Partida Rol por web

Cuando todo se volvió oscuro de repente, Erik se agazapó detrás de una mesa caída y preparó el arma ya que pensó que se trataba de una trampa de Khos Ya sabía yo que ese bastardo no cumpliría su palabra de darnos una hora. Fue en ese momento cuando Erik notó que los dolores producidos por las balas habían desaparecido completamente, y para su asombro no fue Khos con su banda quien apareció por la calle principal, sino un alíen obeso que portaba una linterna - ¿Pero que coño...?
Sin bajar completamente la guardia, Erik apuntó con el arma a ese alien por si se trataba de alguna estratagema por parte del Klingon. Bert en cambio no fue tan cauteloso y salió al encuentro de aquel ser para ayudarle con aquel apagón antes de que Erik pudiera decirle que se quedase a cubierto.

Staafar decidió levantarse que Bert había tomado la iniciativa. Todavía estaba procesando todo lo que acababa de ocurrir, aunque no permitiese que la confusión le dominase. Hasta hace apenas unos segundos estaba examinando los carteles de Se Busca y, en cuanto se dio la vuelta, se hizo la absoluta oscuridad.

Solo recordaba haber oído un susurro y que alguien tiraba de él para que se ocultase. ¿Acaso habían sido víctimas de un engaño? Todo lo que estaba pasando escapaba a la lógica, necesitaba respuestas.

Tras un protocolario saludo vulcano, decidió salir de dudas.

—Disculpe, caballero, me temo que estamos algo perdidos. ¿Podría aclararnos dónde nos encontramos? De ser una simulación, debo decir que resulta exquisita.

Fue sorprendente lo que ocurrió tras girar la manivela, se fue la luz... de todo el planeta. Aquel cambio me cogió un tanto desprevenida, pero mira, mejor que se hubiera ido la luz a que fuera una bomba y hubiésemos saltado por los aires - no hay luz.

No sólo se había ido la luz sino que, todos los demás habitantes del pueblo, reunidos allí en la cantina se paralizaron - qué fuerte, son todos robots - no sé si nos habíamos colado sin saberlo en un parque temático del Oeste americano o si se trataba de alguna estrategia misteriosa para engañar al personal, pero por lo pronto habíamos descubierto parte de la realidad.

La otra parte llegó a través de una alienígena que se acercó a la cantina a "arreglar el fusible". Por supuesto, nos escondimos para ver qué hacía, aunque como siempre... la curiosidad de algún componente del grupo provocó que poco menos le diéramos un susto a aquel sujeto - ¡Hola! Tranquilo, no tenemos pensado hacerte daño... si colaboras, claro.

- Erik, baja el arma... dudo que disparen si forman parte del espectáculo que se desarrolla aquí con luz - aunque se lo podía arrojar a la cabeza y seguro que le hacía daño al alien.

- Soy Bría y ellos son mis amigos ¿nos puedes explicar qué es todo ésto? ¿si Khos el Klingon tiene algo que ver? ¿qué papel juegas tú aquí? - bueno, había un montón de preguntas, tan sólo queríamos respuestas.

Le iba a hacer señas a Ruby, la encargada de las comunicaciones, para que se encargara de la diplomacia con el sujeto, pero al final acabé diciéndoselo de palabra porque con aquella oscuridad era imposible que las señas o los guiños sirvieran de algo - Ruby ¿te encargas?

Sin esperar respuesta de Diana, Bria accionó el mecanismo. Norman se asustó al verse envuelto en oscuridad, no se sentía cómodo rodeado de tinieblas.

-Ala Bria, ya te has cargado algo- Dijo como si la estuviera riñendo. -Joder, pero afuera también es de noche ¿Que pasa aquí?.- No comprendía como podía haberse hecho de noche así de repente como quien apaga la luz con un simple interruptor.

Entonces apareció aquel alienigena, que se comportaba con un encargado de mantenimiento. También vio que iluminaba a Diana y a aquel cowboy misterioso los cuales parecían estatuas ¿era aquello una especie de simulación o algo así?. 

-Eso es raro, raro, a ver si ese pavo nos explica qué pasa aquí antes de que nos volvamos locos.- Dijo a sus compañeros. -Es cierto Erik, creo que ese tío no representa amenaza alguna.- Dijo a su compañero, para que se relajara.

El “Encargado” se lleva un susto de muerte cuando de la oscuridad aparece el horripilante humano, chillando con su parloteo molesto. Solo los había visto desde las cámaras de vigilancia. Jamás personalmente.

-¡Ohhh por la gran Kaluzu! – chilla el Encargado y lleva su mano libre a su pecho, donde su tercer corazón le dolía por el exabrupto. No podría costearse un tercer nanobaipás. El seguro no lo costeaba.

-E…Esa no es forma de aparecer…por todos los Xhaguars… - dijo, invocando a unos monstruos mitológicos que en este universo nadie recuerda.

-No. Nada de ayuda, solo diríjase a la salida en un momento cuando restaure la energía auxiliar. No ha sido ninguna demanda de energía. Eso no sucede en este parque. – advierte a Bert. Entonces el Encargado busca en su cinturón múltiple la herramienta adecuada para comenzar a trabajar, ahora que la molestia del pecho ha desaparecido.  

Luego Ruby examina atentamente el alien desde su posición en las sombras y Staafar también lo hace, solo que este sale a la luz para interactuar con el Encargado. Ambos llegan a la misma conclusión sobre el responsable de mantenimiento.

-¿Eh? ¿Hay más aquí? Oh…no otra vez – se lamenta el Encargado al comprobar que hay más gente en el Salón aparte de Bert, luego de iluminar la estancia con su linterna.

-Si, por supuesto – dijo el ser, que extrae un folleto de uno de sus muchos bolsillos del mono de trabajo engrasado que lleva puesto. A continuación lee un párrafo del folleto - ¿Por qué gastar Latinum en una playa paradisiaca cuando es posible vivir cualquier aventura jamás pensada? Solo la imaginación es el límite. – Finaliza – Si, ya sé que han leído este folleto antes pero las reglas del establecimiento lo exigen. Y ahora si me permiten reanudaré la energía. – y luego de utilizar una herramienta en un panel oculto en la pared la iluminación regresa tenuemente, como si del amanecer se tratase.

A continuación un camino de flechas aparece en el suelo, mostrando un sendero directo hacia la salida más cercana. Este conduce hacia una vivienda enfrente cruzando la calle.

Entonces Bria y Norman se unen a la conversación, con preguntas, reclamos y más. En lugar de eso el Encargado termina de solucionar el problema. Necesita terminar pronto antes del último cuarto intermedio del partido de Xhuasgtal.

- Escuchen, escuchen…lo que piden ustedes no es competencia mía. Soy de mantenimiento ¿Ven? – dice al señalar un símbolo en su ropa de trabajo – No soy de Ventas o Marqueting. Así que haremos una cosa, porque no quiero perder la final de Xhuasgtal. – explica luego de finalizar las reparaciones y dirigirse hacia la calle ahora que la luz continua aumentando cual rápido amanecer. En cambio Diana y todos los demás pueblerinos continúan congelados cual estatuas.

- Iré a la salida de emergencia de la sala de simulación donde se encuentran y desde allí podrán tomar las capsulas desbloqueadoras de memoria, porque según veo ustedes han pagado el paquete completo de “experiencia del Viejo oeste”, olvidando los recuerdos recientes antes de comenzar la simulación. Y por todos los Kazulus, dejen los objetos del establecimiento o se les cobrará en la salida – añade al señalar las armas de fuego y todo lo que llevan encima que es propio del Salón.

- Las capsulas anularan también la sincronía psíquica con la sala de simulación, que seguramente al pagar por el paquete completo han desbloqueado la opción “hardcore” donde el daño simulado se asemeja al real y la muerte es un coma inducido. ¿Seguro no recuerdan nada? Vaya porquería de turno nocturno… - finaliza el Encargado al llegar junto a la puerta de “salida” y esperar por los demás.

- Y antes que pregunten si el parque les devolverá el dinero…pues ni idea. No es mi área – repite automáticamente el ser con problemas en su tercer corazón.

Y en su mente solo hay una cosa. Regresar pronto a ver el final del partido.

Bert mira una y otra vez el folleto que ha cogido de la mano del encargado (*) y luego a sus compañeros.

-¡Qué me asignen doce turnos en mantenimiento del reciclado biológico de la Excalibur si me acuerdo de algo! En serio, ¿nos hemos vuelto a pasar con la cerveza romulana, chicos? El tata Ambrose siempre me advertía en contra de los excesos. Debería haberle hecho caso -se detiene un momento y mira a Ruby, que no puede evitar seguir riéndose por lo bajini, ahora que la tensión parecía haberse diluido como un azucarillo- Ruby, me estás llevando por el mal camino, la tía Petunia se va a enfadar y no me mandará más pastel deshidratado cuando se lo cuente.

Ay, espero no haberme hecho ningún tatuaje innombrable... -murmura caminando detrás del laturiano. Bert da completo crédito al alien y no duda para nada de la historia- ¡Venga, salgamos de aquí! Me gustaría enterarme cómo hemos acabado aquí y saber de quién fue la brillante idea... y yo con mi pizca de sangre india, arriesgándome a que me cuelguen por indio...

-Joder, yo no recuerdo nada tampoco.- Norman estaba aturdido al descubrir que todo era una perfecta simulación. -Pero cero que estuviera de acuerdo con pagar para algo así.- Por supuesto que no, Norman pagaría por estar tumbado en una hamaca bebiendo daiquiris con orionitas bailando a su alrededor. Nunca para ser tiroteado por un medio klingon y sus feos compinches. -Yo tampoco se de quien fue la idea pero espero descubrirlo en cuanto nos "restauren la memoria".- Dijo sin ocultar su enfado. -Joder, y por encima seguro que esto vale un pastizal.-

Erik bajó el arma a petición de sus amigos, aunque todavía seguía pensando que todo ello podía ser una trampa. Cuando el alienigena les explicó que estaba pasando realmente en ese lugar, Erik se quedó mirando un rato el arma y luego su brazo, intentando entender cómo era posible que consiguieran ese nivel de realismo tanto de dolor como de experiencia.
Cuando el alienigena comenzó a andar hacia una salida mientras seguía explicándoles que habían contratado un paquete donde les habían borrado la memoria para hacerlo más real, Erik dejó el sombrero y el revólver en una silla de a taberna y caminó al lado de sus compañeros, sospechando que quizá él les hubiera convencido para esa actividad ya que es algo que él se veía haciendo sin ninguna duda, sobre todo si la otra propuesta de pasar las vacaciones era ir a una playa, ya que Erik se habría negado en rotundo a ir cerca del mar. Lo único que no le cuadraba era saber cómo podría haber convencido a sus amigos si él normalmente pasaba de proponer ningún plan.
-¡Chicos! Se atrevió a hablar finalmente - Lamento de ante mano si al final resulta que fui yo quien propuso esta actividad. Se disculpó antes de que la tensión fuera a más.

Staafar le dio las gracias al laturiano antes de abandonar la sala de simulación, haciendo gala de la fría amabilidad que le caracterizaba. No obstante, por dentro sentía curiosidad por lo que recordaría cuando perdiese la conexión psíquica. Sospechaba que habría sido idea de alguno de sus compañeros del departamento científico. Él solía soportar pacientemente las burlas a su costa, o la incomprensión respecto a su filosofía. No sería descabellado pensar que le habían gastado una jugarreta para que se "divirtiese", pues no parecían concebir que un vulcaniano no compartiese su idea de descanso.

Ahora, sin embargo, percibía cierta camaradería de Bría, Bert y compañía. Todos parecían molestos por haber malgastado su descanso en semejante atracción —o así lo interpretaba él—. Al contrario que sus compañeros del departamento, ellos sí parecían comprenderle y se molestaban en tratarle como a un igual.

—Supongo que no nos pedirán un informe por este… malentendido.

Becca estaba confundida, dudaba que prefiriese una aventura del lejano oeste en lugar de la habitaciones de simulación de Risa, es decir, ella... una simulación del motor mas arruinado de la galaxia y un sin fin de posibilidades de repararlo, pensar en calibrar sensores...ESO era un aventura, una que seguramente Bert disfrutaría también, aunque no incluyan a chicas en la playa o cerveza Romulana.

Por otro lado Latinum... de donde sacarían Latinum para pagar? en todo caso si de alguien fue idea no de ella.

Se acerco a Ruby y le susurro algo al oído:

- Me pregunto si podre volver a encender la simulación para terminar de hablar con Diana, una inteligencia artificial tan bien lograda seguramente se quede mal sin un cierre, no digo explicarle todo, pero al menos despedirme, no lo sé... algo. 

Ya gritando al alienígena

-Señor encargado de Mantenimiento, enseguida regreso... se me olvido algo! Solo un minuto!!

Lo cual no era enteramente mentira, Becca no tenia su bolso encima y suponía que de dejarlo allí, nadie se lo devolvería, al menos esos parecían reales, aunque puede que no lo sean después de todo.... es decir, ¿Quién entra a una simulación con un bolso de cosas?... Misterios.

Las luces regresaron y la explicación que proponían tenía bastante sentido para Ruby, aunque no se imaginaba en qué circunstancias habrían escogido una simulación como esa, en la que tan mal la había pasado, pudiendo estar en una bella playa descansando. Las palabras de Bert la hicieron reír inmediatamente, tenía una forma muy peculiar de expresarse. Cuando la acusó bromeando de llevarle por el mal camino, Ruby no pudo con su genio y le respondió - Bueno, Bert, ya lo dijo el tata Ambrose... las mujeres criollas sureñas traen la perdición. Quizás debas alejarte de mí y mis malas influencias. Le dedicó un guiño cómplice al terminar la frase.

Becca por su parte se acercó a ella y le comunicó que deseaba completar su conversación con Diana. De cierta manera, resultaba triste que tuvieran que separarse así, ya que parecían haber congeniado desde el primer momento. Ruby imaginó que si fuera posible llevarse a Diana consigo, Becca lo haría sin dudarlo. Por su parte, Ruby esperaba que Diana no se hubiese reiniciado y aún recordase a Becca o sería una forma en extremo triste de terminar su paseo por el lugar.

Por su parte, Erik se disculpó si resultaba ser que la idea había sido suya. Era extraño, él no solía hablar mucho, pero era una buena persona y lo mostraba a su manera. -Puede que hayamos apostado y el ganador decidiera. Si de algo estoy segura es de que no fue mi opción. Quizás... ¿hubo un error y nos mandaron a la sala equivocada? Personalmente, todo esto no se ha sentido como un descanso. Ruby no acabó de salir del lugar, esperaría a que Becca regresase, no fuera a ser que se la olvidaran allí.

Tras las explicaciones del alienígena, viniendo a corroborar que se trataba de una atracción y que nos habíamos vistos involucrados sin la menor idea de que estábamos en algo parecido a un juego, escucho a mis compañeros como parecen encajar todas las piezas hasta empezar a dar crédito a que hemos olvidado dónde estábamos o que nos faltaba información - así que nada de ésto era real y habíamos pagado la entrada completa - vamos que, igual habíamos aceptado el nivel leyenda, como en los videojuegos, de ahí el realismo y la ambientación tan creíble.

- Interesante saber que alguien vigilando a través de un monitor todo lo que ocurre - claro que, si habíamos pagado por una partida completa, seguramente quien la estuviera viendo apostaría a que lo estábamos pasando bien, que teníamos lo que habíamos pagado - Casi mejor que haya sido todo un show, así no hay que lamentar pérdida de vidas humanas - ni klingonianas.

Acompaño hasta la salida a los demás, si bien me guardo una moneda de póquer de recuerdo, al fin y al cabo, había ganado la partida.

Bert leyó de una punta a la otra el folleto, en repetidas ocasiones por si alguna trampa se ocultaba entre las letras. Nada.

Nada encontró en el folleto reciclado de una vieja revista de historias de ciencia ficción antiguas.  Tan solo una publicidad mal impresa y con alguna falla de ortografía.

Al tomar la pastilla de anulación su memoria volvió lentamente hasta tener casi todos los recuerdos previos al ingreso al salón de simulación. Lo poco que pudo sacar en limpio fue suficiente para hacerlo sonreír. No se había hecho tatuajes de los cuales arrepentirse. Solo un pequeño delfín sobre su hombro izquierdo.

Por lo demás él no era el culpable de haber convencido al grupo de participar en la “experiencia del Viejo Oeste” y su paquete completo. Estuvo casi por convencer a todos pero fue otra persona quien lo hizo. Suspiró aliviado…

Desde luego Norman abrió los ojos cual besugo fuera del agua al tomar la píldora y descubrir la verdad sobre todo. Lo peor de todo es que se había endeudado con todos sus compañeros presentes al recibir dinero prestado por olvidadizo, por olvidar sus Créditos en su camarote.

Erik, el más asombrado por el realismo de la “experiencia del Viejo Oeste” descubrió en el folleto de publicidad que las píldoras actúan como amplificador de señales psiconerviosas ante las acciones físicas del entorno simulado. Desde luego no tenía idea de lo que significaba eso; solo que había perdido casi todo su crédito por la simulación.

Su disculpa anticipada quedó en el olvido luego que sus recuerdos regresaron a él. Pues el autor intelectual era otro.

Rebecca se ausentó apenas un instante para regresar con sus pertenencias, porque al recuperar la memoria entendió que era inseguro dejar los bolsos en el guardarropas del establecimiento. De igual manera ella se había endeudado por adquirir latinum para costear la entrada el parque y el simulador en modo “hardcore”.

Su amiga suspiró aliviada al ver regresar a la pequeña pelirroja con el bolso, porque solía perderse en sitios ajenos. Especialmente cuando se trataba de planetas desconocidos. Luego, al recuperar sus recuerdos, todo le pareció confuso cuando descubrió quien convenció al grupo. Era simplemente inexplicable.

Bria, por su parte, se llevaba un souvenir de recuerdo. Algo a cambio de la ingente cantidad de Latinum que habían pagado por el espectáculo. También le sorprendía recordar cómo habían llegado a esto. Sin lugar a dudas era algo digno de la bitácora personal.

La fugaz preocupación por el informe se desvaneció de la mente del Vulcano. Primero que nada por su entrenamiento para suprimir esa emoción y por dar prioridad a la lógica en todo esto. Luego le pareció muy fascinante el hecho de que él, si él, fue quien convenció a todos los presentes en entrar primero que nadie a la sala de simulación de “experiencia del Viejo Oeste” en modo “Hardcore”, cuando en un primer momento fue Bert quien casi logra convencer a sus compañeros.

Desde luego todo fue un experimento social sin precedentes, que servirá para elaborar un informe singular y dejar su huella en el Colegio de ciencias psicológicas de Vulcano.

Solo que ahora, luego del mal trago, debería dar explicaciones a todos por lo mal que salió “el momento de diversión histórica” del viejo oeste terrícola…

De cualquier forma estaban varados en ese planeta hasta que la Excalibur regresará. Con suerte en un día o una semana…

Becca había rescatado algunas enseñanzas de toda esta aventura, necesitaba trabajar en la concentración... oh casualidad la misma enseñanza que saco de la revuelta verduriana ... También en que cuando alguien mostraba amabilidad hacia ella siempre terminaba queriendo ayudar mas allá de sus capacidades, nunca salir sin herramientas ni siquiera en vacaciones, y algunas otras mas personales.

Al ir recuperando la memoria entendió por que había accedido, en su incomodidad social le era difícil negarse, y porque por otro lado Bert había dado algunos argumentos interesantes para sumarse.

Su mayor preocupación ahora era la deuda que poseía, estaba pensando que en los días que quedasen para que Exi los fuera  a buscar podría ofrecerse a arregla algunos droides, algún sistema dentro del planeta, difícilmente recupere todo el latinum, pero al menos no se aburriría mientras esperaban.

-Staanfar... la próxima vez que tus ganas de experimentar con humanos se hagan inevitables, por favor, no cuentes conmigo, bueno, a menos que sea para injertos cibernéticos... o tal vez para fusionar mi mente con la de una nave viva (Becca empieza a hablar mas bajo y pierde la mirada en un punto fijo) oh, la idea de una nave que este viva, es decir seria magnifico, el tiempo de respuesta se reduciría notablemente si lograra manejar una nave con conexión mental murmuromurmuro (La voz de Becca se pierde en murmuros y silencio) Becca se empieza a alejar caminando lentamente hasta sentarse en el área de descanso. 

Lo que había empezado como un reto termino siendo Becca otra vez, siendo... bueno Becca, nula concentración cuando su mente se ocupa de tecnología.

Cuando Erik recuperó sus recuerdos, se sintió un poco molesto por haber gastado tanto crédito, pero tenía que admitir que la experiencia había merecido la pena. Para él, esa aventura simulada fueron unas vacaciones mucho más disfrutables que haber estado en un hotel en primera línea de playa sin salir de la zona de la piscina para evitar el mar. Además, esa experiencia le había valido como entrenamiento avanzado en una situación de estrés bajo fuego enemigo.
Le sorprendió bastante que hubiese sido Staafar quién escogió la experiencia del oeste, pero como Erik había disfrutado de ella, se acercó a su compañero para agradecérselo - Buena elección.

—Ahora lo recuerdo.

De no controlar sus emociones, su tono habría sido de sorpresa. Las imágenes habían llegado a su mente como un torrente que tardó unos segundos en ordenar. Como si aquel enlace psíquico hubiese actuado de tapón, reprimiendo sus recuerdos y sustituyéndolos por algo más conveniente y acorde al entorno de la simulación.

—Mis compañeros de laboratorio se empeñaron en que bajase de la nave para aprovechar el permiso de descanso. Al principio me negué, pero luego pensé que sería una oportunidad idónea para pasar tiempo con ustedes y conocer más acerca de sus curiosos rituales. Una vez en el resort, esta simulación me pareció la oportunidad perfecta para aprovechar el tiempo y no perderlo en banalidades.

La imagen de Becca emocionada por poder visitar un entorno similar al salvaje oeste con dinosaurios contrastaba con la mirada perdida que exhibía ahora, una vez que entendía lo que había pasado.

Staafar carraspeó, enarcando una ceja.

—Si no me equivoco, todos ustedes parecían bastante entusiasmados con la idea de la simulación. "¡será como una aventura de verdad!", dijeron. Hasta aplaudieron mi idea de pagar por la máxima dificultad para una experiencia "lo más realista posible". Si les sirve de consuelo, creo que estábamos actuando bastante bien. Y debo decir que ahora entiendo un poco mejor las extrañas imágenes que leí en la mente de aquel androide.

Bert, pensativo, se rasca el hombro, allí donde está su nueva decoración permanente: un recuerdo de esta extraña aventura. Pero ¿por qué un delfín?

Bueno, Bert, ya lo dijo el tata Ambrose... las mujeres criollas sureñas traen la perdición. Quizás debas alejarte de mí y mis malas influencias. Le dedicó un guiño cómplice al terminar la frase.

 Poco a poco van aflorando algunos recuerdos y lentamente esboza una sonrisa.

-Ruby, creo que tienes razón. ¿Sabes? No podemos ir en contra de las leyes de la termodinámica... ni encontrar un orionita abstemio, como decía el Jefe Brok. Nunca dejaba que esos verdes se acercaran al depósito de herramientas, decía que siempre iban tan borrachos que mezclaban el cortador de plasma con el fusor de iones... Lo cierto es que no sé si aquel orionita estaba borracho o es que simplemente no sabía leer pero sí que montó una buena cuando se le ocurrió usar un cortador en vez del fusor, como había gases tibanna en el aire, se incendiaron y entonces...

-Bert -dice Ruby con aire divertido-, ¿qué dice la tía Petunia sobre ir al grano?

-Ehhh... pues, que... que tampoco me parecería muy malo que fueras tú mi perdición...

Bert carraspea, agacha la cabeza y echa a andar hacia los demás.

Superado el evento del parque temático, y su paquete completo del viejo oeste, la Excalibur regresó un día después a recoger a sus tripulantes varados en el mundo tercermundista del espacio de la Federación.  En cambio hay quienes recordarán esa breve estadía como algo sin igual, para recordar por años venideros y tal vez, solo tal vez, repetir la experiencia.

Esto, por supuesto, seria olvidado por la mayoría cuando luego de un muy breve viaje todos desembarcarían en las paradisiacas playas de Risa y su espíritu hedonista.

Un planeta de interés vacacional para el cuadrante Alfa y Beta por igual, que gracias al “desinteresado” aporte económico del Sindicato de Orion ahora Risa poco a poco se irá formando como un sitio sin competencia gracias a la adquisición de tecnología de control sísmico y climático.

Finalmente los tripulantes de la “Exi” disfrutaron sus playas y sus exquisitos cocteles durante una semana completa antes de embarcarse a otra de sus misiones de largo plazo.

En esta ocasión en la lejana frontera de la Federación. La reciente y desagraciada Zona Neutral…