Partida Rol por web

Suka no dijo nada más, tan solo siguió ofreciendo su mano. El alegato de Oso fue emotivo y estuvo lleno de verdad, todos los habían pasado mal con las consecuencias de la orden 66, pero caer en el lado oscuro era el camino fácil, por eso Suka pudo resistir esperando la oportunidad que ahora Skywalker les había ofrecido.

El maestro Meneer miró a Carlam con ojos de "por favor, entra en razón", era más que evidente que no quería luchar contra él, era su amigo, su hermano, aquello no era justo para ninguno de los tres.

—Dejadme en paz de una vez —dijo, perdida ya la poca paciencia que le quedaba—. Largaos por donde habéis venido y olvidaos de mí. Será mejor que sigáis creyendo que estoy muerto.

Después de todo lo que había pasado y de las esperanzas que había mantenido hasta ese momento, no lo iba a echar por la borda por un alegato tan patético con el que le estaban haciendo. Habían sido amigos, hermanos, pero de eso hacía ya mucho tiempo y tenían que darse cuenta que la gente cambiaba. Poco le importaba que Oso hubiera transitado un camino de ida y vuelta, él deseaba aquel conocimiento que tenía al alcance de la mano por un motivo muy especial y personal.

No quería matarlos, al igual que no había matado a los chicos del planeta donde había recuperado su holocrón. Pero si se interponían entre el conocimiento prometido y él,  no dudaría en pelear y acabar con ellos.

Suka que aún tendía la mano hacia Carlam suspiró tras sus palabras, era evidente que nada de lo que dijeran le iba a hacer cambiar de opinión, no había marcha atrás...

El maestro jedi suspiró y movió la mano trayéndola de vuelta para sí dando entender a Carlam que la oferta había caducado. Esperaba poder engañarlo de esa forma, pues lo que en verdad estaba haciendo, era lanzarle mediante la fuerza una rama caída de un tamaño considerable a la cabeza, con la intención de dejarlo inconsciente.

Sabía que no se podía fiar de ellos. Mientras miraba la mano tendida de Suka, Carlam vio por el rabillo del ojo cómo una gruesa rama intentaba desprenderse del tronco por las tretas de su antiguo amigo y compañero. Con la agilidad que no había perdido aún a pesar de los años transcurridos, el antiguo jedi dio un salto apartándose de la trayectoria de la rama hacia su cabeza.

Con más rabia de la que ya estaba sintiendo, Carlam cogió su sable láser y lo encendió apuntando a sus antiguos compañeros. La luz azulada iluminó su rostro contraído por el odio mientras se preparaba para atacarlos. Sentía el lado oscuro llamándolo cada vez con más fuerzas y eso le daba la energía necesaria para enfrentarse a los dos.

—Sabía que no podía contar con vosotros —dijo, escupiendo las palabras—. Habláis de la nueva Orden como si eso fuera lo mejor del mundo. Pero si la antigua cayó fue por su soberbia, por su orgullo, por no saber mantenerse neutrales al tomar partido en una guerra en la que no deberíamos haber participado. Y vosotros me demostráis que seguís con las mismas rastreras argucias...

Si en algún momento tanto Oso como Suka habían creído que lo salvarían, con aquella declaración de intenciones dichas con el sable láser encendido, quedaba claro que Carlam no iba a volverse atrás. Pelearía con saña fueran cuales fueran las consecuencias.

La situación había llegado a un punto de no retorno. Carlam había activado su espada láser y estaba dispuesto a quitarnos la vida:-Eso será lo último que hagas, viejo amigo.-dije activando mi espada láser, dando así por concluida cualquier tipo de negociación y dejando que nuestras espadas y nuestras habilidades marciales hablaran. 

Adopté la tercera forma para priorizar una defensa y ver cuánto había aprendido durante todo este tiempo Carlam sobre combatir. 

Se había terminado la negociación y con las cartas puestas ya sobre la mesa solo había que jugarlas. Al ver a Oso encender también su sable y ponerse a la defensiva, con los típicos movimientos del soresu que tanto detestaba, Carlam se propuso demostrar todo lo que había practicado. Nunca había aprendido el vaapad propio del maestro Windu, ya que estaba muy mal considerado entre los jedi, pero sí se había especializado en el ataru más apropiado para espacios abiertos.

Una técnica que incluso el general Skywalker usaba y que había mejorado. Porque para Carlam, después de todos aquellos años, Anakin había empezado a resultar una figura admirable a pesar de que hubiera intentado matarlos.

—Acabemos con esta farsa de una vez —dijo, esperando a ver qué hacía Suka y quién iba a ser el primero en atacar.

Suka miró a Oso con preocupación, esperaba que lo que había dicho fuera solo una forma de intimidarlo. Él sólo había intentado dejarlo inconsciente con la rama para evitar una pelea que pudiera salir mal para alguno de los tres, sin embargo, le había salido mal la jugada. No se culpaba por ello, pues había esperado a intentarlo a un punto donde la conversación ya era de no retorno.

Vamos a capturarte amigo. Y entonces nos vas a tener que contar que te ha pasado para que podamos comprenderte. Dijo el maestro Meneer con seguridad y demostrando ganas por poder empatizar con él.

El moreno jedi también blandió su sable láser y esperó movimientos por parte de su amigo. Su postura relajada mostraba poca o ninguna preocupación por lo que estaba pasando, siempre había confiado en si mismo, pero su confianza había crecido exponencialmente en los últimos tiempos. 

Esperaba un ataque lleno de ira por parte de Carlam por lo que hice bien en adoptar la forma de Soresu pero no esperaba que la ira le diera tanta fuerza a sus golpes. Desviaba cada golpe con determinación, cuando realizaba un tajo horizontal, lo detenía con bloqueando la hoja y desplazándome hacia un lateral para hacerle perder la concentración. Cuando realizaba una estocada, desviaba la hoja de Carlam por el interior y me desplazaba por su lado izquierdo para colocarme a sus espaldas pero volvía a atacarme con un ataque trasero que me obligaba a retroceder. 

Me estaba colocando en una posición en la que un descuido podía resultar fatal.