Partida Rol por web

Chad logró salir de la Iglesia. Los muertos comenzaron a seguirlo, pero la banca que había corrido, cerca de la puerta, le eran una traba. Entonces, mientras el chico iba mirando hacia atrás, una mano se posó sobre su hombro. El joven casi pega un grito pero era Marta. Estaba sola.

Recién ahí Chad notó que el cielo se estaba poniendo oscuro. Todavía había gran cantidad de cuervos posados sobre el techo de la capilla y algunos muertos comenzaban a aparecer por la puerta.

Tenían peligro cercano, y aunque fuesen lentos, no se debían confiar. 

Marta, por su parte, aún no había visto ninguna pista de Gore.

La realidad es que Daniel, por más que intenta diagnosticar lo que les sucede al grupo, al menos a la mayoría, no logra sacar nada en limpio. Sabe que tiene que ver con la radiación pero no puede ser solo ella. Los síntomas son diferentes: algunos tienen dolor de cabeza, otros sangrado, a otros les quema cierta parte del cuerpo, algunos no parecen presentar síntomas y unos pocos tienen náuseas.

No tiene mucho sentido, aunque podría ser radiación, también puede ser algo más. Quizás un conjunto de factores que han modificado orgánicamente a los individuos.

Daniel cabecea mientras el grupo allí reunido lo mira. Entonces comienza a sentir nuevamente ese ardor, es terrible. Son sus palmas.

Sus palmas queman.

De hecho dos llamas se encienden desde ellas y aunque Daniel no siente más que un fuerte calor, en este momento tiene sus manos ardiendo.

Y su piel intacta...

Aunque el doctor nos examina no parece tener mas idea que nosotros de lo que nos pasa

"maldita bomba, como alguna vez descubra a quien la tiro se va a enterar"

de todos modos eso es poco probable y me siento en silencio sobre una camilla mientras Daniel examina a los otros, miro cansado por la ventana el pueblo muerto cuando el brillo de las llamas reclama mi atención

-¡¡que carajo!!- miro asombrado las llamas en las manos de Daniel y salto rápidamente a por una manta, sabana o mi chaqueta para ayudarle a apagarlas

Me alegre de ver a Chad, por lo menos no le había pasado nada, pero por lo que se veía no lo había pasado muy bien

- Estaba buscandote, hemos establecido la base en el hospital, pero he salido ha buscarte. ¿Has visto a Gore? Debemos encontrarlo antes de que se haga más tarde, el tiempo se nos acaba, pronto esto estara a oscuras

Con una promesa por cumplir, Chad abandona aquel sitio profanado con mucho pesar en su espiritu. Casi toma otro de sus fragmentos vidriosos al sentir la mano de Marta sobre su hombro, pero suspiro con alivio, aunque demasiado pasajero. Estaba oscureciendo.

-Mar...Marta, que gusto. No se donde esta Gore, nos separamos... Y... debo pedirte un favor. -Chad gira la cabeza y mira a su espalda, donde se puede escuchar el ruido de algunos zombies intentando pasar por el obstaculo puesto en la puerta de la iglesia. Necesito volver alli, en otro momento. Otro dia. Que nadie venga... no... no podran salir de alli. Eso espero. Pero, es que lo senti... crei poder... curar a uno de ellos. Debo volver a intentarlo. Por favor.

Los ojos de Chad se posaron en los de Marta, suplicantes. Desde que se habia unido al grupo extraña sensaciones lo habian colmado. Y desde aquella explosion, el mismo habia reencontrado el camino a su fe. E incluso de alguna manera, habia logrado un milagro, al curar a aquella mujer, Jules, de esa terrible e inexplicable hemorragia.

¿Curar a uno de ellos? ¿Se había vuelto loco? No se podía curar a los podridos, si lo dejaba volver sería su muerte, pero seguramente estaba cansado, asustado y no sabía lo que decía.

- Volveremos por la mañana, pero encargemosnos de los vivos, hay que encontrar a Gore, ¿por donde fue? Quizas si miro por alli, ojala aún siga vivo. ¿Crees que estas en condiciones de acompañarme?

No consigo sacar nada en claro... es como si... Antes de que pueda acabar la frase el dolor vuelve. Me llevo las manos al estómago, pero entonces siento todavía mas calor. ¡Mis manos están ardiendo!

¡Dios mio! Grito mientras me tiro al suelo con las palmas de las manos boca abajo para apagar el fuego

Durante el examen médico Nick ha permanecido atento a los otros por si alguno desarrollaba esa molesta costumbre de morder carne que tienen los podridos. Cuando ve al médico llevarse las manos al estómago con una mueca de dolor, Nick se tensa y agarra con fuerza el mango del revólver.

-¡¡Pero qué coj...!! Se levanta de la camilla y da varios pasos hacia atrás, arrastrándola consigo y tirando varios objetos de una estantería cercana. Tiene los ojos abiertos como platos y su boca intenta articular alguna palabra, sin éxito.

Pasados unos instantes de desconcierto, intenta ayudar al médico y a Denzel a apagar aquellas extrañas llamas.

Chad suspiro. Habia sido poco prudente de su parte, compartir tales afirmaciones. -Si, por supuesto. Busquemos a Gore. Y descuida, no tenemos porque volver.

Dio unos pasos alejandose de la Capilla, y sin pensarlo, comento, en tono medio burlon, aunque realista. -Unos intercomunicadores nos vendria bien, ¿no?. Chad le sonrio, demostrandole que era el mismo de siempre. Aunque no se conocieran, el no daria indicios de preocupacion. Tenia una promesa que cumplir.

Las palmas de Daniel se apagan con ayuda de los otros chicos. Nadie entiende muy bien que está pasando, incluso Linda se queda con la boca abierta, como si aún no pudiera dar crédito a lo que ven sus ojos. Daniel se mira las palmas, las tiene intactas. Aún siente calor pero no hay llamas.

Nick está cerca mirando todo como Denzel, entonces una arcada que sube desde sus piernas lo hace arquearse y vomitar. Todos se hacen a un lado para ayudar al hombre pero en ese momento Nick se comienza a retorcer de dolor en el suelo.

Ni siquiera el médico tiene claro que pasa. Linda se lleva las manos a la boca en un gesto de espanto. Denzel sujeta a Nick por la cabeza para que vuelva a devolver.

Es allí cuando el hombre desaparece, delante de todos, en su lugar hay una especie de perro. Que vomita una vez más y luego los mira, con la cabeza de lado.

Es como un doberman.

Jules simplemente dice:

-¿Qué demonios está pasando??

"estoy sujetando la cabeza de un perro.... que era Nick.... Nick se ha convertido en perro..."

Suelto al perro mirándolo alucinado, ahora si que ya no entiendo nada, primero el fuego y luego esto

-Doc, creo que me he vuelto loco-

Me quedo sentado en el suelo junto al perro incapaz de decidir que hacer a continuación

Cuando Denzel le suelta, el perro se incorpora y se queda sentado. Mira al hombre con la cabeza ladeada, sin entender muy bien a qué viene la cara de alucine que ve en el otro. Entonces comienza a mover su corta cola y parece abrir la boca para decir algo, aunque lo único que sale es un sordo y abortado ladrido que finaliza en un gritito agudo. -¡Rrr...Guaii! -¿¿Pero qué??

El doberman se pone en pie y comienza a mirar su propio cuerpo pero, de repente, localiza su pequeña cola y por algún motivo desconocido comienza a intentar alcanzarla con ahínco. El doberman da unas cuantas vueltas sobre sí mismo ladrando con furia. Cuando acaba, se tumba en un rincón con la cabeza tapada por las patas.

¿Qué coño es esto? Digo observando mis manos... bueno una combustión expontanea en un ambiente post-nuclear puede tener explicación. 

Pero no tengo mucho mas tiempo para explicar ese fenómeno porque de pronto Nick se siente peor y comienza a vomitar. Busco toallas y un barreño, pero cuando voy a usarlos me doy cuenta de que el hombre no está, en su lugar hay un perro. Totalmente confundido me llevo las manos a la cabeza y me caigo de culo sentándome.

¿Có... cómo? Es... ¿Nick? 

Marta y Chad ven que más muertos comienzan a intentar salir por la puerta de la Iglesia. Intentar detener ésto, a estas horas... solos... es una locura.

Comienzan a caminar alejándose del sitio. Miran alrededor y por fortuna no hay más zombies merodeando, al menos de momento. Siguen el camino de donde se bifurcaron, donde Gore y Chad se separaron y él fue hasta la Iglesia. La verdad es que, como dijo el joven, unos intercomunicadores serían algo interesante y útil, pero en este momento carecen de su presencia.

Entonces es cuando Marta comienza a sentirse mal... Una especie de naúsea la recorre por completo, haciendo que se caiga sobre el suelo.

Y, ante los ojos de Chad, la chica comienza a brillar de una forma extraña. Su cuerpo se rodea de un halo de color azul, algo extraño, nunca visto.

Marta se siente extrañamente energética, las náuseas han pasado y en su lugar siente una especie de euforia.