Pequeño lobo, no te imaginas lo que ha pasado. Quizás cuando lo sepas no quieras seguir durmiendo a mi lado. - pensó mirando a Mowgli mientras él dormía como un tronco. ¿Cuando iba a despertar? Comprobó que el cachorro humano seguía respirando. Todo estaba bien.

Después de eso buscó RO-PA en su armario. Se vistió y pensó como pedir disculpas sin su voz. El dedo índice y pulgar sujeta la pluma. ¿Qué? ¡Había recordado algo!

¿Donde estaba lo que necesitaba? Papel, pluma y tinta. ¡En el escritorio!

No...q-ueria...h-acerte...d-año...
Lo...s-iento...

Escribió en varios papeles con algo de dificultad. Su mano derecha no sujetaba bien la pluma y la caligrafía era torcida y desigual. El león tenía una letra muy fea.

¿Con eso serviría? ¿Como iba a escribir una nota entera de disculpa? ¡Nadie lo entendería!

Antes de salir de la fraternidad se acercó a la habitación de Gastón y pasó por debajo de su puerta una nota mal escrita. La caligrafía era horrorosa.

Cita:

Unos minutos después Simba salió de su habitación perfectamente vestido.

Saludó con un gesto de mano a Ludovic y William y se adelantó hacia la puerta de salida.

-¿Una "canosa"? ¿Acaso se referían a la mujer de antes? No sabría decirlo, pero si que parecía ser algo grave lo que pasó como para que todos estuvieran así de molestos, pero sin más logré tomar los pantalones una vez el supuesto León los rechazó, tratando de leer sus labios y entendiendo no solo lo que quería decir, si no sus señas, por lo cual solo asentí.-

¿Y tu? ¿No estás en disputa con alguien de por aquí? -Pregunté a @Blue, aquel que parecía estar igual que dormido que yo, pero sin esperar una respuesta de su parte volví hacia mi habitación. Al poco tiempo salí de ella, a tiempo para así ver a Simba despidiéndome también con la mano, y seguido pasé a retirarme finalmente de la Fraternidad.-

Me desperté. No sabía ni cuantos años había dormido, pero el suelo estaba lo suficientemente fresquito como para tener los mejores sueños de mi vida. ¿La cama? El colchon no sé parecía a los arboles, y tampoco tenía el "bum-bum" del corazón de Bagueera acunandome al dormir. Vale, ahora era un hombre y blablabla, pero seguía echando de menos dormir acompañado... y Simba, el leon, aunque era el mejor amigo que había hecho allí hasta ahora, no creía que quisiera ser mi almohada.

Con los ojos inyectados en papaya me quité las legañas y la babilla que me había manchado el brazo, intentando recordar ese sueño maravilloso que había tenido. Pero no, no me venía a la cabeza.
-¿Es de noche? - Puede que fuera un lucero o puede que fuera el sol lo que me estaba iluminando las nalgas. De momento, no tenía ni pajolera idea.

Tras alzar el pulgar a Gastón para agradecerle la información sobre su futuro desayuno en el comedor, ya prácticamente comida, vió a Robin Hood tener un intenso debate de por qué Simba no se qué y Simba no se cuanto. ¿Que se había intentado comer a quién? ¿Literalmente? ¿Un castigo? ¿Por qué le sonaba todo eso?

Gastón parecía bastante preocupado y aunque él no entendía un bledo sí que le daba pena ver a un tipo tan guapo tan desencajado por vete tú a saber qué. Sea como fuere, tenía más hambre que el que se perdió en la isla pero mientras cogía sus cosas prácticamente todos se empezaron a largar de allí como gallinas descabezadas.

—¡Eh, pero...!— uno menos—. ¡Yo iba a...!

Otro menos. ¡Joder! El chico rubio se dirigió ahora a él y le miró enarcando una ceja. —¿Yo, llevarme mal con alguien? ¡Pero si soy encantador!— y salió corriendo para dirigirse también al comedor. —¡Espera, Gastón!

Te despiertas, tienes clase a las 9:30, te viene justo desayunar en el salón y buscar el aula de “El Multiverso I”. Es la primera y no quieres llegar tarde así que dependiendo de a l ahora que te levantes te dará tiempo a desayunar bien, a coger algo y salir pitando o a ir directamente a la clase.

Sea como fuere aquí estás en la cama, pensando que hoy empiezan las clases, la ilusión se cierne sobre ti. También la impaciencia. ¡Mueve el culo!

Al contrario que de costumbre, Aladdin no se despertó antes que el sol irrumpiese en la oscuridad de la madrugada.

Subestimar aquel licor que escamoteó de las cocinas le había pasado factura y no solo se había levantado tarde sinó que lo había hecho con la cabeza embotada.

Tras frotarse la cara con ambas palmas trató de situarse. Es cierto, estamos en ese lugar tan extraño...

Abú o parecía encontrarse en la habitación, por lo que lo más probable era que estubiese en el comedor asaltando las bandejas de frutas... "Bien por tí, Abú" Sonrió al imaginarse la escena. Su pequeño compañero peludo era un glotón empedernido y no era habitual que pudiesen saciar sus estómagos, por lo que realmente se alegraba por el mico.

Su sonrisa se extinguió de golpe en cuanto su cabeza pudo ordenar los sucesos del día anterior. De las muchas cosas sucedidas ayer, prácticamente ninguna había sido buena para él, lo que le hizo sentir un pinchazo en el corazón, si bien el fugaz recuerdo de una esponjosa nube de tirabuzones rojos le provocó un amago de sonrisa.

Aladdin, no deberías llegar tarde tu primer día...Se recordó con un fuerte palmeo en la cara con ambas manos, para tratar de espabilarse.

De un salto abandonó aquel mullido lecho y se dirigió directo hacia las duchas. Un refrescante torrente de agua fría como jamás había conocido le espabiló de golpe, estimulando todos sus sentidos y poniéndole la piel de gallina, llegando a hacer que sus dientes castañeteasen.

Tras secarse, se vistió con lo primero que sacó del armario, agarró una sencilla bandolera de cuero donde metió la botella de Whisky y salió a la carrera en dirección a la clase, haciendo una rápida parada por el comedor para aprovisionarse de algo de fruta y una barra de pan, que fué comiéndose de camino.

... De acuerdo, eso sí que no me lo esperaba. ¿Qué estoy haciendo yo en la Fraternidad de Héroes? Seguramente debe de tratarse de algún error. De un lado y otro se seleccionan las camas, yo busco aquella que esté vacía. Toda la tensión con Mr. Big, además de la caminata hasta aquí me tienen agotado. Sin más, entierro la cabeza bajo la almohada y duermo...

Y duermo...

Duermo por muchas horas. Creo que es la sensación de estar en casa. Una suave cama, casi podría apostar que son las mismas sábanas de cuando era pequeño y soñaba con... bueno, no ser un zorro. En algún momento de la mañana escucho pasos, gente vistiéndose, hablando. Yo me enfurruño más entre las sábanas y los mando mentalmente a todos a tomar por culo. En algún momento salgo de la cama, para ir al comedor y tomar algo en alguna mesa, pero sólo lo justo para volver a la cama.

Ya para la segunda noche, tengo los ojos abiertos como un búho. Creo que no volveré a tener sueño por lo que me quede de tiempo en este lugar. Hablando de eso... ¿Me habría perdido mucho? Quizás alguno de mis compañeros pudiera explicarme un poco sobre lo que se había visto hasta ahora. Así que espero a que alguno regrese.

Un nuevo día llegaba a su fin y con él varias sorpresas.

Aún se me hacía un tanto raro dormir sin poder oír los sonidos del bosque y sin el típico olor a tierra húmeda, siempre presente en Sherwood, sólo esperaba que todo en mi mundo estuviera bien de momento.

Tal vez tendría que preguntarle a Ella sobre cómo es posible que el tiempo transcurra con normalidad aquí y no en mi mundo, sólo esperaba poder comprender por completo la respuesta, aunque lo más probable es que sea simplemente cosa de magos.

¿Algún plan para esta noche o sólo os ireís a dormir cual marmotas? - pregunto mientras estiro ligeramente mis músculos, evaluando la posibilidad de darme una escapada nocturna.

Bueno, voy al comedor a ver si puedo conseguir algo de comida.

- No hace falta que vayáis a la cocina a por comida, señor Shergood. La mitad de la alacena está escondida en mi armario, por si deseáis tomaros un refrigerio o algún dulce.

Chasqueo los dedos y una silla se acerca unos metros para poder sentarme, luego junto las yemas de los dedos con una mirada de complicidad sospechosa - ¿Qué les ha parecido el primer día? ¿Alguien ha conocido a alguna princesa interesante?