Con cara de sorpresa miro el pequeño cofre y en cierto modo algo ensimismado por el dolor y el cansancio y que no acababa de creer mi hallazgo, grito a mis compañeros
¡Parad! ¡¡Aquí me ha parecido encontrar algo!! ¡¡Es un cofre!!
Se paró en seco ante el comentario del mago, ¿un cofre?, ¿así de la nada?, pobrecillo, el golpe todavía le estaba afectando el juicio, pero cuando miró hacia donde estaba el mago, efectivamente ¡ahí había un cofre!, no salía de su asombro, así que se quedó un tanto pasmado ante lo ocurrido....pero entonces pensó en el oro...
-¡Puede que tenga oro y gemas que los orcos robaran!¡Rápido abrámoslo!-dijo mientras se acercaba al cofre y empezaba a abrirlo
Durin se acerca al lugar señalado por Goodspell y puede encontrar entre unos matorrales tras las rocas de las que salieron los orcos un cofre. Rápidamente echa mano de él y lo saca de entre las ramas. Afortunadamente la llave estaba puesta por lo que no tuvo más que girarla y al abrir pudo ver cientos de monedas de cobre. Había tantas monedas que el enano no daba crédito a la cantidad, nunca en su vida había visto tantas monedas juntas.
Miró alrededor y se percató que justo debajo del pequeño cofre había un camisote de mallas. El camisote parecía en buen estado pero era demasiado pequeño para el tamaño humano, por lo que se descartaba que la hubiesen obtenido de un humano, elfo u orco.
2000 piezas de cobre y un camisote de mallas tamaño pequeño.
-¡Por Grundig!, ¡Mirad que cantidad de cobre, debe haber más de 1000 piezas!-dijo el enano aullando de alegría-¡Parece que por fin este viajecito tiene recompensas de verdad, esta noche cenaremos y beberemos como reyes!
Echó un vistazo al camisote de mallas que había al lado del cofre -Un mediano o un gnomo, sin duda una de las últimas víctimas de los orcos- pensó con un poco de pena
Cerró el cofre, guardó la llave y cogiendo el pesado cofre dijo
-Será mejor que sigamos y repartamos el botín cuando lleguemos a un lugar seguro, aquí no debemos hacerlo- y acto seguido siguió el camino, con el cofre bajo el brazo y más feliz que un enano con oro
Pillad el camisote si quereis, que donde este el dinerito, al enanete se la pela lo demas
- ¡Todo tuyo!, señor enano - espeté una carcajada al ver como abrazaba Durin el cofre como si se lo fueran a quitar de las manos
- Esta bien, dividamos nuestro botín en un lugar más seguro- por muchas monedas de cobre que haya dentro, no es gran cosa pero seguro que nos ayuda para nuestra estancia en el templo
- No tengo ningún interés en el camisote de mallas, así que os lo podéis quedar otro
Al verse algo de tierra en la túnica, se sacudió para guardar las apariencias y prosiguió el camino
-Pues si no la deseáis, me la quedaré yo. Me parece bastante bonita e interesante. Dijo el bardo cogiendo el camisote y guardándolo en su mochila.
Dicho esto y guardado el camisote concluye:
-Venga chicos, que ya queda poco.
Y continuó el camino.