Partida Rol por web

Jainas camina hacia él, lentamente.

- Ahí te equivocas. Tienes ante ti a Miss Junio Flamante - sonríe - Un título que llevo con infinito más orgullo que ninguno de los que tu nunca ostentarás - comenta mientras sigue avanzando ante él.

- Veo que te has traído unos cuantos ayudantes. Tratándose de ti es obvia su presencia: alguien tiene que hacer lo que tu no eres capaz - deduce con sarcástica lógica a la que sigue caminando.

- Te equivocas en dos cosas, mi mal querido enemigo: la primera, Rondar es de los rondarianos y como rondariana, en su nombre la reclamo. La segunda, no vamos a ir contigo a ninguna parte. Aunque lo que me pregunto es a donde vas a ir tu - comenta enigmáticamente. 

Me situo entre los orcos y la sala de máquinas, con el escudo presto.

Como alguno siquiera INTENTE atacarme, hago una canalización negativa en área... como advertencia.

"Dime, Laeguidor, el corruptor de inocentes, el pichacorta de la academia, el que baila con la mas fea, y el que tuvo que vender las almas del resto, porque la suya no vale ni dos duros"
"POR QUE? Antes de liarme a mamporros contigo hasta que me quede satisfecho ¿POR QUE has hecho esta memez?"

- Si aceptais venir conmigo de buen grado a lo mejor entendéis porqué hago lo que hago. Sino todo se quedará en una incógnita que nunca podréis resolver. - responde con un tono misterioso.

Cansado de esperar os pregunta - Una última oportunidad, vendréis o no?

Me quedo mirando a Jainas y a Thar. Yo perdí a un buen amigo, pero ellos perdieron mucho más.

Sólo ellos merecen la decisión.

Me da igual matarle ahora o en un rato. Por lo menos veremos su inutil justificacion a sus actos
 

Jainas gira levemente la cabeza, hacia sus compañeros y comienza a ver en ellos intención de dar la oportunidad Laerguidor a que justifique lo injustificable. La maga roja hace un gesto de desagrado, pero finalmente admite lo que piensa Tharlatos.

"Que diga lo que tenga que decir. El que después morirá es una certeza absoluta", piensa.

Relaja los músculos y disimuladamente guarda a mano la piedra y la cajita que tenía ocultas y dispuestas a usar.

- Está bien. Yo te seguiré. Al infierno si hace falta. No me importa que elijas el lugar que será tu tumba - dice fríamente.

"Proceded, gente"

Si en algun momento, el Larguidor no mira, usaré un truco de clérigos de Hildegarn: Tomaré una pequeña moneda, y la ocultaré en mi puño. Tambien conjuraré el Cantrip de LUZ sobre la moneda.

Si en algún momento la moneda deja de brillas, será porque estamos en una zona anti-magia. Desde luego, estaremos igual de infra-dotados, pero desde luego, no estaremos desprevenidos.
 

No pensé que ni Jainas ni Thar ni Razar accediesen a colaborar con el villano, por lo que me quedé muy sorprendido cuando lo hicieron. Yo desde un principio ya había decidido seguirle, pues como había dicho la elfa antes de abordar la nave "solo tenéis que acercaros a el, el resto pasará solo". Además, me veía capacitado para darle guerra en cualquier momento.

-Yo voy

Caminé tranquilamente por detras del resto. La verdad, esperaba un ataque mortal contra aquel elfo, pero bueno. No iba a ser yo quien iniciara el combate.

- Bien... en ese caso solo tenemos que esperar un poco. Mis orcos se encargarán del resto. - dice sentandose de nuevo en el suelo.

Pasados unos tensos minutos la nave empieza a moverse lentamente, los motores rugen y podéis ver que en la proa del barco de nuevo aparece el portal con la ciudad enorme y el castillo en medio. Léntamente lo atravesáis apareciendo en el otro lado.