendo de un punto a otro de la mina llevando instrucciones y aprovechando sus recorridos para acercar una cantimplora de agua a Abot si le pillaba de paso o un arco a Norm cuando alguno de los de su grupo se rompía.

Empezaba a conocer la mina de una forma instintiva e incluso algunos de los esclavos le sugerían rutas para agilizar sus encargos.

En una de esas rutas improvisadas que tomaba, comprobó que uno de los túneles tenía una especie de chimenea que daba al exterior, junto al tronco de un árbol, y así se lo comunicó a Norm, quien pasó la información a Cavar.

Rápidamente se formaron dos grupos, uno que prepararía el tunel para ser rápidamente derruido en caso de hacer falta y otro menor que se movería en las sombras del bosque para realizar un pequeño ataque relámpago durante la noche, incendidándo las tiendas donde descansaban los arqueros y huyendo inmediatamente.

¡Traen refuerzo! ¡Traen refuerzos! - gritaban varios de los miembros de la resistencia mientras huían, lo cual comenzó a propagarse por todo el campamento rápidamente.

De nuevo parecia que el comandante atacaba por un solo frente, pero Ragnar sabia que eso era raro, asi que pendiente vio como a lo lejos de la zona del ataque principal, habia un destacamento, sigiloso que intentaba entrara por zonas debilitadas en el ataque anterior - Chicos necesito ayuda ... - grite a un pequeño destacamento de gladiadores y arqueros ... .- alli, tenemos que repeler a aquel grupo , sabia que mis compañeros habian entrenado bien a los arqueos, asi que junto a los gladiadores comenzamos a recibir guerreros que intentaban tomar la murralla, caian a decenas, mis garras cubirtas de sangre pesaban incluso mas al notar como se iba acumulando los fluidos vitales de mis enemigos, haciendo que no se pudeira diferencias si habia destrozado la garganta de mis enemigos o estaba pintandolos con unas pinturas siniestras y aterradoras 

La lucha fue encarnizadas, pero nada que no pudiéramos considerar una verdadera amenaza ... al menos con el plan de todos estabamos resistiendo decentemente a pesar de las limitaciones ... aunque sus guerreros fueran tan debiluchos nos superaban en numero pero no en determinación ...

cuando comenzaron a huir estaba casi completamente cubierto de la sangre de mis enemigos y agarrado a una barra de las murallas, cubierto de sangre rugí con fiereza, intentando emponzoñar sus corazones y hacerles comprender que perderian sin remedio ..., para que despues todos los gladiadores proximos y arqueros gritaran llenos de valor por el enemigo vencido ... y repelido.

Poco a poco, a medida que pasaban las horas y los cuerpos se apilaban unos sobre otros se empezo a hacer más evidente que el ataque imperial estaba fracasando. Los arqueros rebeldes no habrian sido mas certeros y mortiferos siendo un regimiento entero de eldakars. Cada vez que los imperiales conseguian atravesar la primera defensa, los exclavos, liderados por los Exploradores y Jerrik, volvian a rechazarlos con tenacidad y sin apenas bajas. 

La voluntad del ejercito imperial afectado por las enfermedades y la defensa numantina de los esclavos empezaba a flaquear cuando llegaron las terribles noticias:

¡Traen refuerzo! ¡Traen refuerzos! 

Si quedaban atrapados entre la muralla y refuerzos serian aniquilados con lo que el pánico empezó a correr entre sus filas.

Harkor mira impotente el desastre que esta ocurriendo: sus hombres mueren por millares sin lograr ni siquiera minar las defensas de los esclavos rebeldes. Como era de esperar el desorden empieza a cundir rápidamente entre sus hombres.

El general monta su caballo y va hacia el frente, organizando personalmente la retirada de sus hombres unidad a unidad. Verlo cerca de primera linea, mientras las flechas se clavan en su armadura es suficiente para que sus hombres recuperan las formaciones, el orden y la moral. En pocos minutos la legión se retira a sus posiciones iniciales, lejos del alcance de los hombres de Cavar.

- Vayamos tras ellos - grita Jerrik viendo la retirada de la legión - LA GLORIA ESTA A UN PASO PARA LOS VALIENTES - añade mientras levanta su arma cubierta de sangre delante de sus gladiadores - Que el día de hoy sea recordado por lo eones, VICTORIA O MUERTE, SIIIIIIIIII!!!!!

Mientras tanto Cavar intenta reorganizar a sus tropas como buenamente puede.

Varag vió como el ejercito enemigo huia de forma ordenada gracias a la demostracion de valor de su general. Tenia que reconocerle a los Kal-A-Naros que sus generales eran excepcionales. El orco supuso que mantendrían la posición y aprovecharian un mejor momento para atacar y romper el asedio. 

 LA GLORIA ESTA A UN PASO PARA LOS VALIENTES - añade mientras levanta su arma cubierta de sangre delante de sus gladiadores - Que el día de hoy sea recordado por lo eones, VICTORIA O MUERTE, SIIIIIIIIII!!!!!

Las palabras de Jerrik fueron contestadas por un enorme clamor entre los esclavos y se empezaron a escuchar trompetas llamando al ataque. El orco sonrió. Quizas no era la opción más inteligente pero no se iba a quedar atras. Al fin y al cabo dos dias antes todos pensaban que estaban absolutamente condenados. Por que no seguir presionando mientras la Diosa Fortuna les fuese favorables?

VICTORIA O MUERTE! - Grito el orco por encima de la multitud, y se pusó a perseguir a los imperiales. No pensaba dejar ninguno vivo. 

Jerik se había vuelto loco, quería abandonar las murallas y avanzar hacia los enemigos. Hasta entonces la batalla había ido muy bien, con los arqueros haciendo llover muerte sobre los atacantes, tanto las unidades de Flog como las unidades de Norm, con los gladiadores resistiendo, los esclavos apoyando en cada lugar, Ragnar masacrando, Bastia coordinando la resistencia y utilizando todo tipo de estrategias y Abot logrando que los heridos volvieran a la batalla y elevando la moral. ¡Si un mago te iba a curar las heridas, lucharías mucho más! ¡Hasta Varag no la había liado, como era su costumbre! 

Pero abandonar las murallas era exponerse a la muerte, no eran un ejército y el riesgo era inmenso. Norm se dirigió a Cavar. 

—Debemos aguantar aquí, esto es una gran victoria y hay que...

Cavar parecía estar de acuerdo con él, parecía ir a dar las órdenes de consolidar...

¡Y entonces apareció Yabiz con la trompeta y su banda de música! Se pusieron a tocar la marcha de la victoria. 

—Compañeros, amigos [tatatiiiii] esperar [tototooooo] debemos [tututuuuuu]—las palabras de Cavar se perdían entre la música, Yabiz desatado no paraba de tocar, Cavar miró desesperado al goblin cuyos sonidos hicieron salir a todos a por los imperiales.  

Ya no se podía hacer nada, Norm miró con desesperación a sus hombres y se acercó a ellos. 

—¡A formar! ¡Todos en orden! ¡Todos con tres carcaj y en filas disparando según perseguimos! —La mayoría le hicieron caso y volvieron a hacer llover muerte sobre los imperiales en retirada, pero todo estaba en juego. 

Ragnar no comprendi bien, pensaba que ibamos a continuar luchando en las murallas cuando ve como sus compañeros se lanzan contra el enemigo ..., algo que no podia negar que le agradara ... asi que salto las murallas con ayuda de cuerdas y corrio como al am que lleva al diablo hasta el enemigo ... sin embargo fue demasiado rapido, teniendo que enfrentarse a gran cantidad de enemigos solo ..., sus garras comenzaron a ensangrentarse, y aunque no fue herido, destrozarlos y mantenerlos a ralla mientras los cladiadores llegaban fatigo al monje ... aunque ningun acero toco su pelaje

Harkot sonrie cuando ve que los esclavos se lanzan a la persecución, rápidamente prepara a sus tropas para continuar la lucha.

- Quizá al final el día de hoy no sea tan malo - masculla.

Lo cierto es que la música parecía que animaba la moral de las tropas. El propio Flogdegnurt se sentía como revitalizado por el bramar de los tambores y trompetas. De pronto, lo que parecían un montón de desarrapados intentando contener a la créme de la créme imperial, se transformó en titánicos héroes capaces de dar hasta la última gota de su sangre para demostrarles a aquellos malnacidos que nadie lucha como quien lucha por lo que es suyo.

Nuevas andanadas de flechas salieron disparadas en parábola cayendo sobre las filas enemigos.

pero la de Flogdegnurt iría mucho mejor dirigida, pues uno de los oficiales de mando se había quedado al alcance de su arco y no quiso perder la ocasión. Pocas cosas podían afectar más a la organización y la moral de la tropa que ver a uno de sus mandos morir con una flecha atravesada en su garganta.

Bastia y su pequeño escuadrón estaban aún en la boca del túnel, junto con el grupo encargado del derrumbe controlado, cuando escucharon ¿las trompetas de Yabiz?

Estaba claro que llamaban a la carga y no tenían tiempo de regresar al interior de la mina, por lo que Bastia reunió a todos los hombres y se acercó lo más posible al campo de batalla para comprobar la situación y se alegró al ver que estaba más adelantada de lo que los imperiales podrían esperar.

Basándose en una tecnica brinchie de combate en el que se usaba la arena para ocultar los ataques, dispuso al grupo de mineros a recoger matojos secos y compactarlos lo más posible, creando unas bolas que prendieron fuego y lanzaron contra las líneas enemigas antes de comenzar a hacer rápidos asaltos de apenas unos segundos, antes de regresar a la espesura y cambiar la ubicación del siguiente.

Las tropas imperiales habían detenido su huida ante la presencia del mismísimo General Harkor ki Doman y se preparaban para hacer frente al ejercito de esclavos e infrahumanos.

Pese a los temores de demonios grises y asesinos con cabeza de animal que llevaban un par de días susurránodse en el campamento, los oficiales no paraban de recordarles que se enfrentarían a una jauría de harapientos y un puñado de gladiadores con más coraje que experiencia.

En aquel momento vieron dos jinetes que se acercaban a todo galope y prepararon armas pero rápidamente vieron que llevaban los colores del imperio y varios sonrieron, pensando que sería algún compañero que había logrado huir.

Pero su rostro mudó completamente cuando los corceles llegaron a su altura y vieron que los jinetes estaban empalados en un par de lanzas, una a cada lado de la silla, que hacía que no se cayeran.

¡Pero lo peor fue cuando comprobaron que aún estaban vivos!

Respiraban entrecortadamente y movían los ojos sin parar, aterrorizados como estaban, pero incapaces de hablar al haberles cosido burdamente los labios.

¡PREPARAOS PARA SER LOS SIGUIENTES! - se escuchó en el campo de batalla en un retumbar. - ¡CON ELLOS HEMOS SIDOS MAGNÁNIMOS, VOSOTROS SUFRIRÉIS DURANTE DÍAS!

Abot había llevado una de las trompetas de Yabiz a la herrería para que hicieran una copia modificada con la intención de que Cavar pudiera gritar órdenes en la batalla pero aquel maldito herrero había considerado más importante fabricar armas y solo se puso con ellos cuando el brujo le describió pormenorizadamente lo que sentía un hombre al ahogarse en tierra firme.

Lo que nunca esperaba es que retumbara tanto en aquella zona gracias a los tuneles de la mina e hiciera que aquello pareciera una amenaza de los mismísimos dioses.

Cavar trató de detener el desastre de Jerik, o al menos de contenerlo. Los esclavos, guiados por el gladiador, abandonaban las murallas en tropel, como una marabunta desprotegida y vulnerable, creyendo en su inmortalidad, creyendo que no podían perder... cuando toda su ventaja estaba en las murallas. Persiguió al gobo trompetista con la muerte en los ojos... si no hubiera ahogado sus órdenes antes...

—Toca la orden de avance cauteloso —dijo a Yabiz. ¡Todavía podía hacer formar a los esclavos en un avance sostenido, no exponerse al contraataque...

—¡No es buena idea! ¡Toca tú! —dijo Yabiz tirando la trompeta— Usaré un nuevo plan. ¡Un ataque por el flanco, mientras hacemos polvo para que piensen que llegan las regiones del abismo y los tres gobos magos...

Cavar dio algunas órdenes más, el ataque sería más o menos normal, con los héroes a la cabeza, pero no sería rival si el general enemigo lograba rehacer la resistencia...

Harkor reorganiza rápidamente a sus hombres para hacer un embudo donde caigan los desorganizados esclavos. Y por primera vez en la batalla los rebeldes empiezan a morir en masa. Sin lugar a dudas si la batalla hubiera sido toda así la victoria imperial sería clara.

Pero Cavar logra mantener el impulso de sus hombres. Liderados por los capas grises continúan su carga ciega hasta que milagrosamente logran romper las formaciones imperiales. A partir de ese momento la batalla esta decidida, sin orden atacados por todos lados y sin un campamento al que retirarse el ejercito kalanari se rompe. La victoria es inapelable, aunque el precio que han pagado los esclavos es grande.

Harkor monta en su caballo infernal, y rodeado de su guardia abandona el lugar. Ha ocurrido lo impensable y no ha sido culpa de Jarrik, si su primo lo deja vivir, jura para sus adentro que volvera al Sur a quemar ese país.

Cavar colapsa delante de la tienda del general imperial. Hay gritos por todos lados y un olor a sangre que tapa todos los sentidos. Con sus últimas fuerzas tira el estandarte de la familia Harkor al suelo. Se sienta e intenta respirar lentamente mientras a lo lejos ve a Jerrik perseguir a un infortunado grupo de soldados.

- Al menos no hay trompetas cerca - murmura con una sonrisa cansada.