Partida Rol por web

Kakarim'gat, creció en la parte norte de la ciudad, en la parte más pobre, se tuvo que desarrollar habilidades especiales para sobrevivir sin mucho dinero, tenía, y tiene, una combinación genética valiosa para el latrocinio. Sus dotes innatas a tan joven edad y un poder del que todavía tiene mucho que aprender, le brindaron la oportunidad de una vida mejor, en los aledaños del coliseo, donde se mueven muchos tratos oscuros. Se le nenombró como Ocho y tenía que entrar como estudiante en la academia para poder asesinar a una persona. Sin embargo, tras mucho tiempo compartiendo clases y techo, se acabó, por la mala suerte, enamorando de esa persona, una chica menor que él pero con más talento. Le confesó lo que le habían pedido y ella desapareció. No sabe si cambió de aspecto, se marchó, está escondida o no sé qué (que lo decida alguien más malévolo) Pero volver con las manos vacías no le gustó a la gente que me contrató y ahora me piden el contrato inicial que eran 100 multiplicado por 100. De ese modo les debo 10.000 y se lo cobrarán en trabajos o en dinero, lo que vaya consiguiendo.

En la Academia me están instruyendo en la rama de Gobierno, me gusta y me siento protegido, nadie sabe de mis deudas o de mi procedencia, la más humilde de las cunas. Tengo que estudiar mucho y leo bastante en la biblioteca con el fin de no parecer que tengo pocos conocimientos del mundo que me rodea. Soy muy despistado y siempre tengo la mente en otro sitio, algún alumno de Psionica se ha divertido mucho a mi costa pues parezco más fácil de manipular que otras personas. No sería la primera vez que me toman de ejemplo para algo, casi siempre humillante.

"¿Te esperabas un elfo con arco y magia? Pff... lamento no poder complacerte..."

Desde pequeño, Lok fue consciente del maltrado y discriminación hacia los humanos, siendo que venía de una numerosa familia de esclavos. Esta familia servía a un Sylvain que abusaba del poder que tenía como amo, y es que despreciaba tanto a los humanos que compraba esclavos de esa raza para poder maltratarlos y darse el gusto de sentirse superior.

La familia empezó a servir como esclavos al Sylvain desde los cinco años de Lok; Su vida antes de este momento se basaba en mendigar y huir de los esclavistas, pero un día la huida fallo brutalmente y toda la familia terminó capturada. El momento que cambió la vida de Lok fue a los diez años cuando sus orejas empezaron a mostrarse puntiagudas, ademas de que el niño se sentía en discordia consigo mismo, como si tuviese toda una vida de experiencias guardadas tan profunda en su cabeza que ni él podía recordarlas, pero sentía que estaban allí.

El amo de Lok comenzó a verlo superior a su familia por el hecho de que el niño fuese un Nephilim de su misma raza, y por esto le permitía gustos que no daba a los demás, ademas de que le enseñaba el porque era superior y como ahora no seria mas un esclavo cualquiera. Si bien el Van Helmont no veía a su amo como alguien respetable, si que aprendió muchas cosas de él y su raza.

A partir de los trece años, el amo de Lok intentó educarlo en el arte de la magia, pero el chico se sentía mas emocionado y a gusto con el combate con armas, por lo que practicaba con espadas cuando tenía la oportunidad.

Realmente Lok no se interesaba mucho por lo que sucediese en el mundo, pues su vida era proteger a su familia como pudiese, pero un día tuvo la suerte de enterarse de la existencia de un lugar donde no existía la discriminación ni el esclavismo: Las Montañas Creix, Lucrecio, siendo conocidas también como Academia. Desde entonces, Lok planeó con su familia un escape hacia ese lugar, donde por fin podrían vivir en paz lejos de las manos de los esclavistas.

Fueron dos años de planeamiento, pero por fin Lok pudo poner en marcha la huida con su familia. Para su desgracia, fue perseguido por el amo y sus esclavos mercenarios durante meses.

No tenían transporte, no tenían dinero, no tenían nada... La llegada a Academia era el objetivo, pero cada vez era mas difícil pensar si todos llegarían: Este pensamiento se hizo mas fuerte cuando los mercenarios capturaron y mataron a los padres de Lok, quien tuvo que escapar con sus hermanos para ponerlos a salvo... Era inútil. Un año después, el hermano mayor tuvo que dar la vida para salvar al resto, Lok tenía 16 años, y dos hermanos menores que cuidar con su hermana gemela. Ese mismo año, los mercenarios y el propio Sylvain lograron acorralar a Lok y sus hermanos, capturandolos y torturandolos allí mismo para hacer sufrir a Lok, quien no supo aprovechar los privilegios que le daba el destino(Según su amo). Allí fue cuando Lok no pudo soportar más: Noqueo a uno de los guardias, le quito su espada, y asesino al Sylvain que tanto problemas le había causado a su familia, pero los demás mercenarios no tuvieron dificultad en terminar con la vida del resto de la familia de Lok, quien no tuvo mas remedio que huir a toda prisa mientras lloraba por haber fallado en proteger a su familia.

Estaba solo... No sabía si aun lo seguían, ni le importaba... Ahora solo quería llegar a Academia y hacerse mas fuerte para poder ayudar a otros en lo que él no pudo hacer.

Luego de muchas paradas, pedidas de indicaciones, y ayudas a gente con necesidad de justicia, Lok pudo llegar a las puertas de Academia a los 24 años, teniendo como meta aprender a mejorar mientras ayudaba a quien lo necesitase.

"¿Tienes sed de justicia, pero temes por las consecuencias?... Ojala yo hubiera pensado igual antes de tomar aquella decisión..."

Cuando Murakumo tenía sólo 6 años, sus padres murieron a consecuencia de una enfermedad.
A la edad de 7 años durante un viaje con una caravana de traficantes de esclavos, fueron atacados por unos bandidos. Durante el robo, los atacantes asesinaron a todo aquel que se ponía en su camino, quedando vivas al final tan sólo 4 mujeres, entre ellas Murakumo, la más joven por lejos. Ella intentó defenderlas tomando una espada, pero las demás sabían que sería inútil, así que para protegerla, las tres muchachas se interpusieron en el camino de los asesinos haciendo lo posible para que dejaran a la pequeña viva, también intentaron persuadir a Murakumo pidiéndole que escapara y que sobreviviese por ellas, repitiéndole que tiene que vivir y ser fuerte; ella queda paralizada ante tal masacre y la manera despiadada con la que asesinan frente a sus ojos a las 3 jóvenes, de esta manera no logra huir. En el momento en que uno de los asesinos se estaba aproximando hacia él para matarle... aparece Ukyo Tachibana, quien la salva matando a todos los bandidos.

Sintiendo lástima por la niña, Ukyo le dice a Murakumo que debería agradecer el haber sobrevivido ordenándole marchar a la aldea próxima al lugar del crimen, donde seguramente la ayudarían si buscaba a un monje y relataba lo ocurrido. A la siguiente tarde, Ukyo pasa de nuevo por el lugar de la matanza y se da cuenta de que hay muchas cruces, como en un cementerio, quedando sorprendido, allí se encuentra a Murakumo con 3 rocas frente a ella. Ukyo le pregunta el porqué de tantas tumbas y ella le responde que son las de su "familia" y las de los bandidos. Entonces, le cuenta su historia: que comienza un año antes con la muerte de su familia, al marchar de su aldea, se encontró con esta caravana y viajó con ellos durante un año. Al final, razonando el por qué de haberles dado entierro diciendo más o menos que las personas, ya sean bandidos o tratantes, al final cuando mueren todas quedan en silencio.
Ukyo, apiadándose también, vierte sake sobre las tres piedras que representaban a las tres muchachas que protegieron a Murakumo. Tras la ofrenda, Ukyo le preguntó cómo se llamaba, a lo que la niña le respondió "Momoka", y al oír este nombre, Ukyo le dice que es un nombre muy tierno, pero que para una espadachina no sirve y que desde ese momento se llamaría Murakumo (cielo nublado) y le ofrece un regalo muy preciado, una espada.
Así es como Murakumo conoció a su maestro en el estilo Shinmusō Ittō Ryū. Muchos años después, durante la agitación política que se vivía en Lannet, Murakumo ya adolescente era la "asesina de las sombras" conocida como Hitokiri Shōjo (la doncella destajadora), una de los mercenarios más valorados de la época.

Su vida de asesina política comenzó cuando tenía apenas catorce años, cuando interrumpió su entrenamiento con Ukyo escapando para intentar ayudar a toda la gente que estaba muriendo a causa de los enfrentamientos, a pesar de las advertencias de su maestro, quien le dijo que para proteger a unos tendría que matar a otros y terminaría convirtiéndose en un asesino como esos a quien ella misma detestaba, le dijo también que si dejaba su entrenamiento hasta allí y se marchaba, no volviera nunca más.
Dejando de este modo la decisión en manos de Murakumo, Murakumo se fue. Sin embargo las intenciones de ella nunca fueron otras que intentar ayudar, pero el estilo Shinmusō Ittō Ryū era demasiado poderoso y ella muy habilidosa para su edad, y terminó cometiendo brutales asesinatos...

Con el tiempo se dio cuenta, sin importar cuan buenas fuesen las intenciones, de que matar estaba mal. Llegó a esta conclusión a los 15 años cuando conoció a un apuesto caballero varios años mayor que ella de nombre Akira Kiyosato. Akira, originalmente, era el encargado de asesinarle en un complot perpetrado por el grupo Yaminobu, un grupo de espías a las órdenes del gobierno del emperador, ellos debían fingir estar casados para pasar desapercibidos, pero el amor floreció realmente durante esa fachada. Akira juega un papel muy importante en la historia por ser el primer hombre del que Murakumo se enamora y comparte una relación de amistad. Murakumo era considerada fría y calculadora, pero su lado humano fue surgiendo por la cercanía de este triste y misterioso hombre quien no estaba de acuerdo con que ella fuera una "destajadora". El comportamiento, y la batalla interna que lleva día a día Akira consigo mismo y sus motivos son revelados con el pasar de la historia. Tras la muerte accidental de Akira por su propia mano, Murakumo jura que dejará de matar para siempre; desaparece misteriosamente para sus amigos y enemigos, y se convierte en un vagabunda decidida a cumplir su promesa de no matar de nuevo.