Partida Rol por web

Lo último que me esperaba era que Hitomi supiese lo que había sucedido. Con el viaje me había acostumbrado un poco a eso de que hablase y leyese la mente, pero no pensaba que lo hiciese toooooodo el tiempo con tooooooodas las personas. Bueno, al menos parecía que no era alguien desorientada.

Ya cuando íbamos a bajar, mostré una leve sonrisa por la reacción de la niña a mi ofrecimiento de ayudarla. Sin pensarlo mucho, me baje antes que ella y pase su brazo por atrás de mi cuello hasta mi hombro, después la cargué en mis brazos para bajarla de la carreta y dejarla de pie en el suelo, momento en el que mostré otra leve sonrisa. Definitivamente no era alguien que sonreía mucho, pero si era para ayudar a alguien, incluso en lo mas mínimo, me causaba cierta alegría poder hacerlo.

Luego, la chica de cabello y ojos negros bajo del techo, haciendo una pregunta bastante lógica.

-Pues realmente no puedo ayudar con eso. No tengo ni la más remota idea de este lugar, aunque tengo entendido que tiene buena seguridad que va aumentando según te vas adentrando, así que si lo que quieres es que sepan que llegaste... Causa algo de caos, pero que sepas que yo me terminaría apareciendo para detenerte, si los de Academia no lo terminan haciendo, claro.- Comenté pasando a un tono un poco amenazador, colocando la mano sobre el mango de mi espada blanca(la derecha).

Después de explicar mi un tanta mala idea de como llamar la atención, mire al techo del carruaje al... ¿chico? que aun no se bajaba.

-Ocho, ¿tienes alguna idea de si tenemos que presentarnos con alguien?- Le pregunté para después volver a ver a Hitomi. Seguramente ella también podría responder.

Al ver el ambiente general de la zona, decido no hacer nada para llamar la atención. Una chica guapa cerca de un grupo de borrachos hambrientos. Una receta perfecta para el caos. Aunque la clientela ahí era la de esperar, grandes hombres fuertes que emiten un hedor a sudor y alcohol a la par, me desilusiono cuando veo que no hay ningún anuncio en el tablón. Más suerte la próxima vez, pienso mientras me siento en la mesa más cercana.

- Seguramente no tenga mucho tiempo para hablar con vosotros, pero si puedo daros conversación mientras esté aquí- les digo a Luca y a Shael mientras me pongo cómodo en la silla. Espero que pueda tener una conversación tranquila con estos dos individuos.

Mirando de nuevo a la chica que, pacientemente, esperaba a que le dijeran algo Luca dijo:

-¿Cuanto cuesta una jarra de cerveza?

-Una jarra cuesta alrededor de 1 moneda de plata-te dice la chica con rostro serio-Pero si lo que deseas es el contenido en si y no la jarra, te lo puedo dejar en 1 moneda de cobre-dicha la broma, no puede evitar reirse un poco-¿Entiendo que los tres pedis lo mismo?

Hitomi alargó la mano para que Lok la tomase y la ayudase a bajar dándole un simple punto de apoyo... pero el joven le estiró del brazo y la rodeó para cargarla y bajarla en brazos. Claramente algo se había malinterpretado...

<< ! >> ni siquiera fue un mensaje, sino la sorpresa de Hitomi, lo que recibió Lok.

Cuando la dejó en el suelo, la chica estaba totalmente roja. Comprendía que el joven no lo había hecho con mala intención y que las diferencias culturales debían ser grandes... pero...

Uzume bajó de un salto y preguntó a quién deberían dirigirse... y Lok le respondió de una forma muy extraña. Hitomi no supo que pensar de ello, así que se limitó a responder a Uzume.

<< Pregunta a los guardias de la puerta de la siguiente muralla. >> le dijo << Si lo deseas puedo acompañarte. >>

Hitomi agradeció la nueva conversación para poder olvidar la vergüenza y el asalto a su espacio personal que había pasado antes.

Y así, rememorando un viejo dicho de su aldea, Luca recitó:

-Cuando falta Baledí* de lo bueno toma el barril, así que por mi cerveza.

Entonces, obviando que Kalirath había aparecido hace apenas cinco minutos, Luca le habló con la misma familiaridad con la que hablaba a Shael, su amigo de la infancia. (Los mas sabios eruditos siguen investigando día a día que clase de principio esotérico permite a algunas personas como Luca destrozar la distancia que existe entre dos desconocidos con la facilidad de quien aplasta una rosquilleta pero solo realizan esta gesta en momentos que parecen arbitrariamente aleatorios y si verdaderamente estos momentos son aleatorios, es posible que no lo descubran nunca.)

-¿Y que os contáis? ¿Algo nuevo en vuestra vida?

     -...Y para mí otra jarra por favor.- Dice el albino con capucha, levantando la mano a modo de llamada de atención a la camarera.

     Ante la hogareña y familiar situación, dos amigos y un afiliado iban a disponerse a hablar de su vida, de sus aventuras cotidianas y no tan cotidianas. Ojalá esta derive en algo interesante, o que al menos, nuestros aventureros disfruten de la bebida.

    "-¿Y que os contáis? ¿Algo nuevo en vuestra vida?"- pregunta el chico de pelo castaño.

     -Sinceramente Luca, nada en particular.- Responde Shael. -Nada que no pudieses suponer. Entrenar, entrenar, patear algo, entrenar y... ¡Oh! Entrenar- Shael está gesticulando mucho. -Aunque me he vuelto a enganchar a algunas novelas que tenía tiradas por mi cuarto, y ayer sorprendentemente, mi padre me alabó al final del entrenamiento. Solo dijo "Buen trabajo"...- señala con una entonación vocal muy forzada -Pero estoy contento, no se le puede pedir mucho más.

     Después de que Shael mire dos o tres veces a la camarera, no por lujuria, si no por la bebida,siguiendo los pasos de su amigo Luca, vuelve al ciclo genérico de preguntas que haces cuando te encuentras con antiguos amigos.

     - ¿Y que os contáis vosotros?

Ocho bajó del techo del Carruaje cuando esté aparcó en su lugar.

-No hombre, creo que eso no funciona así, o por lo menos en determinados lugares- le abronca a Lok por su idea tan genial, pero que los guardias no entenderían- si queréis presentaros como nuevos ciudadanos, a donde dirigirse es El Castillo, para que os den vuestra tarjeta de residencia y convertiros en habitantes de pleno derecho.- me llevo un dedo a la barbilla- también hay un par de exámenes, para que no se cuele gente que quiere quemar cosas- dice como broma por el malentendido de antes. Yo debo ir para recoger mi tarjeta actualizada.

- Yo no tomaré nada por ahora- le digo a la camarera antes de que salga. Si tengo que beber antes y después de la reunión, mañana no me levantaré de la cama, pienso mientras suelto una leve risa.

Era evidente que mis compañeros se sentían agusto en está situación. Su postura, la manera de hablar, sus comentarios. Todo indicaba que se lo estaban pasando bien. Y eso me agradaba.

- Personalmente, yo estoy muy entusiasmado por comenzar las clases en la Academia y conocer más sobre toda la ciudad y sus zonas. Desde que era pequeño he vivido con mi padre y he entrenado con él, pero hemos decidido darnos un poco de distancia y aprender un poco por nuestra cuenta.- Antes de que malinterpreten, resalto apresuradamente - No penséis mal. Me llevo genial con mi padre, sólo que hemos acordado una pequeña "tregua".-

Iba a responder a Hitomi cuando Ocho se adelanta a corregirla. Le miro durante un segundo, como midiendo cuanta carne se podría sacar para la cena, antes de hablar.

¿Me guías?- pregunto recordando que ha dicho algo antes de hacerme de guía. Sonrío, pero algo en la sonrisa dice que no es "solo" amistosa-. Prometo no ser muy mala.

Hitomi miró a Ocho y asintió.

<< Cierto, podríamos llevarles al castillo. >> expresó su conformidad a la vez que emanaba agradecimiento por la idea de Ocho.

Luego observó a Uzume y le sonrió tímidamente.

<< Claro. Vamos ya... el olor de éste lugar me desagrada. >> respondió a la joven aunque envió el mensaje a todos. Y era cierto, en aquel lugar se apiñaban demasiados animales... y sus excrementos. Así como cargamentos de todo tipo, personas sudorosas del camino y una miriada más de cosas que hacían de la zona una auténtica prueba de resistencia para el olfato.

Hitomi comenzó a caminar tranquilamente en dirección a la muralla. Cada tres pasos suyos eran uno de los demás.

<< Ahora os veo deseosos de terminar con todo antes de descansar, pero después, hasta que se os asigne un lugar en el que vivir, podéis descansar un poco en una de las numerosas posadas y tabernas de la zona... >> mientras decía ésto, imágenes de posadas de distintos estilos culturales fueron pasando por las mentes de sus compañeros << Las hay adaptadas a casi todas las culturas, así que podréis encontrar algo a vuestro gusto. >> propuso mientras andaba por la calle. Tan acostumbrada estaba a conversar mentalmente que ni se giraba al hacerlo.

Se detuvo y señaló una calle.

<< Por allí se encuentra el gremio de aventureros. Pueden ofrecer trabajos para aquellas personas dispuestas y preparadas para el combate. >> les informó antes de continuar el camino. Igual que antes, pudieron visualizar el edificio al que se estaba refiriendo a través del propio mensaje telepático.

Volvió a detenerse un momento y se giró hacia el suroeste. Estuvo quieta unos segundos y continuó caminando, aunque ahora a un paso algo más ligero.

La reacción de Hitomi no se me olvidaría en muuuucho tiempo: Simplemente cómico de ver.

Al parecer mi idea de llamar la atención no era correcta, lo que ya me imaginaba... Al menos, Hitomi y Ocho estaban allí para guiarnos, por lo que asentí y les seguí.

Aun me resultaba extraño el tema de la telepatía de Hitomi ,pero de alguna forma me termine acostumbrando. Era interesante. El gremio de aventureros también me llamaba la atención, tendría que pasar a verlo mas tarde.

-Hmm...- Cuando la niña se detuvo para ver el suroeste, no pude evitar sentir cierta... curiosidad.-¿Vives por el suroeste?- Pregunté intentando atinar, aunque mi verdadera razón era no parecer que quería meterme de cabeza a la razón de porque Hitomi se quedo parada así.

Una vez echa la pregunta, seguí caminando. No tenía ni idea de ese lugar, así que lo mejor seria que siguiese a Hitomi y Ocho para poder acomodarme y entender mejor la Academia.

Hitomi se giró para responder a Lok. Como todos sus movimientos, pareció perfectamente calculado y ensayado. Su ropa de agitó grácilmente y sus mechones de cabello se deslizaron graciosamente por sus hombros al hacerlo.

Lo observó con curiosidad.

<< No. Vivo en la parte baja del castillo. >> respondió sencillamente, y todos pudisteis visualizar claramente en la mente una gran y bella mansión de estilo claramente oriental.

Luego pareció entender el motivo de la pregunta << Si deseas saberlo por el cómo me he detenido antes, es porque una persona requiere mi presencia en el gremio psiónico. >> explicó << Lo lamento, pero tan pronto como os acompañe tal y como prometí, deberé dirigirme allí a atenderla. >>

Una vez Hitomi me aclaro la pregunta, asentí y seguí caminando. No tenía más razones para detenerme, así que salí de la Zona Este para ir al Castillo.

Luca no tenía muy claro a que se refería Kalirath por "tregua", pero lo de las clases la mención sobre la academia le llamó la atención, no poderosamente, pero esa frase llamó la clase de atención que solo decide salir de la cama y hacer algo con su vida durante las conversaciones sin propósito, darle propósito a conversaciones sin propósito, ese es su... propósito...

-¿Vas a ir a la Academia?

Lo único que el joven sabía de la Academia se podía resumir en dos sencillas frases: "Hay gente fuerte" y "Hacen muchas cosas" pero ninguna de estas servía para explicar su propósito. Y tampoco había mucho mas de lo que hablar, de modo que preguntó.

-¿Y que se hace en la Academia exactamente?

Miro a Ocho fijamente.

¿Y bien?- pregunto expectante.