-Buen día señoritas- dijo con una sonrisa a Isabel y Liz, quienes recién se levantaban. Isabel como siempre yendo directo al grano, era la hora de tomar decisiones. Cuando su menuda amiga camino con algo dificultar hacia la cocina Marcos pensó en algo para animarla o por lo menos hacerle olvidar por unos segundos su malestar-. Bueno, yo quiero una milanesa a la napolitana, con un huevo frito…no mejor dos huevos fritos y muchas papas fritas. Y si no se puede eso, bueno me conformo con lo que haya jajaja
Me puse en pie, sonriente y al pasar delante de Marcos, despeino su cabellera -Vamos a comer, payaso- tiro de su mano para ponerlo en pie y encaminarnos hacia la cocina. Me alegraba ver la mejoría de Liz y me animaba que mi poco conocimiento médico, podría beneficiarnos un poco al pequeño grupo.
-No podemos ser exigentes- comento divertida a Marcos, mirándolo por encima del hombro -Gracias a tí y a Romo, podemos llevar algo al estómago, asi que deja de quejarte- bromeo y al llegar a la cocina, suelto su mano para acercarme a Liz y ayudarle a preparar el desayuno.
-¿Y bien? ¿Qué haremos?- no había tiempo que perder.
Habían pasado unos días, y los huevos duran algo más de tiempo, así que Liz sonrió y asintió a sus amigos; "Puedo freir unos huevos, la bombona de gas sigue funcionando", dijo mientras se ponía manos a la obra.
Luego miró a Romo. "Mmm... bueno, todavía me duele el pie, pero lo tengo mejor. Sigo diciendo que no quiero retrasaros". Cascó un par de huevos en la sartén llena de aceite de oliva caliente. "Si queréis puedo intentar acompañaros, pero si creeis que os retrasaré podéis ir a por un vehículo o algo así y volver a recogerme más tarde, yo confío en vosotros", dijo derramando aceite sobre los huevos fritos.
Me siento en una silla en la pequeña mesa de la cocina.
- Mmm... esos huevos huelen que alimentan... ¡me apunto a ldesayuno, Liz! - digo, mientras oigo ronronear a mi poco activo estómago.
Miro a Marcos e Isabel. - Creo que Liz tiene razón. Tampoco me gusta tener que separarnos, pero lo más práctico es que ella se quede aquí, por dos razones. - Me tomo mi tiempo para explicar a los demás mis ideas - Por un lado, ella podrá reposar mejor su tobillo. Por otro lado, al quedarse ella aquí, nos aseguramos un lugar seguro, que ella mantendrá cerrado y a salvo mientras los demás estemos fuera.
Liz me acerca un plato, con el huevo frito aún chisporroteante - Y no dudes de que volveremos a por tí, pequeña... - digo guiñando un ojo con picardía.
Marcos se deja caer pesadamente en la silla, el sonido de los huevos en el aceite y estando todos reunidos allí los hacia ver como una familia. Casi podrían olvidar por unos momentos lo que estaba pasando afuera si no fuera porque hablaban en susurros y cada gemido que provenía del exterior los ponía tensos y a la expectativa.
Escucho las palabras de Romo, estaba de acuerdo con él, de seguro Liz estaría mucho mas segura allí, con agua, algo de comida, protección… Ellos tendrían que aventurarse afuera, buscar un vehículo y gasolina. Disimuladamente miro lo que comía, tratando de sumergirse en el sabor de algo tan simple que para sus estómagos era todo un manjar.
Observaba como Liz preparaba el desayuno y sus palabras arrebataron el ánimo con el que había despertado. Suspiro y me encojo de hombros.
-¿Y si nos cuesta regresar? Aunque no nos vayamos lejos, no sabemos que dificultades se interpondran en nuestro camino y quizás debamos buscar otro refugio- miro a Marcos por unos minutos, esperando que intentara convencer a Liz, pero no había nada que hacer, eran tres contra uno.
-Bien, que así sea...- nuevmanete me encojo de hombros y miro a Liz, con cierta tristeza -Sin duda, regresaremos a por ti, amiga- le dedico una sonrisa torcida.
-Entonces, al terminar de desayunar, debemos salir cuanto antes, aprovechar la luz del sol y regresar a casa, nuestra nueva casa, cuanto antes ¿Están de acuerdo?
Al parecer habíais llegado a un acuerdo. Sin duda Liz en esos momentos le costaba caminar y cojeaba, así que necesitaría reposo para volver a las andadas. Los demás saldríais por la mañana en búsqueda de alimentos, vehículos, gasolina o cualquier cosa de utilidad que pudieseis aprovechar. El sistema eléctrico de la ciudad no funcionaba muy bien y por la noche era fácil encontrarse a oscuras, cosa que sería altamente peligrosa. Así que planeasteis una salida no muy larga para volver antes del anochecer, lo que reducía considerablemente el rango y las posibilidades, pero a la vez el riesgo.
Termináis el desayuno, coméis un poco de todo, algunos snacks que consiguieron Marcos y Romo y alguna lata de conservas, bebéis agua embotellada. Al cabo de unos momentos, os levantáis listos para partir.
Bien antes de partir, necesitaría saber que os lleváis cada uno.
Tras el abundante desayuno preparado por Liz, me levanto de la mesa para preparar nuestra salida. Vestido con los vaqueros, algo holgados, que encontre en la casa, unas deportivas, una camisa de manga corta, una chaqueta de tres cuartos que me llega hasta las rodillas, y mis eternas gafas de sol, subo las escaleras para coger algo que pueda servirme de arma.
Reviso los cajones de las distintas habitaciones, mientras oigo a Marcos e Isabel prepararse para salir también. Pienso en la pequeña Liz, quedándose en la casa, y aunque no me gusta la idea de dejarla sola, será mejor para ella, y para nosotros tenerla cuidando de nuestro nuevo refugio también resultará un alivio.
Buscando entre los cajones no encuentro nada realmente útil, pese a contar ahora con más luz que a nuestra llegada anoche. De modo que cojo un cuchillo de la cocina y un espetón de la chimenea como únicas armas, además de una bolsa deportiva que podrá servir para cargar más alimentos.
Una vez termino, espero a los demás en la puerta de la entrada.
Tirada: 1d20
Motivo: Buscar objetos útiles
Resultado: 11
Una vez decidido su siguiente paso, Marcos se levanto de la mesa con decisión, estaba serio y pensativo. Saco todo lo de su mochila, dejando solo la pistola de bengalas, estaba pensando en dejársela a Liz pero creyó oportuno tener algo para llamar la atención en el caso de tener un encuentro con algún grupo de rescate. Era una posibilidad muy lejana pero convenía estar preparado. En la cocina busco algún cuchillo, algo lo suficientemente filoso como para cortar sogas, mangueras o algo por el estilo. Se llevo su palo de sombrilla, ni siquiera lo había usado y estaba algo doblado pero aun así lo consideraba de la suerte.
Busco alguna botella o bidón medianamente grande, quizás lo podría llenar con combustible. Incluso en el caso de no tener vehículo podrian armar unas bombas molotov. Necesitaba alguna manguera, no muy larga. Iba a tener que revisar toda la casa otra vez…
Tirada: 1d20
Motivo: buscar items necesarios
Resultado: 9
Creo q no encontre nada jeje
-Gracias por el desayuno, guapa- digo acecándome a Liz y beso su mejilla -Regresaremos a por ti, te lo juro- susurro cerca de su oído y macto seguido, marcho en busca de objetos afilados, armas o cualquier cosa que pudiera ayudarnos a defendernos de las criaturas.
Tomo un cuchillo de la cocina y recuerdo en ese instante las herramientas de hierro junto a la chimenea. Me encamino hacia allí y al llegar tomo una -Esto podría ayudarnos, chicos- les digo al tiempo que examinaba la que tenía en mano.
-¿Han tenido suerte en encontrar objetos?- pregunto en un tono un poco elevado. Comenzaba a sentir nervios de salir nuevamente y enfrentarnos a los zombies. Esperaba que la suerte nos acompañara nuevamente, aunque sabía que nuestro futuro, era incierto.
Tirada: 1d20
Motivo: Buscar objetos
Resultado: 13
"A lo mejor yo puedo ayudaros a encontrar cosas útiles...", dijo Liz mientras se ponía a buscar. Luego, tras pensar un poco, asintió; "También voy a intentar encontrar algo como una bengala o una linterna, algo capaz de llamar la atención de algún avión o algo que pueda pasar sobre la casa"
Tirada: 1d20
Motivo: busco cosas
Resultado: 1
¡Un 1! º_º¡
Liz mejor que no se mueva demasiado, no sea que al director se le ocurra romperte el tobillo... Que dijo que quería hacer las reglas más mortíferas...
-No encontré nada aparte de lo esencial- dijo Marcos molesto, si bien estaba agradecido de que la casa fuera segura hubiera deseado que fuera una armería-. Vamos a salir cuanto antes, mientras mas temprano mejor, así no nos agarra la noche.
-No olvides ésto- comento a Marcos, estendiéndole una de las herramientas que estaban cerca de la chimenea -Al parecer no hemos tenido mucha suerte...- suspiro y me encojo de hombros, resignada.
-¿En marcha?- pregunto con cierto temor y deseaba con todas mis fuerzas no tener que salir de nuestro refugio, no quería enfrentarme nuevamente a esas criaturas; deseaba cerrar los ojos y despertar en el yate, con mis amigos y que nada de esto hubiera ocurrido.
Camino hacia Marcos y lo tomo de su mano -Te veo nervioso, todo saldrá bien, con suerte y estaremos de regreso en unas horas- lo ánimo y le sonrío -No olvidemos el mapa- aprieto suavemente su mano y luego la suelto.
Me sentía un poco confiada, esperaba que aquel sentimiento me acompañara todo el tiempo.
-¿Yo? ¿Nervioso?- bromea con una sonrisa-. Siempre me considere alguien inteligente y que si hace alguna estupidez la pienso muchísimo- mira a su alrededor como si buscara algo-, ahora me siento estúpido e ignorante. No tengo idea de lo que puede pasar y cómo vamos a resolverlo. Eso me molesta y mucho.
Aprieta la mano de Isabel con agradecimiento, antiguamente ese tipo de muestra de aprecio no le habrían afectado en lo mas mínimo, pero ahora se sentía otra persona. Sin duda todo esto cambiaba a la gente de formas que nunca hubieran imaginado.
-Siempre pensando en todo- le dijo al recordar el mapa. Algo indispensable para volver o saber por dónde fueron-. Vamos a volver en pocas horas, no quiero estar fuera innecesariamente.
Aguardo con paciencia, apoyado en la puerta de entrada de la casa. Observo como Marcos e Isabel coquetean, a Liz buscando acomodo con su cojera... Realmente parecemos una familia.
Aunque las circunstancias que nos han unido hayan sido tan terribles, sonrío pensando en la suerte que hemos tenido, al ser un grupo de personas tan preocupadas los unos por los otros, tan... humanos.
- ¿Estamos listos? ¡Pues en marcha! - exclamo, tratando de tomarme nuestra expedición como una aventura, más que como el peligroso viaje que es...
Las palabras de Romo hacen que vuelva a la realidad, se pone serio y suspira con determinacion.
-Estamos listos- dijo con una mueca. Se acercó a la puerta con su arma en alto y coloco una mano en el picaporte-. ¿Todos listos? Liz cerrá apenas salgamos y tené mucho cuidado. Vamos a volver pronto..
Esperaba que sus palabras fueran verdad y que volvieran a salvo.
Vamos?