Partida Rol por web

El sol cae a plomo sobre la 64 interestatal Kerrs Creek en Virginia EEUU a lo lejos, en un entronque se observan tres figuras que por casualidad se encuentran en ese punto, de pronto escuchan el motor de varios vehículos acercarse.

Izan azuzaba el caballo. Trotaba lentamente, pero se había detenido al ver otras figuras. Se detuvo en medio del cruce a esperar.

- ¡Eh, vosotros!

Avanzó un poco más hacia las otras figuras.

- Me llamo Izan. ¿Hacia dónde os dirigís?

El hombre a caballo vestía casi como un granjero. Camisa de algodón de cuadros, una chaqueta gastada por encima, pantalones vaqueros y botas de trotamundos. Llevaba una mochila, zurrón y alforjas, aunque no parecían del todo llenas. También tenía una pistola al lado derecho del cinto, y un machete en el izquierdo.

Hugo caminaba con su mochila, cargando las unicas pertenecias que le quedaban. Su ropas estaban llenas de sangre fresca, seguro de algun encontronazo reciente con un grupo de podridos.

Hacia rato que le parecía que alguien le seguía y no se sorprendio cuando una voz le pregunto donde se dirigía.

El hombreton permanecio en silencio y llevo su mano cerca de la funda de su arma, más por instinto que con intención de disparar.

- ¿Estas solo? ¿Ese otro no va contigo? Dijo mirando en la dirección donde tenía claro había un segundo hombre.

Era un día agradable y la noche anterior había comido liebre asada por lo que Alex se mantenía energético y optimista, caminaba por inmensos prados como por inercia sin un objetivo específico, pero la tranquilidad en los tiempos que corrían solía durar poco, al principio escuchó los cascos de un caballo sonando en el pavimento por lo que decidió desviarse del camino pero ya era algo tarde, el hombre montado frenó su caballo y exclamó -!Eh, vosotros!-
"¿Vosotros?" pensó Alex, al tiempo que volteaba para percatarse de que había otro hombre calvo parado que llegaba de otra dirección. En primera instancia tuvo miedo, se percató de que ambos hombres portaban armas de fuego por lo que estaba en una clara desventaja y ya había tenido malas experiencias con encontronazos de esta clase.
-Mi nombre es Alejandro Morales, no busco problemas- dijo alzando las manos

Era un día agradable y la noche anterior había comido liebre asada por lo que Alex se mantenía energético y optimista, caminaba por inmensos prados como por inercia sin un objetivo específico, pero la tranquilidad en los tiempos que corrían solía durar poco, al principio escuchó los cascos de un caballo sonando en el pavimento por lo que decidió desviarse del camino pero ya era algo tarde, el hombre montado frenó su caballo y exclamó -!Eh, vosotros!-
"¿Vosotros?" pensó Alex, al tiempo que volteaba para percatarse de que había otro hombre calvo parado que llegaba de otra dirección. En primera instancia tuvo miedo, se percató de que ambos hombres portaban armas de fuego por lo que estaba en una clara desventaja y ya había tenido malas experiencias con encontronazos de esta clase.
-Mi nombre es Alejandro Morales, no busco problemas- dijo alzando las manos

Izan se giró hacia el hombre con sobrepeso y le señaló a él y al bombero.

- He dicho vosotros. No os conozco a ninguno de los dos. Creía que el señor Morales iría contigo.

Levantó ambas manos en son de paz al ver que éste llevaba una mano hacia su arma y llevaba las ropas cubiertas de sangre.

- Aquí nadie busca problemas. Los problemas tienen la curiosa habilidad de encontrarnos, así que más vale no tentar a la suerte. Me temo que me he perdido vagabundeando. No sé dónde estoy, aunque la verdad es que tampoco tengo rumbo fijo.

Hugo se relajo un poco al ver como actuaban aquellos extraños, no parecian ser una amenaza para él, pero uno nunca podia estar seguro, asi que siguio en tension. -El señor Morales no va conmigo. Me llamo Hugo por cierto. Hizo una pausa al ser consiente de que Izan se fijaba en la sangre que manchaba su camisa oscura. - Tranquilo amigo, solo tuve un percance con un grupo de podridos, nada serio. La maza que portaba tambien habia sido testigo del combate. - Tambien estoy de paso. Solo busco un lugar donde poder descansar y quitarme esta ropa... ¡Apesta! Dijo el mientras sacudia su enorme cuerpo.

- ¿Ha sido lejos? No he visto monstruos de esos por aquí y la sangre parece fresca - observó el canadiense.

Izan oteó el horizonte.

- Seguro que cerca de aquí habrá más supervivientes. Es una buena zona, o eso creo, no he tenido incidencias hasta ahora. ¿Alguien os sigue?

Señaló en dirección al ruido de motores.

- Claro que no los has visto. Se ve que hice las cosas bien. Dijo meneando un maza mientras soltaba una carcajada. Su cuerpo temblaba como un flan por el movimiento.

- Yo estoy solo y no espero visita. Si no son de los vuestros, quiza deberiamos... escondernos. Hizo una pausa.

- Es raro dar con un desconocido que no sea un cabronazo. Dijo mirando a los otros dos. Creo que hemos cubierto el cupo de suerte al encontrarnos...

- ¿Los coches son cosa tuya, bombero? Igual tienes razón y deberíamos escondernos...

Izan se apeó del caballo y buscó con la mirada un lugar donde esconderse. Quizá unos árboles cercanos o matorrales altos, lo suficiente para esconder tres hombres y un caballo.

El motor de los vehículos rugen anunciando que se acercan a gran velocidad, pasan de largo a los tres viajeros que tratan de ocultarse entre la vereda y arbustos del camino a lo largo de la interestatal 64.

El sonido de los motores rompe el silencio de aquel lugar, pasan unos segundo y aún con el ruido en el aire los gruñidos acompañados de una peste a muerte alertan a los tres hombres y el caballo, 6 walkers salen al paso deambulando por la maleza.

El rechinido de freno de los vehículos se escucha a lo lejos.

Hugo espero a tener a su alcance a tres primeros caminantes y en el momento justo hizo girar su maza golpeandolos con fuerza, imprimiendole en el ultimo momento toda la inercia del movimiento. Los tres podridos cayeron por el suelo, pero no tuvo tiempo para asegurarse de su estado, habia 3 mas que se acercaban.

-No dejeis que se acerquen. Dijo jadeando. Esa maza pesaba lo suyo.

El caballo de Izan se encabritó, y las riendas se le escaparon de la mano.

- ¡Oh, mierda, pero si has visto cientos de estos!

Maldijo no haber montado para controlarlo y haber desmontado para hablar con esos tipos. En todo caso lo buscaría luego, lo primero era sobrevivir. Extrajo su puñal/machete y se preparó para enfrentarse a los zombis. De la media docena, la mitad se le acercaron a él y la otra mitad a Hugo. El hombre con sobrepeso parecía tener mucha más facilidad con la maza de lo que aparentaba a simple vista.

Izán se escurrió como pudo entre los walkers, dando machetazos al aire a diestro y siniestro, pero sin impactar en ninguno. Al cabo de varios segundos seguía rodeado por aquellos tres seres, con poco resuello y sin haber atinado ninguna puñalada (pero curiosamente ileso).

- ¡Eh, bombero, ven a ayudar!

Todo pasó muy rápido, de repente estabamos rodeados de apestosos retornados. Izan parecía precisar más ayuda que Hugo asique fué a socorrerlo blandiendo su hacha