Partida Rol por web

La Quinta continua vagando por el espacio a la búsqueda de un sitio adecuado para atacar. Torbik comienza a impacientarse, pero un poco de descanso tampoco hará ningún daño a la compañía.

"En los albores del trigésimo tercer milenio de la Dinastía Krónida, la Bendita Orden de los Portadores de la Llama se lanzaron a la conquista del Espacio Salvaje en una Cruzada sin precedentes. Innumerables mundos sumidos en la oscuridad fueron traídos de vuelta a la Luz de la Sagrada Iglesia Plutónica, muchos enemigos de la humanidad fueron destruidos y se fundaron los cimientos del Sector Ignatum

Fue en esta, la que sería bautizada como la Última Gran Cruzada, donde muchos héroes ganaron su trono en la Eternidad en la mente y los corazones de los hombres plantando esperanza allí donde antes había desesperación.

DE GLORIA LIBRIS, VOL XIV

Por fin la Quinta encontró un lugar adecuado, el Sistema Calandi, cuyo mundo principal Oristide era un planeta oceánico industrial, que estaba ocupado por los malditos Kukólidos. Prepararon las naves y las tropas incluidas las que llevaban las poderosas nuevas armaduras. Tras los reconocimientos, quedo muy claro que la reina, se encontraba en la capital, un enorme complejo industrial, con abundantes bloques de viviendas. la población había sido diezmada, así que no se preocuparían por los daños colaterales, un problema menos. Torbik ordeno un intenso bombardeo, tras el cual tendría lugar un intenso asalto contra la reina, colocarían abundantes explosivos y destruirían la zona. El ataque es un éxito total, la buena planificación y estudio del enemigo, hacen que eliminen con facilidad a la reina. Luego es cuestión de ir limpiando con paciencia todo el planeta, y liberar a los aterrorizados humanos. Torbik deja a un tercio de la compañía para asegurar el planeta, y el sistema, y ordena el regreso a Purgatorio.

La Cruzada al fin se saldó con un éxito impresionante para la Orden. Muchos planetas cayeron bajo su control y los Portadores de la Llama los añadieron a su propio dominio. La USPLI trató de recuperar el control de los mismos a lo largo de varias campañas en los años subsiguientes, pero la defensa de los Caballeros Espaciales se demostró demasiado férrea. Aún manteniendo su mundo ancestral y capital en Purgatorio, las actividades de la Orden se fueron centrando cada vez más en los planetas arrebatados a la USPLI. 

En las décadas siguientes, los Portadores de la Llama ampliaron su territorio en diversas ocasiones, aunque también perdieron ocasionalmente algún sistema. Ciento cincuenta años después, y gracias al apoyo de la Iglesia Plutónica, a su territorio se le otorgó el rango de Subsector y se le dio el nombre de Subsector Ignatum. Durante siglos el Subsector Ignatum fue un estado casi independiente que servía como zona de combate entre la USPLI y el Dominio. 

La Orden de los Portadores de la Llama terminó convirtiéndose en la nobleza del Subsector Ignatum, hasta el punto de que raramente abandonaban sus territorios para enfrentarse a los múltiples enemigos del Dominio en otros lugares de la galaxia, salvo en pequeñas incursiones de una o dos Compañías en campañas no muy alejadas de Ignatum. 

Al fin la tradición se impuso y el nombre de los Portadores de la Llama y el Subsector Ignatum se hicieron casi sinónimos. Eran un activo importante para servir como contrapeso a la USPLI y leales servidores en los que se podía confiar, pero estar tan centrados en su propios asuntos hizo que los Portadores de la Llama no llegaran a ser tan famosos e influyentes fuera de Ignatum como otras Órdenes que sí participaron en los grandes acontecimientos del futuro como la Caída de Terra, las Tres Invasiones Kukólidas o la Traición Cibernética de Próxima Centauri.

Créditos y telón.