Partida Rol por web

Carlam tardó en contestar y simplemente se dedicó a sonreír de medio lado. A pesar de su delicada situación no podía evitar sentirse divertido ante el comportamiento y las palabras de sus antiguos compañeros. Amistad, perdón, confianza y toda esa palabrería idéntica a la que los jedi les habían inculcado hacía ya tanto tiempo. Eran incapaces de comprender lo equivocados que estaban; que la anulación de los sentimientos era lo peor que había. Era mucho mejor dejarse llevar por ellos.

Aceptó sumido en su mutismo tanto el Medpack como su sable láser; era eso precisamente lo que él quería. Aquellos instantes de descanso le ayudaron para recuperar, aunque ligeramente, las fuerzas perdidas y, poniéndose en pie de nuevo, se quedó frente a sus compañeros, sintiendo la urgencia de atender la llamada procedente de la cueva.

—Estáis ciegos. Os seguís creyendo en posesión de la verdad y no sois capaces de ver más allá... —Negó con la cabeza, buscando la oportunidad de escapar de aquellos dos incordios que habían salido de la nada—. Me prometéis una redención, una salvación sin daros cuenta que no la quiero. Si tanto habláis de una nueva Orden id a dar sermones a otros, yo ni los quiero ni los necesito. Dejadme en paz de una vez y no volváis a apelar a una amistad que nunca existió.

Eran duras palabras pero Carlam, en esos momentos, las decía muy en serio. Su mente solo estaba centrada en una cosa y nada ni nadie le harían regresar. Volvió a encender su esapada, aunque el haz de luz azul apuntaba hacia el suelo.

—Dejadme pasar y olvidaos de mí de una vez. No voy a convenceros de nada, seguid creyendo que el que llamáis amigo y compañero ha muerto hace mucho. Por más que os explique no lo entenderíais, por más que os diga que sigo siendo el mismo no me váis a creer. Yo no he cambiado, siempre he querido una cosa y si vosotros seguís con vuestra venda en los ojos es vuestro problema. —Levantó el haz de luz apuntando a sus antiguos compañeros—. Dejadme ir o morid.

Nunca lo entenderemos si no haces el esfuerzo de explicarlo. Dijo Suka solemne, a la vez que hizo un gesto con la mano en forma de abanico terminando en la cueva. Dada tú actitud ya se que no vas a hacerlo, así que ve y termina lo que has venido a hacer aquí, quizás después te sientas preparado para abrirte a nosotros.

El maestro Meneer no quitó sus ojos de Carlam en ningún momento y lo seguiría con la mirada hasta que se perdiera en la cueva. No paraba de plantearse que le habría pasado para acabar así e intentaba con todas sus fuerzas entenderlo mientras que lo miraba.

Tras entregarle su espada láser a Carlam volvió a actuar de la misma manera, esa reticencia a escucharnos a entender que queríamos recuperar a nuestro camarada y volver a los viejos tiempos. Nos apuntó con su espada láser, casi podía ver el fulgor amarillo en sus ojos, el lado oscuro de la Fuerza desbordaba por todo su ser. 

Suka me hizo una sutil señal  para que dejara ir a Carlam:-Esta bien Carlam. Vete y haz lo que tengas que hacer pero ten esto en cuenta si decides seguir la senda del Lado Oscuro y atacarnos, no dudare en quitarte la vida.-dije mientras mantenía una postura de guardia por si Carlam decidía atacarnos. 

Por supuesto que no se fiaba de ellos, pero Carlam sentía la ansiedad y el deseo de entrar en la cueva y no iba a dejar escapar esa oportunidad. Mientras se movía, apuntándolos con la espada y sin darles la espalda en ningún momento, el antiguo jedi no dejaba de pensar en lo necios que eran sus antiguos compañeros. Estaban empeñados en llevarlo de vuelta a un punto que él había abandonado hacía mucho tiempo; un punto tan lejano que se perdía casi en la bruma de la memoria.

Con una sonrisa aviesa en sus labios, caminando de espaldas por si alguno de los dos osaba atacarlo, Carlam fue poco a poco acercándose a la entrada de la cueva, paladeando ya las mieles del triunfo. Después de tanta búsqueda, después de tanto sufrimiento y tanta rabia, por fin iba a alcanzar su objetivo. Era consciente de que, sucediera lo que sucediera allí dentro, sus compañeros seguirían esperando fuera su vuelta.

Pero él esperaba volver con más fuerza y más poder que nunca y, sobre todo, con el conocimiento que tanto había ansiado durante todos esos largos años.

Carlam se fue fundiendo con la oscuridad del interior de la cueva, iluminada solo con el haz azul de su sable que no había bajado en ningún momento.

Y la oscuridad se apoderó por completo de lo que había a tu alrededor.

Carlma, logró adentrarse en el foco de poder al que conducía el holocrón. No sabía en que forma o fuente encontraría el poder o conocimiento que debía hallar pero eso no le impidió seguir un impulso de avanzar ante aquella densa niebla negra.

Escuchaba cada paso que daba con un eco que envolcía toda la estancia. La respiración, claramente alterada, también retumbaba por doquier. Los latidos del corazón iban cada vez más rápido y fue en ese punto donde el antiguo Jedi entendió que tenía que concentrarse, debería tener absoluto control sobre su cuerpo y focalizar en encontrar la fuente de conocimiento que le traería de vuelta a su ser querido.

Seguiste caminando y caminando perdiendo la noción del tiempo ¿cuanto había pasado ya? ¿segundos?¿minutos?¿¿horas?? no lo sabías... y seguías sin encontrar respuestas.

.

..

...

El vacío, la oscuridad, el silencio... notabas que aquella cueva estaba poniéndote a prueba.

A los pocos minutos de que Carlam entrara en la cueva el maestro Meneer hizo un gesto a su compañero con la cabeza indicando que ya podían entrar.

La concentración de Suka en Carlam fue total, no quería perderlo y suponía que en la cueva podría haber diferentes caminos. Debían confiar en la fuerza para que los guiara hacia él, pues no podían depender de fuentes de luz si querían pasar desapercibidos para su viejo amigo. El jedi esperaba que Carlam estuviera tan ocupado con su búsqueda que no prestara atención a sus instintos y así no descubriera que lo estaban siguiendo.

Junto a Suka esperamos a que Carlam se fundiera con las tinieblas que procedían de la cueva y me concentré para encontrar su presencia en la fuerza pero sin que él se percatara de mi para poder seguirle en la oscuridad:-También lo he encontrado. Vamos.-le dije a Suka mientras me acercaba a la entrada de la cueva:-Esto será divertido.-añadí, esbozando una sonrisa y entré en la oscuridad. 

La oscuridad y el silencio pesaban como una losa sobre Carlam a medida que se adentraba en la cueva. Sentía todo su cuerpo en tensión, su mente obsesionada con alcanzar su objetivo, su respiración agitada y su corazón bombeando con mayor frecuencia de la que debía. Un paso tras otro el antiguo jedi se adentraba en una profundidad que no parecía tener fin; una profundidad que no era solo física sino que también era mental.

Sabía que tenía que tranquilizarse, que no debía dejarse arrastrar por la ansiedad de alcanzar su objetivo, de volver a ver el rostro de Bix... Tenía que concentrarse y alejar todos esos pensamientos de su cabeza para que todo el conocimiento que buscaba acudiera a él.

Siguió avanzando, paso a paso, intentando no dejarse arrastrar por el abatimiento al comprobar que el tiempo pasaba y no encontraba nada, solo oscuridad y silencio. ¿Sería una prueba? Seguramente sí y a ese pensamiento fue al que Carlam se aferró para seguir adelante.

La oscuridad lo rodeaba todo, pero un pequeño haz de luz que surgió de repente te sirvió de baliza para creer que encontrarías tu destino.

Cuando alcanzaste dicha luz viste como tu cuerpo y tus sentidos se teletransportaron a otro lugar, a otro sistema.

Era un lugar hermoso, de vegetación exótica y exuberante. El cielo era inmenso y el aire puro. De repente, aquel escenario se tornó rojizo, el cielo se encapotó y todo lo que había a tu alrededor empezó a marchitarse.

              ¡Maestro! ¡Vamos ganando!

¿Esa voz? ¿Era Bix?

Intentaste correr hacia el lugar de donde provenía aquella voz que llevabas tantos años sin escuchar y como si fuese una tormenta que acababa de caerte encina, un estruendo de disparos llegó a tu alrededor.

Entre el caos, observaste el entorno y comprobaste que estabas en mitad de un tiroteo entre soldados clon y los droides del CIS. Pudiste ver a Bix luchando con agilidad contra los enemigos de la República en la que sería la última misión donde participó con su maestro.

¡Estabas en Felucia! Fue el sistema donde la asignaron la última vez que os visteis.

De repente, comprobaste desde tu posición omnisciente, como todos los soldados clon que ayudaban a tu amiga se detuvieron en el ataque y comenzaron a apuntar a la joven promesa Jedi. Ella no se había percatado de aquella traición programada pero tú, desde tu posición, sí que eras conocedor de lo que iba a suceder.

¿Por un instante sentiste que Bix se giró a tu posición?

Gritaste, intentaste llamar su atención, pero ella no te oía. El corazón te palpitaba a gran velocidad mientras veías impotente como toda una escuadra de soldados clon abrian fuego contra Bix.

Ante el dolor desgarrador de tal imagen, la oscuridad regresó a envolverlo todo. La luz desapareció y te tocó de nuevo seguir caminando en la oscuridad...

Acompañado de Suka y guiado por la Fuerza, te adentraste en la cueva.

A los pocos metros de acceder, la oscuridad se apoderó por completo de lo que había a tu alrededor.

Lograste centrarte en la presencia de Carlam para saber hacia donde dirigirte, de momento el rumbo era claro. Era desconcertante avanzar en mitad de la oscuridad, donde ni tu propio sable de luz era capaz de alumbrar... pero tenías un propósito.

Escuchabas cada paso que dabas con un eco que envolvía toda la estancia. Miraste a tu alrededor y ya no sentías a Suka ¡había desaparecido! Tu respiración, claramente alterada, también retumbaba por doquier. Los latidos del corazón iban cada vez más rápido y fue en ese punto donde entendiste que tenías que concentrarte, deberías tener absoluto control sobre tu cuerpo y focalizar en encontrar a Carlam. Confiabas en que tu compañero estuviese bien.

Seguiste caminando y caminando perdiendo la noción del tiempo ¿cuanto había pasado ya? ¿segundos?¿minutos?¿¿horas?? no lo sabías... y seguías sin encontrar a nadie.

.

..

...

El vacío, la oscuridad, el silencio... notabas que aquella cueva estaba poniéndote a prueba.

Acompañado de Oso y guiado por la Fuerza, te adentraste en la cueva.

A los pocos metros de acceder, la oscuridad se apoderó por completo de lo que había a tu alrededor.

Lograste centrarte en la presencia de Carlam para saber hacia donde dirigirte, de momento el rumbo era claro. Era desconcertante avanzar en mitad de la oscuridad, donde ni tu propio sable de luz era capaz de alumbrar... pero tenías un propósito.

Escuchabas cada paso que dabas con un eco que envolvía toda la estancia. Miraste a tu alrededor y ya no sentías a Oso ¡había desaparecido! Tu respiración, claramente alterada, también retumbaba por doquier. Los latidos del corazón iban cada vez más rápido y fue en ese punto donde entendiste que tenías que concentrarte, deberías tener absoluto control sobre tu cuerpo y focalizar en encontrar a Carlam. Confiabas en que tu compañero estuviese bien.

Seguiste caminando y caminando perdiendo la noción del tiempo ¿cuanto había pasado ya? ¿segundos?¿minutos?¿¿horas?? no lo sabías... y seguías sin encontrar a nadie.

.

..

...

El vacío, la oscuridad, el silencio... notabas que aquella cueva estaba poniéndote a prueba.

Tras adentrarnos en la oscuridad de la cueva sentí un frío como hacía tiempo que no sentía y me dio miedo, me costaba respirar, allí el oxígeno parecía desaparecer a medida que avanzaba por la oscuridad. Encendí el sable de luz para poder ver a mi alrededor y tan sólo pude ver que Suka ya no estaba conmigo, estaba sólo en esa oscuridad que absorbía la luz que emitía el sable así que decidí apagarlo para volver a la oscuridad. 

No sabía cuanto tiempo había pasado des de que entramos en la cueva y casi estuve al borde de un ataque de pánico y, entonces, recordé una de las enseñanzas de Yoda:-A la oscuridad, miedo no has de tener, el Lado Oscuro sólo un aspecto de la Fuerza es, concentrarte en la Fuerza debes para en la oscuridad ver y tu ser la luz.-no tenía que tenerle miedo a la oscuridad, ya estuve en ella durante un tiempo y gracias a mi entrenamiento aprendí a dominarla y a tener un balance en mi interior. 

Me concentré, relajé mi respiración hasta el punto en que utilizaba una mínima cantidad de aire para llenar mis pulmones y me abrí a la Fuerza. Yoda tenía razón, la luz y la oscuridad están siempre en constante enfrentamiento y somos nosotros, Jedis y Sith los que inclinamos la balanza hacia un lado u otro. En ese momento, yo debía ser quien inclinara mi propia balanza y proyecté mi voluntad a la Fuerza para vencer la oscuridad y poder enfrentarme a lo que me deparara la cueva. 

La cueva había jugado con ellos, al principio los nervios se apoderaron de Suka mientras avanzaba en la más completa oscuridad, pero sus recuerdos le ayudaron. Suka estaba solo, aunque no le preocupó en lo más mínimo, se había pasado mucho tiempo solo, desde que la orden jedi cayó, soñando con que las cosas cambiaran, con tener la oportunidad de hacer que cambiaran. Decidió hacer lo mismo, ser paciente...

Ese pensamiento le tranquilizó y le permitió concentrarse de nuevo en Carlam. Quizás debió separar sus fuerzas y buscar a Oso a la vez, pero aquello limitaría su capacidad y era consciente de que Oso era muy capaz por si sólo. La confianza de Meneer en su compañero era total, en cambio en Carlam... demasiado confuso mentalmente, debía darse prisa en encontrarlo por lo que pudiera pasar.

La paciencia y la concentración en Carlam hicieron avanzar al jedi de tez morena. No se apresuró, fue tranquilo y seguro, pero sin pausa. Confiaba en que sus esfuerzos dieran frutos.