Partida Rol por web

Los aullidos te sacaron del tranquilo sueño. Un enorme sentimiento de nostalgia te recordaba los tiempos de la manada. Una manada disgregada por el odio, la venganza y la desconfianza. Al principio sólo se trataba de una ajuste de cuentas, pero pronto tuvisteis que escoger un bando cuando el descontrolado Bastian tomó las riendas de La Jauria, un grupo caótico plagado de sangre fresca incapaz de entender el motico de la lucha. Tú eleccion fue clara, pues seguirle hubiera sido el camino fácil, sin embargo escogiste el sufrimiento de la ciudad, de su decadencia, cambiaste toda la belleza que te rodeaba por aquella superficie áspera sin vida. Pocos Grangel quedaron en la ciudad que lucharan de tu mismo lado.

Aquellos aullidos te sorprendían en esa noche, pues el contacto con los bosques se había perdido ahora que no tenías la protección del amigo de los licántropos. Saliste del cuarto en busca de las ventanas del edifcio. Sentías que la luna brillaba demasiado fuerte. Incluso les habían arrancado el sueño a los pájaros que volaban desorientados y confundidos por el oscuro cielo nublado, el batir de sus alas reflejaba el miedo, volabana aterrados huyendo hacia ninguna parte, pues parecía que ningún lado era seguro para ellos. Conocías esa sensación y comenzó a apoderarse de ti.

A través del cristal creiste vislumbrar los saltos desesperados de una bestia, no había otra explicación que explciara aquellos movimientos tan instintivos, carentes de razocinio. Se alejó tan deprisa sobre los tejados que apenas pudiste reaccionar. ¿Qué habrá pasado? Era todo lo que rondaba en tu cabeza y entonces llegó de nuevo ese olor.

Casi echabas de menos la visita de aquel desagradable sujeto, era el precio que tenías que pagar por la protección del clan más siniestro de la Camarilla. Ese insoportable olor... era la forma que aquel vampiro se presentaba ante ti, incluso llegaste a pensar que tenía control sobre aquella nauseabunda fragancia. Te saludó asomado desde el umbral de la puerta. Buenasss nochesss David. Ahora además tambien eras capaz de escuchar el rudio de sus labios vibrar a cada palabra que exhalaba, serpenteando a una frecuencia que conseguía atravesarte los tímpanos. Essstán agitadosss ¿verdad? Un extraño sonido recorrió su garganta para aclararla, aunque no conseguiste identificar en qué dirección procuraba enviar aquella... cosa. Han cruzado el puente... ten cuidado esssta noche. Te veré pronto, jsjsjsjsjs. Casi nunca habías mantenido con él una conversación tan larga, algo que llegó a preocuparte demasiado.

Apartándose del umbral de la puerta desaparecia todo lo que había llegado con él. Los sonidos, los olores... todo. Sólo quedaba el hermoso brillo de la luna.

Me asomo por la ventana para intentar localizar algun ave nocturna, para averiguar que es lo que esta sucediendo.Utilizo la llamada para que algun animal responda. Solo una respuesta necesito saber, ¿estan cerca?

Tantos aves nocturnas como diurnas se encontraban agitadas en vuelo, contagiándose su pánico mientras se iban dispersando en grupos familiares diferenciados, aquel cielo parecía hacia haberse convertido en un mar repleto de bancos de peces. Aunque la visión de aquella ventana no te permitía saber dónde se encontraban, aquel mensaje te recordó a las viejas incursiones del Sabbat. Aquel puente insignia siempre hacia de muro entre el cercano centro de la ciudad, y aquellos barrios del norte arropados en la penumbra.

Tirada

Un cuervo enloquecido fue a parar a tu ventana y comenzó a picotearla desesperado. El cristal llegó a agrietarse pero no cedió. El cuervo dolorido descansó sobre le zócalo donde sus graznidos se hacían más intentsos y aterradores. No atendía arazones y podías notar de la histeria que la sangre y la furia habían provocado en él. Sin duda algo terrible había sucedido como para arañar la mente de aquellos pequeños animales.

Los disparos de algunos subfusiles cargaron de pánico el norte de la ciudad. Algún insensato había buscado fortuna tras el límite del yugo del principado, recordándote a los aventureros que cayeron bajo el Sabbat en ese mismo lugar. Al menos era eso lo que podía venirte a la cabeza tras escuchar los aullidos, aunque para tu desgracia no se trataba del Sabbat, sabías que en el fondo está vez eran hermanos del clan.

Me dirijo hacia donde creo que proviene todo el altercado, en busca sobre todo de información intentando pasar un poco inadvertido. Solo pretendo saber que ocurre, pero si hay que entrar en acción....no quiero decepcionar a nadie....habra que ponerse de uñas. Me acerco todo lo posible sin ser visto, el factor sorpresa es importante.

Necesitaste más pasos de los que tu oído pensaba que se requerían. Tras un largo paseo en el que te movías veloz, llegaste a una encrucijada donde un coche en llamas intimidó tu marcha. Aún quedaban algunos metros para llegar, pero ya entonces tu preferencia era saltar aquel ardiente y peligroso obstáculo y rodear aquellas calles para ver que había ocurrido. Durante aquella vuelta se apreciaban las sirenas de algunos servicios de emergencia aproximándose en la ahora callada noche. Apresuraste tu marcha hasta que aquellos gritos llamaron tu atención.

Parecían radicales alborotando el lugar, pero algo más siniestro se urdía en aquella manzana. Estabas tan cerca del puente que casi preferías volver al seguro centro de la ciudad, pero tu curiosidad aún no había sido alimentada. Al asomarte por una de las esquinas viste algunos nenoatos sin lugar a dudas, cuya bestia había dominado todo su ser. Acaban de desangrar a un par de peatones inocentes, pues las heridas de bala eran apreciables por todo el cuerpo de aquellos descontrolados chiquillos y necesitaban regenerarse. Viste otro vehículo sumido en disparos de pequeños fusiles de asalto que descansaban inutilizados en el suelo. Fue entonces cuando te diste cuenta de las garras de aquellos chiquillos, tan familiares, tan aterradoras. Escabulléndote de nuevo en la esquina de la calle para evitar ser detectado.

Sumidos en el éxtasis escuchaste el sonido de las balas al caer al suelo acompañado de las carcajadas de aquellas viles criaturas aún sedientas de sangre. Saltaron en uno de los coches aparcados y comenzaron a buscar con sus sentidos la siguiente vícitma que lograra saciarlos. Por tu parte, estabas más centrado en un extraño sonido que aumentaba por momentos. Era demasiado familiar, sabías que varios coches a gran velocidad cruzaban cerca de aquellas calles, pero algo más siniestro te traía el viento además del simple ruido de los motores.

Intento centrar mis sentidos en aquel ruido y alejarme sigilisamente de las bestias que tengo al frente, sin darles la espalda.

El joven Gangrel cruzaba la calle buscando acercarse a un lugar más cómodo donde seguir su exploración. Sus ojos estaban tan pendientes de aquellas peligrosas garras que su propia sombra le adviritió de lo peor. Al darse la vuelta las luces de un gran coche que giraba a gran velocidad por la esquina contraria se acercaban hacia el descuidado vástago. Quedaban pocos segundos para reaccionar mientras las ruedas gritaban el quejido de frenar sobre el duro asfalto.

Naturalmente aquellos descontrolados vampiros advirtieron de aquel suceso y comenzaron la carrera siguiendo los intintos más bestiales.

[Pasas a la escena: Preludio: Los cachorros saludan]