Partida Rol por web

Ademas de ligeros pensamientos sobre lo bonita que le parecias, y que eso le ponia algo nervioso, no parecia tener malas intenciones, aunque cierta sensacion de malestar recorria su cuerpo, como si supiera lo que esta pasando pero no con exactitud, como un presagio de que algo malo le va a ocurrir de nuevo y no pudiera evitarlo, aunque sin ninguna prueba que lo corrobore

El comentario de mi padre resalta un capitulo de mi vida bastante complicado. Les escucho mientras hablan y pasa un rato, en el que jugueteo con la comida. Al final me dispongo a hablar.

-​No, no hay ningún chico...ya sabeis que no suelo tener suerte con esas cosas.-Digo seca -Es que...hoy tenia mucho miedo...por mi, por vosotros...pense que podría prepararme para poder defenderos...

-Darnos para el pelo, era perfectamente capaz de darnos para el pelo.- Niego con la cabeza, muy pocas veces las cosas son blancas o negras.-Independientemente de eso, lo importante es que pudo haberlo hecho pero no lo hizo. Eso es lo raro, y lo que debemos investigar.- Las últimas sensaciones y pensamientos del muchacho extraño que acabábamos de dejar atrás provocó que una oleada de rubor me subiera por el cuello, coloreando ligeramente mis pómulos.- Mañana. Tú necesitas descansar o mañana cuando menos te lo esperes te vas a caer de agotamiento.- Intentando quitar hierro al asunto y tranquilizar al pistolero levanto mi mano derecha y voy bajando los dedos, como llevando una pequeña cuenta de lo que debemos hacer.- Vamos a casa y te metes en cama. Duermes hasta mañana. Vamos a los artesanos, posadas, centros de información y al gremio. Averiguamos todo lo que podamos.- Con la mano derecha aún llevando la cuenta levanto el puño izquierdo hacia Joshua, en un gesto que llevo repitiendo desde hace muchos años para que choque sus nudillos con los míos y asegurarme de que está bien.- ¿Tenemos un trato, Josh?.

Joshua se encogio de hombros y, tras unos segundos, le dedico una pequeña y fugaz sonrisa a su compañera mientras chocaba suavemente sus nudillos. Aquel gesto (muy raro en el pistolero, y generalmente solo reservado para ella) realmente devolvia vida a su cara y recordaba a cualquiera que lo viera lo joven que era el muchacho.

-Ya, como digas

Caminaron de vuelta a su hogar, y aunque quedaron en dejarlo para mañana, Joshua seguia repasando en su cabeza los hechos de aquel dia. Estaba seguro de que algo se le escapaba, pero no podia entender que era.

-Ya se que hablamos de dejarlo y todo eso dijo mientras entraban a su hogar y encendian la chimenea Pero realmente me vendria bien un cigarro...

Me giro con suavidad, aún acuclillada mientras enciendo la chimenea. Yo llevaba el tema de una forma más tranquila que él, eso era evidente. Pero lo que también era evidente para mí era el intento (descarado y adorable) de quedarse a seguir dándole vueltas al asunto. Aún sonriendo termino de ayudarle a encender la chimenea, y me encojo de hombros.

-Claro, sin problemas. De hecho, y sin que sirva de precedente, hasta me voy a quedar aquí contigo hasta que te termines el cigarro y te metas en la cama.- Sonrío más ampliamente para que sepa que no estoy enfadada, sólo muy preocupada.- Ya sabes, no vaya a ser que te quedes dormido fumando y tengamos una situación incómoda.

Acto seguido me siento en el sofá en el que acostumbro a leer y me pongo cómoda, totalmente dispuesta a pasar ahí la noche en caso de ser necesario. 

Joshua la miro con el cejo fruncido (como siempre, bah) y luego, como si no pudiera evitarlo, se rio.

-Se que ustedes los elfos viven milenios y toda la cosa, pero eso no me hace un niño dijo mientras se sacaba el sombrero y el pañuelo Me ire a la cama, no te preocupes.

Colgo su abrigo y se estiro. Cogio una manzana de un tazon, mordiendola con desgano. Comenzo a subir las escaleras hasta su cuarto, y se detuvo en el descanso para darse vuelta y mirarla a la cara.

-Tristemente, no llevo cigarrillos conmigo, para evitar el vicio dejo escapar. Su tono denotaba agotamiento, y tenia la preocupacion estampada en la expresion Pero sospecho que, si esa cosa decia la verdad, vamos a necesitarlos dentro de poco...

Cuando lo oigo reir sonrío traviesa mientras pongo los pies sobre el sofá y apoyo la mandíbula en las rodillas. Con gesto distraído empiezo a desatarme las botas.

-No se habla de la edad de una dama. Y no, no te hace un niño.- Me echo a reir.- Te hace un humano adulto testarudo, que es peor.

Aún riendo me pongo de pie y tras quitarme el abrigo y colgarlo con cuidado subo las escaleras a buen paso mientras le escucho hablar. Al pasar a su lado le doy un par de empujoncitos amables en la espalda, intentando que de una vez por todas se meta en su cuarto.

-Si esa cosa decía la verdad volveremos a compartir los cigarrillos, pero sinceramente espero que fuera un farol.- Paso a su lado y me dirijo hacia mi habitación, girándome justo antes de cerrar la puerta. Con gesto resuelto me quito las botas, disminuyendo en varios centímetros mi altura, y las sujeto con una mano.- Procura descansar, quizás necesitemos estar a pleno rendimiento dentro de poco. Despiértame en cuanto te despiertes.

Al principio, tus padres no reaccionan ante tu comentario, pero en seguida tu madre se levanta y te da un fuerte abrazo

-Oh, mi pequeña-te dice-no tienes que preocuparte por nosotros, sabemos cuidarnos-beso-Aunque no lo parezca, de joven fui aventurera, asi que algun que otro truco en la manga tengo. Y tu padre... bueno, él sabe esconderse muy bien cuando quiere, sobretodo cuando le digo que baje la basura-una pequeña risa suena en el comedor

-Oye, que a veces la saco-se defiende tu padre, tambien entre risas-Incluso hay dias que lo hago sin que me digas nada

-Si, cuando te dejo el cubo en tu lado de la cama

Y, nuevamente, mas risas. 

-Asi que, hija, no tienes que preocuparte, solo cuidate y disfruta de tu vida, haz amigos (y consigue novio, que quiero nietos) y pasate de vez en cuando a saludar, no te pedimos mas-una calida sonrisa ilumina su rostro. En verdad si se preocupa por ti.

Amanece un dia tranquilo... o eso seria lo ideal. Apenas ha salido el sol cuando el sonido de alguien tratando de tirar la puerta os saca del mundo onirico, por no decir que os arranca de los brazos de morfeo a la fuerza. Cuando llegais a abrir la puerta, os espera un oficial de la Guardia, por los galones, de rango Mayor. Tiene la mirada muy seria, casi se diria que esta enfadado con vosotros, pero apenas habeis tenido tiempo de hacer algo que pudiera ofenderle

-Prepararos, rapido-dice, o mas bien ordena-Anoche hubo un total de 10 asesinatos en la zona este, en particular en el gremio de combate y dos posadas cercanas, todos con el mismo modus operandi: envenenamiento. Se ha encontrado al profesor Ykki Shio en dos de las ubicaciones, asi que la Coronel ha ordenado que vosotros, que pareceis haber coincidido con él en varias ocasiones, lo esteis vigilando un tiempo, esperamos que vuestros antiguos lazos eviten que sospeche algo. ¿Alguna pregunta? 

Cuando escucho los primeros golpes creo que es un sueño, de hecho me arrebujo un poco más en mis mantas mientras suspiro, dejándome mecer por el calor y la tranquilidad. Tranquilidad que unos golpes han mandado al cuerno.

Me siento de golpe en la cama y me froto los ojos con la mano, echando hacia atrás los mechones de pelo enredado que se han escapado de mi trenza, escuchando con atención y ya totalmente despierta. Por la luz que entra por la ventana abierta apenas ha amanecido, y hace un poco de frío. Oigo de nuevo los golpes en la puerta y me pongo en pie de un salto, patinando levemente con mis pies descalzos sobre el suelo de madera pulida cuando llego a la puerta de mi habitación y la abro de un tirón. Tras dirigir una mirada preocupada a mi amigo bajo las escaleras lo más rápido que puedo, nerviosa por el motivo de semejantes golpes.

Como soy más rápida que Joshua abro la puerta de con brusquedad y me encuentro mirando fijamente a los galones de un Mayor. Me ruborizo ligeramente y me aparto, murmurando un saludo y deseando con todas mis fuerzas haberme puesto una chaqueta por encima del pijama. Retrocedo y espero de pie en el primer escalón frotando mis pies uno contra el otro para espantar el frío, los brazos cruzados sobre la casaca del pijama, procurando adoptar una pose más seria y que no parezca que acabo de saltar de la cama. Conforme la información va llegando a mi apabullado cerebro comienzo a fruncir el ceño, esto no me gusta nada. En silencio me siento en el escalón con las manos en el regazo, esperando a que termine.

-¿Donde está Shio ahora?.- Asiento ante la información que me dé, y me pongo en pie con tranquilidad.- Vale, supongo que puedo usar como excusa que quiero que me enseñe cómo va lo de la Academia para pegarme a su culo hasta nueva orden...¿Hay alguna otra información que necesitemos saber?.- Pregunto con suavidad, mirando a Joshua.

Joshua abrio abruptamente la puerta de su habitacion, una de sus pistolas en mano, para encontrarse con su compañera en pijama en el pasillo. Ella bajo con su habitual rapidez y gracilidad mientras el pistolero apuntaba a la puerta desde el descanso de la escalera.

Cuando resulto ser un mayor, Joshua se miro asi mismo: Le estaba apuntando a un superior y no llevaba nada salvo un boxer y un par de calcetines (uno con un agujero en el dedo gordo del pie), estaba todo despeinado y nisiquiera se habia lavado la cara. Rodo sus revolveres para enfundarlos, pero no llevaba puesto las sobaqueras, asique se limito a tomar ambos en la mano izquierda y esconderlos en su espalda mientras bajaba la escalera con toda la dignidad que podia tener en semejante situacion.

-Señor saludo, y callo esperando algun reporte.

Definitivamente no era lo que esperaba, pero era igual de serio. Sin embargo, no pudo evitar una expresion de escepticismo mientras los informaban.

-Señor, con todo respeto comenzo a decir cuando el mayor termino de exponer, tras cruzas una mirada con Aleatha Pero... Shio, un envenenador? Antes me comeria yo mi propio sombrero. No quiero decir que el chico sea un santurron, pero no es del tipo que se anda con subterfugios. Si Shio te quiere muerto, lo haria con toda la pompa y melodrama que pudiera. Es el tipo de profesor que se pasa mas tiempo en el Coliseo que en la biblioteca, si me entiende.

-Ese hombre ha estado involucrado en todos los problemas que tuvo la Guardia en los ultimos años; aunque nunca se hayan encontrado pruebas en su contra, la Coronel insiste que lo mantengais vigilado mientras este asunto se aclara-responde el Mayor, sin variar su tono-No queremos otra decena de cadaveres para la mañana de mañana

La Coronel y Shio... por todos es sabido que la chica odia con ganas al maestro, de hecho, mas de uno ha visto la diana con su cara que tiene en su despacho. Tal y como dijo el Mayor, nunca se han encontrado pruebas de que Ykki Shio intentase algo contra la ciudad, pero lo cierto es que, de cada 10 casos, en 8 salia su nombre como involucrado, lo que hizo que la jefa acabase medio obsesionada en arrestarla. Si bien puede ser una obsesion personal, lo cierto es la casualidad recurrente no suele ser casualidad, asi que se puede decir que su insistencia por seguir al sospecho tiene una base coherente

-Por lo que dice el informe, se fue a su casa, en el sector Este, donde debería estar todavia. Segun un testigo, pretende partir junto sus alumnos para una mision, que curioso, ¿no creeis? Suceden varios asesinatos y se tiene que ir a la mañana siguiente, como si estuviera huyendo de algo. La coronel no creo que le guste que se os escapase, asi que os recomiendo daros prisa con las prepareciones que considereis apropiadas... empezando por un atuendo apropiado.

Intento no cerrar los ojos de cansancio mientras Josh intenta explicar por qué lo del pelirrojo envenenando gente suena raro. En resumidas cuentas: porque es un notas.

Noto cierta animadversión en la forma de hablar del Mayor, e inclino un poco la cabeza mientras jugueteo con el extremo de mi trenza suavemente y me fijo en su lenguaje corporal y en lo que está diciendo. Según lo que me han contado el profesor es un buscapleitos de marca mayor, y al contrario que otros (entre los que me incluyo, o por lo menos me incluía) prefiere hacerlo de la forma más ruidosa posible, aunque tengo que decir algo a su favor, y es que no me parece un imbécil. Tampoco entiendo, si tan seguros están de su culpabilidad a lo largo de los años, que no lo hayan detenido o le hayan parado los pies de alguna manera. En fin...

Sonrío con suavidad a los últimos detalles y asiento mientras dejo mi trenza y me arrebujo de nuevo en la casaca del pijama, temiendo que ésta haya sido la última noche que vaya a pasar en mi cama en bastante tiempo. Aunque no soy una mujer baja, el hecho de estar en pijama me aporta cierta sensación de inseguridad que no suelo experimentar. Como una pequeña muchacha indefensa...casi sonrío al imaginarlo.

-Entonces no hay mucho más que hablar. Voy a ponerme presentable, a recoger el petate y nos marchamos en cuanto podamos.- hago un gesto de saludo con la cabeza.- Si no hay nada más, Mayor, creo que deberíamos preparar la partida.

Me giro educadamente y subo los dos primeros escalones de las escaleras como una persona adulta y sensata, aunque no puedo evitar fijarme en el agujero en el calcetín del pistolero, lo que provoca en mi una risita que camuflo con un carraspeo. A pesar de que la presencia del Mayor me coarta un poco no puedo evitar dirigir una sonrisa radiante a Joshua, que parece un polluelo recién salido del huevo con el pelo todo despeinado.

-Tú conoces mejor a Shio y a sus alumnos, así que me dejo guiar por ti.- Me paso la mano por el pelo, y en contra de mi costumbre me aparto los mechones detrás de las orejas sin preocuparme de que se me vean. Al fin y al cabo es de madrugada y estoy en pijama, cansada y hambrienta. Sé que a Joshua no le molestan mis orejas, y si al Mayor le incomodan que mire a otro sitio y listo.- ¿Hay algo que deba meter en el petate, aparte del equipo habitual?.

Intentando conservar la calma y no explotar ante el Mayor, Joshua se limita a asentir con un "Si, señor!" y luego se dirigio a la puerta para escoltar al Mayor fuera, asegurandose que se encargarian personalmente del caso.

-La Coronel esta de broma o que mierda le pasa por el coco? solto tras asegurarse de que su superior no podia oirlos, mientras alcanzaba a su compañera en el descanso de la escalera Un ser capaz de medirse con la Directora invade la ciudad al tiempo que un jodido meteorito casi la borra del mapa, y esa misma noche mas de una docena de ciudadanos aparecen muerto, y la cria lo usa de excusa para seguir con su estupida obsesion con Shio?!

Si bien mantenia sus accesos de furia bajo control mientras estaba en la Academia, Aleatha podia recordarlos. Esa furia explosiva era, al menos de momento, controlable. El problema era cuando la ira fria llegaba... Que estuviera gritando era aun buena señal.

-Si Shio uso veneno para matar a esa gente, yo soy un noble Duk'zarist y tu eres mi esposa! Te dire algo, demonos prisa. Quizas todavia podamos alcanzarlo. Tenemos que exonerar a ese cabezotas y averiguar quien realmente asesino a esa pobre gente. Empaquemos ligero.

Cuando lo veo cerrar la puerta detrás del mayor me apoyo en la pared con los brazos cruzados y una media sonrisa en la boca. Sé lo que viene ahora. La verdad es que me he acostumbrado a que Joshua despotrique de esa manera, y es mejor eso que cuando se le pone la mirada perdida y empieza a comportarse como un autómata. Ahí es cuando muere gente, y mucha.

-Vamos, no te cortes.- Sé que necesita desestresarse, así que adopto con amabilidad mi papel de “caja de resonancia”, observándolo con afecto y dándole el espacio que necesita para tranquilizarse. Al mismo tiempo me deshago la trenza, me peino el cabello con los dedos y me la vuelvo a hacer, intentando remeter todos los mechones y estar presentable.- Así que sí que tiene una obsesión con Shio. Me dio la impresión cuando el Mayor estaba hablando pero no quería preguntar delante de él.

En general soy una persona muy equilibrada, tranquila y poco dada a sorprenderse. Por eso cuando menciona las palabras “noble Duk´zarist” y “esposa” y uno de mis pies descalzos patina la primera en llevarse un susto soy yo. Con rapidez recupero el equilibrio y me vuelvo a apoyar en la pared, ambas manos apoyadas en las mejillas por la impresión que me ha provocado el casi caerme de culo por primera vez en mi vida. Prefiero ignorar el chillidito que acabo de soltar.

-Casi consigues que me mate, Josh. Eres demasiado buena persona para ser un noble Duk´zarist, y yo demasiado mala para ser esposa de nadie. Aunque uno de esos bastardos se lo merecería, como castigo por todas las barbaridades que han hecho. - Le dirijo una mirada flamígera mezclada con la vergüenza de saber que es la primera vez que me ve trastabillar, aunque lo ridículo de la situación provoca una carcajada. Riéndome aún me aparto de la pared y con cuidado me recojo las perneras del pantalón, intentando evitar otro resbalón.- Vale, ya te digo yo que vamos a alcanzarlo. Es amigo tuyo y no creo que merezca ser encarcelado o algo peor porque la jefa se haya...cabreado con él o algo, por muy tonto del bote y cabezota que sea. No sé, a veces no entiendo a los humanos.- Recuperada ya de la impresión de lo del Duk´zarist empiezo a andar hacia mi habitación.- Tenéis unos cuantos años de vida y algunos los gastan en rencillas ridículas entre ellos.- Dentro de mi cabeza saltan imágenes de las cosas que he hecho a lo largo de mi vida, y el rubor me sube por las mejillas.- Igual no soy la más indicada para hablar. Da igual.- Me despeino el flequillo y asiento con la cabeza.- Vale, voy a hacer la mochila, a vestirme y nos vemos abajo. El primero que termine que prepare café.

Una vez en mi cuarto me visto con ropa cómoda (pantalones y camisa, con una chaqueta por encima) y meto un par de mudas de ropa en el petate, además de mi equipo para dormir a la intemperie y mi cuchillo largo, que hasta ahora estaba debajo de mi almohada. Meto también un pequeño recado de escribir, mi costurero y, tras un momento de duda, mi mechero. Bajo la escaleras canturreando “yo ya estoy lista”.

Una vez en el piso de abajo completo mi mochila con una cuerda que tenía guardada en el mueble de al lado de la chimenea, y pongo a hacer el café mientras preparo raciones de viaje y bebida para unos días para ambos. Cojo mi abrigo (asegurándome de tener el monedero y la documentación en los bolsillos) y una bufanda, y embuto un gorro de punto en la mochila. Lo bueno de mis botas es que se pueden atar muy rápido.

Justo estoy sirviendo el café tibio en dos tazones (con mucha leche y azúcar para mí, el de Josh a su gusto) y preparándome una tostada grande con el resto de mantequilla y mermelada que ha quedado (no quiero que se eche a perder) cuando Joshua aparece.

-He preparado la comida para los dos. Toma.- Le alargo su tazón de café y le doy un mordisco a la tostada. Tras un momento de duda la parto por el medio y le doy el trozo que no está mordisqueado.- Es demasiado grande para mí.- Comento con tranquilidad, y luego sonrío.- Cuando estés listo nos podemos marchar.

Joshua le dirigio una media sonrisa afilada al ver la reaccion de su compañera al chiste sobre ser esposa de alguien.

-Al fin se con que pincharte! dijo, recordando todas las veces en que Aleatha se quedaba con la ultima palabra Voy a aprovechar esto. Al menos algo bueno sale de este embrollo, no?

Subio a su habitacion con su caracteristica velocidad electrica, y al cabo de un rato bajo vestido con sus ropas habituales. Llevaba tambien una mochila con su equipo usual de campaña, por si tenian que seguir a Ikki fuera de la ciudad.

Desayuno con su amiga, agradeciendole el cafe, que tomo amargo como solia hacerlo a la mañana para terminar de despertar.

-Deberias comer mas señalo tras zamparse la mitad de la tostada que le ofrecia Si estamos mucho tiempo afuera quizas pase un tiempo hasta que volvamos a comer tostadas o tomar cafe... Vaya, si que nos volvimos suaves, eh?