Partida Rol por web

La 2,602a vez

“Soy Aya Otonashi”, dice la estudiante transferida.

“Oh, la chica es demasiado bella! Verla es como ver la salida del sol en una mañana llena de tristeza. Es la esperanza en medio del desconsuelo; es la luz en medio de la oscuridad. Es lo espectacular y atrayente en medio del feo. Pones los ojos en ella y ves un ángel caído del cielo, pero caído no por desgracia, sino… para amarte a ti.”

Haruaki, que está sentado tu lado, se ha perdido en un arrebato poético que te presenta entre susurros.

“Oh… oh… creo que incluso mira en nuestra dirección…. Ah… ¿crees que ya se interesa por mí también? Tendré que declararle mi amor.”

De súbito, viendo que tu reacción a la estudiante transferida es todo salvo entusiasta, te pregunta extrañado. “¿Pero qué te pasa, Hoshino? Pareces estar mal.”

Otonashi, yendo en pasos lentos a su pupitre, se para un instante a tu lado, y, sin mirarte, pronuncia en un hilo de voz inescrutable: “Parece que recuerdas” y te deja con estas palabras.

Fue como perder la consciencia, como caer desmayado. Quizás fue eso exactamente lo que le pasó. Un desmayo a un mundo blanco y vacío... cualquier lugar mejor que aquel horror. El cuerpo de Haruaki... medio cerebro colgando...  Justo cuando volvia a recordar esa horripilante vision, el verdadero apareció frente a él. Sintió una mezcla de susto y alivio. Seguro que su rostro todavía debía estar pálido al recordar el cuerpo sin vida de su compañero y teóricamente mejor amigo, pero empalideció aún más cuando Otonashi pasó de su lado y susurró aquello. Sí, esta vez recordaba y ella lo sabía. Probablemente, sería apenas unos días después, quizá el siguiente justo, y no habría dado ningún salto.

"N-no te preocupes... Creo... creo que el Umaibo me ha sentado mal..." murmuró, olvidándose de que todavía ni siquiera lo había sacado.

“Mh… precisamente es lo que me preocupa”, cuchicheó Haruaki enfurruñando la frente. “Esta mañana no has tomado tu Umaibo antes de la clase, y es una costumbre bastante inveterada en ti… ¿Y ahora dices que te sientes mal por haberte sentado el Umaibo mal que no comiste?” Haruaki sacudió la cabeza. “Hoshino, ¿desde cuánto tiempo ya te conozco? No vale la pena fingir conmigo. Sabes que puedes contarme todo, pero todo. No te juzgaré, sea lo que sea que me cuentes. No me compares con Daiya, por favor. No someteré tus palabras al juicio implacable de la lógica, de la plausibilidad, en resumidas cuentas, del mundo de Daiya… Ehem...”, tosió ligeramente, “en fin, sabes lo que quiero decir. Tus secretos están a salvo conmigo, y si puede aliviarte contarme tus penas… te lo ofrezco. Esperemos la pausa.”

Suspiró exageradamente. “Hoshi, viéndote así incluso me has quitado las ganas de declararme ante de la nueva chica. Bueno”, sonrió lanzando por encima del hombro una mirada de feliz expectativa a Otonashi, “para otra será.”

Hoshino quedó muy sorprendido. ¿Quizás por eso Usui-san era, como decía Otonashi, su mejor amigo? Sus palabras tan cálidas y cargadas de amistad y compañerismo se le clavaron como dagas en su corazón. ¿Por qué lo habría rechazado? ¿Por qué lo habría borrado de la existencia? Una posibilidad aterradora se le pasaban por la cabeza: ¿y si Otonashi lo mataba todos, todos los días? ¿Sería capaz de soportar eso? ¡No! Pero... ¿De verdad había sido Otonashi, o... el mismo camión que casi atropella a Mogi-san? Y... ¿¡significaba eso que efectivamente, el camión era una constante!? Entonces no solo tendría que salvar a Mogi-san, sino también a Haroaki-san. ¡Definitivamente, no podía entregarle la caja sin más a Otonashi todavía, sin asegurarse de ver si el camión era o no una constante, sin asegurarse un maldito plan para que sus amigos no se murieran, maldita fuera! ...De todas formas ni siquiera sabía cómo entregársela...

"E-está bien... esperemos la pausa..." asintió Kazuki, todavía pálido. Había sido muy certero al compararse sin más con Daiya, se veía que sí que lo conocía bien... Una vez más, Kazuki sintió un grave remordimiento... ¿Por qué lo habría borrado? ¿Por qué? Se le ocurría que... tal vez ni siquiera hubiera sido por él. Y si... ¿y si había sido por puro egoismo? ¿Y si había querido continuar como si nada, pero Haruaki-san, que le conocía bien, siempre notaba que su amigo no estaba del todo sano? Un escalofrío le recorrió la espalda. ¿¡De verdad sería capaz de hacerle eso a su mejor amigo!?

Una vez que ha sonido la campana, Haruaki, tras echar algunas miradas cálidas en dirección de Otonashi – las cuales, por supuesto, no son respondidas – pone un brazo por encima de tu hombro y te conduce fuera del aula.

Busca un rincón aislado en el pasillo y te hace cara: “Amigo, cuéntamelo todo. No te cortes y no me trates con indulgencia. Ya sabes, no hay disparates que no pueda sufrir, o más, que no pueda creer. Me basta con que seas tú quien me los cuenta para tomármelos en serio. Y veo muy claramente que tú te pones todo esto, sea lo que sea, muy en serio.”

De verdad que agradecía que le tomara en serio... Porque lo que iba a contarle no era precisamente una broma. "Yo... no sé cómo contarte esto. Estoy... ayer... " se rascó la nuca mirando hacia otro lado, se le atragantaban las palabras. ¿De verdad le creería? "N-no puedo culparte si no me crees, pero no estoy de broma..." dijo entonces, mirándole de nuevo a los ojos. "Haruaki-san, ayer... fue el mismo día que anteayer. Y el otro, y el otro... Nunca llega el mañana. Llevo... Otonashi lleva... dos mil seiscientas dos transferencias de escuela. Aquí. Siempre se repite, el mismo día. Pensaba que era problema mío, de la cabeza, Daiya-san me dijo que esto era mi psique proyectando mis propios deseos..." ahora que lo pensaba, en realidad tampoco iba muy desencaminado... "...Pero no es cosa mía. A-al menos, no del todo. No me he vuelto loco, de verdad que estamos repitiendo el mismo día una y otra y otra vez. Sólo... sólo Otonashi y yo parecemos darnos cuenta de esto."

"Mira... insisto en que no estoy bromeando. Ayer... ayer te vi morir, Haruaki-san. Y-y lo peor de todo es... q-que ni siquiera recuerdo de qué te conozco. No he olvidado a Kokone-chan, ni a Daiya-kun, n-ni... a Mo-Mogi-san..." empezó a recordar otra muerte en el mismo fatídico lugar... "En el cruce... el mismo donde vi t-tu cuerpo... Mo-Mogi-san casi era atropellada también..."

Haruaki te escucha la cabeza inclinada, moviéndola a veces para asentir a tus palabras. “No me tomarás a mal si te digo que es una historia bastante difícil de creer”, comienza. “Aún así, te afirmo que te creo. Aya Otonashi literalmente acaba de transferirse en nuestra clase, y me cuesta creer que has elaborado esta novelita en tan poco tiempo. Además, es una historia mucho mejor que la basura que ordinariamente te sale de la cabeza si intentas inventar algo”, sonríe, dándote un codazo. “Tu imaginación simplemente no es tan buena. Pero, lo más importante”, se pone otra vez muy serio, “veo tu estado, te conozco, y te creo porque eres mi amigo. No me importa si es una mera ilusión tuya; para ti es la verdad, la pura verdad, esto es evidente, y esto me basta para que para mi sea también la verdad. Bueno, ahora… reflexionando sobre lo que me has contado...”

Se rasga la barbilla. “¿Qué tipo de relación tienes con Otonashi-san? ¿Estáis trabajando juntos? ¿Es tu amiga o tu enemiga? ¿Qué es el fin que persigue? ¿O que es el fin que persigáis entreambos?” Cierra un instante los ojos, y, abriéndolos de nuevo, agrega: “ ¿Desde cuándo tienes tus recuerdos? Creo haberte entendido bien que no es hasta recién que te recuerdas las cosas, ¿no es cierto?”

Kazuki estaba impresionado. Pese a lo absolutamente absurda que sonaba su historia... ¡le había creído, solo porque le conocía y era su amigo! Aún mayor fue su sensación de culpabilidad: ¿¡cómo podía haberle borrado del Aula Rechazadora!? "Otonashi-san... es... e-enemiga... dice que como no es ella la responsable y los dos podemos recordar... por eliminación el culpable de todo esto soy yo... Me dijo que o lo soluciono o lo solucionará ella... p-por las malas..."  Hoshino se llevó ambas manos a la cabeza. "Creo que tiene razón... que es culpa mía, ¡pero no sé cómo solucionarlo! Ella puede recordar todos y cada uno de las repeticiones... Pa-para ella, lleva transfiriéndose de escuela 2602 veces... Yo... apenas recuerdo cuatro o cinco saltos..." tal vez su amigo pudiera ayudarle, ¡no tenía a nadie con quien apoyarse! "No quiero que Otonashi me mate, Haruaki-san... ¡Pero tampoco quiero que nadie se haga daño! M-me siento horrible por pedirte esto sin siquiera recordarte, pero... ¡tienes que ayudarme!"

“Cómo que no me recuerdas!” Haruaki frunce el entrecejo, pero tampoco parece ofendido. “Mhh… de todas formas te veo muy atolondrado… Y no hay que pedírmelo! Por supuesto que te ayudaré!” Te aprieta el hombro, luciendo una media sonrisa cuyo objetivo probablemente es infundirte ánimos. "Mh… si comprendo bien lo que dices, el hecho de que tú recuerdas las cosas, y ella también, apunta hacia ti siendo el responsable de las repeticiones, como ella quiere desesperadamente acabar con ellas y así no puede ser ella la responsable. ¿He comprendido bien? Pero, de verdad, no me parece una conclusión evidente. ¿Acaso hay algo más que te hace creer que eres el responsable?”

Cavila un rato, luego agrega: “Aún hay otra cosa. Me parece notable que sólo recién hayas comenzado de recordar las cosas, o sólo de algunas repeticiones. Tendría que haber una razón por qué recordaste a ciertos tiempos las cosas, y a otras no. Tal vez sólo crees que los días siempre se suceden de la misma forma – ¿y si en los en que recuerdas algo hay sucedido algo tan grave que ha hecho mella en tu psique a tal punto que se quedaron las impresiones, sobreviviendo en recuerdos? Es decir… ¿si este atropellamiento del que hablas no es una constante, sino una excepción? Porque… parece que es lo que te ha más afligido.”

Hoshino sonrió un poquito ante los ánimos de Haruaki-san. Aún a pesar de que le hubiera olvidado, y de que la historia fuera increible... aún a pesar de solo creerle a medias, decidió ayudarle porque a fin de cuentas, era su amigo, y desde su punto de vista para Kazuki de verdad la realidad estaba repitiendose, una y otra vez. Hoshino agradeció una vez más tener tan buen amigo y se recriminó una vez más el por qué demonios quiso borrarle.

"Hay... otra cosa que me hace pensar que soy el culpable de todo esto, sí. Una caja... una caja de cartón. Ayer... bueno, no ayer para mí... e-el día anterior a este según el calendario... tuve un sueño muy raro. Una especie de fantasma... un ente que me preguntó que cuál era mi deseo... y me entregó una caja de cartón. Como... como si fuera un genio de la lámpara, y la caja fuera la lámpara, pero la caja hiciera salir el sueño directamente..."

"Y ayer... quiero decir, la repetición anterior... Me encaré con Otonashi, hable con ella y le pedi explicaciones. Ella adivinó mi sueño como si el ente de verdad existiera, Zero, le llamó, y me dijo que para romper este ciclo de repeticiones tenía que darle la caja. Que ella en sí también era una caja. Que me ayudaría a cumplir mi sueño mejor que Zero, que era egoista por mi parte el agarrarme a esta falsa realidad. ¡Que le entregara la caja, que es algo instintivo! ¡Pues, pues yo no sé cómo hacerlo!"

Haruaki le presentó una posibilidad que no había considerado. ¿El recordar entre saltos se debía a momentos clave que le devolvían la conciencia, a modo de despertar? ¿El problema estaba en su mente y la realidad no se repetía realmente? "Pero... si fuera tan solo un problema de mi mente como sugieres, recuerdos alterados y no repeticiones reales... ¿por qué ni tú, ni Daiya, recordáis todo esto? Y si Otonashi acabara de llegar de verdad, no recordaría tampoco todo esto..."

“No me entiendas mal, Hoshi”, clarificó Haruaki negando pausadamente con la cabeza. “No digo que todo sea un problema de tu mente. Sólo te digo que yo no vivo esta realidad que vivas tú, por esto me cuesta entender lo que me dices, pero no me cuesta creerte. Joder, siempre el mismo día – no me sorprendería si la Otonashi esa ya fuera loco de remate – y yo quien iba a declararme mi amor… creo que soy condenando a tener mala suerte en el amor...” Sin embargo, otra vez sacudió la cabeza, esta vez para espantar distracciones.

“Ahora, no importa mi vida sentimental. Escucha lo que te digo, y no me malinterpretes creyendo que quiero reducir todo a un problema mental tuyo. No digo que tus recuerdos fueran alterados, sino subrayo el hecho que te recuerdas, aunque antes no lo hiciste. Y mi pregunta es: ¿cómo ocurre que tú sólo recientemente, si entiendo bien, has comenzado a acordarte de las repeticiones anteriores? Por esto hablo del atropellamiento. Algo que crea una impresión muy fuerte. Y que no pasó anteriormente. Busca algo. Ahora mismo, el único incidente que me llama la atención en lo ocurrido mismo de las repeticiones que recuerdas es el atropellamiento. Y… ¿Otonashi-san, ella pinta algo en este incidente?” Sus ojos se engrandecieron un instante, como si hubieran contemplado una idea bastante espantosa. Pero se mordió los labios y te miró, esperando la respuesta a sus preguntas anteriores.

Asintió cuando mencionó que Otonashi-san estaba loca de remate, pero dejó de hacerlo cuando mencionó que no tenía suerte en el amor. "Desde mi punto de vista apenas te conozco, no te recuerdo y pese a eso estás siendo un fantástico amigo. Seguro que encuentras algún día a una chica. ...Si es que salimos del bucle..." suspiró.

"Una sensación muy fuerte me devuelve a la realidad como si me hubieran lanzado un cubo de agua fría... ¿y entonces recuerdo?" podría tener sentido, sí... Solo recordaba a partir de la transferencia de estudiante cada vez, y luego por ejemplo cuando apareció en el regazo de Mogi-san... o cuando en el cruce de caminos... con el camión... "Otonashi-san..." empezó a contestarle "...estuvo la primera vez que vi el cruce. Salvó a Mogi-san de morir atropellada, pero acabó ella siendo la víctima... Q-quizás... ¿tú las salvaste a las dos esta vez? Y acabaste... siendo tu el atropellado..."

“Salvar a las doncellas en apuros es justamente lo que me conviene”, sonríe Haruaki y pasando, por lo demás, por lo alto tu aclaración que fue atropellado en el acto. “Bueno...”, frunce los labios y mira con los ojos a un punto inexistente por encima de tu hombro derecha, focalizando sus pensamientos, “tengo una teoría, pero no sé hasta cuál punto puede ser valida. Primero...”, volviendo a mirar a ti, “me sorprende que Otonashi-san no te haya dicho cómo, según ella, has logrado tú mantener tus recuerdos así de repente. Porque… si puede tener cierto encanto vivir el mismo día varias veces, incluso muchas veces para tener más tiempo, aprender más, ganar ventaja sobre los demás… no sé qué! Pero, por otro lado, si no tienes posibilidad de salir del bucle – y, según concluyo, no tienes ni idea – las repeticiones nunca te servirán para nada, y al final te volverás loco porque, en un día, y despertando siempre en el mismo lugar, no tardarás tanto en agotar todas tus posibilidades de acción. Y, así, comenzarás a volverte loco, al paso de los años uniformes… Y creo que incluso terminarás viendo la gente que te rodea como humanos. Siempre actuando cada día según el mismo patrón, quizá incluso con las mismas palabras, no serán más que máquinas para ti… objetos de tu entorno sin significado… qué isolación terrible!” Se estremece. “Ahora, suponemos que Otonashi-san está loca de remate tras dos mil seiscientas dos repeticiones del mismo día. Me imagino que para ti tendría encanto aferrarte a tu vida cotidiana de siempre, y, desde luego, repetir siempre el mismo día. Pero el encanto sólo durará el tiempo que quedes inconsciente del hecho. Si no, tú también acabas fastidiándote primero, y volviéndote loco al final. Así que ella, para terminar tu… caja… como dices… tiene que hacerte recordar… tiene que provocarte una fuerte sensación… digo que… tiene que hacerte ver muertes, y si sea su propio cuerpo muerto.” Haruaki parece chocado por la conclusión a la cual su tren de pensamiento le había hecho llegar, conclusión, sin embargo, ya entrevista antes cuando abrió los ojos de par en par.

Lo que le convenía... Bueno, sí, efectivamente siempre y cuando no acabara atropellado en el proceso... Pero en fin, Haruaki-san le explicó su teoría, a la que Kazuki escuchó atentamente. Se notaba que le conocía bien. "Sí, tienes razón... es atractivo esto de poder repetir el mismo día una y otra vez, pero tienes razón. Al final, acabaría volviendome loco, y si encima lo voy olvidando... Y Otonashi-san bastante cuerda parece para lo que ha tenido que sufrir... si no solucionamos esto, irá a peor..."

"¿Ver muerte como una forma de recordar?" Nuevamente, tenía sentido, era el factor común en los recuerdos que le había contado. "Una sensación fuerte, ¿eh?... Bueno... hay otra forma..." Kazuki se sonrojó levemente y se rascó la nuca una vez más en su gesto habitual de vergüenza. "Una vez... cuando desperté lo primero que vi fue a Ko-Kokone-san... y la otra fue a Mogi-san... y-y estaban vivas, no les había pasado nada, por fortuna... Kokone-san había estado maquillándose y me preguntó que qué veía diferente en ella... Le dije que era sombra de ojos pero confundí el nombre, era rimel..." murmuró. "¡Bu-bueno, y la otra vez fue... que me habían dado con la pelota de fútbol en gimnasia! Desperté co-con la cabeza sobre las piernas de Mogi-san, que había estado cuidando de mí en el banquillo... Otonashi-san predijo que una ráfaga de viento le... bu-bueno, da igual. Lo que quiero decir, es que, no hubo violencia en esos dos casos... Bueno, en uno sí, el balón de fútbol, pero..."

“¿Qué cuentas? Tu cabeza en el regazo de Mogi-san y una ráfaga de viento por encima? El sonrojo en tu cara ya cuenta todo lo demás, no tienes que decírmelo”, sonrió Haruaki, divertido por tu reacción ante tales sucesos. “Pero es cierto que invalidaría mi teoría… Dime… ¿es lo único que recuerdas de estos días, Kokone maquillándose y lo de Mogi-san? En estas dos… repeticiones… no había el atropellamiento?” Frunce los labios, casi luciendo desanimado por la aparente insuficiencia de su explicación por el hecho que has comenzado de recordarte las repeticiones.

Kazuki se llevó la mano a la barbilla e hizo memoria. "...No, espera... tienes razón. Tanto lo de Kokone-san como lo de Mogi-san... creo que fueron el mismo día... La repetición... Diez mil ochocientos setenta y séis." asintió cuando creyó haber recordado bien el día. "La única que, según recuerdo, no tuvo atropello fue una muy corta, la 13.118... donde Otonashi-san gritó en medio de la clase que me doblegaría, que me obligaría a rendirme y entregarle lo que más preciado era para mí... Por aquel entonces no sabía que se refería a la caja... ni que yo tuviera una siquiera. Y es algo raro, porque según el número esa vez fue mucho después de la última que me ha pasado. O Otonashi se inventa las repeticiones, o de verdad estoy 'saltando' entre recuerdos... No creo que se las esté inventando realmente, parece una cuenta muy muy precisa..."

Visiblemente bastante confundido por lo que le estás diciendo, Haruaki trata de poner orden en las informaciones que reciba por tu parte, o al menos, darles una interpretación que de alguna forma le parece coherente, aunque la expresión de su cara da por entender que aún le quedan muchos interrogantes. “No creo que entiendo bien… ¿Cómo es posible que conoces el número exacto de las repeticiones que te recuerdas? … ¿Y cómo es posible que al mismo tiempo crees que Otonashi se está inventado este hecho que pareces sentir tan exactamente, de saltar entre repeticiones? Y luego dices que no crees que se las está inventado, pese a que dos segundos antes has sospechado que sí… perdóname”, sacude la cabeza, presa a la incomprensión, “pero me cuesta ayudarte si tú mismo te contradices… ¿cómo voy a comprender esto si me das informaciones conflictivas?”

Evidentemente, no se trata de un reproche, sino que Haruaki parece muy desolado por no saber cómo ayudarte efectivamente, y esto se plasma en sus palabras.

“Bueno, bueno...”, mordiéndose otra vez los labios, “poniendo de lado esta única… repetición… en la que no parece haber ocurrido atropellamiento… pero te la recuerdas porque… tal vez fue la primera… o más fuerte declaración de guerra de la chica? Y como tu relación hacia ella parece la piedra angular de todo… Además lo que me refieres de su declaración de verdad me suena bastante amenazador… Dices que… es tu enemiga, porque exige que le des la caja, ¿cierto? Bueno, sí es tu enemiga de verdad, al fin y al cabo te vencerá. Dices que se recuerda cada una de las dos mil seis cientos y dos repeticiones que ha vivido. Desde luego, ya te lo digo, es imposible que la venzas. Porque posea mucha más información que tú. Y si quieres vencer a un enemigo, necesitas información sobre él. Las personas cambian, y sus valores. Pero no en un día. Habiendo vivido tantas repeticiones, Otonashi-san ya debe estar en grado de predecir con bastante seguridad las acciones y reacciones de todos en su entorno, inclusive ti. Y sólo hay una manera para equilibrar el desajuste en la cantidad de información que poséis: que recuerdes más repeticiones, muchas más.” Subraya el razonamiento con un movimiento afirmativo de la cabeza. “Debes volver insignificante la ventaja de los dos mil seiscientos y dos repeticiones que ella tiene sobre ti. Una vez que te hayas recordado, por ejemplo, 102.602 repeticiones, los 2602 ni siquiera serán un tres por ciento de las 100.000 repeticiones recordadas que habrás añadido. Bueno, y ya sabes como hacerte recordar los hechos…” Según su tono de voz, analiza la situación fríamente, lo que ordinariamente sólo Daiya sabe hacer. “Sólo sabes de una sensación suficientemente fuerte para hacerte seguramente recordar las cosas: ver a la gente morir.”

Traslada su mirada de nuevo hacia un punto cualquiera del pasillo, luego te mira fijamente en los ojos, sin pestañear. “Sólo tienes que matar a alguien las próximas 100.000 veces, como es la manera más seguro para ver a alguien morir… porque los accidentes ocurren o no, son sujetos al azar…”

Sigue sin pestañear, y en una voz atrozmente seria te pregunta, tal como si de verdad se estuviera ofreciendo para el propósito: “Ahora, Hoshi, ¿vas a matarme?”

"L-lo siento... Otonashi me dijo casi lo mismo... Es difícil aclararse y ser preciso en una situación como esta..." tosió y intentó de nuevo explicar. "Sé los números exactos porque le pregunté a Otonashi, ella lleva el conteo, ya que recuerda cada repetición. En cuanto a decir que se lo estaba inventando y dos segundos después rectificar... Supongo que pensaba en voz alta, perdona la confusión." se disculpó.

"Tienes razón, ella me lleva ventaja, ya que recuerda muchísimo más que yo, pero... ¡¿Ma-matarte?!" ante la última pregunta de Haruaki, Hoshino negó efusivamente con la cabeza. "Tiene, ¡tiene que haber otra manera! P-por ejemplo, los atropellamientos... Si son una constante, po-podré recordarlos... Tenemos... t-tenemos que ir al cruce y ver si vuelve a ocurrir. ¡Quizás no sea azar, sino una constante! ¡Ha-hasta podríamos tratar de evitarlo! Entonces no habrá muertes, pero... la sensación de peligro quizás sea suficiente."