Partida Rol por web

Poco a poco los clientes fueron abandonando la posada, algunos volvían a sus casas y otros subían al piso superior para encerrarse en sus habitaciones a descansar hasta que el nuevo día visitara Kalaman.

La muchacha cantante y su compañero bardo tocaron alguna canción más para regocijo de los pocos que iban quedando y cuando vieron que su clientela también disminuía, decidieron recoger sus bártulos y seguir su camino.

Tras las palabras de Tajpuk, Elendorn tomó asiento y pasaron unos segundos de silencio en la mesa, hasta que el elfo respondió a la pregunta de Tordek.

-Digamos que tengo que hacer una importante misión para mi gente y por eso estoy tan alejado de mis tierras y de mis queridos bosques. Perdonar que me entrometa en vuestros asuntos, ya que no me incunben para nada, pero me ha dicho el posadero que vosotros tambiém estais esperando para ver a Lady Alyena. No so preocupeis que no os prengutaré el motivo, y menos en estos tiempos en que las paredes tienen oidos, pero quiero que sepais que si os puedo ayudar en algo lo haré encatado, a no ser que vuestro gran amigo Tajpuk tenga algun incoveniente en ello, -dijo Elendorn guiñando el ojo a Tordek

En ese momento, una de las camareras dejó en la mesa la jarra de cerveza que había pedido el enano.

Antes de que la muchacha y el bardo se vayan de la posada, Tordek les deja un par de monedas de plata. Han sido muy oportunos y eso era de agradecer.

Continuando la conversación con el elfo, Tordek respondió: Seguramente Tajpuk tenga incoveniente, mas no os preocupéis por eso. Se le termina pasando. Dice el humano devolviendo una sonrisa de complicidad al elfo. Pues bienvenido a Kalaman seas Elendorn.

Cuando la camarera llega con otra nueva jarra para Tajpuk, el humano no puede más que sorprenderse y exclamar: Enano, cómo sigas a ese ritmo vas a tener problemas para guardar la vertical. Es la tercera jarra que tomas. Y esperó tranquilo a recibir la "delicada" respuesta del enano.

Tres cerbezas en una noche no son nada larguirucho, y menos de este meado de elfo que se sirve aquí.

Hace algún gesto con las manos que no llega a terminar. Sólo los dioses saben si era un intento de disculpa o un "métete donde te importe".

Se pone serio por un momento.

Una... pregunta si que te haré. Mira al elfo recién llegado desde su baja altura y con el bigote bien remojadito de cerbeza. El aliento del enano es fuertecillo. ¿Qué es lo que hace esta Alyena para estar tan solicitada?

Nolose supongo que es una perosna con alguna buena dote,bien magica o de diplomacia la que le hace tan especial y ahora que  preguntas ami tambiém me pica la curiosidad sobre saber algo mas de ella y el porque esta valiosa,pero no te preocupes  amigo enano seguro que dentre de muy poco lo averiguaremos y veremso todo mas claro.

Doy un pequeño sorbo a mi cerveza para saborearla bien y no tregaarla como si fuera agua.

El humano escucha y queda sorprendido por la conversación. Parece que la cerveza finalmente endulza el carácter enano. El humano quedó satisfecho por la elección de haberle ofrecido cerveza al bárbaro.

Mientras tanto habría que esperar a que fuesen llamados. Y bebiendo de su primera cerveza aún, fue pasando el tiempo, mientras dialogaban entre los tres.

Apenas quedaban clientes a media noche sentados en la mesas de la posada. Aquellos que habían bebido más de la cuenta habían sido despachados amablemente por el posadero y los que tenían habitaciones reservadas hacía tiempo que se habían ido a descansar. Una de las camareras había dado por acabada su jornada laboral y se marchó para casa deseando buenas noches a los presentes, mientras la otra camarera colocaba las sillas encima de las mesas para pasar la escoba.

A la hora que os habian dicho, un fornido hombre que vestía una armadura de placas y una capa negra entró en la posada lanzando una mirada desde el umbral a toda la sala. Una enorme espada golpeaba sobre sus grebas. Tenía aspecto de soldado veterano, pero no vestía la armadura de los caballeros de solamnia. Tras saludar cortesmente a aquellos que le dedicaron una mirada, se dirigió hasta la barra para hablar con el posadero. Pudisteis ver como mientras hablaban el posadero miró en vuestra dirección y acto seguido, el hombre se dirigió directamente hacia vuestra mesa.

-Buenas noches señores, -os saluda con una breve inclinación de cabeza-, ¿son ustedes los que han preguntado por Lady Alyena?, si es así pueden seguirme, les llevaré hasta ella.

Si somos nosotros y si es tna amable d ellevarnos ante ella,puedo hacerle una pregunta,es frecuente que Lady Alyena sea tan demanda tiene que ser una persona muy importante.Me levanto y sigo al hombre trans pagar la cerveza.

Tordek estaba bebiendo el último trago de su segunda cerveza cuando el desconocido llegó a la mesa y habló. Buenas noches caballero. Nosotros somos. Contestó Tordek tras la respuesta del elfo.

Inmediatamente se levanta de la mesa, busca en su bolsa de dinero y deja unas monedas en la mesa, en pago de las cervezas. Y finalmente sigue al caballero.

El enano abre ligeramente la boca y emite una especie de gruñidito prolongado sin moverse en absoluto. En seguida se levanta, deja algo de dinero sobre la mesa y mira al caballero a los ojos.

Tu. Hola. Vamos.

No parece borracho. Solo parece ansioso por que pase algo.

El hombre asiente ante vuestra predisposición a seguirle y tras esperar a que dejéis las monedas encima de la mesa camina hacia la puerta de la posada dedicando un gesto de despedida con la mano al posadero. Una vez cruzado el umbral de la posada y salir a la plaza del mercado se gira hacia Elendorn

-La frecuencia con la que es solicitada Alyena es proporcional a los problemas que tenga la gente. En cuanto a que sea una persona importante o no, -el hombre se detiene para encogerse de hombros-, es algo que debéis juzgar vosotros mismos, caballeros. Seguidme, Alyena nos espera en el castillo.

Avanzais por la avenida que lleva al castillo de Kalaman, la calle se encuentra en silencio y solitaria, a excepción de una pareja de soldados que cruza a toda prisa por un callejón semioscuro. Un poco más adelante, otro soldado se dirige hacia vosotros y se detiene.

-¿Alguno de ustedes tiene conocimientos de medicina o es capaz de salvar la vida de un hombre moribudo?, -os pregunta apresurado el caballero de solamnia

-No somos magos, -se adelanta el hombre que os escolta- ¿que ha ocurrido?

-Un túnica blanca, ha sido atacado cerca de la posada del Lucero del Alba, lo han llevado a la posada, temo que sea demasiado tarde.

-Lo siento amigo, -le compadece el hombre-, me temo que no podemos hacer nada por ayudarte

Tengo una poción de curación, úsenla si no es tarde. Dice el enano sacando un frasco de la mochila y ofreciéndosela al soldado.

lamento deciros que mis conocimientos de curación son limitados pero si quereis puedo ayudaros en lo que sea si con eso se puede salvar la vida de un hombre.

Miro con preocupación por lo sucedio al soldado ese y un pensmaiento de impotencia de  no haber estudiado mas las  plantas curatibas que mi maestro conocia.

Tordek Ubberion ante los soldados y tras escuchar a sus compañeros, exclama: Por los dioses, Tajpuk. ¡Vamos!. Esa poción puede salvar la vida de esa persona. Hemos de llegar hasta él.

Mirko, el guerrero que os acompaña, observa como el enano le da la poción al Caballero de Solamia y se dirige hacia él.

-Caballero, llevad la poción al túnica blanca, daos prisa. Si conseguís salvarle la vida, llevad al mago al castillo, -le ordenó Mirko

-Llevaré la poción a la posada, -asintió el caballero-, pero en cuanto a llevar al mago al castillo, ¿bajo que autoridad dáis la orden?, la entrada al castillo está muy restringida.

Un ligero atisbo de ira cruzó el rostro de Mirko, pero el guerrero no tardó en recuperar la calma.

-Lady Alyena querrá estar informada de lo que ha pasado. Haced lo que os digo, si os ponen problemas decid que lo he ordenado yo, Mirko. Asumo la responsabilidad, ahora ¡daos prisa!

-Bien... haré lo que decís, -respondió el Caballero tras unos segundos de duda antes de salir corriendo en dirección a la posada

-Odio los formalismos de los caballeros de solamnia...son demasiado burócratas..., -susurró Mirko en voz baja una vez se hubo marchado el caballero, luego se volvió hacia Tajpuk-. Habéis mostrado una gran nobleza al ceder vuestra poción, maestro enano. Os doy las gracias, sólo espero que el túnica blanca aguante lo suficiente como para bebérsela. Ahora sigamos, no debemos perder más tiempo.

Mirko se giró e inició el camino hacia el castillo

Enano, ya sabía yo que tras esa rabia, hay un buen corazón. El túnica blanca te lo agradecerá si vive. Estoy seguro de ello. Tras estas palabras se dispone a seguir al guerrero hasta el castillo.

Soy majo cuando no me tocan las pelotas. Dice evitando mirar a nadie a los ojos.

El enano se dispone a continuar caminando, sin añadir nada más.