- ¿De confianza? ¡Naturalmente que es de confianza!
¡Tiene una confianza en si misma más allá de cualquier límite!
- ¿De confianza? En este tipo de puertos espaciales no me fiaba yo ni de mi augusto padre ...
De confianza dice ... hay que joderse ...
Arnold, relájate, maldita sea. Nadie va a intentar capturarte si no te reconocen, pero si sigues mirando así a esta gente te vas a meter en problemas. Y no me gustan los problemas. ¿Está claro?.
- Creo que las armas están haciéndote mal a la cabeza, Arnold - dice Sabana, en voz demasiado clara para ser tan baja como la pone. Sólo la oyen los hombres que están a su alrededor - Además, créeme, con esta actitud estás pasando muy desapercibido.
Se inclina hacia atrás, dejándole el asunto a Marcus, si quiere continuar. Ella mira a Alan, y niega.
- Omitamos las 'garantías de confianza' de tu conocida. Pasemos a la importancia de su información. ¿Qué podemos esperar de ella? - antes que Alan sacara un sarcasmo de bajo la manga, Sabana sonríe a medias - Me refiero a tipo de trabajo. Por lo otro, ha quedado claro que cualquier cosa.
- Pues puedes imaginarte, transportar un cargamento de hígados "ligeramente defectuosos" a alguna base hospitalaria de tercera categoría de la región minera de Oort, o quizá un par de centenares de desintegradores moleculares a los Protectores de Touareg II para que sofoquen las rebeliones de las gentes de las dunas por la vía expeditiva, o quizá ... vaya usted a saber.
Desde luego no creo que no encarguen que nos quedemos orbitando Paraiso VI para que nos inspiremos y compongamos una Oda a la Primavera que luego firme ella para alcanzar la fama que se merece y el Universo le ha negado como poetisa del más alto nivel ...
Mañana lo sabremos, siempre podremos negarnos ¿No?
...
¿No?
- No me imaginaba que entre tus amistades figurara una aspirante a poetisa - Sabana apoya el mentón sobre la palma de la mano, dejando el codo sobre la mesa. Las cejas arqueadas y los ojos a medio cerrar dan el sentido exacto a la frase que su tono, cotidiano, no parece haber querido decir - Mientras no comprometa la reputación de nuestro nombre para luego conseguir más trabajos, sí. Creo que aún nos queda facultad de negar ciertas cosas.
Hace una pausa. Sus ojos grises hacen un recorrido breve alrededor del lugar, escaneando la situación.
- Si ya han visitado a todas tus amistades del lugar, creo que la situación no funciona para que nos quedemos más tiempo.
Evita mirar a Arnold, pero los demás la conocen: saben perfectamente a qué se está refiriendo. Entonces, Sabana mira a Hal, esperando su respuesta, dado que él se había pronunciado sobre un contacto masculino que evidentemente no era aquella mujer de la barra. Cuantas más opciones para elegir, más fácil sería rechazar.
Bueno, intentaré relajarme un rato, pero voy a ver si encuentro a alguien por aquí a quien conozca... quizás obtengamos otro trabajo y podamos elegir cual nos conviene más... esperadme en la nave, mi contacto no se deja ver por desconocidos.
tras esas palabras, Arnold se levantó y salió del lugar con paso firme, aun creía recordar donde encontrar a Hirem, al menos donde estaba la ultima vez, asi que sin esperar respuesta salió de la taberna espacial y se dirigió hacia los lugares que frecuentaba Petrus.
Alan sonríe al ver salir del local a Arnold ...
- ¡Vaya! Me temo que nos acabamos de quedar sin guardaespaldas ...
(Melodramáticamente y alzando los brazos al Cielo)
- ¡Qué será de nosotros ahora!
Marcus miró no sin cierta preocupación a Arnold mientras abandonaba el local. Al escuchar los comentarios de Alan, contestó: Cualquiera diría que el que necesita un guardaespaldas es él. Al menos alguien que evite que se líe a tiros con el primero que le mire mal. Es muy nervioso.
Por fin, negó con la cabeza, olvidando el asunto.
¿Que hacemos ahora? ¿Tomamos una última ronda antes de volver a la nave?
- Te pasas, Alan - el tono de Sabana era serio; pero la seriedad se destruía en la media sonrisa que no se había ido de sus labios - Te pasas.
Ella miraba hacia el lugar donde había desaparecido Arnold. Aquello había sido lo único que faltaba; luego tendría que ajustar las tuercas de ese engranaje. No podía ser que aquel se fuera de esa manera, no sólo sin preguntar nada, si no al borde del tiroteo con cualquiera. No estaban en la nave, y por tanto, Sabana ya no era su capitana: pero al menos, una pregunta no le hubiera caído mal.
- Hal mencionó algo sobre un hombre - dijo, volviendo a apoyar el mentón sobre su mano - Quizás quiera ver algo de eso. Por mí, después de esto, definitivamente necesito otra ronda.
Arnold había entrado de mal humor en el local y al salir se le había agriado todavía más. Las calles de Samarkand, siempre peligrosas por esos barrios, parecían ahora aun más amenazantes que de costumbre.
Echó a andar con paso decidido palpando la pistola en su funda, por si acaso.
¿A dónde vas? :)
Arnold caminó buscando el lugar donde solía reunirse con su contacto, la pistola, floja en la funda, los dientes apretados, ojo avizor a todo lo que supusiese una amenaza...
Máster, como jugador no lo se, pero seguramente habrá un lugar de "reunión" para gente "invisible" un cable, please :)
Mis disculpas :) No tenía claro si te había dado la información o era de tu cosecha jejeje. No hubo mucha suerte previamente con los jugadores y me olvido de que no tengo que daroslo todo masticadito :)
Posteo luego y seguimos adelante.
La última ronda transcurrió sin incidentes destacables. Alan siguió con su habitual cáustico sentido del humor, que tan poco apropiado había resultado en algunas ocasiones, y los demás bebieron más o menos tranquilamente. Aunque estaban fuera de la Tranquility, de alguna forma daban por sentado que Sabana sabría poner orden si la situación lo requería.
Después de pagar, salieron del local al aire ligeramente menos contaminado del exterior con los estómagos llenos y los ánimos levantados. Había sido un día provechoso y con suerte el siguiente sería todavía mejor.
Caminaron juntos hasta el espaciopuerto, charlando sobre banalidades y divirtiéndose. Tenían que aprovechar esos momentos porque no siempre soplaba el viento en la dirección que ellos querían.
Si a todos os parece bien pasamos a la siguiente escena, a la mañana siguiente de vuelta en la Tranquility. Si alguien quiere irse de juerga por la noche que avise :P
Arnold se dirigió al lugar que solía frecuentar Petrus cuando estaba disponible en Samarkand. El contacto, natural de Istakhr, conocía bien el sistema y tenía orejas grandes, cosa que Arnold agradecía a menudo.
Abandonó el barrio más pobre donde se encontraba en aquel momento y dió un largo paseo hasta uno de los suburbios, Nandor. Allí se guió más por intuición que por memoria, puesto que hacía tiempo que no recorría esas calles, pero finalmente encontró lo que buscaba.
El local en cuestión se llamaba El Paso de Nandor, popularmente conocido como la Fábrica y era, de hecho, una fábrica reformada en sitio de fiestas. Pidió su bebida y preguntó en la barra por Petrus, recibiendo una negativa por respuesta.
Yo por mis partes me gustaria irme de juerga. Aunque reconozco que ya hemos dejado mucho tiempo solo al pobre Doctor. Así que se pudiera jugar a parte.
Aprovecho para comunicar que mi mudanza no va mal del todo pero es probable que baje un poco el ritmo.
Bueno, creo que la situación daría para continuar la juerga, pero si no hay quórum, Sabana se vuelve a la nave :P
Venga, hombre... seguro que Petrus estará ansioso de ver a un viejo amigo, además estarás favoreciendo a gente muy importante...
Tras esas palabras, pronuncio, algunos murmullos en carroñero, procurando que solo el camarero las oiga, y pueda intuir que no soy un don nadie.
-Lo siento, amigo -respondió el hombre-. Estaba por aquí pero se ha marchado. No creo que vuelva hasta mañana. Puedo dejarle un mensaje, ¿quién le busca?
El barman miraba con curiosidad a Arnold mientras secaba un par de vasos de plástico con un estropajo sucio. Sería mejor no pedir bebida en ese lugar...
Arnold le pidió al barman un trozo de papel y algo para escribir, y le dejó una rápida nota codificada a Petrus, simplemente le ponía una hora y un lugar que ambos y solo ellos conocían bien, firmaba con AB, y tras escribir la nota, le dijo, al barman:
Esto es para entregárselo solo a Petrus, a nadie más, no la abras ni la leas, solo entregasela, créeme, la gente para la que trabajo sabe recompensar muy bien a quienes les favorecen, pero castigan implacablemente a quienes les traicionan...
después de eso, le tendió un billete al Barman, para disipar las dudas que este último aún tuviese, y con una trova sonrisa se despidió abandonando el lugar...
Máster a tu discreción dejo hora y lugar, en caso de que quiera verme, para que lo puedas hilar bien con tu trama.
Ok, cita en el mismo lugar para la noche siguiente. ¿A donde vas ahora? :)