Su camino continúan unos días. Primero atraviesan entre los bosques hasta que desembocan junto a una colina. Luego suben por un camino que conoce el guía. EL andar es lento, por la colección de reos que traen a cuestas.
Pero al fin el viaje rinde frutos. Llegan hasta un castillo rodeado por una muralla. El aire es frío, quizás por las latitudes, quizás por la altura. El horizonte está cubierto de picos helados. Una vez cruzan las murallas, el aire se vuelve cálido.
Fontes hace varios gestos a los soldados y estos se encargan de los bandidos. No se preocupen, tenemos necesidad de esclavos en las minas. Creo que es un castigo adecuado.
Una vez entran en la estancia principal, se encuetra en un salón grande, pero un poco pobre en ornamentos. Les da orientaciones a los criados quienes les conducirán a los aposentos de invitados. Espero verlos para la comida. Antes que se retiren, saca un par de conchas con runas talladas y entrega una a Akil y otra a Usicias. Que su magia sea bienvenida en nuestra casa.
Este es un mensaje especial para ustedes dos nada más. Piensen en alguna idea que sirva para deshacernos de Joseph, Kain y Quentin y que pegue con la historia. Su prescencia es casi nula.
Como excusa podríamos poner, por ejemplo, que los prisioneros se escaparan una noche en su guardia (la de ellos tres) y que al intentar alcanzarlos (mientras los magos se espabilaban y llegaban hasta ellos) resultaron heridos. Ahora se quedarían una temporada en la nueva Alianza para recuperarse.
Otra opción, es que cada uno de nosotros llevara a uno de ellos, en plan pnjs, por aquello de que los magos suelen necesitar de sus compañeros para menesteres más mundanos, para hacer el trabajo duro, para llevarse los golpes por ellos,… XD
Me gusta más esa última opción...y así avanzamos más rápido. Mientras puedes poner en el foro algún post preguntando si alguien quiere unirse asi rellenamos la partida y devolvemos los pjs a otros jugadores.
Mientras más viajan al norte la duración de los días va variando. En esta época del año, amanece más temprano. Para la hora de la comida ya las estrellas se muestran con claridad en el cielo.
La invitación a comer sólo incluye a los magos. Llegan al comedor y encuentran dispuesta una mesa octagonal con una silla a cada lado. Sin embargo sólo hay cinco juegos de cubiertos. Hasta ahora sólo se encuentra el anfitrión. Al cabo de cinco minutos llega una joven muchacha de tez pálida. Su hermosura es evidente y su don estridente. Un poco más tarde llega otro hombre de casi 2 metros de altura y barbas ralas. Su don también es estridente.
Al parecer esta es toda la representación de la alianza que visitan.
Akil saluda a cada uno de sus anfitriones con una correcta reverencia, da gracias por su hospitalidad, así como se presenta el mismo formalmente.
Una vez concluidas las presentaciones, con su último anfitrión, trata de entablar conversación con un tono casual y relajado.
- Es una bella Alianza. Confío en que les serán útiles esos bandidos, en sus minas. ¿Les molestaría mi curiosidad, si les preguntara que material extraen de estas?
Usicias asiente ante las palabras de su compañero y haciendo una graciosa reverencia encorvándose ligeramente como por causa de la edad saluda a los anfitriones mientras agrega.
Es un placer ser recibido ante vosotros, Sodales.-despues mirando a la joven agrega-Su hermosura es envidia de las mismas Hadas hermana.
Mientras la dama. responde con una sonrisa tímida al halago de Usicias, el semigigante carraspea y responde a la pregunta de Akil. Salve, sodales. Soy Ivan Howerf, es placer tenerlos en la Alianza de Visita. Solíamos extraer cobre de nuestras minas, pero el último verano encontramos una veta de plata. Por eso necesitabamos más mano de obra.
Usicias, haz una tirada de Percepción + Conocimiento Faerico.
- Oh, que afortunado descubrimiento entonces. Estoy seguro de que este hallazgo les proporcionará buenos recursos para soportar mejor los duros inviernos de estas latitudes. Brindo por su buena fortuna, sodales – levantando ligeramente su copa en señal de brindis a sus anfitriones – Parece que la providencia les atiende bien a ustedes. Primero con un hallazgo así, y luego dándoles mano de obra para explotar el hallazgo. Sin duda, son ustedes afortunados. – tratando de tirar de sus lenguas con precaución.
Tirada: 1d10(+4)
Motivo: Percepción + Conocimiento Faerico
Resultado: 4(+4)=8
Usicias bebe lentamente de su copa mientras atiende a la interesante conversación que se ha suscitado. Al intervenir su compañero baja la copa y se limpia la barba mientras habla.
¿Pero en que condiciones tienen a sus "obreros" Sodales? No es que quiera abusar de vuestra hospitalidad ni de su sinceridad pero les recuerdo que la esclavitud no está muy bien vista...-dice con su sabia y humilde voz muy lentamente mirando a los presentes-.
La pálida belleza de la muchacha te llama la atención. Hay algo en ella diferente. Hasta que te percatas, que igual que tú tiene sangre faérica. Probablemente la sangre Sidhe, de los altos elfos. Lo que explicaría en parte la belleza innatural.
El mediogigante resopla a punto de responder, cuando el anfitrión carraspea y le interrumpe. Verá, venerable sodal, la actividad principal de la que substiste la comunidad mundana donde nos encontramos siempre ha sido las minas de cobre. Os asegura que sus condiciones son las mejores dentro de nuestras posibilidades. hace una pasua para observarlos, y baja un trago de vino. Sin embargo, al descubrir la nueva veta de plata necesitabamos más manos de obra. Es por eso que los bandidos que han apresados nos resultan tan oportunos. No se preocupen, no se les dará trato de esclavos.
Akil da un trago a su copa, antes de comentar su punto de vista de la situación.
- Está claro que la comunidad mundana se ha visto beneficiada al neutralizar estos bandidos. Por otro lado, sus crímenes bien merecían la pena de muerte, pues pudimos comprobar que eran poco más que bestias salvajes que no dudaban en asesinar y torturar a sus víctimas. – se encoge de hombros – En las minas de nuestros sodales podrán ayudar a compensar sus fechorías. Estoy seguro de que nuestros sodales sabrán tratarlos apropiadamente, para garantizar que su vida no se ve en mayor peligro que el de cualquier otro de sus trabajadores.