Ahriman asiente, severo y decidido.
—Os habéis ganado el privilegio de obsequiarnos con más resultados, hermano Rowe. Haced gala de vuestra reputación y averiguad toda La Verdad sobre los reos. Disponéis únicamente de esta noche para vuestro cometido. Luego, decapitadles —sentencia con frialdad—. Están íntimamente relacionados con nuestra presa. Puedo sentirlo. Al mago podéis quemarle vivo si os place. Presiento que la sargento Blyton anhela para él un final mucho más dramático y ejemplarizante que una rauda decapitación.
La sargento esboza una torva sonrisa complacida.
El Negro no despide a Althos Rowe sin una última advertencia.
—Albergo altas expectativas para con vos, hermano. No desafiéis mi paciencia. El tiempo, como vos mismo habéis advertido con sagacidad, es una variable voluble. Puede extinguirse de modo súbito y repentino. No. Me. Decepcionéis.
FIN DE ESCENA