En la clase NX la sala de espera del capitán se encuentra a estribor del puente, justo enfrente del turbo ascensor . El espacio de la oficina es mucho mas estrecha que cualquier camarote, dejando el nivel del techo relativamente bajo al igual que sendas tuberias y mamparos impiden caminar libremente. El despacho posee una puerta, que da a un pasillo y al puente, y una ventana.
El despacho contiene escasos muebles y comodidades en comparación a otros compartimentos de la nave, dejando sitio para un escritorio, un pequeño sofá y decoración a cargo de cada capitán.
Staafar llamó a la puerta para hablar con el primer oficial tal y como le habían indicado. Había pasado poco tiempo desde que había entregado el informe. Consideraba que había demostrado sus habilidades y que, si leían el informe de la Flota Expedicionaria alabando sus logros, le trasladarían a un sector donde la Excalibur podría aprovechar mejor sus conocimientos.
Es lo más lógico, pensó convencido. No le interesaba ascender en la jerarquía, únicamente ser lo más eficiente posible.
No sé si debe ser una escena en público, pero la dejo en privado por el momento por si acaso.
Interpretaré el segundo capítulo ignorando esta escena. Tanto si le dan largas como si aceptan su propuesta.
- Adelante – Responde el primer oficial.
Cuando la puerta se abre Staafar encuentra al hombre leyendo varios informes matutinos apilados unos encima de otros. Los padds acumulados significan que Mukherjee tiene trabajo atrasado luego de todo el lio pasado.
-Pase, póngase cómodo. – añade el hindú.
Solo para el director es lo correcto en este caso ;)
—Muchas gracias por dedicarme su tiempo, primer oficial Mukherjee.
Staafar entró en despacho tras saludar siguiendo el protocolo adecuado, y aceptó la invitación ocupando la silla que le ofrecía el primer oficial.
—Soy consciente de que es un hombre ocupado y no me gustaría demorarle demasiado. Verá, quería solicitar un cambio de puesto. No es que tenga problemas con el departamento científico de análisis, pero considero muchó más provechoso para el correcto funcionamiento de la nave que yo ofreciese mis servicios en el departamento de comunicaciones. Como ya sabrá por mi expediente, soy especialista en idiomas, culturas y xenoantropología.
»No deseo ningún tipo de ascenso, a menos que usted considere lo contrario, únicamente un cambio de departamento para que se aprovechen mejor mis conocimientos y habilidades.
Aakesh luego de escuchar al Vulcano se rasca la barbilla en tono pensativo. Entonces comienza a buscar entre los padds hasta que encuentra algo.
-Sinceramente aun debo terminar unos detalles antes de enviar el informe de actuación de cada uno de los involucrados en el incidente Verduriano. Aquí lo tengo, listo para enviar al cuartel general esta misma noche.
En lugar de hacer eso voy a demorar el informe sobre usted y el de otro tripulante. Pues verá usted, actualmente existe otro postulante. De modo que no quisiera elegir entre dos tripulantes que merecen un ascenso. Simplemente dejaré que ustedes se pongan de acuerdo sobre quien puede concursar por el ascenso inmediato o simplemente aguardar seis meses al próximo hueco en la planilla superior de vuestra categoría.
La señorita Stevens según tengo entendido es con quien debe hablar y mediar la situación. Considere esto señor Staafar una misión diplomática interna. Una herramienta para explorar el comportamiento humano, y tal vez un poco el ansia de superación y éxito personal.
Cuando tengan una decisión pueden venir a verme. –
La singular respuesta del primer oficial desde luego era algo inesperado para Staafar, quien posiblemente esperaba algo más simple, algo que fuera por los canales adecuados.
-Si eso es todo puede retirarse tripulante. Aun tengo mucho que hacer. – añade, excusándose de volver al trabajo.
¿Pensabas que estaría fácil? Ahí tienes material de rol para la escena western con Ruby.
—Así lo haré —respondió. Había estado a punto de replicarle, pero el primer oficial había planteado un punto de vista que no había tenido en cuenta. Era una oportunidad de oro para sumergirse en las complejidades de la cadena de mando y las relaciones humanas—. Muchas gracias por su tiempo, primer oficial Mukherjee.
Con un último saludo vulcano, se despidió, abandonando el despacho para regresar a sus quehaceres.
¡Me gusta! Plantea un dilema interesante para Staafar. Se ve que el primer oficial ha calado de lleno al vulcano ^^
Cuando Ruby es citada al despacho al finalizar su turno, mil cosas surcan por su cabeza, sin tener en claro que podría ser.
Al llegar ella llama a la puerta y de inmediato obtiene una respuesta.
- Adelante – Responde el primer oficial.
Cuando la puerta se abre ella encuentra al hombre leyendo varios informes de media tarde, apilados unos encima de otros. Los padds acumulados significan que Mukherjee tiene trabajo atrasado luego de todo el lio pasado.
-Pase, póngase cómoda señorita Stevens. – añade el hindú.
- Debemos platicar sobre su futuro en esta nave - finaliza con una frase que cae como un balde de agua fría...
Ruby se había preguntado bastante qué asuntos la traerían al despacho del Primer Oficial ¿Acaso hubo alguna confusión en las entregas de correspondencia? ¡Estaba segura de que verifiqué más de una vez! ¿Habrá algún problema con mi reporte? ¿Se habrá enterado de la cerveza romulana? Bert habla de más pero no es un bocazas... ¿Verdad? ¿O acaso me pedirán que deje de "encontrarme" con el Sargento en los pasillos? ¡Juro que no es acoso! A ver, Ruby, cálmate un poco y permite que el Comandante hable.
Ante la invitación, tomó asiento e hizo su mejor esfuerzo por esconder sus nervios, pero la siguiente frase le heló la sangre.
- Debemos platicar sobre su futuro en esta nave
Se había terminado una taza de café hacía apenas unos minutos, pero la garganta se le volvió arena. Pudo sentir como las puntas de sus dedos se congelaban y el corazón se le aceleró súbitamente. No me digas que... ¿Van a reemplazarme por ese vulcano? No, no puede ser, dos veces no puede sucederme lo mismo. A menos que... No, ¿Verdad que no? Por favor, Comandante... Tragó con dificultad e hizo fuerza para contener la súbita angustia que la abrumaba.
Nuevamente, recurrió a la cómoda máscara de sonrisas que todo resolvía en relaciones interpersonales y finalmente le contestó -Gracias Comandante. ¿Hubo acaso algún problema? Le veo sumamente serio, ¿Debería estar preocupada? - intentó disfrazar su angustia de curiosidad, pero seguía siendo eso: el miedo de que una vez más le negaran sus sueños.
El primer oficial obviamente tiene habilidades psíquicas, porque parece leer con exactitud los pensamientos de la tripulante. Tal vez una gota de sudor frio, una contracción de sus pupilas o el desvío no intencional de su mirada fue suficiente para acuñar su respuesta.
-No. En lo absoluto señorita Stevens. Es una oportunidad, a diferencia de lo que podría esperar. Esta vez no hay un consejo del alto mando que decida. En esta ocasión, y por ahora únicamente, es un asunto que no ha salido de la nave.
Verá usted, aun debo terminar unos detalles antes de enviar el informe de actuación de cada uno de los involucrados en el incidente Verduriano. Aquí lo tengo, listo para enviar al cuartel general esta misma noche.
En lugar de hacer eso voy a demorar el informe sobre usted y el de otro tripulante. Porque actualmente existe otro postulante para recomendar al alto mando por un ascenso. De modo que no quisiera elegir entre dos tripulantes que lo merecen. Simplemente dejaré que ustedes se pongan de acuerdo sobre quien puede concursar por el ascenso inmediato o simplemente aguardar seis meses al próximo hueco en la planilla superior de vuestra categoría para que ambos asciendan sin competir contra otros o entre sí.
Quiero que entienda que aquí hay mucha presión política. ¿Entiende de lo que hablo? Y no debería explayarme más de lo debido con un tripulante porque excede las regulaciones. Tómelo como un favor personal porque creo que usted lo merece. Es esto o nada.
Y el tripulante en cuestión es el señor Staafar. Cuando tengan una decisión pueden venir a verme. –
La singular respuesta del primer oficial desde luego era algo inesperado para Stevens, quien posiblemente esperaba algo más simple, algo que fuera por los canales adecuados. Solo que Mukherjee debía luchar contra la nueva cúpula política de la reciente Federación de planetas y sus “asesores” de orejas puntiagudas, cuyo currículo eclipsaba a cualquier capitán humano de la Flota. Tampoco podía aceptar que “los salvadores de la humanidad” se negaran a tener a su personal en posiciones inferiores a un simple alférez. Eso tendría que cambiar por el bien de la Federación y todo lo que predica.
-Si eso es todo puede retirarse tripulante. Aun tengo mucho que hacer. – añade, excusándose de volver al trabajo. Pues debía salir de esta situación con el menor daño entre los involucrados.
Bueno, ahí va la bomba...
Ruby escuchó un tanto incrédula las palabras del primer oficial. Nuevamente, un vulcaniano aparecía para competir con ella. Esta vez, ella ya había formado parte de la nave y el que se unió fue él. Parecía ser que, fuera a donde fuera, siempre aparecería alguno a intentar pasarle por encima. Apreciaba profundamente el gesto del comandante, pero si se trataba de un tema delicado a nivel diplomático, no veía muchas opciones, ¿Qué podría lograr ella dialogando con Staafar al respecto? Si ya de por sí se creen superiores a los humanos, ¿Qué sentido tendría discutir estas cuestiones con él? Su lógica claramente apuntaría a que el más indicado para ascender sería él y ya. Y en medio de todo eso, Ruby tendría que ser una poco feliz interlocutora, soportando cualquier valoración que el vulcaniano quisiera hacer de ella en el medio. ¿Será que yo me especialicé en el único área que les interesa a ellos o es solo mi mala suerte? ¿Alguien en ingeniería o seguridad ha tenido que lidiar con los mismos tratos? Lo dudo.
-Comandante, le agradezco profundamente la oportunidad que me brinda y la sinceridad. Honestamente, estoy acostumbrada a que las decisiones las tomen mis superiores, puesto que su criterio es mucho más adecuado para seleccionar personal que el que puedo tener yo misma, desde mi posición de potencial beneficio. -hizo una breve pausa, respiró hondo y continuó- Verá, me es además difícil ser objetiva dadas las circunstancias por malas experiencias en mi nave anterior. Si a esto se le suma el hecho de que podría conllevar problemas diplomáticos o políticos... creo que no hay mucho que decidir. La Federación y todo lo que representa debe ser fortalecida, si seis meses son la diferencia entre un conflicto y la paz, podría esperar un par de años incluso. No es que no me importe, sino que entiendo que mis deseos personales no pueden poner en riesgo el progreso y las buenas relaciones interestelares.
Lo miró directamente a los ojos, intentando contener la frustración que sentía de sentirse nuevamente en un lugar en el que no quería estar. El comandante ya le había permitido retirarse, pero ella estaba interesada en su respuesta al respecto. Si aún así le insistía en conversarlo con Staafar, lo haría, pero no le emocionaba mucho la idea de relacionarse con él. Ya todos los demás estaban fascinados por su frialdad vulcana, ella prefería rodearse de humanos y sus emociones.
Aakesh respiró profundamente luego de masticar las palabas de Ruby. En realidad no esperaba una réplica como esa. Esperaba otra cosa distinta, porque él no era el oficial típico que se dejaba llevar por los informes de otros sobre sus propios tripulantes. En cambio volvió a sincerarse. Solo porque esa joven lo merecía.
-Aunque usted no lo sepa su llegada a esta mano vino con una carta de recomendación de su anterior oficial superior – dijo y luego leyó de un padd u nombre – un tal Stollias y su capitán. Y es por eso que en tan solo dos meses de servicio a bordo de la Excalibur usted ya es candidata a un ascenso. Esto desde luego muere aquí mismo y usted no hablará al respecto luego de salir de esta oficina. Espero entienda.
Por otro lado no debería desistir. Debería hablar con el otro tripulante y llegar a un acuerdo, porque después de todo la Flota se trata de eso. De mediar, de diplomacia y de ser audaz. Tal vez se sorprenda de si misma luego de hacerlo. La insto a hacerlo.
De cualquier modo, si su legajo no se ve manchado en los próximos meses, debería de recibir buenas noticias. –
Luego de su pseudo sermón Mukherjee presiona un botón y la puerta del despacho se abre.
-Le deseo éxito señorita Stevens. Puede retirarse. – dijo al despedir a la joven.
Luego el primer oficial continuó con su papeleo.
Evento finalizado.