Partida Rol por web

RESOLUCION TURNO 1211
EPILOGO

Tras la cena, amarga por haber recordado todas las penurias que los había hecho llegar hasta allí, un sentimiento confortable embargó a todos. La alegría por la supervivencia y por el reencuentro podía con la pena. Finalmente, todos se retiraron, invitados por Legolas, a quedarse cuanto quisieran antes de ser escoltados a los límites del reino.

Los dias fueron pasando. Se recuperaban de las heridas, mientras ocupaban su tiempo apaciblemente visitando los Salones, o al menos las partes que les dejaban pues había zonas prohibidas, y disfrutando de la compañía de los elfos. Eruannë y Drustan solían pasear hasta perderse por los pasillos y salas, la amistad que había surgido entre ellos era fuerte. Mientras tanto, Zigûr, Adronath y Elorham, se habían enfrascado en una tarea que ellos consideraban primordial. Plasmar por escrito todas las hazañas que habían acaecido en su viaje. Contar la historia de un viaje por la Tierra Media, por Rhovannion, Rohan, Lothlorien y el mismísimo bosque negro. Nombrarían, en realidad aun debatían sobre si debían hacerlo, a los miembros del concilio secreto y a todos cuantos se encontraron en el camino. Un libro, en blanco, de tapas de cuero hermosamente adornadas, serviría de soporte para contar una aventura que sería leída en un futuro por eruditos, pensadores, nobles y que los trovadores pregonarían por todos los confines del mundo.

Llego la hora de irse. Uno a uno, cuando fueron estando listos para partir, comenzaron a preparar su marcha. Las despedidas se sucedieron, y las promesas de terminar el libro que juntos habían empezado. Elorham se encargaría de ello, el animista y no Zigûr sería el transmisor de todo cuanto habían pasado. El mago no volvería a casa, iría al norte, en busca de conocimientos. Fue por eso por lo que rehusó ser el escribano dejando al rohir la responsabilidad.

Adronath fue el primero en marcharse, quería volver con los suyos, regresar a las largas guaridas, a proteger las fronteras. Detrás, Zigûr tomo el camino hacia los norteños pueblos de los lossoth, pues había oído que entre ellos se encontraban grandes sabios. Elorham fue el último de los tres que partió, lo haría bordeando las montañas, pasando cerca de Lorien, hasta llegar a Edoras. Drustan volveria con los suyos, y Eruannë pasaría una larga temporada entre los elfos de Thranduil.

Sus respectivos viajes fueron lentos, no había prisa, y procuraban hacerlo acompañando a caravanas y grupos para no vagar solos por los mismos parajes en los que ya habían sufrido.

Sam termino de leer todas las notas, todo el libro que había comenzado a leer a sus hijos, y que finalmente decidió acabar el solo. Violencia, muertes, y dolor. Pero también había amor, esperanza y bondad. Satisfecho, guardo de nuevo todo aquello a buen recaudo, uno en que Rosita o el pequeño Frodo no lo encontrasen en mucho tiempo, al menos hasta que fuesen lo suficientemente mayores como para entender todo lo que contaba.

La cena estaba lista, y apartando de su mente todo lo que acaba de leer, se dedicó de lleno a su familia.