Bitácora del Enterprise, Fecha estelar 5027.48. Zona Neutral
Lo primero que se oyen son buenas noticias. Ingeniería informa que el núcleo Warp está funcional y será posible realizar viajes a velocidad Warp hasta el borde de la Zona Neutral hasta el cuadrante Alfa, pero el viaje tardará cerca de 5 días más, si para entonces la tripulación no ha eliminado la amenaza Romulana... es poco probable que lleguen a un sistema conocido.
Luego, llama la atención que el capitán actual, el Señor Spock, no está presente. Pero aún más, el descubrimiento de varios cadáveres llena de estupor a los tripulantes. El primero es el de Hikaru Sulu, sin una sola gota de sangre (o de sal) en su cuerpo, lleva muerto al menos un día, arrumado malamente en un rincón de su camarote, con marcas circulares en sus brazos. Luego, un par de cuerpos más impresionantes, el primero, bastante horrible, es una criatura de piel gruesa y cabello grisáceo, en lugar de boca, una ventosa llena de dientes y extremidades con la misma anatomía, parece que ha sido golpeada inclementemente con furia hasta quedar en ese estado. A su lado, se encuentra el cuerpo sin vida de Leonard McCoy, el buen doctor ha muerto hace escasas horas, debido a la falta de sangre y cloruro de sodio en su organismo.
Un último informe viene de seguridad, el cuarto del teletransportador fue destruído, las consolas están averiadas por disparos de phaser, pero se sospecha que se realizó un transporte durante la noche a coordenadas desconocidas (aunque en la inmensidad y lejanía actual, no parece que nada sea habitable). La única opción lógica es pensar que el Señor Spock fue este teletransportado misterioso del que nada se sabe. Sin su paradero, y sin muchas esperanzas, se le da por muerto.
Igualmente, el Generador de Vórtices Espacio Temporales fue destruido, dejándolo bastante averiado para que no vuelva a servir en una temporada. Ante esta oleada de vandalismo y muertes, se opta por una opción diferente, para evitar que el sucesor del capitán Spock pueda aprovecharse de su condición. Se votará para que uno de los tripulantes, el que tenga la confianza de la mayoría, decida quien será eliminado este día. Las votaciones aguardan.
El capitán Spock fue asesinado durante la noche. Puede dejar un último mensaje con su sucesor en el puesto.
Hikaru Sulu está muerto, una lástima. Lo mismo va para Leonard McCoy y para el Vampiro de Sal.
Esta semana hay evento especial también. El personaje que obtenga la mayor votación, en lugar de ser linchado, será el que decida quien morirá al final del día. No se puede votar a sí mismos, quien no vote, solo acumula "episodios sin votar" y puede morir si no votó la vez anterior.
Entro corriendo al puente de mando, donde me encuentro a la maytor parte de la tripulación que queda con vida. Han matado a Sulu, y al doctor McCoy, los encontré, por favor, vengan rápido. Me llevo a los que me encuentre hacia la habitación, y por el camino les voy explicando la situación.
Caminaba hacia mi habitación, cuando encontré la puerta de Sulu abierta. Como él siempre tenía la puerta cerrada, me pareció que era bastante extraño, y me encontré con esta terrible escena. Parece que han encontrado a la criatura esa, el vampiro de sal, pero no se si sea eso o si es alguna amenaza más, esto es horrible! Tenemos que hacer algo. Hay que llamar al capitán Spock, o al capitán Kirk, porque esto que ha ocurrido esta noche es muy grave. No tenemos médico, y los equipos están siendo saboteados!
Este capítulo es el peor que hemos grabado. Los actores están muriendo de verdad, y si salgo de esto renuncio y me voy a montar una peluquería. Que es más seguro que ser parte de esta serie.
Por la mañana abro los ojos como platos y lo primero que hago es suspirar."Bien, al menos podré vivir un nuevo día".-Pensé mientras miraba anhelante alguno de los tangas de Carolyn que guardaba en mi habitación." Hubiera sido una delicia tenerte de vuelta, pero el capitán es el capitán. Estoy seguro de que James volverá para acabar con nuestros problemas."
Salí de mi camarote y lo primero que ví fue a Jana Haines explicando lo sucedido." Me cago en..., ahora soy yo el único que puede pilotar la nave... solo me falta ir vestido de diana.-Pense mas que sintiendo la marcha de Hikaru la sentencia que me había caido encima.
- Un momento.-Corté a Jana alzando una mano.- ¿Entonces hemos acabado con el vampiro?, ¿era McCoy?.-Pregunte confundido." Había confiado en él mas que en nadie de la nave y resulta que era el vampiro, y no me había percatado de ello."-Razoné y mientras lo hacía tomé asiento ya que acababa de recibir un duro golpe, me sentía solo en la nave, los demás no hablaban mucho y los enemigos de la Enterpriser aún campaban a sus anchas por la nave.
De pronto todas las luces de la nave parpadearon, y en las pantallas apareció un mensaje pregrabado de Spock que decía:
-Este mensaje será emitido en caso de que los computadores del Enterprise dejen de recibir mis datos vitales. Como eso querrá decir que me he ido o he muerto, dejo constancia de que el mando de la nave le será entregado a quien nunca debió haberlo perdido, James Tiberius Kirk.-
Luego de eso la imagen mostró al oficial haciendo el clásico saludo vulcano m,ientars decía:
-Tened todos una vida larga... y próspera.-
Habia sido una noche dura y calurosa, creo que el termostato de mi cabina no debe funcionar bien porque hace un calor ahí dentro infernal... "O eso o algún guionista pervertido pretendía que posara en ropa interior para las cámaras...", les maldigo mentalmente.
-Malditos pervert...- me veo interrumpida en mis protestas al oir la noticia -MaCoy ha muerto?! Y Sulu?!- aún me siento más conmocionada que cuando murió Kirk- Pero, pero... si ayer estaban bien...- murmuro -Como qué era el vampiro de sal? qué quiere decir con eso, DeSalle?!- me siento realmente transtornada con las noticias. Lamento oir el video de la muerte de Spock pero es llover sobre mojado ya.
"Estoy rodeada de asesinos psicópatas! Y todos irán a por la negra, por supuesto!". La paranoia se está apoderando de mí a marchas forzadas.
Pensamiento en off:
Quedamos nueve. Y si las muertes continúan no podremos contarla… Maldita sea. Aun no conseguí mi papel estelar, no tuve hijos, no planté un árbol ni escribí un libro, y como siga así, no podré decirles a mis nietos que estuve en el Enterprise.
Palmer se pasea de un lado a otro, nerviosa y con su habitual gesto de algo-me-aprieta-en-algún-lado más acentuado que nunca, el miedo no es tonto, entrelaza los dedos y los oprime mientras observa de reojo a sus compañeros. Cualquiera puede ser el asesino. Una decisión importante la aguarda.
Escuchó en los pasillos la novedad, las reglas cambian según el humor de la Tortuga… ¡Maldito quelonio emplumado! ¿Quién se cree? ¿La reencarnación de Quetzalcóatl? Cambiaron las reglas otra vez, nuevamente, una vez más, y van… Ahora los tripulantes de la nave no votaran quién será linchado, sino que le otorgarán ese poder a otra persona quien tendrá en sus manos la decisión final: quiénes viven y quién muere, ni más ni menos. ¿Cómo te quedó el ojo?
Y esta vez tampoco lanzaré los dados, esta vez la decisión es mía. Porque una cosa es cargar en la conciencia con la vida de un compañero, pero otra muy distinta es decidir en manos de quién dejar ese poder. ¿En manos de quién dejar el poder? ¿Es amigo o enemigo? …that is the question.
¿Qué? ¿Se creían qué sólo soy una rubia tonta? No. Me preparé para esto: leí Shakespeare. “To be, or not to be: that is the question: whether 'tis nobler in the mind to suffer the slings and arrows of outrageous fortune, or to take arms against a sea of troubles, and by opposing end them?” Oh, sí. Y miren dónde mierda terminé...
¿Y ahora qué? ¿Será cierto aquello que se rumorea por los pasillos? ¿McCoy era un vampiro de sal? No se puede confiar ni en los pervertidos fetichistas; creí que con el trasero de Uhura tenía suficiente; ahora resulta que quería chuparnos la sal a todos… ¡Maldito degenerado!
La elección de quién decidirá con su voto el destino de sus compañeros es algo de suprema importancia, al extremo que la rubia con cara de limón olvido pasarse por la sala de maquillajes y las arrugas se le notan a varios años luz de distancia. Ni para un miserable botox me alcanza con mi sueldo. Debería quejarme al sindicato y exigir un aumento. Pero ahora el tema es otro…
No debemos cometer el error de elegir a un romulano. Sería fatal. ¿Pero cómo saber quién es quien? Cualquiera puede ser un enemigo, un romulano o un traidor…
La mirada de Palmer se vuelve hacia DeSalle, intuitivamente confía en él, pero no es la intuición lo que debe primar sino la lógica. Entonces sus ojos se posan en el capitán Kirk. Era el único de la tripulación del que sabían fehacientemente que no era un romulano y tampoco un traidor: su voto contra Spinelli era una prueba de ello. Además, era el capitán, ¿en qué mejores manos podía quedar esa responsabilidad? Podía equivocarse, como cuando votó a Kyle, ese margen de error era factible, pero al menos tendrían la certeza de que su voto no sería el voto de un romulano o de un traidor. Y si moría un inocente sería un accidente, pero nunca un crimen alevoso y premeditado.
Al fin y al cabo, lo importante es no dejar la decisión en manos del enemigo y cruzar los dedos. Maldita Tortuga, seguro que disfruta con nuestro sufrimiento, maldito sádico y psicópata…
Como en otra ocasión, cuando su voto no fue aleatorio sino largamente ¿meditado…?
***
Palmer alza la voz, desde el fondo de la escena, donde apenas es un bulto visible y se pronuncia: ¿Es cierto eso que se rumorea en los pasillos? ¿Debemos elegir a quién decidirá por nuestro destino? En ese caso, creo que la responsabilidad debe quedar en manos del capitán.
Un rápido paneo de la cámara enfoca brevemente a Palmer entre otros extras que no hablan ni se mueven, como maniquíes en el decorado, sombras entre las sombras. ¿Será alguno de ellos el romulano? Se pregunta la rubia con cara de haberse sentado sobre un cactus, da un respingo, tropieza y se aleja unos pasos. Por si las moscas…
Pues, tiene usted razon, Palmer. Y ya que Spock no está y el capitán Kirk volvió de la muerte, creo que lo lógico sería que se le devolviera el mando de la nave. Y tenemos que organizarnos rápido, porque el viaje aún es largo. Y espero que ya hayamos eliminado a los romulanos, pero lo dudo. Aunque el vampiro de sal es ya cosa del pasado. Y Spock, yo realmente no sospechaba que pudiera pasarle algo a el.
Uhura, lo que pasó es que yo encontré a McCoy y a Sulu muertos, y a una criatura gris, que segun dicen es el vampiro de sal. Pero no se me ocurre cual hubiera podido ser el disfraz que uso por ultima vez esa criatura. Hay que dar gracias a dios de que ya es cosa del pasado, y con suerte, los asesinatos habrán terminado.
El intento de aclaración de Haines me deja más confusa aún, porque si MaCoy no era el vampiro de sal y había 3 cuerpos, entonces que está muerto el buen doctor? Habría sido él el más listo de abordo se habría dado cuenta de la impostura y su último sacrificio habia sido eliminar al vampiro de sal a costa de su muerte?
Bajo estos pensamientos afligidos me siento en el primer sitio que encuentro, totalmente incapaz de reaccionar ante tan horrible idea.
-Si... el capitán Kirk es... eficiente eligiendo- es lo único que consigo vocalizar al cabo de un buen rato.
Al no haber casi apenas personal me fui a la cafetería y allí en la pantalla de plasma gigante me dispuse a ver el final del mundial de futbol. Había preparado algunos bocadillos por si alguien se animaba a verlo conmigo.
La cosa pintaba fea, el juego marrullero y barrio bajero de los Países Bajos, sumados al empanamiento del árbitro, inglés para más inri hacían presagiar lo peor; pero un par de actuaciones providenciales del Santo San Iker y una genialidad de Sweet Iniesta permitieron al fin levantar el trofeo a España.
Al borde del infarto llego junto con los demás compañeros que se encontraban debatiendo sobre quien debía elegir con un rostro de felicidad absoluta.-Yo voté al capitán Kirk, confío en su habilidad para detectar enemigos igual que piensa Uhura."¿Entonces al final Spock no era de los malos?"-Pensaba cada vez mas liado con los sucesos.
- Bueno señorita Uhura, respecto a lo de que quería decir yo sobre el vampiro, no dije nada. Solo pregunté pero nadie me contestó, sería probable que el vampiro intentase matar a McCoy y el doctor hubiese acabado con el vampiro; en ese caso debería haber aparecido un cadáver seco que podría ser el de Spock ya que no ha aparecido. O tambien puede ser que McCoy fuese el vampiro y al morir él muriese tambien el vampiro.-Le contesto a Uhura aunque solo eran suposiciones, hasta hace unos días no sabía siquiera lo que era un vampiro de sal así que no sabía su "modus operandi" ni lo que había sucedido.
Aburrido, hastiado y un poco rayado por todos los acontecimientos de los últimos días, me dispuse a ver el partido con De Salle, mascando unas palomitas de colores que me había comprado en una terminal Belros intergaláctica que teníamos en la nave.
Cuando Iniesta marcó el gol espurreé media nave de palomitas mientras gritaba y usaba la camiseta de mi uniforma como molinillo
Era mejor eso que pensar en la muerte de mi colega McCoy y que, aun quedaba sobrevivir a algunas noches más...a las máximas posibles. Esperaba que el capitán Kirk fuese sabio en su elección.
Me puse de nuevo la camiseta, pues había señoritas presentes, tosí un poco, disimulando mi arrebato anterior y sonreí lo mejor que pude
- Bueno...¿alguien quiere palomitas? Dije extendiendo el bol donde reposaban una palomita amarilla y dos rojas.
Compartí mi alegría con Giotto, apenas tenía relación con él, y eso es una de las cosas maravillosas que tiene el fútbol que se hacen amigos fácilmente.
-Bueno, con la victoria de España los que hicimos promesas absurdas hemos de cumplirlas. La mía fue recorrer toda la nave en pelotas; así que si me disculpan y no tienen nada que objetar me dispondré a realizarla.-Digo mirando especialmente a las señoritas que pudieran sentirse ofendidas.- A no ser que nuestro capitán se pronuncie al respecto no autorizandome para tal acción.-Dije dirijiendo la vista hacia Kirk.
"Que curioso, vuelve a la vida y es como si no estuviese."
Pensamiento en off:
Tras el regreso del capitán Kirk parecen haber acontecido varias cosas.
Primera: los hombres se volvieron locos mientras miraba en una gran pantalla a veintidós tipos en calzoncillos corriendo detrás de una pelota y peleando por su posesión. Con los millones que ganan, ¿no les alcanza para comprarse una pelota para cada uno? Indudablemente a los hombres les gusta complicarse la vida…
Segunda: Uhura parece muy afectada por la muerte de McCoy, debe extrañar sus fraternales abrazos, o sus mordizcos…. Al final, ¿era o no era el vampiro de sal? Parece que esa respuesta murió con McCoy, porque es algo que nadie ha respondido fehacientemente, pero –vampiro de sal o no- debemos otorgarle el mérito de haber sido un pervertido simpático. Y como sigan matando a los protagonistas, esto se transformará en una película muda. En fin…
Tercero: el capitán debe estar en shock todavía, porque se ha transformado en otra sombra muda. Por otra parte, volver del Otro Lado no es cosa de todos los días… Sólo espero que no se haya transformado en un zombie intergaláctico o algo así. Con un romulano suelto tenemos de sobra.
Cuarto: DeSalle amenaza con un espectáculo nuevo, alguna de esas ceremonias futboleras, un curioso rito celebratorio. Desde el punto de vista antropológico es algo digno de verse. Tendré que sacrificarme: todo sea por la ciencia y por comprender el espíritu del homo futbolis…
***
Palmer acepta las palomitas que ofrece Giotto y se queda a la espera del ritual. Sólo falta que el capitán despierte de su ensueño post- post-mortem y nos quite la diversión.
Con una cara de felicidad por la buena nueva de que los motores Warp están funcionando nuevamente como deberían funcionar, me dirigió al lugar donde todos se encuentran - sobre todo de donde viene ese sonido estruendoso, que parece el de una avispa (¡Vuvuzelas! - me digo a mí mismo) - chasqueando los dedos al ritmo de una música que se me viene a la mente.
Waka Waka Eh! Eh!...
Cuando llegó hasta donde están los demás, gritan el gol, y cuando veo a Iniesta meter semejante golazo, no puedo más que gritar con toda la euforia posible por ello.
¡Qué golazo! ¡Tenía que ser Iniesta! Ni Villa, ni el Niño, ¡Iniesta! ¡Eh, GOLLLLLL! - y después de mi ataque de alegría, agarró unas cuantas de las palomitas que Giotto ha ofrecido, para luego preguntar con un tono menos alegre: - ¿Alguien ha sabido algo del capitán? Es algo raro que el bueno de Kirk no se halla pronunciado en todo el día.
Viendo que todos se dirigen a una sala con pantalla, voy hacia allá. Y por lo visto, es la transmisión del partido final del mundial. Y cuando entro...Gol, de Iniesta, un gol maravilloso. Y dado que me gusta un poco el futbol, paso a celebrar con los compañeros de la nave.
Gol! que gol tan bien hecho, felicitaciones muchachos, el pulpo tenía razón!
Y mando una mano a las palomitas mientras respondo. No se, el capitán ha estado bastante extraño. Me preocupa que hubiera podido quedar afectado, despues de volver de la muerte.
Le dí palomitas hasta el último de la nave, y cuando fui a coger, me di cuenta que no me quedaban...así que me agaché al suelo, donde estaba la gran mayoría de las palomitas de mi bold, y comí unas cuantas
- Pues no se dónde estará el capitan, la verdad. Aunque, pensadlo, que la nave os mata por votación hace algunos días, y ahora volvéis a la vida, la mitad de tus amigos han muerto y tu coleguilla de toda la vida se ha entregado por tí para que tu vuelvas... Me como una palomita rosa Es un poco triste y motivo más que de sobra para no querer hablar, ¿no?
Como no hay nada que me guste menos que el futbol me marcho a mi cuarto cuando acaba mi turno en el Puente de Mando, a realizar algo de meditación. Me acomodo con un pijama minusculo y me siento en la cama a respirar con calma y dejar la mente en blanco... Pero es bastante dificil mantener la concentración cada vez que oigo los griterios de mis compañeros cada vez que marcan un gol en el partido.
-Así no hay quien se relaje...- gruño por lo bajo. Por unos segundos, estoy casi tentada de hacer uno de mis famosos números musicales con el abanico de plumas -Bah, no vale la pena- salgo de mi cuarto y me marcho a la enfermeria a buscar una pastilla para dormir y así no oir los gritos barbáricos de la sala de ocio.
-Ah! así que aquí estamos...- entusiasmada con haber encontrado lo que buscaba. Entonces miro a mi alrededor y me doy cuenta de lo vacía que está la enfermeria sin el doctor MaCoy. Era un poco pulpo pero realmente me gustaba, era un hombre con convicciones y se podía confiar en él... Con nostalgia y alguna lagrima en los ojos, consigo salir de la enfermeria con el medicamento en la mano y volver a mi dormitorio. Me tomo la pastilla una vez estoy dentro y me meto en la cama. Más gritos de gol se filtran a través de las paredes.
-Malditos psicópatas futboleros... no podría gustarles el ballet o la opera, no.... tenía que ser el futbol- gruño por última vez antes de quedarme dormida.
Tras aguardar pacientemente la contestación de Kirk y no recibir un no por respuesta doy por sentado que le es indiferente ante lo cual comienzo a desabrocharme los botones del uniforme.
-Bueno, pues con el permiso del capitán, me dispongo a efectuar mi promesa.-Advierto a mis compañeros dejando un tiempo prudencial por si alguno de ellos se quiere tapar los ojos o salir corriendo.
Tras lo cual y dejando mi ropa en el puente de mando comienzo una carrera tal cual mi madre me trajo al mundo por todos y cada uno de los sectores de la nave, sala de máquinas, cafetería, dormitorios, estación de embarque, oficinas, recepción, taller de reparaciones... y así y tras varios minutos recorro la nave por completo volviendo junto al resto y volviendo a vestirme.
- Bueno, ya he cumplido mi promesa y he visto todo lo que tenía que ver en esta vida. Así que buenas noches.-Me despido y me dirijo hacia mi camarote. Allí atranco la puerta pego el colchón a la misma y todo lo que pueda.
Tras un conteo de votos, parece que hay unanimidad. El capitán James T. Kirk parece ser el único capacitado para elegir el próximo miembro a ser linchado. No obstante, nadie le ha visto desde su resurrección, quizás haya recibido una fuerte impresión, o esté deprimido. Sea cual sea el caso, si no se presenta, la computadora seguramente será forzada a elegir aleatoriamente a un miembro de la nave, con consecuencias funestas, si no peores.
Y las malas noticias no cejan. Montgomery Scott se reporta como desaparecido, al parecer una falla en el núcleo Warp inundó de gases nocivos los sistemas de enfriamiento, justo donde él se encontraba. Ingeniería irá a buscar su cuerpo en trajes especiales, pero la mala suerte parece cernirse sobre el Enterprise, y favorecer a los Romulanos por esta ocasión.
Este episodio elige Kirk. No obstante, su jugador lleva algunos días sin conectarse, si para el Lunes no da señales de vida, la víctima será elegida aleatoriamente.
Scotty muere por no votar dos veces consecutivas.
El capitán Kirk no se pronuncia y la computadora inicia un módulo de números aleatorios, mientras todos ven como su nombre aparece por unos instantes en la pantalla, y luego se desvanece, cada vez el proceso es más lento, y los nervios aumentan hasta que un nombre se queda titilando en pantalla.
Palmer
Finalmente todos se quedan en silencio. La teniente Palmer es designada como la siguiente en caer. Lentamente es llevada al ala del laboratorio y una dosis letal le es inyectada hasta que dice sus últimas palabras y no despierta más.
La computadora se ha equivocado, después de todo, también es humana... o producto de humanos.
La teniente Palmer cae (irónicamente) debido a una tirada aleatoria. Mis condolencias. Puede decir por acá sus últimas palabras.
Pensamiento en off:
Mientras espera que se prepare la escena de la decisión del capitán… o de la computadora (si el capitán se recupera de vaya una a saber qué, parece que el regreso no sólo afectó al personaje sino que también al actor), Palmer se dirige a lo de las maquilladoras pensando que con lo que le paguen por su participación en la serie podría, quizá, hacerse un botox. Mientras dura el largo e infructuoso proceso de darle a su rostro otra expresión que no sea la de “estar sentada sobre un cacto mientras chupa un limón”, Palmer se adormece y sueña.
¡Oh, Gran Tortuga! Malévolo Quelonio de la Suprema Iniquidad sabéis muy bien que soy inocente de los cargos que se me imputan… ¡No he matado a nadie (y eso que la mayoría se merecía morir), no consumo sal por miedo al Vampiro de Sal y hago mis abluciones diarias según indica el Código Quelonio! ¡Incluso odio a todos y cada uno de mis compañeros como vuestra Ínclita y Misántropa Presencia lo ordena! Entonces, Suprema y Malvada Tortuga, ¿por qué yo, vuestra humilde servidora? Mejor la afroamericana, ¿acaso no se estila que muera un negro en cada serie? O Haines, que es tan fea como yo, si mi fealdad es la causa de mi muerte… O DeSalle que trajo la pornografía a la serie. O el mismísimo capitán Kirk quien ha faltado a los sagrados deberes de intervenir (y salvarme, of course, de vuestra Suprema Maldad) con su voto en esta ocasión. O Leslie que sobrevive calladito en un rincón. O Riley con su cara de yo-no-fui. O Giotto. Cualquiera, Mi Señor, ¿pero yo? ¿Vuestra más fiel admiradora? La que arrastra la amargura de ser una más del montón sin poder destacar ni conseguir el papel estelar que me suba a la cima del éxito. ¿Por qué yo, Suprema Maldad Quelonia?
“Quien por los dados vive, por los dados muere,” atruena una voz y hace temblar los -de por sí- frágiles decorados. Palmer agacha la cabeza y se retira con pasos cansinos. Maldito Quelonio, sopa de tortuga deberían hacer con él…
La rubia con cara de algo-me –aprieta-en-algún-lado despierta de su ensueño con un mal presentimiento y corre hacia la escena que ya dio inicio. Ni siquiera me esperan, malditos…
***
Palmer se aproxima a la computadora que titila luces y nombres y pregunta. ¿Ya decidió? Algunos le abren paso en silencio y la mujer contempla incrédula lo que sus ojos le muestran…
PALMER
Su nombre titila en la pantalla una y otra vez. Tras un largo silencio, la rubia la emprende a las patadas con la computadora mientras grita: Dados normales, ¿qué clase de frikis sois? ¿Desde cuando se deja en manos de una maldita chatarra esta decisión? ¡Dados normales! ¡Tengo montones en mi cuarto! Todos cargados a mi favor, pero no nos detengamos en nimiedades. ¡Por la Tortuga!
Al fin, resignada, se entrega a la muerte. Mi Dios no juega dados, quizá esté a mi favor…tararea mientras le aplican la inyección fatal.
Púdranse, ustedes y los malditos dados. Y que le den por el culo a la Maldita Tortuga, susurra en un último suspiro.
Y así terminó la vida de Palmer, quien nunca vivió en paz, corroída por la envidia y la amargura, y quien, menos aún, descansará en paz…