Partida Rol por web

Entro al comedor un poco aturdida por todo. Me siento rápidamente al lado de la señorita armada con un libro que parecía ayer en el dormitorio bastante inofensiva. 

Buenas noches. digo haciendo una leve reverencia. Miro muy atenta el utensilio que está utilizando para desplazar la comida del plato a su boca y en silencio la imito. 

''Vamos, bella durmiente, arriba... te traigo el desayuno...''

Me desperté de golpe en la cama, aunque no recordaba lo que había soñado, en cuanto me di cuenta de que había oscurecido, me levanté y arreglé como pude mientras salía por la puerta de camino al comedor. Llegué corriendo y en cuanto entré por la puerta ralenticé el paso, me acerqué a la mesa hice un asentimiento con la cabeza a modo de saludo y me senté silenciosamente aún pensando que hacía allí y esperando que se fueran aclarando las cosas poco a poco...

Entrando a trompicones por saberse tarde,  y justo antes de que Ella empezase a hablar, se deslizó silenciosamente entre las mesas hasta la ocupada por sus compañeros mientras Abú parecía disfrutar de la situación desde su hombro derecho.

Algo apurado por la situación, tomó asiento junto a Mérida y frunciendo el ceño susurró-¿Lo de volver a comer antes de dormir era en serio? ¿vosotros coméis más de una vez al día?-preguntó en tono acusador. Era dificil saber si estaba bromeando o hablando en serio.

Una vez sentado y pasado el apuro de llegar tarde, algo a lo que no estaba acostumbrado porque realmente nunca había tenido que cumplir horarios prestablecidos, el joven muchacho del desierto pareció relajarse rápidamente.

De la mesa agarró dos plátanos, del que dió uno a su pequeño mono, así como un puñado de almendras tostadas y lo que parecía ser un fruto similar a una pera.

-Si que somos pocos, ¿no?- dijo encogiéndose de hombros mientras se echaba un par de frutos secos a la boca y aceptaba el agua ofrecida por la pelirroja.

Mérdia:

- ¿que tal vuestra tarde?

Ante aquella pregunta y aun con un carrillo lleno de almendras, se dibujó una sonrisa en su rostro.

-Pues debo decir que contra todo pronóstico, ha sido una tarde de lo más divertida- le dedicó un guiño.

Cada vez este lugar me agradaba más parecía que poco a poco las molestias iban desapareciendo una por una solo quedando lo que a mi opinión era un puñado de especímenes decentes que podían quizás llegar a mi altura o al menos lo suficientemente capaces para no retirarse de este lugar -Mi sigiloso amigo realmente no se como sera para el resto pero de donde yo venía la comida debía ser cazada y aveces no era sencillo- Devore un poco de comida antes de continuar con mi explicación -Mientras mantenemos nuestras estadía en este lugar sugiero no desaprovechar las comodidades que nos han sido otorgadas.

Poco a poco notaba que la ausencia de los demás era mucho más de la esperada,probablemente la situación era más complicada de lo que podríamos imaginar y aun tomando acciones de mala gana preferí disminuir mi distancia del grupo tomando un nuevo asiento -Espero esto no afecte las clases o en algún caso nos informen lo antes posible de las medidas y cambios que se van a tomar debido a las recientes circunstancias.-

Acabáis el resto de la cena en silencio, ha sido mucha información por hoy, algunos habéis pasado el día dormidos, otros perdidos entre rincones, otros se han marchado. ¿Se habrán vuelto a su cuento todos los que no están? 

¿Mañana qué clase toca? Portales I

Cada uno a su ritmo, termina su plato y se marcha a descansar. 

-Bueno... estáis todos muy callados, ¿no?- dijo mientras pelaba el último de los plátanos, puesto que del otro había dado rápida cuenta Abú, quien masticaba sonóramente y con la boca abierta.

-¿Os váis a ir a dormir ya? Si la noche es la parte más divertida del día...-se lamentó mientras agarraba algunas manzanas y se las introducía en sus bolsillos que parecían interminables.

Aparezco al lado de las princesas y princesoides. Alguien debería haberme informado de que íbamos a cenar en compañía. De haberlo sabido no hubiese cenado antes en la cocina... dos veces.

Miro el montón de comida resignado mientras toco mi panza levemente abultada y suspiro. Habrá que hacer un sacrificio y cenar por tercera vez, no puedo quedar como un ignorante ante el amo. 

Sentado entre Mérida y el amo, me sirvo un plato y comienzo a engullir, de manera más recatada que la habitual. 

- ¿Habéis visto que han llegado algunos nuevos? - digo sirviéndome puré de patatas hasta hacer montaña y señalando a nuevos estudiantes que parecen haber sido lanzados al mar sin sabe nadar (*)

Luego me giro buscando a otros rostros conocidos y dejo de comer de forma tajante - Falta... falta mucha gente... - digo mirando al amo, aunque claramente evitando una persona en concreto - ¿Y Jasmine? ¿donde está? - pregunto a Aladdin, visiblemente alegre. Quizás mi presentimiento sea solo eso, un presentimiento.

Mi tono de voz se va apagando conforme veo que la gente evita hablar del tema. Parece mentira los lazos que se crean en tan poco tiempo. Las personas con las que vienes a un sitio como este, las que descubren las realidades contigo... sois como hermanos en el nacimiento a un nuevo mundo...

Suspiro.

- Bien... ¿Quien tiene hambre?

La joven sonrió ante el  guiño de Aladdin sintiendose contenta aunque el resto había ignorado su pregunta, como si tuvieran un secreto solo ellos dos. Cogió un panecillo y lo partió en dos, dejando algunas migas sobre la mesa, sin importarle que otras tantas cayeran sobre su regazo.

Se quedó pensativa cuando se escuchó la clase que tocaba para el dia siguiente pero respondió a su amigo - En casa no me dejaban nunca estar fuera de noche, a no ser que fuera alguna festividad, y normalmente la celebrabamos dentro de los muros de casa - lo dijo como si aquello respondiera en algo la pregunta de si se iban a dormir ya.

Saludó al genio cuando se sentó entre ellos pero sintió un pellizco en el pecho cuando mencionó a Jasmine y su rostro se tornó algo más serio - No lo se, la verdad. Pero Ella dice que se han ido muchos... y que han llegado otros - volvió a parecer más contenta cuando mencionó aquello mientras sus ojos iban a parar donde estaban sentados

- Por cierto, ¿cuales son vuestros nombres? ¿Sabeis de que cuento sois?  Yo soy Mérida - hizo una leve inclinación de cabeza a modo de bienvenida mientras volvia a llevarse otro trozo a la boca

-¿Nuevos? ¿Donde?-preguntó el moreno muchacho alzando las cejas y mirando a su alrededor.

Su actitud demostraba que aún no se había adaptado a aquel lugar lo suficiente como para fijarse en detalles de si se presentaban caras nuevas entre la multitud, si bien si se había dado cuenta de la ausencia de algunas caras conocidas, de entre ellas la de la princesa Jasmine.

Su gesto se torció en cuanto el Genio preguntó precísamente por ella. Pero no era tanto tristeza lo que sus ojos reflejaban sinó sentimiento de culpa.-Me temo que la princesa Jasmine debe ser una de los que se ha ido...-respondió-Y puede que yo sea la causa...-completó con tono algo afligido, desviando su vista a algún punto indeterminado de la mesa repleta de manjares.

En el mercado la vida es frenética y corta. Si uno para a lamentarse por algo es probable que no tenga tiempo de volver a arrancar. Y pese a aquello no podía evitar sentirse culpable si era cierto que Jasmine había decidido abandonar aquel lugar por su culpa.

El abatimiento le diró apenas un suspiro, puesto que enseguida volvía a mostrar su perenne y optimista sonrisa a sus compañeros de mesa.

Aladdin fue a comentar algo con Scar cuando se dió cuenta que había tomado algunos asientos de distancia, por lo que achinó los ojos y le lanzó una almendra.

-¿Como ha ido tu día, Genio? ¿Te apuntas a la excursión nocturna que daremos Mérida y yo?-preguntó quitándole hierro al asunto, como si la respuesta de la pelirroja hubiese sido un "SI" rotundo a su primera propuesta.

Bella alzó ligeramente la vista del libro ante la mención de nuevos alumnos, pero al no ver a nadie, suspiró, decepcionada. 
La curiosidad por conocer la procedencia y la historia de los nuevos personajes le picaba en la piel como una urticaria leve.

 ¿Te apuntas a la excursión nocturna que daremos Mérida y yo?

-Mañana por la mañana tenemos clase... -murmuró, aun atraída por la aventura de salir del castillo.