Partida Rol por web

"Me cago en la puta... No tendría que haberle dejado 5 minutos."

Y ahora qué mierda podía hacer? Había infravalorado a las rusas, malditas alimañas...

- Y crees que ese credencial es real? Vaya, se nos da mejor de lo que creía. - tenía que conseguir que bajasen la guardia, así conseguiríamos algo de ventaja. - Recuerda el hombre del que le hablaba antes? Al que mataron? Había conseguido meterle en el MI5 y nos hizo credenciales falsos. Ya sabe como están con los extranjeros en este país ultimamente... Yo también tengo uno. - dije mientras me levantaba y cogía mi bolsa para enseñar mi credencial, aunque procuré apenas sacarlo y para nada abrirlo: Que supiese mi nombre real no sería bueno. - Y por eso le preguntaba sobre los novas...verá, estoy "ampliando el negocio" y reclutando monstruitos. Me cuestan lo mismo y tienen algunos trucos la mar de útiles. Ey, enseñale el tuyo. - dije a Charles. - Ahora comprenderás porqué le uso de guardaespaldas.

Tenerle convertido sería siempre una ventaja, y esperaba que Charles entendiese mi idea... Si no se lo creen, necesitamos llegar a las manos.

No importaba lo que Diana dijera, Charles estaba furioso, Quizá consigo mismo, quizá con aquella estúpida muchachita que se había atrevido a robarle en sus narices. Mientras Diana hablaba, Charles se levantó a toda velocidad, mucha más de la que sugería su enorme corpachón agarrando a la muñequita rusa por la muñeca de la mano que sostenía la credencial, frunciendo el ceño de tal modo que parecía un cerbero sacado del mismísimo infierno.

Joder, niña exclamó el bruto Hay que ser imbécil dijo apretando la muñeca con todas sus fuerzas. Con todas. Hasta que crujió y se partió el hueso, con un sonoro y estridente crack que dejó a todos en la sala pasmados. Hay que ser imbécil, te lo acabo de advertir. Me la sopla la mierda de identificación, puedo hacerme con diez más. Pero mi honor, eso no se toca, acabó diciendo, tirando a la muchacha con desdén sobre el sofá...

Kurshunov ignora por un momento las justificaciones de Diana, mirando como el furioso Charles sujeta fuertemente de la muñeca a esa Barbie. Por su lado, el resto de matones se les queda mirando sin saber que hacer.

Todos demasiados tranquilos, lo cual es peor a que hubieran reaccionado vilentos de inmediato. Entonces el jefe hablo:

- Sabe, señorita Svärd, si es que ese es su nombre, soy un hombre que conoce muy bien su negocio, y sé por ello lo imposible que es falsificar tan bien credenciales del MI5, así como puedo reconocer una real cuando la veo. Por otro lado, ya que hablamos de novas, en verdad me agradan, así como me agradan las mujeres bonitas, dos productos que puede encontrar en el mismo embase.

La muñeca rusa nunca dejo de sonreirle a Charles, incluso cuando su piel se volvio de mercurio y su mano se escurría del agarre del gigante.

"Había que intentarlo."

- Suelta eso si no quieres acabar mal. - dije escuetamente a Charles. 

Decidí apuntarme una nota para mí misms: No dejar que a tus compañeros les sobasen. Que se divirtiese después. Las putas no eran caras. Lo que ahora íbamos a pagar caro era ese error.

- Señor Kurshunov: lo admito. Son credenciales reales. Pero no tengo nada en contra de su negocio. Es más, me parece de lo mejorcito en Londres. De hecho, estoy aquí por propia voluntad, no por trabajo. Tan sólo me dijeron que tenía que descubrir quién mató a un imbécil que se jugó el pescuezo por salvar a su exmujer, una bruja asquerosa. Si quiere, podemos seguir siendo amigos. Si no... Creo que ambos vamos a acabar con desperfectos. ¿Qué decide? Yo a decir verdad, preferiría que fuésemos amigos. Sinceramente, me cae bien. Y tampoco mentía cuándo le decía que mis negocios iban fuera de la ley y que me gustaban los monstruitos. - cosa que era cierta. Completamente. Aun estando bajo "las luces" del MI5 tenía mis propios asuntos en mente.

Fuera cuál fuese su respuesta empecé a activar mi poder. Era relativamente invisible, hasta que me tocabas, pero si ya estaba activo eso que me ahorraba. Me alegré de estar depié y con mi bolsa, pues así tenía los cuchillos a mano si tocaba ir a jugar.

¡Una nova! exclamó Charles sorprendido genuinamente, pero aprovechando su propia debilidad para intentar seguir con la mascarada ¡Que asco! ¡La he tocado! exclamó limpiándose rápidamente la mano en el chaleco que vestía, como si fuera la primera vez que tenía contacto con una de aquellas criaturas ¿No será contagioso, no? preguntó tanto a Diana, como a la propia chica, a ver cuál era su reacción. En la academia no lo dejaban muy claro...

En cualquier caso, no impartaba. Si cualquiera de los presentas realizaba un movimiento amenazador, cien kilos de puro diamante se abalanzarían sobre el o la desdichada...

De pronto se dan ambos cuenta de un detalle que no esperaban: los supuestos matones de Kurshunov son solo una fachada. Sus verdaderas guardaespaldas son esa colección de supermodelos. Todas esas chicas, aparte de la que se volvió mercurio, comienzan a mostrar rasgos peculiares; pinchos oseos, cabellos de fuego, piel de colores extraños, limbos luminosos alrededor de ellas o corazas de biometal. Hay de todos los gustos.

Kurshunov se ha puesto de pie y se para delante de ustedes, diciendo:

- Verán, ase algunos días un par de novas se metieron en una de mis mansiones y robaron cosas importantes para mi. Una era una chica guapa que cambiaba de aspecto y era una asesina temible. El otro era un sujeto con pinta de modelo de ropa interior y que al parecer podía controlar las mentes ¿Cómo sé que no tienen nada que ver con ustedes? ¿Como sé que no es la nova cambiaformas con un nuevo disfraz?.

La descripción les suena demasiado familiar y no saben si entre alguna de esas mujeres haya alguna psíquica que pueda leerles la mente en caso de que intenten mentir.

No colaba lo que Charles decía. Ni de coña. Al igual se iban a creer que no eramos novas, al menos él, después de mi discursito...Así que decidí hacerle un gesto con la cabeza para que no intentase mentir. Era inutil.

Por supuesto, cuánto más bonito el envoltorio más amargo el caramelo. Las rusas eran novas, qué ironía. Me permití respirar con tranquilidad por unos segundos más cuándo Kurshunov se dispuso a dialogar. Sí, antes la tenía todas conmigo sobre lo de salir sin muchos desperfectos, pero la verdad es que esas novas parecían bien entrenadas. Me daba igual el MI5, y además no recordaba haber firmado nada sobre confidencialidad. Además, estaba segura de que nada de lo que le dijese sería neuvo para él: Si nos preguntaba ahora, después de saber que eramos del MI5, es que ya sabía que habían salido de ahí los dos ladrones.

- La cambiaformas es una rusa. Es el ojito derecho del jefe del MI5. O del que creo es el jefe. - dije repensándomelo, pues tal vez era un intermediario y a saber cuánta gente habría por encima de él. - El otro es un playboy que disfruta haciendose el héroe, pero no es un mal tipo. Tan solo tiene aires de grandeza y se cree increíblemente irresistible. ¿Qué es lo que le robaron, señor Kurshunov? No está nada bien eso de robar. Cosa que debería enseñarle a la manos largas de mercurio. -Y sí, podían ser mafia, pero a mi parecer no eran "los malos". De hecho, desde mi punto de vista antiautoritario eran mucho mejores que el MI5, con toda esa burocracia y encima perritos del presidente y la reina... - Le aseguro que no soy una cambiaformas, y eso de robar no va conmigo. Bueno, supongo que hay excepciones. Robarle algo a un multimillonario capitalista en un centro comercial dónde vende a precios desorbitados algo que ha conseguido pagando en mierda a unos niños en áfrica... Es otra cosa. - dije de carrerilla y sin darme cuenta de que me iba del tema. - Pero a lo que iba. No tienen que ver con nosotros, al menos conmigo, si te refieres a ser amiguitos y aliados. Los conocí ayer y no me caen especialmente bien, y lo de estar en el MI5...han sido daños colaterales por estar dónde no tocaba. Pero ya se lo he dicho: Yo tengo mis propios planes, y están lejos de la burocracia y la política.

En ese momento miré a Charles. No sabía que relación tenía él con esos dos y el MI5, así que era probable que ahora arremetiese contra mí. Pero eh, lo hecho hecho está. Y a decir verdad tenía más simpatía a un ruso que me invitaba a vodka y champagne que a una organización que me utilizaba y me vigilaba, que ni tan siquiera me dejaba ir a dormir a mi propia jodida casa. Y para acabarlo de adornar, me daba órdenes. ¿Por qué cojones les ayudaba, ahora que lo pensaba, si eran todo en lo que yo estaba en contra? Tal vez los objetivos eran los mismos, pero los medios discernían con creces. Me volví entonces a Kurshunov para agregar una última cosa.

- No le recomiendo que entre en guerra con el MI5 por algo así. No se imagina la de mierda, aliados e influencia que tienen. Saldría perdiendo. Si me dice que le robaron yo personalmente me encargaré de que se lo devuelvan con una disculpa, aunque la disculpa puede metersela al MI5 por el culo, por supuesto. ¿Enterremos las armas?

Mi cabeza no dejaba de pensar. Qué debíamos hacer. Sí, quería liarme a ostias, pues a mí también me había jodido la jugarreta de las rusas y sus caritas perfectas me daban grima. Pero perder la vida (o un brazo o una pierna) por que los cabrones del MI5 nos usaban como carne de cañón no era una buena estrategia. Además, tener a la mafia rusa de "aliados" era un botín suculento...

"Debería haberme quedado en la plaza con los antidisturbios. Siempre podía camelarme a uno y salir al cabo de un rato, pero no... tuve que involucrarme con el MI5..."

No tengo ni puta idea de quien es esa rusa que decis admitio Charles encogiendose de hombros - y en cuanto al guaperas ... Igual un susto le venia hasta bien. En cuanto el MI5 me da la oportunidad de romper cabezas sin enfrentarme a la ley... Pero que te quede muy claro que aunque sean unos gilipollas no traicionare a mi pais.

Otra cosa es a ellos... Por un justo precio claro - sonrio el bruto, sin dejar claro aun si era o no un nova.

Al parecer Charles no estaba cabreado por mi intercambio de información y tampoco parecía gran partidario del MI5. En cuánto a lo de traicionar al país... Suponía que dependería de a qué se refería. ¿A un grupo de políticos corruptos que se habían dedicado a mandar el país a la mierda? Yo sí los "traicionaría", aunque para traicionar a alguien necesita existir una confianza antes, claro... ¿Se refería a matar a un montón de inocentes? No. ¿Se refería a "cambiar de nacionalidad"? Pues me la sudaba. Me importaba poco o nada que en mi pasaporte dijera Inglesa, Finesa o SUeca (cosas que ya hacía...en mis varios pasaportes) o Rusa. Burocracia. Qué asco.

- ¿Qué dice entonces, señor Kurshunov?

Kurshunov, antes de dar por cierto cualquier palabra de las escuchadas, mira a una de sus barbies y esta le asiente con la cabeza. Luego se relaja y les dice:

- Bien, les daré una nueva oportunidad, pero para a próxima vez espero que sean claros en lo que vienen a pedir y no intenten mirarme la cara. Mis chicas tienen dos especialidades y son muy buenas en eso. Una es follar y la otra es joderles la puta vida con una sonrisa en los labios.

Luego se acerca a Diana y le dice:

- Hay un marica nova, sola la conocen como la Dragqueen; le va caer bien, es un radical que le gustaría quemar al Rey y a la primera ministra frente al Parlamento. Tiene relaciones con mi competidor, un hijo de puta apellidado Karpov y su centro de operaciones es un club Soho llamado Nazareth. No se me ocurre nadie más que esté tan loco para armar una bomba o al menos intentarlo...

Luego se acerca mas a ustedes y les dice:

- Si se aburren del MI5 vengan conmigo. El grandote tendrá muchas cabezas que romper y usted de seguro tiene las cualidades para ser una de mis chicas.

Es un cerdo y le importa un carajo que se den cuenta de ello.

Así que una de las Barbies leía mentes. Mejor entonces no comentar conmigo misma la jugada. 

- Gracias por la información. Creía que eso de presentarse con credenciales del MI5 en el bolsillo me ganaría una salida rápida, supongo que comprende mi actuación... Y supongo que nos veremos pronto. - dije con una sonrisa.

"Aunque ni de coña coy a... No pienses Diana, no pienses."

- Sin la muñeca metomeentodo, espero. - añadí por último. - ¿Nos vamos Charles? Tal vez haya matones a los que partirle la cara por la calle, no te preocupes. - su cabreo era obvio, pero sin duda Kurshunov había sido de ayuda y podía ser un buen aliado, no quería liarla ahora - Si no, nos metemos en un bar y enfado a alguien. ¡O vamos a buscar al tal Karpov! A ese si podemos darle una paliza, ¿Que te parece? - le dije con genuina diversión. Yo también quería liarme a ostias.

Unas cabezas u otras respondió Charles mirando a la joven rusa que le había birlado la credencial tanto me da, mientras haya un buen reto. No te alejes mucho de aquí, preciosa le dijo a la ladrona tarde o temprano volverás a verme y zanjaremos esto de un modo u otro se relamió pensando en la cantidad de orificios corporales que podría rellenarle a la chica sin cansarse, evocando las imágenes más crudas y grotescas de cualquier película porno que nunca hubiera visto. Que la espía mental se entretuviera con eso.

Acto seguido, Charles salió en pos de Diana, con aire relajado.

Una vez estuvieron fuera del local, y ya sonriendo, se dirigió a ella.

A pesar de toda esa mierda, no ha ido tan mal, Diana. exclamó despreocupado Hemos descubierto un potencial aliado, o enemigo, y sus guadaespaldas secretas. Y además, tenemos ya un objetivo claro. Que sea o no el que buscamos, en realidad me da lo mismo. Pero yo optaría por partir caras desde el principio esta vez. Estoy algo... estresado.

Me despedí de Kurshunov con una inclinación de cabeza, si no necesitaba nada más de mí, y salí a las frescas calles de Londres con el malhumorado Charles.*

Entendía a Charles. Sobretodo el cabreo que debía llevar después de la "manoslargas".

- Si...tal vez hemos sido demasiado diplomáticos... Aunque he de admitir que esas novas parecían tener sus poderes más que controlados, podíamos haber acabado mal y sin nada de información. Nada de nada.

Y comparar "nada" con información sobre el contable, la bomba y una invitación a aliarse... Bueno, sonaba aún más negativo.

- Vayamos a ver al otro ruso y hacemos una entrada a lo superheroe: Con cristales rotos y puños por doquier. ¿Te parece?

En verdad han podido avanzar en algo con lo del ruso, aunque las barbies con superpoderes estuvieron a punto de darles un dolor de bolas (metafórico para Diana y literal para Charles). El automóvil sigue ahí y no la poca gente que hay en la calle se mueve a las salidas de la ciudad.

Emprenden el camino a su proximo destino y están añorando que haya un buen numero de matones de la mafia con los cuales botar el estres acumulado (y calentura en el caso de Charles).

Es en el barrio financiero donde deben buscar. Todo el mundo conoce la torre Karpov, una feo edificio de metal y vidrio donde el mafioso maneja sus negocios legales y lava el dinero de los ilegales.

No obstante, unas sorpresa les está esperando. Lo primero es ver un coche idéntico al de ustedes aparcado en la entrada. Lo otro es en medio de la calle esta Alex, la pelirroja medio loca, sangrando de una herida en su hombro derecho.