Partida Rol por web

Jae dibujo una sonrisilla al escuchar esa música estaba claro que no era de esa zona, mucho menos de su país natal, pero resulto algo cómico dada la situación. Miro de reojo a Jeanine y le sonrío, pero ene momento el raro Zach saco a escena su verdadero ser.

Sin dejar de conducir Jae escucho todo lo que decía, había cogido a Thomas como rehén así que intentar hacer algo como dar un frenazo le podría salir caro al enfermero. - Cabronazo.... Fue el único pensamiento que se permitió Jae, no quería parar pero quizá esa solo fuera la única cosa que podría hacer.

Poco después se escucha algo mas de movimiento, un movimiento agresivo. Jae se giro y vio como Stan se había abalanzado sobre el hombre. - Aguanta Stan! Jafreese ayudarle, noquea a ese gilipollas.  

Rapidamente Jae se gira de nuevo hacia la carretera. - Jeanine haz lo que te dije antes y apunta a Zach. No podemos dejar que se haga de nuevo con el poder del arma. 

Jafreese había permanecido alerta por si hubiera alguna opción de hacer algo, en realidad no esperaba mucho ya que todos los compañeros valoraban mucho la vida de Thomas. Sin embargo, lo inesperado una vez más sucede en este grupo. Stan se mueve a una velocidad digna de un profesional en lugar de un docente y pilla por sorpresa a Zach, que teniendo muchos objetivos enemigos que vigilar había descuidado al docente seguramente atento a las ostensibles amenazas de Jafreese.

En cuanto vio que Zach forcejeaba con Stan se lanzó a echar una mano, por un momento le pareció escuchar el coro del público jaleando y gritando, su famosa velocidad de puño salió a relucir, no había tiempo para juego de piernas ni florituras, soltó un derechazo duro y seco, un “crochet” diseñado para hacer daño golpeando los órganos desprotegidos y las zonas blandas como el hígado o estómago, demasiado abajo para ser válido para el boxeo y planteado para dejar a Zach en franca desventaja y, si las fuerzas de tantos días durmiendo poco se lo permiten, noqueado, uuughhh suena estruendosamente el grito de Jafreese al soltar el brazo.

Un disparo resuena dentro de la furgoneta y el forcejeo  de hombres peleando con fondo musical hacen que Mimi se ponga nerviosa y comience a ladrar.

Thomas cae al suelo de lámina de bruces ante la intempestiva acción de Stan quién ha logrado desviar el revolver sin evitar que por la fuerza ejercida el mecánico accione el arma y se dispare haciendo un agujero en el techo de la furgoneta.

Un relámpago en forma de puño acaba de tranquilizar el asunto cuando Zachary Thompson suelta el revólver y este se resbala ante el rostro de un Thomas agitado y sudando frío.

Aparentemente, todos cedieron ante las exigencias del opresor de Thomas, que pese a estar atemorizado le preocupó el como terminaría, y con los ingredientes necesarios su imaginación voló, recreando en su cabeza todo tipo de situaciones, donde él era asesinado a sangre fría al igual que al resto por estar desarmados, o en el mejor de los casos, y siendo lo más optimista posible Zack cumpliría su parte dejándoles a su suerte, sin armas y sin medio de escape, lo cuál sería sinónimo de muerte al grupo de supervivientes.

Cerró sus ojos un segundo escaso que le hizo sentir una eternidad. Gotas de frío sudor empaparon su rostro cayendo un par de cristalinas gotas al suelo estrellándose convirtiéndose en trozos más pequeños, una especie de símil del que sería el cerebro del asustado rehén una vez que el gatillo sea apretado. Vio su patética vida pasar a una velocidad de vértigo las escenas que alguna vez fueron significativas, y otras no tan agradables de recordar que le provocaron un amargo sabor en su boca.

Al abrir de nuevo sus temblorosos párpados todo ocurrió en lo que dura un pestañeo, el movimiento de Stan fue tan rápido como eficaz, desviando a Zach al mismo tiempo que el gatillo fue presionado disparando la bala provocando el ya conocido ruido. Thomas no sintió nada, no sintió ni un ápice de dolor, solamente su cuerpo cayó al suelo del furgón mientras su piel perdió el poco color que llegó a tener.

Pudo ver como a su lado el revolver cayó el arma que le había rozado la sien hace apenas un instante. Como un retumbo los gritos de Jae llegaron a sus torpes oídos de forma lejana aún estando prácticamente al lado. Y otro ruido, un golpe, algo estrellándose contra otro algo, no estaba nada seguro. Fue demasiado rápido.

Se limitó a clavar sus ojos sobre el arma, y aquello fue lo que necesitó para despertar de aquel extraño trance que se había sumido. Sin perder tiempo, la agarró con una mano y sin levantarse giró su cuerpo boca arriba y quedándose como sentado y apuntando hacia adelante, lo que parecía ser un Zach tumbado en el suelo, con el rostros ensangrentado. No sabía si se iba a levantar, pero no quería comprobarlo, cargó el arma apuntándole a la pierna, que es lo que más a mano tenía.

Todo gracias a la adrenalina que fluyó por su cuerpo proporcionándole así el empuje que necesitó. Terminó por cargar el arma, no iba a disparar por el momento, se contuvo, una parte de él le gritaba que lo hiciese, la parte que se había cabreado con él ya que con total seguridad Zach no dudaría en matarle. Y la otra, la otra parte le increpaba que no, que no lo hiciese, que no merecía la pena, ya que si apretaba el gatillo no solo moriría su opresor, si no también un pedazo de él mismo.

Su mano no temblaba, todo lo contrario que sus claros ojos azules, que habían en ellos la duda, de qué debía hacer, como si se hubiese quedado atrapado en una encrucijada difícil de disipar. Su labio inferior también tembló, y la camiseta, también azul, lucía empapada en varias zonas debido al salado líquido de su cuerpo que había expulsado debido al estrés sufrido.

Los papeles se habían invertido. Ahora el psicópata del mecánico se convirtió en el rehén y el que en el pasado fue un universitario modesto en el posible ejecutor. Su mirada tenía una mezcla de sentimientos encontrados, pero que se habían clavado en el Zach. Siguió sin apretar el gatillo, no obstante ganas tenía y no lo disimuló.

La respiración, casi se le detuvo, como si un ritmo normal le hiciese perder la recién adquirida concentración. Finalmente sus labios se detuvieron, un tono bajo, pero extrañamente calmado pero angustiado preguntó al resto. - ¿Estáis...todos...bien? ¿No os han dado? - Le daba miedo responder, no se giró por miedo a que aquel loco se levantase y le retuviese de nuevo, o peor, le matase.

Reacciones y sentimientos extraños, casi muere, casi, y no podía permitirse el lujo de pensar en ello. Ya llegaría el momento. Quiso dar las gracias, quiso saber si todos estaban a salvo, quiso darle una patada en las sagradas partes de su ex opresor para evitar regalarle plomo de mala manera, y quiso largarse de allí. Pero eran demasiadas cosas y aún tenía que asimilar lo último. Y la cuestión le llegó, ¿qué diablos se supone que tiene que hacer? Su mente apenas le hacía caso, de forma torpe le llegaba el raciocinio con cuentagotas, su cuerpo en cambio le respondía, o eso creyó. Y ahora, ¿qué? ¿Qué? ¿QUÉ? Joder.

El disparo marco el final de ese corto ataque de locura de Zach. Mirando de reojo al retrovisor puede ver como Jafreese noquea al mecánico y como Thomas se mueve.

Jae mira de nuevo la carretera, se fija que no este ninguna mordedor cerca y cuando encuentra un buen sitio donde parar Jae detiene la furgoneta y sin apagar el motor mira a su compañera. - Jeanine, creo que es un buen momento para hacer el cambio. Todo a pasado, así que solo tendrás que estar pendiente de la carretera. 

Tras hacer el cambio y después que  Jeanine se ponga en camino de nuevo, Jae baja la música y se gira hacia los de la parte de atrás. La cara del modelo es todo un poema y en cierto modo es bueno que no este ahí atrás ya que de estarlo quizá hiciese algo no propio de el. - Tranquilo Thomas todos estamos bien, la bala salió por el techo.  Jae mira la bolsa del mecánico. Pasarme la bolsa, cuanto mas lejos este de el mejor.... Y de paso mirare que mas esconde esa sucia rata.

Cuando le pasan la bolsa Jae empieza a mirar que mas hay en ella mientras sigue hablando. -¿Que hacemos con Zach? Jae levanta la vista y lo mira. Si es por mi le rompía una pierna y lo dejaba ahí fuera. Pero se supone que no somos como Judas ¿Verdad? Pregunta en ultimo lugar a Zach.

El mecánico nos pilló a todos por sorpresa. Miraba atrás asustada con los ojos de par en par *OH DIOS ZACH, NO LO HAGAS.. - no sabía que decir, me quedé callada, hasta que de repente Stan SALTA, *BANG!!*. - Hago un grito mientras me tapo la cabeza, Mimi se remueve, Jafreese también sale disparado hacia Zach, y Jae  me vuelve a dar su pistola para que apunte a Zach. 

Con manos temblorosas trato de apuntar, hay demasiada gente, se mueven demasiado, ostias, golpes, Thomas cayendo *ESTÁ MUERTO?? - pero se mueve, está vivo. Todo acaba con un Zach apalizado e inutilizado.

Y todos vivos.

Respiro entrecortadamente y sin decir nada mientras le devuelvo la pistola y me cambio con Jae para conducir. Tiemblo al coger el volante, mirando únicamente hacia adelante. *por éso siempre acababa viajando sola...  - Pienso, asustada. 

Y de repente Jae formula la pregunta. 

" -¿Que hacemos con Zach?"

Stan suspira lenta y profundamente. Estaba allí y se había calmado un poco cuando sintió el cuerpo inerte del agresor caer tras ser golpeado por el boxeador.

Había escuchado el sonido seco y grave de un craneo impactando contra una gruesa lámina de metal al ser sacudido por el ataque de Jafreese. Podría haber jurado que saltaron chispas de la intensidad del impacto.

-Estoy bien Thomas, estamos bien- le respondió al muchacho -pero ¿qué hay de tí?- pensó mientras lo miraba un instante. Al notar que no estaba herido logró tranquilizarse definitivamente.

Procedió a alejar las armas que habían quedado en el suelo de Zach (solo por las dudas) y alcanzar la mochila del asaltante a Jae al ser relevado este por Jeanine.

"¿Qué hacemos con Zach?" habían preguntado sus compañeros. Él por su parte ya estaba actuando, le había quitado el cinturón al mecánico y lo estaba atando con las manos a la espalda empleando el mismo.

Miré a Thomas, el joven seguía con el arma en alto. El nudo estaba hecho y el maldito cobarde mañatado.

-Ya puedes bajarla- indiqué al enfermero -tranquilo, no podrá soltarse- y extendí mi mano hacia él para darle unas palmaditas en el hombro.
Seguía sobre el mecánico con mi rodilla apoyada en su espalda pero sin recargar todo mi cuerpo sobre él, impidiendo siquiera el movimiento pero dejándole respirar... Lamentaba esa última parte en algún punto de mi ser.

-En cuanto a qué hacer con él...- miré el pedazo de basura que había debajo de mi -bueno, alguien cobarde lo mataría por miedo a que pueda sobrevivir y tomar represalias. Solo un valiente lo dejaría vivir- comenté severo -pero creo que agoté mi cuota de valor por la siguiente hora-.

Miré a los demás en la parte trasera pero hablé alto y claro para que también me escuchen en la cabina -no soy partidario del homicidio y no lo estoy sugiriendo ahora pero Judás nos atacó sin provocación- puse cara de asco -no compares matar a un traidor con lo que hizo él- negué con mi cabeza -es sin embargo una decisión difícil-.

Me dispuse a cachar a Zach mientras meditábamos el qué hacer. Ya no quería otra "sorpresita".

Jafreese escuchaba hablar a sus compañeros pero no les oía, hacía mucho que no golpeaba sin más a otro ser humano, se había dejado llevar y había golpeado con un puño cargado de odio y de desesperación. Con la mano izquierda se repasó los nudillos de su puño cubiertos por unos guantes de cuero endurecido que se había agenciado. Le dolían un poco ya que estaban diseñados para aguantar sin romperse más que para amortiguar el golpe.

Permaneció unos instantes de pie mientras la conversación bullía a su alrededor, solo oía su respiración. Poco a poco se fue calmando justo para oír a Stan hablar sobre qué había que hacer con él.

Tomo nota de los movimientos de las cabezas y vio que las miradas se dirigían todas a Stan mientras hablaba. Hace unos días estábamos en un campo de golf con tranquilidad y ahora estaba sugiriendo hacer "algo" con Zach y nadie ponía cara muy rara, incluso Thomas miraba con odio.

Stan comenzó a revisar a Zach mientras Jae rebuscaba en sus pertenencias, Stan acabó su discurso, Jafreese se aclaró la voz todo lo que tenga nos vale, y a él no - había sonado quizá demasiado autoritario y se corrigió lo que tu veas Jae después se giró hacia el resto y fue mirando las caras de todos yo no lo quiero conmigo, aquí no pinta nada con nosotros. ¿Acabar con él? No sé si me sentiría bien, pero propongo parar la furgoneta y echarlo, o no parar y echarlo pues no vemos muy bien lo que hay y al parar se nos echaran encima.

Las palabras de los demás le llegaron de forma amortiguada debido a que su cerebro todavía no conseguía procesar los sucedido, y pese a que todos dijeron que estaba bien, Thomas creyó que no, empezaron a preguntar sobre qué hacer con el maldito mecánico. El tenso rubio no quiso ni pensar en ello. Mientras Stan lo ataba, siguió apuntando el arma hasta después de que el trabajo terminó, y a pesar de las palabras del docente de que podía bajarla, no lo hizo, hasta que sintió una palmada en su hombro que es entonces cuando se pudo relajar desapareciendo la rigidez de su cuerpo pese a que no había mitigado por completo. Incluso su férrea y fría se borró para recuperar la habitual.

Ya bajó el arma, y respiró profundamente, no supo que hacer, si llorar, si gritar, darle una patada a Zach que seguramente disfrutaría, o abofetearse a sí mismo para despejarse de una jodida vez. Necesitaba pensar y el estar así no ayudaba precisamente. Primero miró agradecido al grupo, especialmente a Stan. - Gra...gracias. - Dijo aliviado. - Pensé que no eso significaría la muerte lo contaría. - Y así fue. Estar tan convencido que su viaje acabaría ahí y de aquella forma y luego salir airoso, aunque gracias al grupo, eso sí, le hizo sentir desubicado.

Más tranquilo, siguió hablando. Esta vez para expresar sus pensamientos. - Me alegra que intervinieras Stan, me hubiese cabreado con vosotros si por unanimidad hubíeseis cedido a sus exigencias, sin armas y sin transporte sería lo mismo que morir. Y sin olvidar que no existían garantías de que cumpliese con su palabra.- Hubo una complicada pausa entre medias, lo siguiente no sería tan sencillo de decir. - No es que quiera morir, pero prefiero hacerlo solo antes que arrastrar al resto. Sin embargo, gracias, gracias de nuevo por salvarme. - Volvió a respirar de nuevo, más profundamente, más lentamente. Quizás así se terminase de creer que seguía con vida.

Y luego pasó a la complicada cuestión, Zach. Se puso más serio antes de tratar el tema, mirándole para cercionarse de que no se había movido.- Dispararle a la cabeza.......- Otra pausa antes de estar completamente seguro. - ....sí sería más propio de Judas. Aunque romperle una pierna y dejarle tirado, es bastante tentador. En cualquier caso, con nosotros no, eso seguro. - ¿Qué hacer con él? Muy complicado, una difícil decisión que afectará a los presentes, aunque de diferente forma.

"¿Hasta que punto estaría bien hacer qué cosa y si estaría justificado? ¿Sería correcto?" - Cuestionó Thomas.

Propongo que cojamos sus cosas y le dejemos en algún sitio y que se busque la vida. Que lo considere un regalo de Navidad por anticipadó, por que si no, en lugar de carbón le espera pólvora. Y esa es mi postura. - Concluyó el rubio seguro de postura, aunque no antes de haberla meditado concienzudamente y de considerar otras opciones, algunas no tan agradables de tomar.

Thomas había bajado el arma finalmente y eso me convenció de que se había calmado, al menos un poco. Luego me agradeció haberlo salvado y a todos, curiosamente yo pensaba lo contrario -fue lo que dijiste lo que me hizo reaccionar Thomas, yo no pensaba arriesgarlos a todos pero tu me lo hiciste notar- sonreí y miré al afroamericano -y no olvides que Jafreese fue quien lo derribó, de no ser por él habríamos muerto-.

Escuché las propuestas de ambos compañeros y el silencio de la cabina (más allá de la música) no daba muchas sugerencias pero pensando en las propuestas que escuchaba había algo que no contemplábamos.

-Si lo dejamos ir estoy seguro que intentará vengarse, la cobardía y el resentimiento suelen ir de la mano habitualmente- miré al prisionero -y no me extrañaría que se una a grupos como el de Judas o con el de Judas justamente a fin de poder jodernos... ¿Podríamos tenerlo como prisionero? Repito que no estoy sugiriendo nada pero pensemos esto en frío- extendí mi mano derecha y le pedí el arma al enfermero -tranquilo, no pretendo matarlo a menos que todos estemos de acuerdo en hacerlo-.

Voy conduciendo sin apartar los ojos de la carretera. Pero oigo las palabras del resto... hablando sobre si deshacernos de él o no deshacernos de él. Matar, romper piernas, o simplemente dejarlo donde sea. *Zack... maldito idiota!! ...  Todos son unos estúpidos!!! ¿¿porqué tenían que discutir así?? - Pienso sin saber como pudimos llegar a esta situación. 

No me atrevo a decir nada... * Para el caso que me van a hacer... -  pero no dejo de estar asustada. -  Si lo dejamos ir puede morir, y eso sería venganza? podría contactar con Judas solo para jodernos... él se conocía la zona no?? - Cada pensamiento me asusta más y se me nota respirando fuertemente por la nariz y suspirando nerviosa.  

Aprieto fuerte el volante y trago saliva mientras circulo rumbo al norte. 

Jafreese escucha las opiniones de sus compañeros, faltan por pronunciarse Jae y Jeanine, piensa para sí, y por el silencio que guardaban parece que no deseaban pronunciarse. Jafreese contempla como posibilidad el matar a un ser humano, este nuevo mundo le había endurecido hasta niveles ilógicos antes del cataclismo, sin duda todo estaba cambiando mucho.

Creo que deberíamos escuchar las opiniones de todos, pero tiempo ha habido de que lo hagan y no parecen querer hacerlo expresamente así que yo decidiría con las veredictos de los que nos hemos pronunciado, Jafreese traga saliva y cierta parte de sí hace que los nervios golpeen su estómago por esta clase de medidas, y continúa Thomas, al igual que yo, es de la opinión de coger sus cosas y dejarlo ahí. Stan parece querer ir más allá, y yo casi estoy con él, pero en última instancia prefiero la opción de Thomas., guarda unos instantes silencio para ver si alguien tiene algo que objetar y si nadie dice nada añade yo bajaría un poco la velocidad de la furgoneta pero sin parar ya que puede hacer que si hay mordedores se nos abalancen, y podemos empujarlo por la puerta…, termina mientras mira en la cara a los presentes, el mecánico lo había sacado de sus casillas. 

Jae guardaba silencio aunque su cara de enfado se podía ver que cada vez iba a más y más. El chico se giro hacia un lado del asiento y vacío el contenido de la bolsa de Zach para ver que había en ella. 

Escucha lo que cada uno dice pero poco a poco va desconectando y se va centrando en su enfado el cual crece a una gran velocidad. 

El docente le pide amablemente el arma, y decide hacerlo sin oponer resistencia, mejor así antes de que le de un arrebato matando a sangre fría al malnacido del mecánico como venganza, hacerle lo mismo que le iban hacer a Thomas. Pero no, no ganaría nada, salvo quizás dejar de discutir sobre que hacer con el susodicho individuo.

Tienes razón. - Dijo en referencia a las palabras de Stan sobre el ex boxeador para luego girarse a al mencionado. - Gracias Jafreese por darle a ese imbécil su merecido y mantenerlo a ralla, ¿qué tal tus nudillos? - Preguntó ya más tranquilo si se tenía en cuenta su pausada respiración.

Ante el silencio de Jae y Jeanine la idea de darle al inconsciente puerta fue la más respaldada. No obstante le molestó la sugerencia de Stan. - ¿Hacerle prisionero? - Preguntó sin terminar de creerlo, de hecho más bien rechazó en su mente aquella idea, y expondría sus motivos con sus compañeros - Tendrá suerte si solamente tiene la nariz partida. Y por supuesto yo no estoy dispuesto a tratarle. - Luego suspiró de forma casi imperceptible. - Además, no tenemos nada, ni comida ni agua para nosotros, no podremos mantenerlo, ni siquiera a corto plazo. - Torció el gesto visiblemente preocupadoa ante aquella situación nada agradable, y no solo por el cautivo, si no también para el grupo al completo.

Thomas respiró profundamente una vez más, se llevó una mano a la cabeza como si realmente le molestase. Finalmente se rindió, no hablaría más del tema. - Supongo que mejor será pensarlo más detenidamente, y no por el calor del momento, pero ya como veáis. - Desvió durante un par de segundos su rostro con expresión taciturna al cuerpo de aquel por el cuál habían discutido, preguntándose cómo habían llegado a la situación actual.

No pasó por alto a las reacciones de Jae y Jeanine. Alternando su mirada en ambos. No quiso tragarse las las agrias palabras que saldrían del veterinario en cualquier momento, Bastante había tenido y no estaba muy por la labor de tragar más. - Si no os importa, me pondré delante ha hacerle compañía a Jeanine y a controlar el horizonte . - Comentó cansado a nivel emocional sin mirar a nadie.

Y tal y como dijo se puso delante, en el asiento que dejaron libre en la parte libre. Hizo un esfuerzo para no molestar a la angustiada conductora mientras dirigía el vehículo sin perder su vista en la carretera. Ya acomodado la observó de reojo, preocupado por ella. Thomas notó su angustia, y su miedo.

Jeanine, sé que tienes miedo, de hecho yo también lo tengo, pero no estás sola. Si quieres hablar con nosotros para desahogarte, solo hazlo si lo necesitas. - El tono del chico fue bastante suave, incluso tranquilo. Comprendió como se sentía la chica, aunque fue obvio teniendo en cuenta los últimos momentos. No obstante a cualquiera le podría parecer un poco surrealista que sea el que casi iba a morir intentando animar a otra persona.

Pero para el rubio, quería centrarse en los demás y olvidarse de sus propios sentimientos. Además, nunca había hablado anteriormente con ella, tuvo más trato con la abuela rusa, y el equipo médico que lo conformaron Eura y Reing a la cabeza, Jae si se trataba de animales, y él mismo como un simple apoyo.

Sin embargo, el enfermero siempre fue bastante reservado, limitándose a ayudar en lo que podía olvidándose por completo de sí mismo. Quizás fuese un método de evasión después de todo. Quién sabe.

El mecánico observa y escucha lo que tiene que decir con respecto a su vida después de que Jae cambiara el lugar con Jeanine para continuar la marcha en la furgoneta, a lo lejos el horizonte se va iluminando con el amanecer mientras el vehículo avanza y los sobrevivientes deliberan.

De la pequeña mochila caen varias herramientas básicas para reparar un motor*, un abrigo, una linterna sin baterías, unos fósforos, cinta aislante y una caja de cartón con al menos 20 balas. De entre sus pertenencias cae una fotografía con una pequeña niña tal vez de la edad de la pequeña Amy y luego un papel gastado al parecer la hoja de un libro viejo, de título escrito en una de las esquinas se puede leer escrito a mano:

JUAN 18:30

"Ellos respondieron, y le dijeron: Si este hombre no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado."

Y a continuación un recorte de periódico con la nota de un antiguo caso de homicidio en donde se encuentra la foto de Zach vestido formal, en donde el artículo menciona que había sido exonerado de culpa por haber asesinado a un hombre.

Zach los mira adolorido, desde un rincón con Stan encima para impedir que se mueva.

-Mi intención no era matar a Thomas... al final de cuentas él es la mejor persona de todos los que estamos aquí... el fué el que salvó a aquella niña en el incidente del lago, en el Capital City... calculé que él sería el único al que podría amenazar sin que respondiera agresivamente... no contaba con que Stan se avalanzara en contra de mí... accione el gatillo de manera  accidental... y los expuse a todos, lo sé... esta vez asumiré mi responsabilidad...- luego de decir eso voltea a mirar fijamente a  Jae quién yace escudriñando los objetos del mecánico.

-El matarme no les quita que sigamos siendo unos cobardes, aunque quieran disfrazar su discurso con que los chicos y el gordo tomaran la decisión de regresar por la Dra. Eura y su hija...- habla para todos mientras de vez en cuando el poderoso golpe al vientre le sigue punzando obligandolo a hacer gestos de dolor.

La furgoneta avanza tragando asfalto y poco a poco el cielo clarea ante la incertidumbre de un grupo de sobrevivientes deliberando el destino de un hombre en medio de la nada.