Partida Rol por web

- Quiere ligar el destino del resto al suyo propio - arguye la joven maga - Si él triunfa, es el salvador de las ciudades. Si él fracasa, todos se van al carajo. No se. Hay algo en todo esto sórdido y oculto. Sin mencionar .. "eso" - señala a la formación de infinidad de monstruos - ¿Que es eso y por qué ocurre?

Por un instante, Jainas mira por encima del hombro, como si por detrás alguien aparecería y les daría una pequeña pista.

Laerguidor aparece por detrás mientras miráis hacia arriba.

- Éso, aunque parece la Luna no es la Luna, es una estrella que orbita alrededor de Malz y que coinciden una vez cada mil años - explica elocuentemente - cada vez que esto pasa una gran guerra se desata entre las criaturas que envia y las naciones del mundo, sin embargo este milenio es diferente....

Suspira y se mueve inquieto en el sitio - este año la estrella caerá sobre Malz. Eso que véis ahí es tan solo el preludio de lo que se puede avencinar si no lo impedimos a tiempo. El plan es fácil: destruir todo lo que caiga minimizando las bajas y los daños al planeta y preparar el contraataque que enviara la estrella lejos de Malz para siempre. Los detalles para la segunda parte los daré una vez la primera este finalizada - hace una breve pausa - Preparaos vamos a aterrizar.

Se da la vuelta y se dirige lentamente al hangar.

Jainas enarca una ceja tras oír un comentario de Laerguidor.

- ¿Plan fácil? Disculpa mi ignorancia sobre este tema. El tamaño de cada uno de esos monstruos es considerable. Combatir y matar uno puede llegar a ser asequible para un grupo de personas - calla un instante para que su insinuación cale - Son miles. ¿Existe alguna forma de exterminio masivo? Por que, de lo contrario, no veo yo como vamos a detenerlos con tanta facilidad.

Mira directamente al hombre - ¿Tienes un as en la manga? ¿Una información privilegiada? ¿Algún truco tal vez? ¿Algo que no sepamos? Por que yo puedo entender la motivación y la valentía para combatirlos. Pero no veo los medios, sinceramente - afirma encogiendo los hombros y negando con la cabeza, totalmente desconcertada.

"Bueno Laerguidor, a los bardos le encantan las historias de rivales que no se caen bien, uniendo fuerzas contra amenazas mayores. Supongo que lo de hoy será el sueño humedo de todos ellos"

"¿Que clase de monstruos son? ¿No Muertos, seres de fuego, bestias mágicas? ¿Son simples bestias, son inteligentes, o tienen magos entre ellos?"

Estoy embrazando mi escudo, ajustandolo a mi brazo. y... casi por costumbre, conjuro LUZ sobre él una vez más. La luz de Hildegarth siempre me calma. Y es algo que nos ha guiado en toda esta aventura. Supongo que en esta batalla sin fin, necesitaremos toda la luz que podamos.

"Fueraparte, tu tienes un ejército, y a tres Invencibles ¿Tienes una estrategia, o algun arma especial?"
"Lo digo porque no me haría gracia estar dandole espadazos a uno de esos Alagares... y enterarme que estoy en la trayectoria del disparo de un cañón"

Eso es, asiente Tharlathos, mientras se ajusta las botas, el cinto y comprueba que su camisote este correctamente colocado. Que debemos hacer en esta batalla, como vamos a derribar a tantos, y cuales son los enemigos a los que debemos enfrentarnos y despachar primero.

En cuanto llegaran los primeros combatientes a este hangar enemigo, y cuanto crees que durará el combate. El elfo mira su cinto de pociones, y comprueba que esten todas en su sitio. Tenemos que estar preparados

- A que nos enfrentamos ni yo lo sé... la manera de ganar es que haya 20 soldados por bicho y que cayeran los mas rapido posible. Tengo un as en la manga, pero es algo que no puedo revelaros y en cuanto al resto... tendréis que ir desarrollando vuestra propia estrategia durante el combate.

- Ah... - se da la vuelta antes de marchar - tengo un regalo para vosotros. Se mete la mano al bolsillo y saca una bolita esférica de cristal transparente y en medio de la esfera un pequeño líquido rojo da vueltas acomodándose con la gravedad. - Ésta bola sirve para matar enemigos muy poderosos, devuelve la fuerza de un ataque contra el propio atacante, sin embargo solo tiene 10 usos. - se la da a Jainas - Usadla con sabiduría.

Jainas toma la bolita y la observa durante un momento. Con un leve asentimiento de cabeza acepta y agradece al hombre su donación. Después vuelve a mirar por la ventana, observando la horda de bichos.

- No se. Son todos muy grandes. Si existen algunos más poderosos que otros, a primera vista no son fáciles de identificar. No sabría con quien usarlo o guardarlo. Supongo que tendremos que improvisar según las circunstancias.

El hecho de poseer una bola de devolución le recuerda otro objeto en su bandolera: la piedra de protección obtenida en el Colegio de Magos. Aun no la ha usado y no sabe como protege, exactamente. Posiblemente en esta batalla lo averiguará.

"En fin... Anda ¿Me prestas un catalejo o algo por el estilo, Laerguidor? Vamos a ver si podemos identificar algunas bestias mientras caen, y podemos hacer alguna estrategia"

Luego pienso: Derribar 20 enemigos cada uno... Por supuesto, no todos son iguales, y algunos de "Nuestro" bando caerán antes de matar a 20. Fueraparte... Sean orcos o santos, tampoco estoy muy a favor de sacrificarlos así como así. Intentar derribar cuantos más monstruos, y cuanto más deprisa, salvara vidas.

Laerguidor ya se ha escabullido de nuevo para cuando Razar le pide el catalejo sin embargo uno de los pilotos le acerca uno a Razar. Aún así, la distancia y la poca calidad del catalejo le dificultan el poder discernir los enemigos.

- Pero.. no entiendo - se gira y observa que Laerguidor ya no está. Con gesto ceñudo vuelve a sus compañeros -
¿Que se supone que debemos hacer? Detenerlos, claro. ¿Donde? ¿Aquí en el aire antes de que toquen tierra? De ser así deberemos atraer a los bichos a las distintas naves flotantes y matarlas en un combate cerrado.. ¿Me equivoco?

"Tal vez si pudiéramos atraérlos a la mayoría a un punto en concreto, tal vez a una sola nave, podríamos sacrificarla destruyéndola y concentrando los ataques en area. Mataríamos muchos bichos de golpe", reflexiona.

No se Jainas, no creo que nosotros podamos hacer mucho más que intentar eliminar a los enemigos que se nos acerquen. El elfo mira a la nube de enemigos, Si por lo menos supiesemos si tienen comandantes o lideres a los que eliminar para hacerlos menos efectivos podriamos intentarlo, pero creo que esto va a ser una carniceria, concluye el elfo con un movimiento negando la cabeza

"Y tanto que va a serlo!"

Le paso el catalejo a la maga, o al magus. A ver si ellos tienen más suerte

"Sacrificar 20 soldados por cada monstruo, eso dice mucho acerca de Laerguidor y de lo mucho que se preocupa por sus hombres. Cuando siempre se dice que Hildegarn, mientras caminaba entre los vivos como uno más, no duda en ponerse al frente de sus compañeros en la batalla"

Miro todos los enemigos que nos venían encima. No tenía el coraje de del clerigo, pero tenía su insensated natural para meterse en problemas que lo empujaba a pelear esta vez. Me giré a los presentes de nuevo.

-Bueno, dudo que Laeguidor escape sin hacer nada, lo mas seguro este preparado para pelear como cualquier otro. Pero no hay que olvidar que el no es el unico poderoso de este barco. ¿No es así?-dije sonriendo a la hada-Aun esperamos que nos digas quien eres, pequeña, y teniendo en cuenta que moriremos en breves, este es un buen momento.

Miré la situación algo preocupado - ¿Como se supone que vamos a acabar con ellos? Están cayendo del cielo al suelo y siguen vivos, no creo que con armas simples podamos hacerles mucho daño - digo. La verdad es que la única forma que se me ocurría de vencerlos era usando el dragón blanco y arrasar con todos, eso o estrellar las naves contra esos bichos. -De todas formas creo que Jainas tiene razón, a no ser que aterricemos o que ellos suban a bordo no creo que seamos capaces de hacer mucho...

"¿Morir?" Con una sonrisa de seguridad, le echo un vistazo al amigo Semicelestial

"Eso no entra en mis planes. Y recuerdalo: SIEMPRE"

Los monstruos poco a poco avanzan a la superficie y lo mismo hacen las naves que descienden léntamente hasta tocar suelo. Un estruendo enorme recorre vuestra nave al aterrizar y los mecanismos de apertura de puertas y rampas es lo único que suena durante el silencio previo a la batalla.

Por el cristal del puente miráis hacia abajo y véis que las tropas ya están bajando y laerguidor ya está abajo encabezando el primer ataque, así que os preparáis y os dáis prisa para no quedaros atrás. Una vez fuera del Invencible desenvainais las armas y esperáis a que el combate empiece, entre legiones de orcos, humanos, elfos y otras razas _{(que no me apetece listar)}

Al abajar razar encuentra un libro raro de plegarias tirado en el suelo y empieza a leerlo con vol alta y sonante y para las tropas es casi como si un halo le envolviera y se convirtiera en Hildegard mismo, inspirandoles y dándoles confianza en la batalla que se avecina.