Partida Rol por web

Ya quiero llegar pensaba Eduard McWim a cada momento mientras viajaba en el Autobús rumbo a Ssenkrad. El desconocido que iba a su lado no había soltado palabra en todo el viaje y se había quedado totalmente dormido.

En un momento, el autobús se detiene, al parecer te habías quedado dormido. Abres los ojos y ves que todos continúan en sus asientos, pero efectivamente el autobús estaba parado. Ves por la ventana y ves algunas pequeñas casas, también percibes un cartel que dice "Bienvenidos a Ssenkrad"
Agarras tus cosas y bajas rápidamente, todos siguen en sus asientos pero no le das mucha importancia. Una vez que has bajado del Autobús este arranca rápidamente y ves como se aleja.
Entonces miras al sol, por su estado supones que serán algo así como las 12:00 del mediodía, bajas la vista y luego la vuelves a subir, al hacerlo ves que el sol desaparece.
La ciudad parece quedar sumida en la más profunda de las noches sin luna. Te das cuenta de que no podes respirar.
Un segundo más tarde, el sol vuelve, y podes respirar con tranquilidad. Vez a alguna gente caminando por allí, ninguna parece haberse percatado de que haya pasado nada inusual.
Luego de recuperarte un poco del Shock, miras hacia todos lados buscando algo de orientación, en esas ves algo parecido a un taller mecánico donde hay un cartel que dice “Venta de Repuestos a los mejores precios”
Impulsado por tus ganas de conseguir esas piezas de una moto vieja cruzas la calle y tocas la puerta de la tienda, nadie contesta. Te detienes a mirar más detenidamente el lugar, parece cerrado, pero lo más llamativo es que hay una ventana abierta, es bastante grande, te acercas a mirar por ella pero no percibes nada, está todo muy oscuro.

Riendome un poco de mi mismo y de lo que acaba de ocurrir echo un vistazo por los alrededores hasta llegar a la ventana que está abierta. Tengo un hormigueo en el cuerpo, cercano al entusiasmo de un niño por los regalos de navidad, pero tambien tengo esa tentación de mirar al cielo otra vez por ese "temor" a que vuelva a desaparecer el sol.

Cuando llego a la ventana grito al interior.

-¿Hola?¿Hay alguien?.

Jeje, anda que si me he equivocado de sitio...

-¿Hola? ¿Es aquí donde venden las piezas de modelos antiguos?, Veran, tengo una harley en el taller, una Evolution del 84 a la que le hacen falta algunos retoques y como tampoco es muy antigua, pensé que tal vez la tendrian aquí dentro.

Apenas pasados unos segundos, mi impaciencia por las palabras perdidas me puede.

-Saben, es un modelo biejo, pero tiene tradición, ademas suena como ninguna y a mi padre le encanta, dice que "casi" pudo comprarse una así cuando la acababan de fabricar pero no pudo porque le habria llevado a la ruina y ahora no tendria la oficina que tiene en el taller...

Eduard...aburres...

Solo el éco de tus palabras te responde. Cuando estas por llegar a la conclusión de que allí no hay nada...

El sol vuelve a desaparecer. Un impulso desconocido te obliga a acercar tu cabeza a la oscuridad que emana de la ventana. Escuchas una carcajada demencial que te pone la piel de gallina. Entonces el impulso se desvanece y todo vuelve a la normalidad... o eso parece. Aunque hace un calor sofocante, no sientes los rayos del sol, como si fueran opacados por una sombra.

Tu lógica y tu cordura te dictan que seguramente el mecánico estará mas tarde o mañana.

Todo esto me da muy mala espina...creo que me he mareado en el autobus o algo asi.

Observo lo que me rodea en busca de una cafeteria donde tomar algo, si no la encuentro pregunto a la gente que hay por la calle.

Ahora si, no tengo reparos en mirar hacia el sol, poniendo mi mano por delante de mi cara, observndo como los rayos en principio tocan mi mano aunque no me parece así. Estoy desorientado y tras echar un vistazo a la casa y recordar la carcajada, me dirijo a la cafeteria.

Encuentras un restaurant cerca de tu posición. Cuando te dirijes al restaurant, das una ultima mirada a la ventana del taller del mecánico. Te parece ver una cara con ojos desorbitados. Al parpadear, te das cuenta de que la cara no está más.

Te sientas en una mesa cerca de la puerta. El lugar esta casi vacio. Un único camarero se te acerca. Parece una persona totalmente devorada por el estrés y las preocupaciones, tiene bolsas en los ojos, y mira a su alrededor y sobre todo fuera del restaurant con nerviosismo.

¿Qué desea?

La camarera empieza a anotar en un papel tu pedido. Cuando le preguntas lo del taller mecánico, se encoje de hombros.

Debería estar abierto. Quizá el encargado está enfermo. Seguramente estará mañana.

La camarera se vá, diciendo que en unos minutos te sirven tu pedido.

-Malditasea...

-¿Mañana? ¿Y no habra por aqui un hostal o algo asi no?

Que mala suerte tengo...no voy a volver a casa ya que estoy aquí...jod...

Espero pacientemente el desayuno, mientras saco mi cuaderno para garabatear.

La camarera vuelve con tu desayuno, y con un mapa de la ciudad que te entrega. Tras eso, se mete atras de un mostrador y se pone a leer una típica revista de chismes, aunque no deja de echar miradas nerviosas hacia afuera.

Cojo el mapa de la ciudad y lo observo mientras comienzo a comer. Observo que hay un motel allí cerca asi que es el primer lugar al que pretendo ir.

-Bueno, me pilla cerca almenos, espero que no cueste mucho.

En mi libreta pongo: "Motel: precio:" Aunque se que es una anotación que aunque la haga terminará perdida. Mientras pienso esto, ya comienzo a retocar la "m" de motel y a dibujar hombrecitos por todas partes.

Cuando acabo mi desayuno, pago la cuenta y me dispongo a salir distraido con el mapa para intentar alquilar una habitación en ese motel. Justo antes de salir por la puerta y sin dejar de mirar el mapa comento:

-Gracias por el desayuno...todo...muy bueno, si.