Continuo en mi posición de descanso,pero continuo con los sentidos alertas por si acaso...
No quiero que me sorprendan de nuevo.....esta falta de seguridad......
Sip, no encontraste nada fuera de lugar.
Tras hacer su ronda por la nave, el primer oficial volvió al comedor donde la reunión aún continuaba. Mientras se dirigía hacia la cafetera dijo, a nadie en particular: Todo está en orden.
Tras coger una taza de café, intercambió una mirada con Arnold. Para alguien que no lo conociese, podría parecer una mirada de reproche por algo, pero para los tripulantes de la Tranquility, que llevaban tiempo conviviendo con él, sabían que era una mirada de preocupación, y lanzársela a Arnold significaba más bien Estate alerta, algo no va bien.
No es que Arnold necesitase advertencias así...
Luego se apoyó contra la pared con su segunda taza de café de la mañana en la mano, esperando que se tomase una decisión mientras se perdía en sus propios pensamientos.
Todo está en orden, no han violado la seguridad. Diablos, nuestra seguridad es una mierda. La culpa es mía, por supuesto. Debería...
Un levísimo movimiento de cabeza, imperceptible para los no tripulantes de la nave, contesta a las palabras que Marcus dirige a nadie particular. Sin perder el semblante, los dedos de Sabana en sus caderas se mueven como si estuviera tecleando algo de memoria. Pasa con sus ojos de Alan a la invitada, y no los aparta. Así, de pronto, se da cuenta que algo de todo eso no le agrada. No porque no hubieran hecho eso antes, en parecidas o iguales condiciones: hay algo distinto. Hay algún detalle tocando la puerta de su conciencia, y no logra saber qué es.
Entonces, a pesar que parece toda medida y producto de un razonamiento lógico, reacciona instintivamente.
- Si nadie tiene nada más que decir - hace una pausa ligera como, efectivamente, una última oportunidad - Sólo queda que nos proveas las coordenadas.
Chani sacó un pequeño disco metálico del bolsillo de su chaqueta y lo depositó encima de la mesa. El movimiento fue natural y sin sofisticados y teatrales adornos.
-Dentro de 16 horas parte un convoy hacia el portal de salto de Malignatus. Se trata de una decena de naves de carga de tamaño medio con artículos de lujo para el Duque Sander Decados, alguien influyente en su zona. Mi cliente se las ha arreglado para que una nave más realice el salto con el convoy: la vuestra.
Se detuvo un segundo, dando opción a que alguien pusiera algún inconveniente, pero continuó sin más al ver que todos escuchaban.
-La idea es simple: despegar con el convoy y acelerar hasta el portal de salto. Ahí se hará el salto sincronizado y, una vez al otro lado, maniobrar con el resto del convoy y poner rumbo a Malignatus. Una vez lleguéis ahí tendréis que separaros del convoy y dirigiros a las coordenadas que se indican... aquí -dio un golpecito con la uña en el disco metálico-. Hay seis días de viaje hasta el portal de salto y otros tantos hasta Malignatus. Mi cliente estará esperando en el punto de encuentro con el dinero. Menos mi parte, claro.
Se recostó una vez más y cogió la taza de café una vez más, desafiante. Dio un par de sorbos mientras esperaba las preguntas que tuvieran que hacer.
- ¿Y cuánto es tu parte? - preguntó Sabana, sin cambiar un ápice su posición: parecía haber dejado de considerar como importante que la invitada tuviera gestos desafiantes dentro de su nave - Y cuéntame algo más, ahora que estamos en la marcha.
Sacó las manos de sus caderas, y llevó una al cierre de su chaqueta. La abrió hasta el nacimiento de su pecho, aflojando la tensión de las telas, y dejando ver debajo el negro espacial de lo que parecía una camiseta de duelo. Sus ojos grises continuaban mirando a la invitada, y la suave sonrisa había quedado estampada en sus labios, perpetua, como si ya no fuera a sacarla. Como si nada de lo que le dijera aquella mujer pudiera quitársela.
- Estas naves de las que hablas, que cargan los artículos de lujo, ¿qué seguridad tienen? ¿Seremos parte del convoy como una nave más del grupo de carga, o estaremos identificados como nave aparte? - la voz de Sabana era firme, incisiva, pero había bajado un par de escalas; los de su nave ya le habían oído esa variación antes - ¿Cuentan con seguridad las otras naves, o ellas mismas se procurarán lo que necesiten? ¿El conjunto tiene un capitán, o son todas naves independientes? Ah, y no menos importante - con la misma tranquilidad, Sabana se quitó el pelo de los hombros y lo pasó hacia atrás, dejándolo caer por su espalda en un movimiento ágil - Si hay alguna parte de este cargamento en cuestión que merezca trato prioritario, es mejor que me lo digas ahora. Y si hay algo que estés omitiendo, también es mejor que lo digas.
Bueno, si quieres ver el "Encanto" de Sabana por eso eso hace algún efecto... Adelante XD
-Mi parte es la habitual, diez por ciento -dijo Chani humedeciéndose los labios-. Respondiéndo al resto de tus preguntas... ignoro la seguridad de las demás naves y seréis parte del convoy. El comandante Gaelk tiene el mando del convoy, un ex-militar bastante imponente tengo entendido.
Dirigió una mirada interrogativa a Sabana, confusa por las equívocas señales que el lenguaje corporal de la capitana estaba enviándole.
-En cuanto a la supuesta idea de que os oculto cosas, debo decir que me halagas pero las sospechas son infundadas. Yo solo soy una intermediaria. Si no os gusta el trato buscaré otra nave, estoy aquí haciéndole un favor personal a Alan.
Consultó su reloj de pulsera con evidente impaciencia y dejó la taza de café sobre la mesa.
-Deberíais tomar una decisión pronto, si no os gusta el plan tendré que ir a pastos más verdes.
Sabana sonrió ampliamente.
- Creí que había quedado claro que sí aceptábamos.
Se inclinó sobre la mesa, y tomó el disco metálico con un movimiento diestro. Lo sostuvo a cierta altura de sus ojos, pero no lo miró: continuó observando a la invitada. Después miró a los demás, detuvo un momento su mirada en Alan, y le dio una vuelta al disco entre sus dedos.
- Te contactaremos cuando se haya terminado. Si se te ofrece algo en el transcurso, a pesar de que eres sólo una intermediaria, sabes cómo contactarnos. Privilegio de ser amigo de nuestros amigos.
Tras esas palabras, Sabana bajo el disco hasta la altura de su cadera, y esperó verla marchar.
-No será necesario que contactéis conmigo -respondió Chani levantándose-. Si todo va bien recibiré el dinero después de que entreguéis la mercancía. Y si algo va mal... bueno, no creo que vaya mal.
Le lanzó un beso a Alan y le guiñó el ojo antes de darse la vuelta y echar a andar hacia la salida.
-No os molestéis, conozco la salida. Suerte a todos.
- Gracias guapa, hasta la próxima.
Cuando veo que se levanta la invitada,me separo de la pared al lado de la puerta,en la que estoy apoyado y con mi mano sutilmente cerca de mi pistola,sin darle mayor importancia al hecho de que este allí,y con una sutil sonrisa nada calurosa me dirijo hacia ella.....
Permitame acompañarla,aunque ya sabemos que conoce el camino,solo es cortesía de esta nave,que uno de sus integrantes vele por su seguridad en el transcurso de su estancia,y ya que el café lo ha tomado,jejejeje,pues que no se nos pierda por ella,y de verdad que no es ninguna molestia,solo un gesto de buena voluntad de nuestra parte....
Miro a la capitana en un silencioso mensaje de mutuo entendimiento,no me gusta que nadie de fuera de la nave deambule por ella,ya llego hasta nosotros sin ser detectada y eso no ha de volver a suceder.....
La acompaño hasta fuera de la nave,me despido amablemente de ella y vuelvo a la sala comedor,para ver los preparativos que allí se decidan.....
Los ojos de Sabana se cruzan con los de Arnold, y asienten. Deja que aquel se haga cargo de la situación mientras que la invitada se retira. Espera a que los pasos resuenen cada vez menos, se vayan apagando los ecos, y gira hacia Alan con las cejas arqueadas.
- Te las buscas, Alan... Te las buscas.
Luego, su gesto se contrae ligeramente cuando se da vuelta hacia Marcus.
- ¿Qué ha sido esto, Marcus? ¿Cómo podemos permitir que una persona se aparezca aquí dentro sin que nada ni nadie la detecte? - su voz suena a mitad de camino entre un reproche y una preocupación sincera. La voz de mando que, a la vez, reconoce como su responsabilidad que aquello no se haya hecho como debía hacerse - Tendrás que revisar todos los sistemas de seguridad que comandas, porque esto no debe volver a pasar. Hoy fue la enamorada de Alan, mañana puede ser alguien que no le quiera tanto, y nos veamos en la necesidad de disparar por nuestras vidas y tener que celebrar el primer cadáver enemigo muerto en el comedor.
Hace una pausa, dejando allí todo lo que tiene para decir. Confía en Marcus: no necesita decirle nada más. Se dirige, entonces, al resto en general.
- ¿Alguien sabe del comandante Gaelk? Hay que trazar un reporte de la zona, posibles conflictos más allá de los del convoy mismo... Está todo bien preparado para un salto, ¿verdad? - esta vez, se dirige al que pilotea.
Alan sonríe con picardía pero no hace comentario alguno.
El oficial Jaqs aguantó la "reprimenda" sin decir una palabra, apretando los dientes. Estaba furioso. Furioso consigo mismo por permitir que semejante situación llegase a producirse. Revisaría toda la seguridad de la nave de forma minuciosa a la primera oportunidad. La nave no era ninguna maravilla y no disponían de demasiados recursos para mejorar la seguridad, pero eso no era excusa...
Cuando la capitana cambió de tema, dirigiéndose a la tripulación en general, Marcus ya estaba preparando un esquema mental con las medidas a tomar la respecto de la seguridad.