Partida Rol por web

Sonríe feliz y excitada cuando Frisbee le coloca el collar, la sensación es tremendamente agradable, es la primera vez que lo lleva, siente una presión constante aunque leve todo el tiempo y es...sumamente libidinosa. Continua escaleras arriba viendo su precioso culo, sus piernas de infarto, sus hermosos tatuajes...cómo le gustaría lamer cada línea de tinta...

Cuando llegan arriba se incorpora de rodillas para tomar la calada que le ofrece y luego vuelve a posar las palmas en el suelo al tiempo que va dejando escapar el humo. Se somete encantada al análisis de la tatuadora, complaciéndola en todos los movimientos que le pide y deja escapar un par de gemidos en forma de exhalación cuando "castiga" sus labios, enrojeciéndolos enseguida, ya se ven hinchados y mojados pero ahora...ahora casi babean... y el fustazos fuerte la pilla desprevenida y gime fuerte, tomando aire rápidamente, todo el cuerpo tenso esperando recibir más...no rechista...sólo sonríe para sus adentros.

-Gracias mi ama...si quiero entrar mi ama...haré lo que sea por entrar en tu reino...- le dice con una voz melosa, lujuriosa, arrastra las palabras, dulce y provocadora para luego empezar a hacer lo que le ha pedido, lame su mano con devoción repasando cada dedo, cada espacio entre ellos...el dorso con la puntita solo, acariciando ligeramente, dejando un rastro de saliva allí por donde pasaba.

Frisbee no es de piedra, para nada, pero cuando se transforma en ama parece como si sintiera la responsabilidad de mantener esa actitud distante y fría, aunque sabes que no podrá contenerse demasiado tiempo, y que a veces la ves sonreír. Por eso deja, impasible en apariencia, que lamas con devoción su mano.

Tú también estás alcanzando un nuevo nivel en tu sumisión, en tu deseo. Sea por la coca y la maría, sea por la necesidad de ofrecerte a ella, cualquier cosa que te haga u ordene, te excita más y más. La tatuadora se endereza para que ahora lamas sus pies y piernas, mientras ella misma se "limpia" tu saliva de la mano con su lengua. 

-Vale. -Rebusca en la mochila, coge y te pone el antifaz, siempre con delicadeza y determinación. Abre la puerta, y entras delante, gateando, a ciegas, sin miedo, claro, conoces su dormitorio, pero dentro del juego es como si entrases a la cueva de tu Ama y Señora. ¿A su mazmorra, quizás?

Estás muy excitada. Pero un recuerdo, por segundos, te oprime el pecho, el recuerdo de la última vez que estuviste aquí. Pero hoy será distinto. Sí. Estás segura de eso. 

La angustia entra en ella pero sale descartada tan rápido como el tiempo que pasa ente un latido y el siguiente. Con sus pasos de mascota entra a ciegas en la habitación, en el reino...en su absoluto control. ¿Tendría algo preparado? ¿Estaría improvisando? El corazón le latía tan rápido que estaba segura de que se le iba a salir del pecho y que se oiría para fuera. Se queda parada, dudosa de en qué punto de la habitación estaba, no conocía tan bien la estancia por lo que decide esperar la próxima instrucción.