No hay mejor lugar para vivir en esta ciudad que a las afueras junto a lo que antiguamente era el refugio de Diego, primogenito Gangrel que ya marchó de la ciudad.
Un ático casi a las afueras de la ciudad, lo más cerca posible de su anhelado bosque, desde su terraza puede seguir oyendo en las noches más tranquilas a los animales nocturnos y sigue estando en contacto con las aves que pasan cerca de las ventanas. Guada en un armario un rifle de precisión para sobre todo vigilar ese bosque del que aún espera que vuelvan sus semejantes los cuales añora, ya no tiene quien de la cara por el en la ciudad. Su terrario iluminado es el único atisbo de luz que tiene en la habitación, las vistas aun lado de los vestigios de la que antaño fue una ciudad emergente de clase y poder, algo que se hecha de menos, y al otro lado aquellos parajes naturales. Sigue dando sus paseos por la naturaleza llevando siempre su todoterreno un Volswagen Tuareg, aunque le encanta caminar sabe de los peligros que le aguardan en esos paseos y una rapida escapatoria nunca está de más.