Ya no había marcha atrás. Lo hecho, hecho estaba.
Por un instante observé la luz de bengala. Nuestra última esperanza se había esfumado en cuestión de segundos y aquellas criaturas resurgieron en la oscuridad con la misma rapidez.
Tomo el rostro de Marcos con ambas manos y lo miro a sus ojos.
-Estoy cansada de correr. Mi cuerpo no resistirá mucho tiempo...- mis ojos comienzan a escocer. Parpadeo y la humedad nubla un poco la vista.
Sus ojos trasnmitían paz y tranquilidad. Podría quedarme horas contemplándolos, me hacían olvidar por segundos de lo que había a nuestro alrededor.
-Te quiero y siempre lo he hecho...- mi voz se corta y muerdo mi labio inferior para no romper en llanto -No lo olvides, por favor...- le sonrío y cerrando mis ojos, apoyo mi frente en la suya. Su cálido aliento me hace sonreír con dificultad -Si tienes que continuar solo, lo harás, vale?- frunzo el ceño y le sonrío, sin duda la idea no me gustaba mucho.
Y sin esperar respuesta, mis labios estaban ahora disfrutando de los suyos, lenta y pausadamente.
Lanza la bengala, es como si lanzase una parte de si mismo, como si su alma se elevara por sobre ese horror. Quizas era la sensacion de hacer algo que podria costarte la vida o salvarte. No lo sabia y tampoco tuvo tiempo para reflexionar sobre ello. Los zombis se acercaban, como siempre, buscando acabar con los pocos humanos que habia. Un frio helado parecio recorrerlo, pero rapidamente fue expulsado por las palabras de Isabel. Que maravillosa muchacha. Tan fuerte, tan unica y decidida. Estaba pensando en él, en su salvacion, en protegerlo, a él que no era nada ni nadie. Marcos sintio que ya jamas podria separarse de ella. No importaba lo que pasase. Siempre estarian juntos. La beso, con fuerza y anhelo, como si fuera la primera vez, como si fuera la ultima vez. Sentia ambos corazones latiendo con fuerza, aprovechando cada latido que les quedaba, compartiendo ese momento.
-Nunca te voy a dejar, asi tenga que llevarte al hombro, nunca te voy a dejar- no le importaba mas nada, solo ella, el antiguo Marcos habia muerto hace mucho, en el momento en que le salvo la vida cuando un zombi cayo sobre ella. Ahora compartian algo tan intenso que ni la muerte lo separaria. La abrazo y volvio a besar-. Sin vos, no tengo nada.
A su alrededor, la muerte, el horror llegaba con pasos vacilates, gemidos y ansia. Hambre y muerte de la mano, como dos hermanas que nunca se separan. Pronto estaria aqui, los zombis o su salvacion. No importaba.
-Te amo- dijo no creyendo que tardara tanto en hacerlo. No era una palabra mas, no ahora, el mundo donde esas cosas se decian por decir no existia, era tan real como los muertos que caminan.
La noche había caído sobre vosotros. La oscuridad se cernía a pasos fúnebres.
El último fulgor de la bengala se apagaba, y con ello dejaba paso a los seres de la noche.
Un sonido metálico estalló a unos metros de vuestra posición, una decena de muertos vivientes había destrozado la verja de la entrada y se apresuraban con pasos vacilantes hacía vosotros. Esa parecía vuestra única salida, y de ella no paraban de entrar seres podridos en busca de vuestros cuerpos para darse un festín.
Y no eran los únicos. Al rededor vuestro empezaron a emerger manos y garras del mismo suelo, como si flores marchitas renacieran. De alguna manera, los muertos ya enterrados resurgían una vez mas para contemplar vuestra pesadilla.
De entre las criptas, se oían maderas rotas y golpes sordos, como si los muertos quisieran salir de sus ataúdes.
Vuestra espalda se apretó contra la pared de aquella cripta, os mirabais uno al otro deseándoos un amor, y respirando el aliento del otro, sabiendo que era el último que os quedaba.
Vuestros ojos presenciaban el horror. Sabíais que no teníais escapatoria, aún así pensasteis en apurar unos minutos mas de vuestras vidas. Rápidamente con las últimas fuerzas que os quedaban, trepasteis las paredes de esa cripta.
Desde esa nueva posición veíais como decenas, seguramente centenares de aquellos seres os rodeaban, sin dejaros posible escapatoria. Eráis la última comida que quedaba en ese pueblo maldito.
Adelante chicos, tenéis el último post de despedida. :)
Marcos se sentia algo mejor, habia dicho lo que sentia, habia besado a la mujer con la que compartiria su corta existencia, no importaba si eran unos minutos, unas horas, unos años, eso era lo de menos, estaban juntos. El conocido sonido de las puertas al ser derribas los envolvio, marcos oculto su rostro en el pelo de Isabel, ahogando el hedor con su perfume. Pero quedarse alli y morir, asi como asi, no era lo que la pareja haria. Rendirse no estaba en sus planes, al menos le darian trabajo a esas horribles cosas que ya no eran humanos.
Subieron como pudieron a la cripta, alejandose todo lo que pudieron de los muertos. Estos no solo eran extraños en el cementerio, sino que los propios residentes comenzaban a levantarse.
-Hijos de puta- penso Marcos, ya sin fuerzas para sorprenderse. Abrazo a Isabel, mietras los zombis rodeaban el lugar, la miro a los ojos, habia tanto para decir, pero las palabras no le salian-. Tendria que haber aprovechado mejor el tiempo. Antes peleabamos, discutiamos por cualquier cosa ja- los gemidos aumentaban con los segundos, fingio no escucharlos-. Pero siempre pensaba en lo hermosa que sos cuando sonreis, cuando te enojas y frucis el ceño, cuando hablas de lo que te gusta- las uñas arañaban la piedra, buscando alcanzarlos-. Tendria que haberme dado cuenta antes...
Era de lo unico que se arrepentia en verdad, no haber aprovechado el tiempo. Uno cree que lo hace, pero en realidad solo esta perdiendolo. Ahora se da cuenta, cuando su tiempo se acaba...
Respondió a aquel beso de la misma forma, intensa, dulce y pasional. Las lágrimas bañaban sus mejillas, pero a pesar de la tristeza y desesperación que sentía en su interior, también sentía felicidad al escuchar esas anheladas palabras.
Sus manos se aferraron al pelo de Marcos y su cuerpo sentía cierta necesidad de fundirse con el suyo. Rió con nerviosismo y finalmente, abrió sus ojos para encontrarse con los de él.
Su labio inferior tembló y las palabras no fluyeron. Suspiró y luego inhaló aire -Yo también te amo, tonto...- sus ojos se cerraron y las lágrimas aumentaban y aumentaban. Le costaba creer que no habría un futuro al lado suyo, de su amigo solitario, diferente y de acento sensual. El mundo se acababa para ellos, pero apesar de ello, sentía felicidad al saber que aquel mismo cariño y amor, era correspondido.
Besó una vez más aquellos labios que había ansiado por tanto tiempo, pero aquel momento mágico, fue interrumpido por gemidos y un fuerte olor putrefacto, el olor de la muerte.
Con dificultad trepamos hacia la superficie de aquella alta cripta y allí veía con mas claridad el fin del mundo. Llevo las manos hacia mi pelo y me aferro a éste, desesperada, desolada. Negaba con la cabeza una y otra vez e intentaba buscar en la lejanía una salida, pero era imposible. Nuestra muerte estaba sentenciada.
Lentamente caigo de rodillas. Miraba mis manos, incrédula de lo que pasaba por mi mente. Giro mi cabeza buscando con desesperación los ojos de Marcos. Una mirada llena de valentía, que siempre había despertado infinidad de sentimientos y sensaciones en mi.
Me arrastro hacia él. Dejo a un lado la mochila que me había acompañado y me abrazo a él, apoyando mi cabeza en su pecho. Sonrío al escuchar sus palabras y muchos recuerdos invaden mi mente. Rodeo su cintura con mi brazo, depositando un beso en su cuello -No importan las peleas... disfruté cada momento a tu lado, incluso éste apocalipsis...- una debil sonrísa se dibuja en mi rostro.
Suspiro y un nudo se forma en mi garganta. Mi mano se aferra a su cintura -No quiero convertirme en una criatura de esas... ni que tu seas una...- mi voz se quiebra y las lágrimas aparecen nuevamente. Aparto mi mano de su cintura, metiéndola en la mochila. Tomo el hierro que nos había ayudado tanto, se lo enseño.
Era una idea extremista, pero no deseaba vagar por el mundo de aquella forma. Deseaba ir a ese lugar del que tanto hablaban, ir con él y vivir una eternidad a su lado. Sería doloroso acabar con nuestras vidas y mas aún de aquella forma, pero lo prefería.
¿Estaría él de acuerdo?
Su respuesta fue como una luz en medio de la nada, sonrio, con verdadera alegria, la unica que habia tenido en mucho mucho tiempo. La abrazo con fuerza, esperando. Cuando la tenia entre sus brazos, por unos segundos, casi olvido todo. Los muertos que se arremolinaban a su alrededor, las miles de muertes, las familias separadas y condenadas a deambular sin mente. Todo eso dejo de existir, solo estuvo el contacto de Isabel sobre su cuerpo. Sentia sus lagrimas mojandole el cuerpo, calidas y dolorosas, en cambio él no lloraba. Por alguna razon no salian. Era como si temiera no poder verla a travez de ellas.
Ella le mostro el fierro. Habia temido eso, lo habia temido desde que dejaron a Liz en esa casa. ¿Que pasaria si ella era mordida? ¿Que haria él? Se quedo unos segundo observando el objeto, con la mandibula tensa y el corazon muriendo en su pecho.
-¿Estas segura?- bajo la cabeza. Claro que estaba segura, ¿que otra cosa podrian hacer?. No soportaria viendola como una mas de esas malditas cosas. La abrazo con fuerza, dejando que al fin las lagrimas desborden sus ojos, cayendo sobre su pelo. El miedo a perderla agarroto su cuerpo, como una mano helada e implacable-. Me...gustaria ver el amanecer... una ultima vez con vos... despues... despues todo se terminara...
Haria frio y estaria rodeados de muertos, el olor y los sonidos serian espantosos, pero queria estar con ella. Ver algo hermoso antes de acabar con lo mas hermoso que habia conocido en su vida. Se prometio a si mismo que lo haria. Aunque se destrozara su interior. Para si mismo usaria la pistola, no sabia si funcionaria, pero era algo.
-Abrazame fuerte- le dijo mientras la estrechaba contra él y dejaba el hierro en un costado, expectante...
Isabel, me hiciste llorar. Lo digo en serio.
Bajo la luz anaranjada del anochecer, el último halo de luz del sol iluminaba la tierna escena que estabais viviendo. Tierna y cruda escena pues vuestra vida apuraba sus últimos segundos.
Pero estabais de alguna manera tranquilos: habíais sobrevivido lo impensable. Habíais sacado fuerzas de la flaqueza. Habíais triunfado donde muchos habían perecido. Habíais conseguido encontrar el amor entre un mundo ahogado por el odio y la matanza.
Era el fin.
Una luz os iluminó la cara, desde arriba. Como si el cielo os acogiera en sus brazos.
Un aire arremolinado os hacía casi perder el equilibrio.
Mirasteis arriba:
** FIN DE LA PARTIDA **
Bueno han sido un placer haber jugado con vosotros. Sin duda habéis conseguido evolucionar a vuestros personajes y darle un dramatismo espectacular. La verdad que yo como máster me sentía en segundo plano, pero aún así he disfrutado mucho jugando esta partida con vosotros.
El final lo dejo un poco abierto y que vuestra imaginación se encargué de lo que sigue.
Se estaba preparando para lo que tenia que hacer, pero tambien trataba de no hacerlo. Eran sus ultimos momentos con Isabel, queria mantener en su mente el sonido de su respiracion, el olor de su pelo, la suavidad de su piel, el dulce de sus labios. De vez en cuando una lagrima llegaba, como recordandole lo que deberia hacer, su destino tragico.
Un sonido ahogo al de los zombis, una corriente de aire aparto la pudredumbre, una luz los baño. Marcos no lo podia creer, era imposible. Un helicoptero estaba sobre ellos, incluso veia a sus ocupantes. Todo se volvio en camara lenta.
Estaban condenados, iba a sacrificar al amor de su vida para que esta no sufriera una muerte en vida. El dolor que sentia su corazon ante ese hecho igualaba a la alegria de tenerla a su lado, aun en tan horribles circunstancias.
-Estamos salvados...- murmuro con una mezcla entre risa y sollozo. La abrazo con fuerza, aspirando su escencia, sintiendo su calor, sabedor de que no seria la ultima vez, que no importaba donde fueran, siempre se cuidarian, ni siquiera importaba como terminara el mundo. Todo era mas facil si ella estaba a su lado...
mi ultimo post. Disfrute muchisimo con esta partida.
Master, me enseñaste muchas cosas sobre masterear XD cosas que uso en mi primer partida jaja Muchisimas gacias por haberme dejado entrar
Isabel, creo que nunca me conecte con un personaje como lo hice contigo, te dije que me hiciste llorar y es asi, increibles tus post, todo, me imaginaba la situacion y nunca vi algo tan triste y dramatico. Muchisimas gracias por permitirme rolear contigo.
Salen dos positivos XD
Un último amanecer...
Se estremeció al pensar en ello. Por unos segundos se imaginó aquella misma escena pero en un lugar maravilloso, de ensueño, con un Marcos anciano abrazándola de aquella misma forma protectora; un sueño que jamás llegaría a cumplir, pero creía en una próxima vida, en un Dios compasivo reinando un paraíso lleno de paz y tranquilidad, sin preocupaciones y sin dolor. Una vida eterna al lado de su amigo, de su amor. Ese pensamiento compensaba aquel momentáneo dolor.
Lo abrazó con todas sus fuerzas mientras depositaba tiernos besos en su cuello, mejilla y pecho. Con una de sus manos limpiaba aquel rostro que meses atrás se mostraba indiferente. Su corazón se encogía ante aquella fragilidad.
-Todo estará bien, amor mío... pronto descansaremos... - susurro a su oído y entrelazó su mano con la suya -Cuando llegue el momento, no me sueltes... no quiero tardar en encontrarte en el mas allá...- agrego entre ligeros sollozos.
Cierro los ojos y me concentro en los sonidos de su corazón, en su respiración y en el tacto de su piel. Se sentía bien, reconfortante y placentero. No lo daba mucha importancia a la esfera de fuego que comenzaba a salir en el horizonte, para ella su sol, era quien la abrazaba. Él le brindaba la calidez que necesitaba.
Había logrado conseguir un poco de serenidad y sus ojos se abrieron frenéticamente ante aquel ruido y brisa que provenían de encima suyo. Abro mi boca, incrédula y una amplia sonrisa se dibuja en mi exhausto rostro. No era un sueño, era realidad. Estaban salvados.
Rio y lo abrazo tan fuerte como lo hacía él. Me incorporo, tomo su rostro en mis manos y apoyo mi frente en la suya -Juntos... hasta el fin de nuestras vidas...
¿Qué decir chicos? Estoy emocionada por ésta última fase de la partida, especialmente los últimos mensajes.
Master, eres un director estupendo, constante y responsable.
Marcos, tus halagos me emocionaron siempre, especialmente éste último. Amé tu personaje de principio a fin.Fue todo un placer tenerte como compañero y espero que ésta no sea la última vez.
¡¡Gracias por todo a los dos!! :D