Escena de prólogo de Lucius Magnaster y Kain.
Lucius, el sacerdote, regresa de un corto viaje a Damacria. Allí se siente a gusto. Todos respetan la firme ley de Dios, y apenas hay herejes. Por su puesto su santidad le ha recibo como merece. Pero antes de despedirse le aconseja que tenga como priordad la fé de todos los habitantes de Avalzadar, y que por supuesto apoye todo lo que pueda influir en ello.
Tus pasos te han conducido hasta Damacria, la ciudad divina. Aquí todos siguen las leyes demasiado al pie de la letra, como maquinarias y relojes.
Lo primero que haces es buscar un oficio o trabajo que te permita adelantar. Pronto encuentras a un sacerdote que busca una comitiva que le ayudae llegar a la ciudad de Avazaldar. Has oido que es un lugar hermoso. Posiblemente la ciudad más rica del mundo. Así que te apuntas.
Lucius, contrata un grupo que le escolte hasta la capital. Los caminos suelen ser peligrosos. Entre el grupo, se distingue un joven, que es evidente que no es de esta parte del mundo. Además te percatas que apezar de sus maneras bruscas de explorador, tiene modales nobles.
Los días avenazan lentamente, y aún faltarán unos tres días más, para llegar. Cae la noche, y se detienen. Los caballos se amarran, y el carruaje se acomoda entre los árboles al pie del camino.
Pasaremos la noche aqui señor? le digo a Lucius mientras saco de entre mis pertenencias un poco de pan sin levadura... quiere? le ofresco un pan mientras me acerco a acomodar el carruaje...
Si, joven Kain, espero que pasemos una velada tranquila este dia y es muy noble de tu parte brindarle algo de comer a este anciona, Hehe - Rei con voz un tanto ronca aceptando el pan que le ofrecia Kain - Dios bendiga este bocado que me has ofrecido - Da una mordida al pan, reposa un momento e intenta entablar una conversacion - Pensar que un emisario de nuestro Señor necesita ser escoltado entre reinos, es una pena el peligro que se asoma ultimamente por todos estos lugares, eso sumado a la lista de quehaceres de quien sera nuestro nuevo soberano - Meditando seriamente sobre el asunto, y prosiguiendo su bocado.
es cierto... respondo... sentandome al pie de un arbol que me sirve de respaldo... al parecer las fuerzas del mal han desatado su furia y atentan otra vez contra la vida de los habitantes de estos reinos... quedo un momento pensativo... aunque no se bien quien sera el nuevo soberano... seria mucha molestia pedirle a usted que me contara señor Lucius?? quedo en silencio esperando la respuesta...
No es ninguna molestia, al fin y al cabo te daras cuentas de las malas lenguas de la misma capital - Digo resoplando a lo ultimo, manteniendome de pie con el pan en las manos - Nuestro Rey, aquel que ha mantenido la paz durante tanto tiempo se acerca a que nuestro Señor* lo lleve en brazos, sus años se hacen notar y su partida sera una gran herida para todos aquellos que le conceden respeto, pero se encuentra en buenas manos y pasara a una mejor vida, asi pues, un heredero debe ser seleccionado, nuestro reino necesita un Rey, y debido a la ausencia de su primogenito, el Concejo se reunira para discutir junto al Rey sobre quien le sucedera en el trono manteniendo el compromiso de continuar con la paz y la prosperidad del reino y seguir los pasos de nuestro Creador* - Termino de resumir la situacion, dando de nuevo una mordida al bocado ofrecido.
-Palabra-* = Dios
entiendo... digo, mientras mi mirada se pierde en la hierba que esta debajo de mi... asi que por fin ese rey maldito y corrupto se va a morir... ya era hora... se lo tiene merecido por todas las penurias que le a hecho pasar a la gente de otros reinos... saco un pequeño odre de agua y le doy un trago... quiere agua señor Lucius?
perdon pero mi ritmo de posteo no sera muy alto... ya que no tengo internet en casa y para conectarme tendre que ir a un cyber... T____T
No he interferido, pues me parece que la conversación que tiene es perfecta para que se conozcan.
La noche avanza y ya las estrellas se ven con claridad y ambas lunas compiten por su claridad en el cielo. La fogata provee un poco de calor y claridad. Las Guardias están repartidas y varios de los soldados de la escolta reposan. Lucius se retira también a su carromato.
Sólo Kain queda despierto en la noche. Parece que su turno va a pasar sin problemas cuando le parece percibir un ruido ligero que viene de entre el bosque.
La noche parecia tranquila... la luz de la fogata iluminaba levemente mi rostro... de pronto un pequeño ruido rompe por un momento el silencio de la noche... pero... que fue eso? me levanto de mi lugar de guardia y comienzo a caminar agazapado hacia donde me parecio escuchar el ruido... quien sea que esté ahi no sabe con quien se metio... pienso mientras continuo avanzando...
Kain se asoma entre la maleza, va con sigilo tratando de no hacerse ver, buscando en el sentido del ruido. Al final encunetras otra camino, que probablemente se cruce con el de ustedes más alante. POr él caminan un anciano, y un joven adolescente. El ancaino va apoyandose de su cayado, y el chico trata de seguir su paso.
alto! quienes son ustedes y que hacen por aca? pregunto sin darme a conocer y aun escondido entre los arboles y malesa...
Ante las asperas palabras, el viejo se detiene y detiene con un gesto al muchacho. Fija su vista en el arbusto de donde ha salido la voz y responde con voz cascada por la edad.
Solo es un anciano que se dirige a la capital, acompañado de un valiente joven que no me dejo recorrer solo este peligroso camino. ¿Puedo saber con quien hablo?
Me parece que lo que decía es cierto. No tienes valores en las habilidades, pero es algo que ya subsane. Ahora en otro post te los pongo.
Despiertas de repente en la noche. Quizás es falta de sueño, o el viaje te pone incómodo. Das una pequeña vuelta y encuentras a todos los soldados dormidos. No encuetras a Kain. AL parecer se ha alejado del campamento.
Después de varios minutos de conversación Kain descubre que se trata de Usicias y su joven aprendiz, que vijaban por una camino cercano desde los bosques del norte. Por findeciden unirse a su grupo pues su camino es el mismo, y ahora viajarán con más seguridad.
Usicias, lo conoces del consejo. Es un anciano callado y sabio. En ocaciones habeís discutido y en otros coincidido. Sabes que se preocupa por el bienestar del pueblo, pero además protege a los suyos y su privacidad en el bosque. Realmente lo que te incomoda es que sigue una tradición druídica de la cual no estás muy contento, pero en general no te desagrada.
El grupo continúa el camino sin más percances, y poco a poco se acercaron a la capital. Desde lo lejos su visión es imponente. Altas torres y campanarios de iglesias todos como si retaran al cielo.
Al entrar a la ciudad, las calles se descubren mundanas. La suciedad corre por ellas como agua corriente. Mercaderes pregonan, mujeres caminan con cestas y vasijas a la cabeza. Las casas son de maderas y pajas y las más notables tiene una segunda planta. Hay varias tabernas por las pasan cerca.
Luego su camino se torna en una avenida central: Se ve que es el área donde viven los nobles. Al final del camino se alza majestoso el palacio. Sus paredes parecen de mármol o marfil y su lujo puede dejar boquiabierto al que lo ve por primera vez.
Fin de la escena, enseguida abro otra para cada uno de ustedes.