Os sentís como en otra dimensión, sin duda es un sueño...
Un orco amigable se os acerca por detrás, con un delantalito.
- ¿Qué queréis para tomar?
Desde la dimensión medio irreal, el orco amigable os saluda y os dice:
- Ah, y feliz año nuevo a todos.
Miré a la criatura con desdén.
-"Ponme un vino especiado, y nada de aguachirri." Dije seriamente.
- Enseguida le sirvo, señorita, pero antes, ¿qué tal les va la partida? ¿Se divierten?
- No tengan miedo de mi. Adivino lo que piensan. Pero yo soy un ogro amigable. Desde muy pequeño fuí criado por humanos y ellos apaciguaron mi carácter naturalmente violento que suele ser de mi raza. Hasta soy medio vegetariano. - Sonrie. No miente.
Esta escena está para hablar con calma, si se quiere... ;-)
- Cerveza de barril y unas manzanas asadas. -
Vamos a llenar el buche, mientras se hacen las compras.
- ¿Las manzanas asadas, con miel o con licor? - pregunta el orco.
- Con miel, por supuesto. - No es tiempo para andar a licores, ya habría tiempo para eso.
- Vuelvo pronto - respondió el Orco Bueno.
"Disculpe, buen amigo. Me podria servir un poco de hydromiel? Sino, pongame un poco de ese vino que le ha puesto a mi compañera."
Dijo Balafor dirigiendose al orco que se hayaba alli con ellos.
Hola, me ha pedido el master que os diga que estará fuera hasta este viernes por vacaciones.
Ya estoy de vuelta. Gracias, Sir Tarlan.
El orco bueno le pasa una jarra de hidromiel a Balafor con un vaso vacío y se vuelve hacia la cocina al menos de momento.
El Orco Bueno vuelve de la cocina y dice:
- No temáis que este es un mundo irreal... ¿A alguien le gustaría echarse un pulso conmigo? Apuesto dos monedas de oro, con esto me conformo; si ganas, las recibirás en el mundo real; si pierdes, te desaparecerán del mundo real mismo. ¿O tenéis miedo?
Supongo que sabéis lo que es un pulso: que dos personas hagan fuerza con su brazo respectivo y, quien haga que el otro ponga por la fuerza (nunca mejor dicho) la mano sobre la mesa, ha ganado.
El orco bueno suspira:
- Parece que nadie quiere echarse un pulso conmigo... bueno, me voy a la cocina un rato. Avisadme si queréis algo de comer o de beber.
Y se va poco a poco en dirección a la cocina, llevándose la bandeja, sin prisas...
- No, nada de pulsos, soy un hombre débil físicamente, ni aún a jarras de cervezas. -
- Pues vaya héroes que estáis hechos... - dice el orco bueno sin girarse con expresión más de aburrimiento que de burla y, sin detener ni acelerar su paso, sigue su rumbo hacia la cocina...
Balfor sabia que un pulso contra el |Orco era una derrota segura.
-La verdad, es que no me entusiasman los pulsos, maese Orco. Sin embargo, soy batsante bueno con los juegos mentales y los acertijos. Pongame a prueba, si quiere.