Escena sin roleo de los personajes. Tomada la idea de una partida de Taliesin, aquí iré poniendo alguna "escena en off", para que vayáis abriendo boca...
O preparándoos para lo que os espera.
La oscuridad reinaba en el palacio, lóbrego, frío, iluminado tenuemente por la luna amarillenta, que le daba un toque enfermizo. El estilo era estilizado y bello, como si antiguamente hubiera sido un lugar de celebración, belleza y luz. Las macetas estaban vacías y la luz de los fuegos no parecía que alegrase el lugar, si no más bien... daba la sensación de que reafirmaban que el lugar era un feudo de oscuridad, que las llamas no podían hacer nada por aliviar el frío
El muerto viviente se sentó en un elegante trono, solitario, al fondo del salón. Engalanado con ropajes propios de un gran rey guerrero, y luciendo una envejecida corona, miró a otro esqueleto viviente que estaba frente a él, a una distancia protocolaria.
Repiqueteó los dedos en el reposabrazos, con unos soniditos secos.
Bien... tienes mi atención
El segundo muerto viviente, esquelético y ataviado con ropajes de mago, y luciendo lo que en el rostro de un muerto viviente debe ser una sonrisa, se acercó y puso una rodilla en el suelo, inclinó la cabeza, y miró al que estaba sentado en el trono
Lo celebro, Majestad... es muy sabio escuchar al mensajero...
Las dos llamas que tenía en las cuencas de los ojos se encendieron con una macabra alegría
Déjeme que le cuente de dónde vengo...
Un poblado de casetas de madera, paja o piedra, junto con algunas madrigueras, pobladas por incontables trasgos se extiende por la campiña. El ambiente parece tenso, y el sol está poniéndose. En la distancia, una gran humareda se alza hacia el cielo.
Unos metros más allá de la última casucha, dos figuras miran la humareda del horizonte.
Uno es un enano de anchos hombros, vestido con ropajes caros, brillantes y ostentosos, que juguetea con un martillo en sus manos. Se gira hacia quien está a su lado y habla.
¿Llegaste a imaginar una situación como esta cuando partiste?
La mediana que estaba a su lado rió escandalosamente, vestía como una guerrerita
¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAA!!!!! ¿Bromeas!? Esto es lo más surrealista que he vivido nunca!! Otra como esta y cuando vuelva y lo cuente me tomarán por loca!!!
Ambos rieron juntos unos segundos, hasta que la silueta de una enorme figura bípeda se entrevió en la lejanía, recortada contra la luz del incendio, dirigiéndose al poblado.
A los dos faerunios se les ensombreció el rostro al verlo.
Después de llamar y serle concedido el permiso, Aleesha entró a tu viejo despacho, ocupado ahora por Eleedra, que supervisaba los números y otros datos de la Casa del Máximo Dolor, tareas que antes eran tuyas... en escaso pero desagradable trabajo administrativo.
Hizo una profunda reverencia a Eleedra
Buenos días, Señora
Algo asqueada, Eleedra agradeció la interrupción de Aleesha Dime Dijo dejando la pluma en su sitio y cruzando las manos sobre la mesa.
Sí... Aleesha cerró la puerta y se acercó a la mesa, hablando con un tono poco más que susurrado Al parecer hay alguien... merodeándonos, tal vez se trate de un grupo de paganos que nos tenga en el punto de mira, no hace falta que le diga lo poco que nos llegan a comprender por allí fuera.
El centinela de la torre ha visto algunas luces de fogata hacia el este durante algunos días, y yo misma he vuelto a verlas esta noche. Tal vez solo sean bandidos, o algún cazador, pero podríamos investigarlo... tanto si son lo uno como si son lo otro, estas "ruinas" podrian atraerles y..
Si, si, ya te sigo... Eleedra se acarició la barbilla De acuerdo, prepara un equipo y echa una ojeada.
Aleesha cogió aire y se irguió un poco Será un placer... Fue a girarse, cuando se detuvo Pero.. Volvió a mirar a Eleedr ¿No es una buena oportunidad para que la Suma sacerdotisa haga una buena demostración de fuerza?
Si, ya lo creo. Dejó una pausa, levantando una ceja ¿Desde cuándo miras tu tanto por el clero?
Desde que nuestra señora casi me destroza de un latigazo, por ejemplo. Una se... plantea muchas cosas
Eleedra asintió lentamente. Bien... ahora estoy ocupada, pero refuerza la vigilancia. Si siguen merodeando iremos a hacerles una visita. ¿Algo mas?
Aleesha asintió e hizo una reverencia Nada más, señora. La dejo Tras un asentimiento de Eleedra, Aleesha salió del despacho, y cuando hubo cerrado la puerta, frunció el ceño pensativa, mirando de reojo a un lado y a otro, a medida que iba apretando la mandíbula. Hizo un gesto breve y agresivo con el puño cerrado, y su expresión cambió a una frustrada y enfadada, con la que se marchí a sus quehaceres...