Partida Rol por web

Nos encontramos a 18 de septiembre. Exactamente tu reloj marca las 18h. El cielo se está tornando rojizo, y el aire fresco se empieza a notar. El verano está dando sus ultimos coletazos mientras el suelo se llena de las primeras hojas caídas. La gente ya poco a poco sale con polos, chaquetas tejanas, y demas ropa para taparse. Tú sigues tu rutina diaria, sin mas preocupación en la que acabar el día, y volver a casa a descansar. Está resultando un día algo más cansado que de costumbre y cierta sensación extraña te corroe la mente. Como un sexto sentido te dice que algo te pasará, aunque no le haces caso. Sensaciones como estas en días malos ya has tenido muchas veces. Así que continuas tu rutina marcada.

Ya sentado miro de reojo al hombre que me habla. Le hago un aman con la mano de manera afirmativa para que me de más de lo que estaba bebiendo...y sonrio con amargura.

Pues afortunado el muerto que no se tiene que aguantar a esa vieja resandera, bien recuerdo su  cara de desprecio que nos planto a Tom y a mi cuando caminabamos por la calle.

Y ciertamente aunque el no conocia bien a la señora McGregor, si la diferenciaba entre la gente del sector, pues aunque poco estaba ahí uno conocia gente de su edad, y sí, la mujer los había mirado con desprecio, lo que no habia contado era que iba borracho con Tom maldiciendo en voz alta  por la calle, y que cuando la mujer paso a su lado habian comentado algo en voz alta de su gordo trasero.

Ahora tendra el tiempo libre para hacer lo que hacen todas las viudas, meterse en la vida de  otros... su esposo  se liberó de la bruja. Brindo por eso.

Sin duda parecía que la que salio ganando fue ella, pero no así presente. La puerta del bar se abrio y por ella bajaba los escalones la señora McGregor con su traje negro de luto. En su mano lleva un bolso diminuto como queriendo aparentar mas joven. Sin duda era una mujer arrogante y algo metomentodo, pero con dinero, y más ahora con lo dejado por su marido.

Ya era hora de que se muriera ese pelmazo de mi marido. Siempre beber, y beber, y nunca prestando atecion a su mujer. Incluso pidio que le pusieran su botella favorita de vino en el ataúd.

Algunos clientes, que ya la conocían  bien, pues su marido si que solia visitar el local, volvieron sus caras, para no verla a ella. No era muy apreciada sin duda por muchos del pueblo. Su forma de andar, a cada paso, queria dejar marcada su posicion y ser el centro de atención.

Vaya bruja

Pense inmediatamente, y más cuando expresa tan estoicamente que esta feliz por la muerte de su marido. Es más con una mujer como esa ningún hombre le gustaria meterse,  y adicional, ¿como era posible que la puta vieja que odiaba a su ebrio marido fuera luego de muerto al bar que tanto detestaba?.

¿Esta segura que usted no lo mato señora?

Dije un poco desafiante

Bien se sabe que el seguro le paga sus cuentas... yo de tenerla a usted de mujer me hubiera suicidado...

Miro al bartender, y bebo mi copa..

Y eso no lo cubre el seguro, como sabe

Matarle yo? Como osas insinuar eso a una mujer de mi categoría. Te dice con todo su orgullo y levantando barbilla. Tan solo he venido para deciros que la fiesta a mi marido se le acabó. Siempre aqui, siempre bebiendo.. No puede ser mas por sus amigos, que por su mujer. Ahora intentaré que cierren este antro de bar. No parece ser tan pulcro y ser bar de gorrinos.

Sin duda ahora es cuando manifestaba su real odio por ese antro, donde su marido parecía tenerle tanto cariño. La gente presente no podía creer la prepotencia que tenía. Sin duda el bar tenía muchos años encima y mantenía la decoracion inicial restaurada y cuidada.

En esos momentos se escucha en la calle un frenazo de un coche el cual se estampa contra algo metálico. Hay gente que empieza a gritar algo asustada.

¿Sabe que señora?,  Estamos en Scothland, las leyes son muy fuertes acá,  y  a cada 20 metros hay un pub, ¿acaso cree que nos cambiará las leyes?, ¿se lanzará al parlamento?... vaya vieja ingenua que es usted, y sobre todo fea y desagradable,  cierre este lugar y se abriraran luego 10.... sabe qué hagale un favor al universo y vayase del pais, seguro en el Vaticano estan necesitando mujeres como usted.

Esto lo digo en voz alta para que el resto lo escuche.

Su esposo estaba feliz acá porque no tenia que verle su gordo trasero, y se ahorraba sus regaños... afortunadamente se murió.

Justo cuando  digo eso escucho el sonido del accidente, no me muevo de mi silla todavia pues el bar tiene ventanales donde se ve el exterior

Serás... serás.... serás.... me voy. No puedo aguantar a esta panda de energúmenos. Así se dio la vuelta y salio para la calle subiendo los cuatro escalones. La palabras de Henry fueron como si recibiera varias bofetadas hasta darle un KO. Se le quitaron todas las ganas de seguir la conversacion. Malhumorada y con la cabeza alta, como si no perdiera nada se marcha alejandose del local y no haciendo caso del accidente ocurrido.

Entre los ventanales se podía ver como una 4x4 se chocó contra una farola. La gente estaba colocandose alrededor, y no te dejaba ver exactamente lo sucedido. Tambien se fijaban en algo al suelo. Un hombre entra al bar alterado. Ha muerto un motorista. Ese coche iba como loco y ha golpeado a la moto. Exclamaba al ver la catastrofe que había ocurrido. De lejos se podía escuchar sirenas que se aproximaban.

BIEN IDA SEÑORA-  grita Henry sin dejar de mirarla mientras se marcha-  No se preocupe en mirar a lado y lado cuando pase la calle, seguro alguien le hará un favor… como se lo hicieron a ese hombre.

Suspira con cierto triunfo al ver  marcharse a la mujer. Mientras en su conciencia no sentía ni un dejo de culpa sus palabras y actitudes.

 “Que me late que a la que debieron atropellar fue a esa vieja loca y no al motorista. Definitivamente el de la 4x4 no tiene buena puntería, en fin…”

Pensó Henry al escuchar el revuelo en el exterior  y sin moverse de su silla suspiró en silencio mientras bebía su cerveza.

Hoy era el día de este hombre, a cada quien le llega su día. Brindo por eso.

No iba a salir a ver a un hombre muerto, ya policía llegará y se encargará. No era médico ni nada por el estilo, y lo que hubiera sido a nadie le importaba.

Algunos de los clientes decidieron salir acompañando al hombre que entró al bar. Pronto llegaron las ambulancias, un coche de bomberos y otro de policia. En pocos minutos el 4x4 exploto el motor, y este se incendio, dado que el motor se había quedao en marcha. La gente empezo a alejarse dando metros de distancia, mientras los bomberos se hacían cargo.

La sirena de una ambulancia que aparcó enfrente del bar, su luz reflectaba con los cristales, cegando tu vista por segundos. Era segundos lo que duraba, pero a cada giro, parecía intensificarse, hasta que tuviste que taparte momentaneamente los ojos, dado que su brillo se hacía mas intenso.